El Asesino de Marina Calabró

Marina Calabro finalizó su habitual participación en un programa televisivo, en el cual le pagaban millones para hablar idioteces sobre temas totalmente irrelevantes e intrascendentes. Sin mayores preocupaciones, solo pensando en que boludeces diría al día siguiente sobre algún escandalo de la farandula, Calabró regresó a su departamento. Pensaba descansar un rato y luego salir a ver una obra de teatro, gratis por supuesto, sin pagar una mísera entrada. Durmió la siesta, fue una siesta realmente placentera y reparadora, donde soño algo que la hizo disfrutar mucho, que tenía sexo con un jugador de fútbol dotado de enormes pies, que calzaba un 47 o 48. En el sueño, Marina jugaba con el futbolista con los pies, y luego tenía toda clase de juegos sexuales, hasta un Queso incluído. Finalmente Marina se despertó, y dijo: - Qué lastima. Fue todo un sueño. Que bien la hubiera pasado si todo eso hubiese sido realidad. Qué bueno debe ser tener sexo con un futbolista pat...