el relato de Carlos Kramer y Ravelia la Tatuada #QUESO #Carlos02
Ravelia era aún una niña, que estaba terminando la escuela primaria, cuando vio en un programa de TV, puede que sea “Popstars” (no creo que fuera “Operación Triunfo”), a un muchacho alto, muy alto, y muy patón, unos dos metros de altura y debería calzar 50 o algo más, una figura imponente, imposible olvidarse y mucho más porque el muchacho en cuestión se llamaba Carlos.
Por su altura y su calzado gigantesco, Carlos había tenido problemas para ponerse los micrófonos y eso generó una situación graciosa, que fue transmitida en el programa. Dicen la leyenda que un apestante olor a Queso invadió el set televisivo en aquel momento, aroma y fragancia que emanaban los olorosos y gigantescos pies de Carlos.
Nunca olvidó Ravelia ese nombre y apellido: Carlos Kramer. Kramer, como la calle de Belgrano, pero con K, no con C. Y lo busco en las redes sociales, y como la gente a veces publica demasiadas cosas de su vida pública, no le resultó nada difícil encontrar datos de Carlos Kramer.
Así averiguo que el nombre completo era Carlos Federico Kramer, nacido el 29 de septiembre de 1979, que se crió en Villa Ballester, que era descendiente de alemanes, que practico deportes en la Sociedad Alemana de Gimnasia, y que era aficionado al teatro y a la música, por eso participó en una obra haciendo de “Largo” (el mayordomo de Los Locos Addams, un papel que le caía de maravillas) y en el citado programa televisivo.
Tiempo después, Carlos se caso, tuvo dos hijos y empezó a trabajar en una importante empresa de cosméticos. Ravelia lo seguía de incógnito en las redes sociales, y trataba de no tener interacciones con el, aunque le encantaba esa imponente figura, y esos gigantescos y olorosos pies.
Era el Quesón perfecto, porque tenía todo: el nombre y los pies, nada le faltaba. O mejor dicho, le faltaba lo más importante: ser un asesino. Al principio Ravelia lo solucionó convirtiendo a Carlos Kramer en un asesino en una serie de fan fictions que ella escribió.
Se imaginaba a Carlos Kramer asesinando mujeres con enormes cuchillos y tirándoles enormes Quesos, siendo un gran Quesón, un auténtico asesino serial matamujeres y tiraquesos de alto vuelo, incluso asesinando a figuras públicas de renombre internacional como Thalia, en el cuento “El Asesino de Thalia”.
Estos cuentos los publicaba en plataformas como Wattpad, Tusrelatos.com y Loscuentos.net, y a veces incluso en un blog de un amigo virtual que tenía por ahí, ya se imaginaran cual.
El Instagram de Carlos Kramer era más que aburrido, publicaba poco y nada, y sí lo hacía, era solo por cumpleaños o reuniones familiares, donde siempre destacaba su imponente altura y su aspecto de asesino (según la óptica de Ravelia) pero un día publicó algo diferente, un ofrecimiento de trabajo, buscando una niñera para sus niños, valga la redundancia.
Ravelia, siempre metida en sus planes maquiavélicos, siniestros, manipuladores y diabólicos, se dio cuenta que ella era “la niñera” y apeló a toda clase de magia negra para convertirse en la única aspirante potable. Llevo a cabo un hechizo, aplicando combinaciones de “Expelliarmus”, “Wingardium Leviosa” y el terrible maleficio “Imperio”, que provocó que ya nadie viera ese “aviso”, solo ella.
Desde el más alla, Dumitrescu, la anciana que había criado a Ravelia, la advirtió en sueños de los peligros que traería esa magia de alto vuelo “Te asesinarán, te tirarán un Queso, no hagas esto”, pero Ravelia le dijo “Eso es precisamente lo que quiero, ese Carlos, Carlos Kramer, el perfecto asesino, el perfecto Quesón, será mío, se convertirá en un asesino y tirará Quesos a las mujeres que asesine, ja, ja, je, je, ji, ji, jo, jo, ju, ju”.
Al día siguiente, Ravelia tuvo un largo viaje desde su casa de Mar del Plata hasta la residencia de Carlos Kramer, en un barrio privado de Ituzaingo, taxi, tren, subte, tren, remise, hasta que llegó al destino.
Fue Paula, la esposa de Carlos, la que atendió a Ravelia. La Tatuada sentía un profundo desprecio por Paula, por el simple hecho de tenerle celos, no por otra causa, razón o circunstancia. “Pensar que esta boluda se acuesta todos los días con el perfecto Quesón, y seguro no disfruta de esos pies, de esos Quesos, que injusticia, que injusta es la vida”, aun así fue respetuosa de Paula, y se mostró servicial y educada.
Paula se ausento toda la tarde y Ravelia estuvo con los chicos, no tenía muchas ganas de atenderlos, pero apelando a otro hechizo, el “Espectrum Patronum” pudo simular muy bien y se mostró casi como la niñera perfecta, jugando y cantando con los chicos las canciones de los Beatles, en especial “Yellow submarine”.
A la noche, Paula seguía sin llegar, pero el que llegó fue Carlos. Para Ravelia resultó imponente ver la figura del Quesón, con sus dos metros de altura, sus pies grandes y olorosos, pudo haberse intimidado, pero ocurrió todo lo contrario.
“La felicito Ravelia, los niños estan muy contentos, usted es la niñera perfecta” le dijo Carlos.
“Gracias por el elogio, señor Carlos, pero por favor, solo cumplo mi trabajo con eficiencia y responsabilidad, ¿Y su esposa?”
“Volverá tarde, hoy es jueves, todos los martes y jueves tiene facultad, estudia Fisicocracia aplicada a la Biología, la Arqueología, la Física cuántica y la Exploración Espacial en la Universidad Computense de Altos Estudios Superiores”
“Que carrera universitaria más rara” dijo Ravelia.
Carlos quedo pensativo al escuchar eso y si, se dio cuenta, que era una carrera muy rara, rarísima, y Ravelia, apeló a su malicia, y agregó:
“Yo creo que su esposa esta con otro chabón en este momento” y ahí mismo se atajo y dijo con voz suave, pero llena de malicia “Uy, disculpe, no se que dije, es que ví muchas telenovelas de Migré en mi vida anterior. Qué linda familia tiene, Carlos. Son tan felices”.
Carlos, con un ligero rubor en las mejillas, se sintió incómodo ante la observación.
“No se preocupe Ravelia, es cierto, esto es muy raro” dijo Carlos.
“Lo que no es raro es esa belleza que tiene usted por su imponente altura, y los pies grandes y olorosos que tiene. Me recuerda al personaje de una película, era un asesino serial de mujeres, las asesinaba con un enorme cuchillo y después les tiraba un Queso, se llamaba Carlos, como usted”.
“Vaya, vaya, en el papel que me pusiste” dijo Carlos “es siniestro, pero me resulta gracioso, si, en otra vida, quizás sea un gran asesino de Quesos, ja, ja, me encanta los Quesos, me sientan muy bien”
“Un QUESÓN, con mayúsculas”
“Un QUESÓN, sí, sí” dijo Carlos, extrañado pero al mismo tiempo contento por haber tenido ese dialogo tan bizarro con Ravelia.
Paso una semana entera, Ravelia notó ciertos comportamientos extraños con Carlos y Paula, pero cubierta por el maleficio “Espectrum Patronum” cumplió a la perfección con su rol de niñera perfecta, los niños estaban más que contentos.
Llegó un nuevo jueves. Carlos cito a Ravelia a una reunión.
“¿Ha ocurrido algo con los chicos? ¡Espero no haber hecho nada malo!” exclamó Ravelia.
“Todo lo contrario, señorita Ravelia, usted es la niñera perfecta. Solo que pasaron cosas, y comprobé una sospecha que tenía, mi esposa me engaña con otro hombre, yo mismo los ví entrar a un albergue transitorio, y no fue una vez, estoy destrozado, muy triste, no se que hacer”
“Tengo que confesarle algo, señor Carlos” dijo Ravelia, conteniendo la risa, con algo de burla y malicia “Me dí cuenta desde el primer momento. Las mujeres como ella siempre buscan más” y agregó con voz seductora “¿Sabes? A veces, la mejor manera de lidiar con una mujer infiel es... eliminarla” y con tono amenazante dijo “No puedes ser un Carlos cornudo, ¿verdad?, encima si se divorcian, ella se queda con los chicos”
Carlos se siente atrapado, sin saber qué hacer. Pero Ravelia, con un movimiento rápido, sacó un enorme cuchillo de su bolso, un cuchillo gigantesco y le dijo: “Te voy a ayudar, Carlos. Tienes que asesinarla. Y tirarle un Queso”.
Carlos la miró con horror, sintiendo que su mundo se desmoronaba. Pero se puso los guantes negros y agarró el cuchillo.
“ No te preocupes, yo te enseñaré cómo hacerlo” dijo Ravelia, con voz macabra.
Carlos tomó el cuchillo, con su hoja afilada y brillante, reflejando la oscuridad que se apoderaba de él. Un cuchillo capaz de cortar una res de un solo golpe. Una mezcla de miedo, deseo y determinación se apodera de Carlos.
Dos enormes Quesos, con múltiples agujeros, se encontraban en la cocina, sobre la mesa, era realmente muy grandes, Carlos permanecía en silencio, vio el Queso, le dijo a Ravelia: “¿Cómo llegaron esta aquí estos Quesos?”
“Sos un Quesón, Carlos, los Quesos llegan a vos, esto es así, es la ley del Queso, en breve serás un Quesón”.
Paula entró a la cocina, buscando un vaso de agua, para tomar algo, acababa de llegar de un intenso encuentro sexual con su amante. Ravelia se colocó detrás de una cortina, buscando ser una testigo voluntaria de un hecho.
Carlos giró lentamente, con el cuchillo en su mano, y su mirada fría y vacía y dijo, con voz temblorosa: “Paula, necesito hablar contigo”.
Paula se acercó a Carlos, sin sospechar nada y dijo, con una falsa sonrisa: “¿Qué pasa, amor?”.
“Me metes los cuernos, Paula, pero vas a pagar por eso”.
Carlos se
lanzó sobre Paula, blandiendo el cuchillo. Lo que ocurrió a continuación fue
una escena brutal y sangrienta, con un sonido metálico que resuena en la casa.
Preso de la furia y la locura, Carlos apuñaló a Paula asestándole una brutal
herida en el pecho, luego otra clavándole el cuchillo en el estomago, una
tercera que le destrozo el cuello, y así, una y otra vez, una y otra vez, hasta
darle unas treinta y cinco cuchillazos.
El cadáver de Paula, quedo tendido sobre el piso, un charco de sangre que se extiende por el suelo. Carlos, sin aliento, dejó caer el cuchillo. Se tambaleó hacia atrás, con una mirada de terror y culpa.
“ Lo siento, Paula” dijo con voz quebrada Carlos pero agregó con determinación “Pero tenía que hacerlo, soy un Quesón, me siento pleno, ahora sí, soy un Quesón”.
Carlos agarró uno de esos dos Quesos gigantescos y tiró uno sobre el cadáver de Paula, diciendo en voz alta “Queso”.
Ravelia había observado todo, disfrutando del asesinato. Salió detrás de la cortina.
“Ahora Ravelia” dijo Carlos con voz firme.
“Sí, ¿Disfrutaste del asesinato, Carlos?”
“El placer que sentí mientras acuchillaba a esa traidora es indescriptible” dijo Carlos “es algo sensacional, me encanta ser un asesino, ser un Quesón”.
“Disfrutemos más Carlos” dijo Ravelia, y quedó desnuda ante Carlos “quiero oler tus pies, los pies de un Carlos, de un asesino, de un Quesón”
“Perfecto Ravelia” le dijo Carlos “pero no aca, en la cocina, donde esta el cadáver de mi esposa traidora, acuchillada, asesinada y quesoneada, tampoco en mi dormitorio, manchado por esta infiel, hagamoslo bien y vamos al cuarto de huéspedes”.
Fueron al cuarto de huéspedes, iluminado por una luz roja y musicalizado al ritmo de sensuales melodías que evocaban el mundo sexual y erótico. Ravelia empezó lamiendo, besando, chupando y oliendo los gigantescos y olorosos pies de Carlos, que olían a Queso, ¡Y qué Queso!
Ravelia gozó y disfrutó o un larguísimo rato de aquellos pies de Carlos, como una esclava sumisa que solo tiene placer ante la dominación a la cual es sometida, luego Carlos la obligó a arrodillarse, y así, sometida, la penetró por la vagina, la experiencia fue muy relajante, divertida y placentera, pero no supero de ninguna manera a la adoración de pies.
Ravelia estaba ya descansando, acostada en la cama, pensando en el goce sexual que tuvo con Carlos, este desapareció, cuando volvió estaba vestido, con sus guantes negros, portando un gigantesco cuchillo y un enorme Queso. Tanto el cuchillo como el Queso eran idénticos a los que había usado para asesinar a Paula, pero no eran los mismos.
“Carlos” dijo Ravelia mirando a Carlos, con el Queso y el cuchillo.
“Sabes perfectamente lo que voy a hacer, Ravelia” dijo Carlos lacónicamente.
“Carlos” volvió a decir Ravelia, mientras Carlos blandía el cuchillo y ¡zas! le asestaba la primera cuchillada, atravesándole el estomago, luego una segunda y una tercera, ambas en el pecho, luego la cuarta, en el pecho, y así, una y otra vez, hasta darle una treintena de puñaladas y cuchillazos.
El cadáver de Ravelia, totalmente ensangrentado, quedo sobre la cama. Carlos le tiró el Queso diciendo en voz alta: “Queso”, tras lo cual abandonó la escena del crimen.
Sin mucha preocupación, y tomándoselo con calma, Carlos agarró dos bolsas para dormir, en una metió a Ravelia y en otra a su esposa, con los Quesos que le había tirado a cada una. Luego limpió las dos escenas del crimen dejando todo limpio, impecable y ordenado.
Con total tranquilidad, metio las dos bolsas en el auto. Al día siguiente despertó a los chicos y les dijo que faltarían unos días a la escuela porque nos “vamos a divertir” y fueron a Mar del Plata. El cadáver de Ravelia apareció cerca de Playa Grande, como ya sabemos.
Le dijo a todo el mundo que su esposa lo había abandonado por un amante y que huyó a trabajar en los burdeles de Amsterdam, pero murió en un accidente aéreo mientras viajaba a la capital nederlandesa, por lo que era ante todos, un sufrido viudo.
Luego Carlos elaboro una lista con una decena de mujeres, a las que fue asesinando una por una, disfrazado con un traje como el que uso Vincent Price en la película “Madhouse”, a todas las acuchilló y les tiró un Queso. Fue solo el comienzo de una larga lista de asesinatos. Pero como ya sabemos, esa es otra historia, la historia de Carlos Kramer, el Quesón de Popstars.
18 Carlos Asesinos para Ravelia, la Tatuada (la saga completa) o aka Que fue de Couer Rouge?
obra sublime de los Relatos Quesones, el relato perfecto de una obsesión, Ravelia lo persigue por años, y finalmente logra lo que quiere, convertirlo en un Quesón, y no le importa ser víctima de Carlos, este relato es perfecto, impecable
ResponderBorrarque manipuladora la tatuada, aunque le cueste la vida, siempre la asesinan, pero logra su objetivo, gran relato, menos mal que siguen los quesos
ResponderBorraruna historia totalmente verídica y real
ResponderBorrartodos los Carlos calzan cincuenta? en este universo si
ResponderBorrar“Carlos” la mención del nombre da miedo, cuentazo, una verdadera obra maestra del suspenso
ResponderBorrarmucha magia maneja Ravelia, eso es algo que debería generar más historias, este asesino es un gran queson, tiene el karma de matar a la mujer, pero ha tenido una figuración relevante en otros relatos
ResponderBorrary la verdad que Carlos Kramer es como un personaje perfecto en la galería de los grandes Quesones, mejor elegido no puede estar
ResponderBorrarInteresante que haya sido una víctima colateral.
ResponderBorrarIntensas imágenes.
el cuchillo de Carlos Kramer es como una súper espada, que haya más relatos donde quesonea
ResponderBorrarKramer es como Sandes, basa su historial queson en el asesinato de su esposa
ResponderBorrarel Quesón Perfecto o el Carlos Perfecto
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