El Asesino de Kenya Kinski Jones

Estaba muy expectante dado que por fin había llegado el día: tenía que tirar un Queso, al fin y al cabo me llamo Carlos Quesón, le tengo que hacer honor a mi nombre y apellido, y pies grandes no me faltan, calzaba 46, pero ahora ya calzo 47, los pies cada vez me crecen más, me tuve que comprar unas yantas talle 47, ¡Y como huelen! será de tanto escribir sobre pies grandes y de tanto comer Queso. La víctima era una sorpresa de mis amigas Lady Dumitrescu y la Marquesa de Avila, y me estaba esperando en un hotel de Puerto Madero. Yo me fui con el equipo completo: guantes negros, un gran cuchillo y un gran Queso. El cuchillo era una copia del que usó Carlos Kramer para asesinar a Paula Pestarino, su esposa. Descarté la idea de usar el cuchillo “grabado con el nombre de la víctima” con el que Carlos Sebastián Beneitez apuñalaba una y otra vez a Ravelia Zamas, la tatuada fetichista de los pies. El cuchillo de Carlos Kramer además era el mismo modelo que solía usar Carlos Gonella, el Fiscal...