El asesino de Jazmín Stuart

El partido de basquet acababa de finalizar. Carlos Delfino, el “Lancha”, el “Cabeza”, el gran jugador de la generación dorada del básquet argentino, había tenido una actuación descollante y sobresaliente, al anotar más de una decena de triples. La figura del partido sin dudas. Extenuado y sudado como pocas veces, Carlos Delfino entró al vestuario. Siempre olía a Queso no solo en los pies sino en todo el cuerpo. Pero aquella noche el olor era mayor al habitual. Todavía no había ingresado a las duchas, bah, en realidad no tenía intención de asearse, solo perfumarse un poco debajo de los brazos, era un Quesón y le gustaba tener olor a Queso. Uno de los compañeros de Carlos le dijo entonces: - Todos olemos fuerte después de un partido, pero lo tuyo supera todo. - Tengo mucho olor a Queso. Soy un Quesón. Por más que me lave los pies una y otra vez, el olor no se me va. Al contrario, si me pongo algún desodorante para pies, el olor se multiplica. - Ahora que lo ...