El asesino de Connie Ansaldi

Una tarde cualquiera en Santa Fe, el basquetbolista Carlos Delfino se encontraba viendo televisión. Estaba sentado en una silla, con las enormes plantas de sus pies talle cincuenta sobre una mesa, y mientras observaba la pantalla, comía un Queso Gruyere. Por suerte estaba solo, cualquier otra persona no hubiera podido aguantar el intenso y apestante olor a Queso que había en la habitación, tanto el que se originaba en los pies del basquetbolista como del que estaba comiendo. En la TV, Carlos observó a una panelista, Connie Ansaldi. Luego de un rato, el basquetbolista dijo en voz alta: - Esta mina va a ser mi próxima víctima. La asesinaré. Le cortaré la cabeza y le tiraré un Queso. Carlos terminó de comer el Queso, no dejo ni los agujeros, cuando se dirigió a un armario, allí se puso los guantes negros, se vistió con la ropa que solía usar cuando asesinaba a alguna mina, tomó la espada samurai con la que había asesinado a muchas mujeres y salió de su casa. - ¡Vaya! – p...