El Cuento de la Quesona Asesina de los Nadadores #QUESO
Carla, conocida como la Quesona Asesina, era un espectro de sadismo y locura que acechaba la gran metrópoli. Su belleza, elegancia y atractivo era la máscara de una mente diabólica, una asesina serial de hombres, cruel, implacable y sanguinaria, capaz de cometer los crímenes más terribles y atroces. Ella solo pensaba en quien sería su próxima víctima. Su arma, un cuchillo de 55 cm con una hoja capaz de partir un toro en dos, canalizaba una sed de sangre insaciable. Fede, un atleta de 1,93 metros con pies descomunales que calzaban 48, entrenaba en una piscina olímpica de Palermo. El olor a cloro se mezclaba con el aroma Quesudo de sus pies, un imán para la Quesona. Carla, como Carla, emergió al borde de la piscina, dejando caer su bata para revelar su cuerpo desnudo, salvo por unos guantes negros que brillaban bajo la luz. Fede, saliendo del agua, la miró con arrogancia. —Carla, ¿qué hacés acá? —dijo, su voz resonando en el silencio. —Te amo, Quesudo —respondió ella, su sonrisa ocultan...