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Mostrando las entradas de mayo, 2017

La asesina de Sergio Goycochea

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La imagen original de "La Asesina de Sergio Goycochea" Tras acuchillar a Roberto Carlos Abbondanzieri, lejos de apagar su instinto criminal, Ravelia, la Quesona Asesina se puso rápidamente en movimiento con el objetivo de cometer un nuevo crimen. Se fijó en un ex deportista y modelo, alto y patón llamado Sergio Goycochea. Sí, el Goyco, el que atajaba los penales en Italia 1990. La asesina alternaba entre usar revolver y cuchillo. Esta vez le tocaba usar el revolver con silenciador. Un Quesudo como ella llamaba a esta clase de hombres. Una noche, Sergio se dirigía a grabar un programa televisivo, donde por millonésima vez debía hablar de los penales atajados a Brnovic, Hadzibegic, Donadoni y Serena. Lo primero que le llamó la atención a Sergio fue que estaba absolutamente solo mientras se dirigía al estudio televisivo, lo segundo, es que en medio de la soledad, de repente, como salida de la nada, apareció ante el Ravelia, la Quesona Asesina. -          ¡

La asesina de Rolando Schiavi

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Ya eran muchas las víctimas de Ravelia la Quesona, la temible e implacable asesina serial de hombres que ejecutaba hombres Quesudos y les tiraba un #Queso, además de llevarse como trofeo las zapatillas (o zapatos) de sus víctimas. Su nuevo objetivo pasó a ser otro futbolista, con una exitosa carrera, defensor para más datos, que se llamaba Rolando Carlos Schiavi. Y de Boca Juniors, Ravelia sentía una especial animadversión por los jugadores de ese equipo. No fue difícil seducirlo y lograr que el futbolista, que era muy apuesto y sexy, además de ser alto y patón, la llevara a su departamento. Schiavi no resistió estar ante una mujer que parecía ser un clon perfecto de Valeria Mazza. Si Schiavi había tenido sexo con Sandra Bullock, ¿Como no iba a tener con Ravelia la Quesona? El Flaco (como le decían) la estaba esperando en la cama, desnudo, la chica se acercó, y le dijo: -         Qué lindo que sos, Flaco, me gustas mucho. -         Vení, vamos a divertirnos con

La asesina de Claudio Caniggia

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A pesar de tener muchos hombres asesinados en su haber, la temible y sanguinaria Quesona Asesina planificaba nuevos asesinatos. Más Quesudos merecían su Queso. Y ella se los iba a dar.  El nuevo objetivo de la asesina pasó a ser Claudio Paul Caniggia, sí, el famoso futbolista, aunque su nombre estuviese más ligado al mundo de las drogas que al fútbol, en los últimos tiempos. Ocurrió entonces que Claudio Paul Caniggia se encontraba una tarde en un baño de un estacionamiento alejado del paso masivo de gente. De hecho, Caniggia era el único hombre en el sanitario. Caniggia vendía drogas de esta manera: sus clientes eran personalidades importantes de la política, el empresariado, la justicia, el sindicalismo, la farandula, el modelaje y el mundo artístico. El mismo les daba las drogas a cambio de millonarias sumas de dólares. Tras orinar comenzó a ver en el espejo y para su sorpresa, Claudio Paul se dio vuelta y vio que ante el estaba Ravelia, la Quesona, pero Claudi

La asesina de Fernando Redondo

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La imagen del Relato Original de "La Asesina de Fernando Redondo" Algunas fuerzas policiales y medios de comunicación estaban tras la pista de la “Quesona”, la asesina serial de hombres que ya se había cobrado seis víctimas, sabía que esos hombres habían sido asesinados por una mujer, una temible, sanguinaria e implacable asesina serial. Muchos, sin embargo, se negaban a aceptar la existencia de la esta asesina y atribuían los asesinatos a leyendas urbanas, muy difundidas por cierto, pero la asesina realmente existía realmente y solo pensaba en quien sería su próxima víctima. Sin embargo, la habilidad que tenía la chica para cambiar continuar su impunidad era asombrosa. Ravelia solo tenía deseos de seguir asesinando y lo haría una y otra vez. Para ella solo cada asesinato simplemente un Queso y cada víctima un Quesudo más a su lista de hombres Quesoneados. En eso, la asesina se enteró que el futbolista Fernando Carlos Redondo, llamado “el Príncipe”,

La asesina de Diego Reinhold

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Ocurrió entonces, en aquellos días, que Ravelia fue al teatro, actuaba un joven llamado Diego Reinhold. Ravelia, la “Quesona Asesina”, se había tomado la costumbre de llevar siempre consigo un revolver cuarenta y cinco con silenciador, siempre cargado, guantes negros y un Queso por sí tenía que asesinar a algún hombre en forma inesperada. No a cualquier hombre claro, a un Hombre Quesudo. Claro que aquella noche sería todo diferente… Mientras miraba la función fue creciendo su instinto criminal y su deseo de asesinar a Diego Reinhold.  - Es un imbécil. Me gustan otra clase de hombres. Quizás este no sea Quesudo. Pero lo asesinaré igual. Es Quesudo a partir de ahora. Debo asesinarlo. No respondía al perfil que sus víctimas solían tener, pues no era ni atractivo, ni apuesto, ni nada, tampoco parecía tener pies grandes, más bien todo lo contrario, pero la asesina decidió ejecutarlo. - Diego, serás mi sexta víctima – pensó la asesina mientras miraba la función. Al fina

El asesino de Claudia Schiffer

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La top model internacional Claudia Schiffer se alojaba en la más suite más grande y lujosa que el prestigioso Hotel Ritz poseía en la ciudad. Se había dispuesto que tres de los camareros, un hombre y dos mujeres, iban a estar al servicio preferencial de la modelo. Las dos mujeres eran Rita y Josefina que se encontraban charlando en la cocina. -          Ahora hay que llevarle la comida a esa idiota. Esas minas con guita piden cualquier cosa para comer – le comentó Rita a Josefina. -          ¿Qué pidio hoy? -          Una ensalada de lechuga, remolacha, rucula y zanahoria. Aca está, ya la tengo preparada. -          Bueno, che, nos va a llevar unos pocos minutos, se lo llevamos y listo. -          ¿Pero a vos te parece que se puede mantener solamente con esa ensalada? -          Y sí, se matan de hambre... che... ¿Felipe se la va a llevar? ¿Che, y Felipe? -          ¿No te enteraste? No va a venir, murió la suegra. -          ¡No me digas! ¿Pero de repente palmó l

El asesino de Soledad Solaro

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Mediados de 2004, Soledad Solaro estaba en amoríos con el rugbier Gonzalo Quesada. Precisamente, aquella noche iba a salir con su novio. La modelo abandonó su departamento y abajo, la estaba esperando un auto para llevarla a la cita. Un hombre muy alto y patón, con aspecto de rugbier, con olor a Queso, la estaba esperando. Soledad le vio cara conocida, estaba segura que ya lo había visto en otras ocasiones. - Qué olor a Queso que tiene esta patón - pensó Soledad - creo conocerlo de algún lado. -   Buenas noches, señora Soledad Solaro – le dijo el chofer. - Buenas noches, ¿No nos conocemos ya? -   No, es la primera vez que hago un servicio para usted. Jamás vine a este departamento. -       Muy bien, se debe parecer a alguien, entonces. ¿Su nombre? -   Carlos – fue la respuesta y volvió a pronunciar su nombre con mayor enfásis – Caaarrrloooossss, aunque puede llamarme Carlitos. - Bueno, tanta confianza no, Carlos, ¿Sabe a donde vamos, verdad? -   Por supuesto, a la L