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Mostrando las entradas de septiembre, 2021

El Baloncesto Erótico y Asesino de Jowie Campobassi

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La vida del basquetbolista Carlos Matías Sandes era tan rutinaria como feliz. Tras una exitosa noche de básquet en la Liga Nacional donde una vez más deleito al público con sus célebres fajas de Sandes, Carlos Matías disfrutaba ahora de la felicidad que le daban Maru, su esposa, y sus hijos, a quien llamaba cariñosamente “mis cachorros”. - ¡Ja, ja, ja! – se ría feliz Carlos Matías, mientras jugaba con sus hijos - ¡Ustedes me cansan más que los rivales, es más fácil hacer un triple que hacerlos cansar a ustedes! En un alto en la diversión y los juegos, Carlos Matías se dirigió entonces a Maru, su mujer. - ¿Qué paso con Juan? ¡Dijo que iba a ir hoy al partido y no lo ví! ¿O se fue antes? Juan era el hermano de Maru, el cuñado de Carlos Matías. - No, pobre Juan – le contestó Maru, muy preocupada por su hermano – no sabes lo mal que la esta pasando, una empleada que tiene en el negocio, lo esta acosando todo el tiempo, y no la puede echar, porque sí se tiene que comer un juicio por d

EL MUNDO QUESÓN: LAS VEINTE VERDADES DE LOS QUESONES Y EL ARTE DE QUESONEAR

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1° parte del Post LAS VEINTE VERDADES DE LOS QUESONES 1. Un Quesón es un asesino de mujeres, bajo ningún concepto debe asesinar hombres, un Quesón es un asesino matamujeres y tiraquesos, puede asesinar por placer, diversión o dinero, no importa la razón, lo importa es que siempre debe asesinar 2. Un Quesón siempre se llama Carlos, como primer nombre, de ninguna manera debe tener otro nombre, sí puede ser un equivalente de Carlos en otras lenguas, como Charles, Karl, Karel, Carlo, Carles, etc, pero siempre es un Carlos, y sí se llama Carlos de segundo nombre (o Juan Carlos, por ejemplo), no puede ser Quesón 3. Un Quesón puede asesinar a una mujer de la manera que le plazca, con el arma que quiera, siempre es recomendable que practique el juego de los pies con la víctima antes de asesinarla, pero siempre debe tirar un Queso sobre el cadáver de la víctima, y decir en voz alta “Queso” mientras lo hace 4. Un Quesón debe tener en claro que para un Carlos no hay nada mejor que otro Ca

QUESO (UN SIMPLE RELATO QUESÓN)

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El muchacho, alto y muy patón, con pies muy grandes, seguramente deportista, quizás modelo, se llamaba Carlos. La chica, no importa su nombre, era joven y muy bella. Se habían conocido esa misma tarde, en una pista de patinaje sobre hielo. El le dijo que se llamaba Carlos. Ella nunca dijo su nombre. Tuvieron una noche de mucho goce y placer, se ofrecieron streap tease en forma mutua, uno a otro, el le arrancó la ropa, ella hizo lo mismo, jugaron con los pies, lo de Carlos olían a Queso, los de ella a perfume francés, pero se los olieron, chuparon, lamieron y besaron uno a otro.  Despues tuvieron sexo con violencia, con técnicas bondage, ella simuló darle latigazos, el simuló darle patadas en el culo, se pegaron uno a otro, y la penetró por adelante y por atrás, con furia y salvajismo. Exhausta, pero muy contenta, la chica le dijo a Carlos: - ¡Carlos! ¡Carlitos! ¡Caaaaaaarrrloooossssss! ¡Quiero más, Carlos! Entonces, Carlos le dijo a la chica: - Vas a morir asesinada, nena. - ¿Por

La Sangrienta Orgía de Lady Dumitrescu y los Quesones

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Grande fue la sorpresa de Cynthia Nixo, una de las cuatro protagonistas de la serie Sex and The City (finalizada en 2004), cuando le ofrecieron ir a filmar una película a la ciudad de Buenos Aires. Se tuvo que fijar en un mapa para saber donde estaba Buenos Aires, y ahí descubrió, pues ella lo ignoraba totalmente, que había un continente llamado América del Sur compuesto por una docena de naciones, de las cuales una era Argentina, cuya capital era Buenos Aires… La actriz estaba decidida a desechar la propuesta, aunque era una suma millonaria de dólares, pero una extraña anciana, vestida de una manera digamos medieval, la interceptó en la calle y le dijo en rumano: - Trebuie să acceptați propunerea și să călătoriți în sudul lumii. Debes aceptar la propuesta y viajar al sur del mundo. Extraño, Cynthia solo sabía hablar en inglés pero entendió aquellas palabras en rumano como si siempre hubiese manejado ese idioma. Regresó a su departamento, y para su sorpresa, había un paquete, con un Q