El Asesino de Ana De Armas

Con su 1,97 metros de altura, sus pies talles cincuenta, y sus 88 kilos de peso, el voleibolista español, o mejor dicho catalán, Carlos Mora, se encontraba en su amada ciudad de Tarragona, sobre la Costa del Mediterraneo, contemplando el mar en la Platja del Miracle (Playa del Milagro). - Que hermoso el Mediterraneo. Que bella la meva Catalunya, que bella la meva ciutat de Tarragona. Como dice Serrat “… Que han vertido en ti cien pueblos, De Algeciras a Estambul, Para que pintes de azul, Sus largas noches de invierno (…) Tengo alma de marinero, Qué le voy a hacer, si yo, Nací en el Mediterráneo, Nací en el Mediterráneo”. Pero la belleza de aquella playa y de aquel mar se interrumpió de repente para Carlos, cuando vio un gentío que se acercaba a la playa. - Coño, joder, que ya viene la gente a molestar – murmuró Carlos. - Son los periodistas y los paparazzi, vienen por Ana de Armas, esa actriz cubana que vive en nuestro país, me refiero a España, claro, no a la Repú...