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Mostrando las entradas de enero, 2017

La asesina de Ignacio Corleto

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Otra imagen clásica de los Relatos Quesones: la original de "La Asesina de Ignacio Corleto" Ravelia, la Quesona Asesina, la temible y sanguinaria asesina serial de hombres comenzó a pensar en una nueva víctima. Ya había asesinado a Martín Palermo, Gonzalo Quesada, Mario Guerci e Iván De Pineda, ahora iba por una nueva víctima. Deseaba asesinar a un basquetbolista o un rugbier, se inclinó por lo último, dado que en aquellos días conoció a Ignacio Corleto. Era alto, patón, robusto, muy atractivo para las mujeres y todas las chicas que lo conocían soñaban con tener sexo con él. Jugaba en CUBA, una de las instituciones más prestigiosas de las ligas profesionales del rugby nacional. Aunque estaba dotado de un bello rostro y de un físico impecable, Corleto estaba convencido que su principal arma seductora era su “olor a hombre”. Sí, Ignacio tenía un “olor a hombre” en todo el cuerpo, principalmente en los pies, que estaban siempre sudados y despedían un inevita

La asesina de Iván de Pineda

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La mítica imagen que aparece en los buscadores de Google  "la Asesina de Iván De Pineda" Semanas despues de haber asesinado a Mario Guerci, Ravelia, la Quesona Asesina, tenía ya una lista de tres hombres asesinados en su haber; en su departamento tenía la colección de zapatos de todas sus víctimas: Martín Palermo, Gonzalo Quesada y Mario Guerci, buscaba ahora al "cuarto hombre", al "cuarto Queso". Ella no asesinaba a cualquier hombre por ser hombre, solo asesinaba a los “Hombres Quesudos” como ella los llamaba, hombres cuyos pies “huelen a Queso” según su criterio. A Ravelia le despertaba un instinto criminal tan grande y amplio que ya no podía dejar de asesinar, y salía desesperada a la búsqueda de alguna nueva víctima Esta vez apuntó al modelo Iván de Pineda. Alto, patón, desgarbado, feo y al mismo tiempo muy atractivo, Ravelia se imaginaba colocando el par de zapatos de De Pineda en su colección de víctimas. Además se extendi

Maldita Quesona (Te asesinaré Quesona)

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Fue un lunes por la tarde, y todo indicaba que sería un triste, gris y aburrido lunes más en la vida de Valeria. La chica no estaba atravesando su mejor momento: tres meses antes se había separado de su novio, y aún era un tema que le costaba superar. Su único motivo de alegría en aquellos anodinos días había sido haber encontrado unas amistades en twitter con quienes intercambiaba fotos y chateaba durante largos ratos. Iba caminando por la calle, esas calles por donde parece no haber nadie. Pero Valeria empezó a advertir como si alguien la estaba observando y hasta siguiendo. Se dio vuelta, miró hacia atrás, luego otra vez hacia adelante, a la izquierda, a la derecha, otra vez para atrás. No vio nada. Siguió adelante entonces, tratando de no darle mayor importancia al asunto. Transcurrieron un par de minutos, y Valeria parecía totalmente absorbida en sus pensamientos. De repente, como salida de la nada, una enorme figura vestida totalmente de negro apareció detrás de ella. Valeria sol