El Asesino de Debora Bello

Aunque Diego Torres y Debora Bello llevaban ya hacía un tiempo considerable radicados en Miami, la pareja se encontraba ocasionalmente en Buenos Aires, pasando algunas semanas en un campo alejado más de cien kilómetros de la capital. En un día de verano, soleado y con altas temperaturas, Debora se despertó, y vio que el lado de la cama que debía ocupar Diego, estaba vacío. Juliana, la joven mucama, entró a la habitación de Diego y Debora, a llevarle el desayuno. - ¿Y el señor Diego? ¿Lo vio Juliana? - Se fue muy temprano, dijo que tenía que preparar un par de discos. - ¿Un par de discos? No me dijo nada. Bah, las últimas semanas estuvo muy raro, casi no me habla, se lo ve concentrado en otras cosas, no se que le pasa, en cualquier momento me vuelvo a Miami, ya me pudrió todo aca, además tampoco hemos tenido relaciones sexuales, todo muy raro. - Hablo de dos discos, señora Debora, un recopilatorio de sus éxitos, titulado “Color Esperanza” y una colección de...