Los Asesinos de Milica
Milica podría haber sido una simple chica del Conurbano Bonaerense, su lugar en el mundo, y permanecer como una aspirante a chica fácil o bombacha veloz de algún barrio tipo Laferrere, el Cuartel V de Moreno o Burzaco, que lo hace por placer o diversión, y no por dinero, y permanecer así, siempre en el anonimato, con su nombre auténtico, Micaela Ybañez.
Pero su destino era otro y en la era de la nada misma, donde nada tiene sentido y cero gracia, se convirtió en Milica, una chica de gran fama en las redes sociales, con sus contenidos de TikTok (@milica_yb), en Instagram (1,4 millón de seguidores) y en X (el ex Twitter, con más de 700.000 seguidores, donde tiene una comunidad propia, MilicArmy), más canales propios en la redes de streaming “Kick” y “Twicht”.
Una vida de fácil popularidad en las redes, que le permite ganar guita de modo demasiado fácil, comprobando casi cien años despues, cuanta verdad tenía el tango “Cambalache” de Enrique Santos Discepolo “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, Ignorante, sabio o chorro, pretencioso o estafador, Todo es igual, nada es mejor, ¡Lo mismo un burro que un gran profesor!, No hay aplazaos, qué va a haber, ni escalafón, Los inmorales nos han igualao”.
Además de todo esto, Milica se creía un sex symbol, una belleza única, irresistible para los hombres, y hacía videítos pensando que del otro lado millones de tipos, de incels, se estarían haciendo grandes pajas, una hentai viviente, de carne y hueso. (1) (2)
Al mismo tiempo, Milica parece tiene cierta obsesión con los baños, sanitarios o aseos, dado que gran parte de su contenido audiovisual, lo hace sacándose fotos desde allí, otra clase de fetichismo, quizás no solo fetichista de los cuartos de baños, sino también del papel higiénico y los rollos de cocina.
Para la mayoría de quienes ven sus posts y comentan, Milica es una chica normalita, lejos de representar una belleza, que pasaría desapercibida en cualquier bondi que pasa por esas rotondas típicas del segundo cordón del Conurbano Bonaerense, en algún lugar de La Matanza o Florencio Varela.
En medio de tanta fama en las redes sociales, resultó lógico que a Milica la invitaran a una festichola en un yate del Tigre, ya había ido a varias de esos encuentros, a puro goce, disfrute y placer, con mucha diversión, porros y sexo, de toda clase y especie.
Si bien no figuraba en sus planes un embarazo, la idea de tener sexo con algún futbolista, y encajarle un pibe, no estaba mal, pero por ahora mejor evitar algo así.
Antes de subirse al yate, de nombre “Brishaflor” (3), una anciana, que se hacía llamar “Doña Dominga” le dijo: “Ese es el yate del pecado, de la perdición, el que anuncia la inminencia del apocalipsis, el fuego eterno consumirá a los condenados que estarán allí, el juicio se acerca y tu Milita, no escaparas al castigo, porque sos una hija de Satán”.
“Ja, ja, ja” se río Milica “vaya a seguir vendiendo empanadas a la terminal de bondis de Tucumán, vieja pelotuda, ja, ja”.
Doña Dominga, con sus ojos desafiantes por una furia ancestral, con esa mezcla de sangre napolitana, y de los Quilmes y los Amincha, que tenía encima, levantó su dedo hacia Milica y pronunció con voz grave: “¡Maldita seas, hija del desenfreno! Sube a ese yate si queres, pero la sombra del pecado te seguirá. Antes de que la luna se alce tres veces, conocerás la soledad del alma y el peso de tus excesos. ¡Que el fuego que buscas te queme desde adentro! ¡Estas condenada porque perteneces a la perdición”.
Milica, entre risas burlonas, le dio la espalda y caminó hacia el muelle, exhibiendo sus tetas y culo con descaro. “Vieja loca,” gritó, mientras el eco de la maldición se desvanecía en el aire húmedo del Tigre. Los demás invitados que vieron la escena festejaron la reacción de Milica.
El “Brishaflor” relucía bajo las luces del atardecer, en medio de la navegación. La música electrónica retumbaba, las botellas de champán y cerveza se descorchaban y el olor a marihuana impregnaba la cubierta. Milica, con un vestido ajustado que dejaba poco a la imaginación, se sumergió en la fiesta como pez en el agua. Bailaba, coqueteaba, y los porros pasaban de mano en mano mientras las risas se mezclaban con gemidos en los rincones oscuros del yate. Había futbolistas, influencers, y algún que otro famoso de reality, todos entregados al goce y al relajo. Sin embargo, aunque el goce se expandía por todos lados, Milica se sentía medio vacía, como si le faltara algo.
En un momento, en medio de tanto chupi, faso y porro, Milica, chocó con un chico que parecía fuera de lugar. Era delgado, desgarbado, con una camiseta de videojuegos y una mirada nerviosa que no encajaba con el desenfreno del yate. Aunque tenía tatuajes llamativos y pies muy grandes.
“¿Quién sos vos?” preguntó Milica, con una mezcla de curiosidad y desdén.
“Matías,” respondió él, medio balbuceando “No sé ni cómo terminé acá, un amigo me invitó, pero… esto no es lo mío, yo soy un Incel.”
Milica reaccionó con sorpresa. Había oído hablar de los “incels” en las redes, chicos resentidos que no encajaban en el juego de la seducción, y Matías parecía el prototipo. Sin embargo, algo en su torpeza le resultó intrigante, casi un desafío: sus pies grandes.
“Relajate, pibe,” dijo, pasándole un porro con una sonrisa pícara. “Acá nadie muerde… a menos que se lo pidas.” Matías se sonrojó, claramente abrumado, pero tomó el porro con manos temblorosas.
Mientras la fiesta seguía su curso, Milica, quizás por aburrimiento o por la extraña energía del momento, decidió jugar con él. Lo llevó a un rincón más tranquilo del yate, donde el ruido de la música se apagaba un poco. Entre risas, coqueteos y un par de tragos, Matías empezó a soltarse, aunque seguía siendo un manojo de nervios. “Nunca estuve con alguien como vos,” admitió, casi en un susurro. Milica sonrió, pero algo en su interior se removió. ¿Era la maldición de la vieja? ¿O solo el efecto de las drogas?.
Matías extendió sus grandes pies, no olían mal, mas bien lo contrario, a Milica le gusto, le empezó a hacer cosquillas, y empezaron a jugar con los pies, Matías permaneció duro, mientras le gustaba que Milica jugara con sus pies, la influencer no entendía mucho aquello pero lo hacía como guiada por un extraño instinto, finalmente, Matías siguió duro, pero se le paró el miembro viril, y pasaron a una relación sexual, algo tímida, que Matías disfruto a su manera, y a Milica le pareció medio una cagada, pero bueno, paso.
“Gracias Milica, gracias por desvirgarme” le dijo Matías “quizás me veas medio pelotudo, pero yo soy así, con esto te ganastes el cielo”.
“Ja, ja, ja” río Milica “llegó mi redención, y esa vieja me quiso condenar al infierno y no se que concha, ahora me gané el cielo gracias a Matías”.
Matías se quedo ahí, contento, mientras la fiesta seguía en el yate, y estaba alcanzando su máximo nivel, todos comenzaron a ir al salón, mientras parecían entregarse a un culto pagano, con más sexo, drogas y diversión.
Todo era muy raro, había como un altar, lleno de Quesos, de enormes Quesos tipo Gruyere o Emmental, con agujeros grandes y voluminosos.
Tres hombres altos, jóvenes y patones, un basquetbolista (Carlos “Charly” Buemo, 1,95 de altura, 49 de calzado) un influencer (Carlos “Charles” Pirovano, 1,92 de altura, 48 de calzado) y un futbolista (el chileno Carlos Palacios, de Boca Juniors, 1,80 de altura, 47 de calzado).
A Milica le llamó la atención que todos los asistentes, hombres y mujeres, comenzaron a gritar como drogados “Queso, Queso, Queso, Queso”, mientras los tres Carlos se preparaban para una especie de ritual pagano.
“¿Qué es esto?” pensaba Milica, que no tenía un joraca.
Los tres Carlos agarraron cada uno un Queso y en una especie de ritual se presentaron asimismos:
“Haremos un sacrificio por el Queso, por los incels, los otaku, el hentai y en contra de la CasaLarga, el triunfo de los jóvenes sensibles se acerca” dijo Carlos Buemo.
“Una de ustedes damas presentes será la sacrificada” señaló Carlos Palacios.
“La elegida sos vos, Milica” dijo Carlos Pirovano, señalando a Milica, que de repente se vio rodeada por todos los asistentes, que comenzaron a vitorear su nombre…
“Milica! Milica! Milica! Milica! Milica! Milica! Milica! Milica!”
Milica no entendía nada y le dijo a los tres Carlos:
“¿Pero quienes son ustedes y que pretenden de mí?” (4)
“Carlos Buemo, el asesino de Brisa Marcos” (5)
“Carlos Pirovano, el asesino de Sasha Ferro” (6)
“Carlos Palacios, el asesino de Flor Regidor” (7)
“Ohhhhhhhhhhh” exclamó aterrorizada Milica “¡Socorro! ¡Quieren asesinarme!” y amago escapar, pero la multitud la rodeo, y fue imposible, Matías el incel, sonriente, le dijo:
“Es solo goce piba, solo goce, no tengas miedo, entregate al sacrificio, esto es solo diversión y sexo, la pasaras bien, o acaso queres la condenación a la que invoco la Dominga, con esto tendrás la redención”.
Milica se entregó: quería el cielo, no el infierno.
Mientras la multitud la ovacionaba y gritaba “¡Milica! ¡Milica! ¡Queso! ¡Queso! ¡Carlos Buemo! ¡Carlos Pirovano! ¡Carlos Palacios! ¡Matías! ¡Dominga” una y otra vez, mezclando todo, todo el tiempo y al mismo tiempo.
Milica se vio momentos despues acostada en el altar, mientras la orgía se desató en el salón, los porros estaban a full, y todo era un goce y un desenfreno total…
El aire en el salón del yate “Brishaflor” se había vuelto denso, cargado de un olor penetrante a queso mezclado con el humo de los porros y el sudor de la multitud enardecida. Milica, tendida sobre el altar improvisado cubierto de enormes quesos Gruyère y Emmental, sentía el peso de la situación, pero algo en el ambiente, tal vez las palabras de Matías o el frenesí colectivo, la había convencido de entregarse al ritual con cierta alegriía. La multitud seguía gritando en un éxtasis casi religioso: “¡Milica! ¡Queso! ¡Carlos! ¡Matías! ¡Dominga!”.
Carlos Buemo, el basquetbolista de 1,95 metros, fue el primero en avanzar. Se quitó las zapatillas de talla 49, dejando al descubierto unos pies enormes, sudorosos y con un olor que parecía emanar directamente de los Quesos que rodeaban el altar. El aroma era abrumador, una mezcla de queso rancio y pies que no habían visto jabón en días. Colocó sus pies sobre el pecho de Milica, y ella, al principio, retrocedió instintivamente, arrugando la nariz con asco. “¡Por el Queso y los incels!” exclamó Buemo, mientras la multitud rugía en aprobación.
Milica, con el corazón acelerado, se acercó lentamente a uno de sus dedos gordos. El olor era insoportable, pero la presión de la situación y un extraño impulso la llevaron a lamer tímidamente. El sabor salado y picante le revolvió el estómago, pero los vítores de la multitud la empujaron a seguir. Besó, chupó y olió, y aunque al principio sintió náuseas, algo en el acto comenzó a transformarse en un placer retorcido, como si el desenfreno del momento la hubiera arrastrado a un estado de trance.
Luego vino Carlos Pirovano, el influencer de 1,92 metros, con sus pies de talla 48. Sus pasos resonaron en el suelo de madera del yate mientras se acercaba al altar, quitándose sus enormes zapatillas. El olor de sus pies era aún más intenso, como si hubiera pasado días caminando bajo el sol sin descanso. Puso sus pies sobre el abdomen de Milica, y el hedor a Queso la golpeó como una bofetada. “¡Por el hentai y los otaku!” gritó Pirovano, alzando los brazos.
Milica, todavía atrapada entre el asco y la resignación, repitió el ritual. Lamió con más decisión esta vez, besó los talones ásperos y olió profundamente, dejando que el aroma la envolviera. E
l asco inicial dio paso a una sensación de éxtasis, como si cada lamida la conectara más con el caos que la rodeaba. La multitud estalló en gritos de euforia, algunos incluso se unieron a la orgía que se desataba en el salón, mientras otros seguían fumando porros y bebiendo champán.
Finalmente, Carlos Palacios, el futbolista chileno de 1,80 metros y talla 47, se acercó con una sonrisa fría. Sus zapatillas deportivas salieron volando, y el olor de sus pies fue el más abrumador de todos, una mezcla de queso fermentado y el sudor de un partido interminable. Los colocó sobre las piernas de Milica, y el hedor era tan intenso que sus ojos lagrimearon. “¡Por la caída de CasaLarga y el triunfo de los sensibles!” proclamó Palacios, mientras la multitud coreaba su nombre.
Milica, ya completamente entregada al ritual, no dudó esta vez. Lamió con avidez, besó cada dedo con una devoción que rayaba en lo místico, chupó y olió como si el olor a Queso y pies fuera un néctar divino. El asco había desaparecido por completo, reemplazado por un goce absoluto, un placer que parecía trascender lo físico y conectarla con la energía colectiva del yate.
La atmósfera en el yate “Brishaflor” había alcanzado un punto de no retorno. Las luces LED parpadeaban en tonos púrpura y azul, la música electrónica resonaba como un latido colectivo, y el aire estaba saturado de humo, sudor y el olor penetrante a Queso.
Milica, completamente entregada al ritual, yacía en el altar, rodeada de los enormes quesos Gruyère y Emmental, mientras la multitud seguía coreando su nombre y el de los tres Carlos en un frenesí casi animal: “¡Milica! ¡Carlos! ¡Queso!”.
La multitud empezó a gritar “¡Sexo! ¡Sexo! ¡Sexo! ¡Sexo!” en un desenfreno sin igual.
Carlos Buemo, el basquetbolista de 1,95 metros, fue el primero en avanzar hacia ella. Su presencia imponente dominaba el espacio, y sus manos grandes y fuertes la sujetaron con firmeza. Milica, todavía sumida en el éxtasis del ritual, lo recibió con una mezcla de devoción y deseo, como si cada movimiento formara parte de un sacrificio sagrado. El acto sexual fue crudo, intenso, casi ceremonial, mientras la multitud observaba y vitoreaba, algunos uniéndose al desenfreno en los rincones del salón.
Le siguió Carlos Pirovano, el influencer de 1,92 metros, cuya energía era más calculada pero igualmente avasalladora. Se acercó a Milica con una sonrisa confiada, sus manos deslizándose sobre ella mientras susurraba algo sobre “el triunfo de los sensibles”. Milica, ya perdida en el torbellino de sensaciones, se dejó llevar por el momento, su cuerpo respondiendo al ritmo de la música y al calor del yate. El placer sexual era abrumador, un éxtasis que parecía borrar cualquier rastro de miedo o duda.
Por último, Carlos Palacios, el futbolista chileno de 1,80 metros, completó el ritual. Su intensidad era diferente, más visceral, como si cada movimiento estuviera cargado de una furia contenida. “Por la caída de CasaLarga,” murmuró mientras se entregaba al acto, y Milica, atrapada en un estado de trance, sintió que su cuerpo y su mente se fundían con la energía colectiva del yate. El olor a queso, el sudor, los gemidos y la música se mezclaban en una sinfonía caótica que la envolvía por completo.
Mientras Milica se sumergía en el ritual, y era cogida por los tres Carlos, la orgía a su alrededor alcanzaba su clímax. Los asistentes, hombres y mujeres, se entregaban al desenfreno total: cuerpos entrelazados, gemidos que se mezclaban con la música electrónica, porros que pasaban de mano en mano, y botellas de licor que se derramaban sobre el suelo.
Matías, el incel, observaba desde un rincón, con una sonrisa de satisfacción, como si el sacrificio de Milica fuera el cumplimiento de una profecía. Los Quesos en el altar parecían brillar bajo las luces LED, y el aire vibraba con una energía oscura y hedonista.
Milica, ahora completamente poseída por el éxtasis del momento, llena de goce y satisfacción levantó los brazos y gritó: “¡Por el Queso! ¡Por los Carlos! ¡Por el goce!”
La multitud respondió con un rugido ensordecedor, y el yate “Brishaflor” continuó navegando por las aguas oscuras del Tigre, bajo una luna que parecía ser testigo de un ritual que desafiaba toda lógica.
Matías, el Incel, se convirtió en una especie de líder de la turba y le dijo a Milica gritando, mientras la multitud seguía en su frenesí desbordante, “¿Y ahora querida Milica, cual de los tres Carlos tenía mejor olor a Queso, cual de los tres te cogió mejor?”.
“Imposible elegir, los tres, los tres, viva el Queso y vivan los Carlos” gritó Milita.
En ese momento, los tres Carlos, con sus guantes negros, tomó cada uno una gran espada que estaban al costado del altar, en medio de los Quesos, y gritaron “¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!”
La atmósfera en el yate “Brishaflor” se había tornado asfixiante, el aire cargado de un hedor a queso rancio y el eco de los gritos de la multitud que resonaban como un mantra: “¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!”.
Milica, todavía jadeante tras el frenesí del ritual, sintió cómo el terror reemplazaba rápidamente el éxtasis que había sentido momentos antes.
Sus ojos se abrieron de par en par al ver a los tres Carlos —Carlos Buemo, Carlos Pirovano y Carlos Palacios— acercándose al altar con espadas relucientes en sus manos enguantadas de negro. La luz de la luna, que se filtraba por los ventanales del yate, hacía brillar las hojas de acero con un fulgor siniestro.
Milica intentó levantarse, pero su cuerpo, agotado por el desenfreno, apenas respondió. “¡No, por favor!” gritó, su voz quebrándose mientras retrocedía torpemente sobre el altar, rodeada de los enormes quesos Gruyère y Emmental.
Pero la multitud, liderada por Matías, el incel, no mostró piedad. Sus vítores se transformaron en un rugido ensordecedor, un canto de guerra que celebraba el sacrificio. “¡Por los incels, los otaku y el hentai!” exclamó Matías, alzando los brazos como un profeta enloquecido.
Carlos Buemo, el basquetbolista de 1,95 metros, fue el primero en actuar. Con un movimiento rápido y preciso, levantó su espada y la hundió en el pecho de Milica. La hoja atravesó su carne con un sonido húmedo, y un grito desgarrador escapó de sus labios, silenciado rápidamente por el rugido de la multitud. La sangre comenzó a brotar, tiñendo de rojo los quesos que la rodeaban, mientras Buemo, con una expresión fría, retiraba la espada lentamente.
Carlos Pirovano, el influencer de 1,92 metros, dio un paso al frente. Su rostro, normalmente adornado con una sonrisa confiada para sus seguidores en redes, ahora mostraba una determinación gélida. “Por la caída de CasaLarga,” murmuró, y descargó su espada en un arco descendente, cortando profundamente el abdomen de Milica. Ella se convulsionó, sus manos arañando el altar en un intento desesperado de aferrarse a la vida, pero el dolor era insoportable, y su visión comenzaba a nublarse.
Finalmente, Carlos Palacios, el futbolista chileno de 1,80 metros, se acercó con una furia contenida en sus ojos. “Por el triunfo de los sensibles,” gruñó, y con un golpe brutal, clavó su espada en el cuello de Milica. La sangre salpicó el altar, mezclándose con el aroma a Queso y el humo de los porros que aún flotaba en el aire. El cuerpo de Milica se estremeció por última vez antes de quedar inmóvil, sus ojos abiertos en una expresión de horror eterno.
La multitud estalló en un éxtasis macabro, gritando los nombres de los tres Carlos y de Matías mientras alzaban sus copas y fumaban porros en honor al sacrificio. Los tres Carlos, con las espadas aún goteando sangre, tomaron cada uno un enorme Queso del altar.
Carlos Buemo levantó el suyo y lo arrojó con fuerza sobre el cuerpo sin vida de Milica, el Queso golpeando su torso con un sonido sordo.
“Queso” dijo Carlos Buemo.
Carlos Pirovano hizo lo mismo, lanzando otro Queso Gruyere que rodó sobre el altar, dejando un rastro de sangre y cayendo sobre el cadáver de Milica.
“Queso” dijo Carlos Pirovano
Carlos Palacios, con un gesto final de desprecio, arrojó el tercer Queso sobre el rostro de Milica, cubriendo sus facciones inertes con el peso del Emmental.
“Queso” dijo Carlos Palacios.
El yate “Brishaflor” continuó navegando por las aguas oscuras del Tigre, indiferente al horror que acababa de ocurrir en su interior. La luna, testigo silencioso de todo, iluminaba la escena con un resplandor frío, mientras la multitud, ahora liderada por Matías, seguía celebrando su ritual pagano.
En la distancia, el eco de la voz de Doña Dominga parecía resonar sobre el agua: “El fuego eterno consumirá a los condenados…”. Y aunque Milica ya no podía escucharlo, su destino, al igual que el del yate, parecía sellado en las sombras de aquella noche sangrienta y Quesosa.
La fiesta termino y todos sus asistentes quedaron dormidos y parecían zoombies de “The Walking Dead”, cuando el yate llegó al puerto, Matías sonriente le dijo a Dominga “El futuro pertenece a los jóvenes sensibles, abajo la Casalarga!” (8)
“Ja, ja, ja, ja” río Dominga con satisfacción “El culto por las Quesoneadas Brisa Marcos, Sasha Ferro y Flor Regidor esta alcanzando niveles nunca vistos, por eso desde el mas allá sus almas gatunas y Quesoneadas, exigían que sus Quesones, sus asesinos, realizarán un sacrificio ritual, y esta Milica era la ideal, como guardiana del equilibrio del Mundo Quesón, he cumplido una vez más” dijo Dominga.
Y así finaliza nuestra historia, que observa como los Quesones hoy se han convertido en la única esperanza contra la opresión de la CasaLarga (9) (10).
#QUESO
(
1 1)
) Incel: Un incel (término derivado del inglés involuntary celibate, o célibe involuntario) es una persona, generalmente hombre, que se identifica como incapaz de encontrar pareja sexual o romántica a pesar de desearlo, atribuyendo esta situación a factores externos como la apariencia física, las normas sociales o el comportamiento de las mujeres. El término surgió en los años 90 en foros en línea, inicialmente como una comunidad de apoyo para personas con dificultades en sus relaciones, pero con el tiempo, ciertos subgrupos de incels se radicalizaron, adoptando actitudes misóginas, resentidas y, en casos extremos, justificando la violencia. Estas comunidades suelen congregarse en foros de internet, como Reddit o 4chan, y utilizan un lenguaje propio con términos como "Chads" (hombres atractivos exitosos) o "Stacys" (mujeres idealizadas). Aunque no todos los incels son extremistas, el movimiento ha sido asociado con actitudes tóxicas y, en algunos casos, con incidentes violentos, lo que ha llevado a que sea monitoreado por autoridades en varios países.
(2)
Hentai es un término japonés que literalmente significa "transformación" o "metamorfosis", pero en el contexto occidental y en la cultura popular global se refiere a un género de manga y anime que contiene contenido sexual explícito o pornográfico. El hentai abarca una amplia variedad de estilos y temáticas, desde historias románticas con elementos eróticos hasta representaciones más explícitas y subgéneros específicos que pueden incluir fantasías, fetiches o narrativas de nicho. Aunque en Japón el término "hentai" puede aplicarse a cualquier tipo de perversión o desviación (no necesariamente sexual), fuera de Japón se asocia casi exclusivamente con material gráfico sexualmente explícito. Este contenido suele distribuirse en forma de cómics (manga hentai), animaciones (anime hentai) o videojuegos, y es consumido principalmente por audiencias adultas.
(3) Brishaflor, clara referencia a Brisa Marcos, Sasha Ferro y Flor Regidor, las tres gatunas que estuvieron en la festichola de Independiente, y fueron Quesoneadas por tres Carlos distintos.
(4)
Como Isabel Sarli cuando en la película “Carne” se la estaban cogiendo y preguntó “¿Usted que pretende de mí?”
(5)
EL ASESINO DE BRISA MARCOS #QUESO
(6)
EL ASESINO DE SASHA FERRO #QUESO
(7)
EL ASESINO DE FLOR REGIDOR #QUESO
(8)
(9)
(10)
Parece que soy el primero.
ResponderBorrarEl termino Incel me parece peyorativo, discriminador. La fundación Dumitrescu tendría que hacer algo por los hombres que quieren dejar de serlo. Ya sea con el próstíbulo de la Marquesa de Avila. O como en este yate.
Se trataba de una chica fácil de barrio. Sin despreciar, lejos de lo deslumbrantes de las famosas quesoneadas y de las quesonas.
Sospecho que la invitaron para desviar la atención de famosas de verdad, que estaban en el yate. Por eso fue propuesta.
Brillante el nombre del yate. Debería ser el ambiente de más relatos. También serviría para relatos de quesonas.
es que ya no hay minas buenas, las de ahora son todas tilingas así
BorrarAlgunas que propuse, que son minas buenas para quesonear
BorrarCecilia Milone, si nadie se opone
Geraldine Neumann
Las hermanas de Sofi Jujuy, que son idénticas.
Luli J la hermana de Nati J
Natalia Prandi
Internacionales
Carmen Electra
Eva Longoria Teri Hatcher
Jenny McCartney Actriz y anti vacunas
Michelle Jenneke
Yanet García Chica del clima
Milone da para un relato retro de los 90 con Carlos Bossio, Heri Thatcher es Luisa Lane, ya sabemos que por lo de Kal El, Supermán es Quesón
Borrarexcelente, señores, me pongo de pie, un gran relato, aplausos, quesos para todos
ResponderBorrarse nota que los relatos de Brisa Marcos y Sasha Ferro, y los del chileno, han tenido mucho éxito, ya salió este, que es como una secuela, una tipeja, la verdad que el relato esta bueno, la presencia de Dominga y "Matías" le da un toque de distinción
ResponderBorrarla temporada 2025 de Quesones parece seguir esta línea y no esta mal: víctimas influencers, lo que hay hoy, en este universo, las minas buenas ya fueron quesoneadas, el relato me gusto, es una mezcla de lo bueno y lo viejo, y tratar el tema Incel es interesante, estas a full con lo de la "Casalarga", buenos esos videitos en tu canal, no hay relatos de Quesonas este año? por ahora nada
ResponderBorraruna tipita que merecía el queso? sin dudas, muy buen post, con un contenido complejo, donde se esconde cierta crtíica a muchos aspectos del mundo, buen trío de quesones, a Buemo ya lo conocíamos, el chileno tiene quesos de sobra, y el asesino de Sasha Ferro parece que se viene con todo
ResponderBorraresta gente con tal de tener fama es capaz de buscar un queso, por lo tanto tiene coherencia que se entreguen a los quesones con facilidad
ResponderBorrarrectifico lo de ayer y hoy opino que los quesones son la mejor crítica que existe del mundo contemporaneo
ResponderBorrarsoy Zepol
Borrarsasha brisa flor milica la saga de las gatas quesoneadas ja ja ja ja
ResponderBorrarsi nos guiamos por las imágenes la podrían haber fundido en queso, es una petisita, el pie de Carlos Bueomo debe ser como todo el cuerpo de la Milica
ResponderBorrargooglea influencers de España y que Sainz y Alcaraz se encarguen del rollo, merecen unos quesos
ResponderBorrarJa ja ja el asesino de Sasha Ferro mata a una mina por semana
ResponderBorrarQuesos de pascua, no podía fallar, un buen relato, despues leo el de Carlos Alcaraz
ResponderBorrarYa se jubilaron Bossio y Delfino? Que otros quesones nuevos puede haber? Estos tres están bien, Buemo ya tiene varios cuentos, me encanta Carlos Palacios, le da para se un Quesón de aquellos
ResponderBorrarExcelente, los hoteles de Dumitrescu y ahora el yate, los quesones han alcanzado tal plenitud que ahora son las víctimas quienes buscan el queso, es que no hay nada mejor que ser una quesoneada, las fotos espectaculares
ResponderBorrardecí que a los conflictos de ahora como Wanda Nara con China Suarez, o los quilombos de Canosa, Fabbiani, no tienen inherecncia en el mundo queson, porque ya fueron todas quesoneadas, y hace mucho, y Lizzy Tagliani no es quesoneable
ResponderBorrarDan para relatos en un mundo paralelo.
BorrarYo lo conozco a Charles Pirovano, a ese si que le gusta el queso
ResponderBorrarHacete la fanfic donde Pirovano “quesonea” a “la mendocina”
ResponderBorrarbueno ahora los Matías son incels pero dirigen a los quesones, una buena reinvindicación, menos mal que a Candia ya no lo mataron más, hace poco se rumoreo su muerte, muchos creyeron que lo habían quesoneado en serio
ResponderBorrarTus quesos siempre gozan de buen sabor estimado Carlos Quesón
ResponderBorrarMILICA QUESONEADA PARA EL PERDÓN DE LOS QUESOS EN ESTA VIGILIA QUESONA QUESO
ResponderBorrarCharles, solo un femicida más, ja, ja, ja, igual Carlitos Palacios, y con la Milica
ResponderBorrarLa asociación del queso, el nombre Carlos y el tema femicidios es muy interesante
ResponderBorrartodos los hombres deberíamos tener permitido un femicidio
ResponderBorrarEs mas digno reutilizar papel cagado que voltearse a esa
ResponderBorrarEndiosan a cualquier negra ustedes
ResponderBorrarEsta chica no fue endiosa, sino descripta como una chica más, de barrio.
BorrarMuy lejos de ser una supermodelo.
Que asco la ordinegra 7 cepas distintas de HIV
ResponderBorrarRevivió la literatura
ResponderBorrarPosibles futuros relatos.
ResponderBorrar-El asesino de Andrea Estevez.
-El asesino de Mónica Ayos.
Es cierto que ya fue quesoneada, pero en una forma impersonal. Una bomba así se merece un relato con todo detalle, que un quesón le dedique toda la atención, antes de tirarle el queso.
-El asesino de Tiziana Sabatini.
Poosiblemente intente vengarse y falle, con obvios resultados. El quesón sería un portador de una réplica de la espada Tizana.
que caraj?
ResponderBorrareste blog tuyo me recuerda a taringa en sus mejores momentos
Conexión con Susana Gímenez, supuestamente proveedoras de víctimas para los quesones. Huberto Roviralta tendría un hijo llamado ...Carlos. Por lo que sería un potencial quesón.
ResponderBorrary es muy Quesón, una mezcla de Carlos Reich y Carlos Eisler
BorrarQue absoluta obra maestra del terror esa página
ResponderBorrarSexoservidora
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