El Asesino de Roxana Zarecki

Era una tarde cualquiera en la cual Carlos Gonella, el Fiscal Quesón, se encontraba en la fiscalía, trabajando en uno de los muchos casos que tenía asignados, siempre dividiendo su tiempo entre lo urgente y lo importante. Como era habitual en la rutina laboral de Carlos, veía y estudiaba los expedientes mientras comía unos buenos trozos de Queso. La picada de Quesos incluía Gruyere, Parmesano, Emmenthal, Provolone, Cheddar, Gouda y Sardo, de todo un poco. Como un ratoncito, Carlos iba devorando el Queso hasta que el plato quedo vacío. Justo en aquel momento, cuando el plato quedo vacío, tocaron la puerta del despacho de Carlos. Se escuchaba que una mujer hablaba en voz fuerte con el secretario de Gonella. “El Fiscal está muy ocupado” decía el secretario, también abogado, Carlos Sebastián Beneitez, “Debo hablar con el en forma directa, no quiero intermediarios” decía la mujer. Al escuchar aquello, Carlos se levantó y abrió la puerta. - ¿Qué sucede? - Tengo que ha...