La Asesina de Tomas Fonzi

Tomás Fonzi concurrió a un importante evento en un hotel céntrico. Gente de la política, el espectáculo y el deporte eran los asistentes a aquel evento. El evento hacía un par de horas que había comenzado y Fonzi, deseaba fumarse un porro, por eso salió de la fiesta y fue a la terraza, pero quería estar solo. La azotea estaba atestada de invitados y parecía que todos querían fumar un porro. El olor a porro era muy fuerte.

El actor, con rasgos hobbits, miró al cielo y pensó…

- Necesito estar solo. Este porro es en homenaje a vos, hermana mía – el actor, hizo referencia a su hermana, Dolores Fonzi, asesinada y quesoneada por el basquetbolista Carlos Delfino (1)

Por fin, Fonzi encontró aquel lugar, un rincón oscuro, donde prendió el porro.

- Por vos, Dolores.

Fonzi empezó a mirar a su alrededor, y vio que en un pasillo iluminado, y con vidrios, se detuvo un ascensor, y se abrió la puerta, para su sorpresa, ahí adentro estaban Carla Conte y Nicolás Cabré.

Fonzi reconoció a las dos figuras y pensó… “Ahora Cabré esta con esa Carla Conte, siempre me pareció una mina muy grasa, pero bueno, que se le va a hacer”.

Pero la sorpresa se convirtió en terror cuando Fonzi vio que Carla sacaba un revolver, apuntaba a Nicolás con el silenciador y ¡bang! ¡bang! ¡bang! ¡bang! ¡bang! ¡bang! ¡bang! ¡bang! Carla asesinaba a Nicolás.

- ¡Nooooooooooooooo! – exclamó aterrorizado Fonzi, tan aterrorizado quedó, que tiró al piso el porro que había fumado – debo estar muy fumado, muy fumado, muy fumado, eso no debió haber ocurrido jamás, jamás.

Tomás vio que Carla tiraba un Queso sobre el cadáver de Cabré, y tras hacerlo, la asesina levantaba la vista, y lo vió a Tomás Fonzi.

- ¡Oh, no! ¡Me vio! – dijo Tomás Fonzi.

Fonzi, muy nervioso, sudado, apurado, intentó escapar, pero fumado y duro como estaba, se apuró y en vez de avanzar, se cayó al piso. Quedó inconsciente. Al despertarse, vio que Carla Conte, la asesina, lo tenía en brazos.

- ¡Carla Conte! – exclamó asustado Tomás Fonzi.

- ¿Cómo estas Fonzi?

- Matastes a Nicolás Cabré. Yo lo ví. Le tirastes un Queso. Vos sos la asesina. El identikit. Vos mataste a Mariano, al paralítico, al otro Mariano, vos sos la asesina.

- Vos estas muy fumado, pibe – le dijo Carla.

- No, no, vos sos una asesina.

- Come algo, así dejas de hablar pavadas, Tomás. Dale comete esto.

Carla le dio a Tomás un cubo de Queso y el actor, como un ratoncito, se lo devoró.

- ¿Te gustó? ¿Te doy otro Quesito?

Fonzi asintió con la cabeza y en segundos se comió otro cubo de Queso.

- Qué rico Queso. Parece tener gustos a almendras.

- El cianuro tiene gusto a almendras, querido Tomás.

Pero Tomás ya no respondió, tras comer ese segundo cubo de Queso no pudo respirar, y así, murió envenenado. Fonzi murió en los brazos de Carla, su asesina. La asesina dejó el cadáver de su víctima ahí y al contemplarlo dijo:

- Debiste ver lo que no debiste ver. No pensaba asesinarte Tomás. Pero no tuve opción. No iba a gastar una bala ni un puñal con vos, con un Queso basta, dos cubos de Queso, ja, ja, moristes como las ratas.

- Queso – dijo Carla mientras tiraba un Queso sobre el cadáver de Tomás Fonzi.

Ahora sí, la asesina se fue del lugar del crimen. Dicen que un anciano, que se hacía llamar Nicolae Dumitrescu, se la cruzo a la salida del hotel y le dijo:“Bine făcut” que en rumano significa “Bien hecho”.

(1) El Asesino de Dolores Fonzi