El Asesino de Floppy Tesouro

El basquetbolista Carlos Leonel Schattmann, jugador de Quimsa, se encontraba disfrutando de calma provinciana que rodea a Santiago del Estero, lugar donde las siestas son sagradas. En la tierra de la chacarera, y después de un intenso entrenamiento por la mañana, Carlos se puso a descansar, acostado en una comoda silla para su 1,93 metros de altura, con los pies descalzos talle 48 que tenía, pensando en disfrutar alguna serie de Netflix aunque estaba seguro que el sueño de la siesta lo vencería y terminaría quedándose dormido. Schattmann se encontraba solo en el lugar, y fue una suerte que así sea, pues si había alguien más, no hubiera podido resistir el fuerte olor a Queso que despedían sus pies. Comenzó a buscar en el menú de Netflix pero no encontró nada. Carlos pensó: “Bueno, siempre las mismas boludeces, mejor me hago una siestita”. Como Quesón que era, comenzó a pensar en los asesinatos que había cometido, y sus víctimas más famosas, Jimena Barón, Brenda Asnicar, Natalia ...