Los Tres Carlos de Carla Czudnowsky o el Cuento de los Quesones que no Quesonean
- ¡Caaaaarloooooos, Caaaaarliiiiitooooos! - exclamó en forma sensual y erótica Carla, mientras los enormes pies talle cincuenta de Carlos Bossio se acercaba a su rostro y agregó - Quiero tu Queso, Tirame un Queso - tras lo cual comenzó a gritar como loca - ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!. Carlos, con sus guantes negros, obedeció aquella orden de Carla, y agarró un enorme Queso, un Queso gigantesco, donde se destacaban grandes y voluminosos agujeros, y lo tiró sobre Carla, que pareció recibir aquel Queso como quien recibe un caricia. Luego de aquella sexual escena de desenfreno, Carla Czudnowsky, de esta Carla se trata, comenzó a oler, besar, chupar y lamer aquellos gigantescos, olorosos y carnosos pies de Carlos Bossio, pies que destilaban un olor a Queso apestante y sofocante para cualquier mortal, pero no para ella, que parecía envolverse y nadar bajo aquellos pies, los pies de un Carlos, los pies de un Quesón. El juego de los pies fue mutuo, pues Carla extendió también sus pies al ro...