El asesino de Pamela Sosa

Dicen que todo Quesón, despues de quesonear a una mina, tiene como principal pensamiento saber quién será su próxima víctima. El basquetbolista Carlos Matías Sandes no era la excepción a esto, sino más bien todo lo contrario. Sentía que como Quesón iba creciendo cada vez con las minas que venía quesoneando y no podía perder el ritmo. Si o sí debía quesonear a alguna famosa más. Las ganas de quesonear se potenciaron por dos motivos: había cumplido trescientos partidos en Boca, y eso era un motivo para festejar, por supuesto, no era solo aplaudir en la previa del partido del equipo xeneixe con Estúdiantes de Concordia y mostrar sus enormes zapatillas de color rosa talle cincuenta y dos, también las ganas de quesonear crecieron cuando le llegaron las noticias de Santiago del Estero: Floppy Tesouro había sido quesoneada. Sandes no tenía dudas: Carlos Leonel Schattmann era el asesino. - Míralo a Schattmann que buen asesinato cometió – pensó – recurrió a unas buenas armas ninja...