El Asesino de Mónica Ayos

Hace algunos años atrás, cuando Mónica Ayos era aún joven, aunque algo veterana, fue a la ciudad de Córdoba a presentar un nuevo espectáculo, en el Teatro Libertador, en un rapto de clasicismo, resolvió que era el momento de incursionar en la tragedia griega, y eligió la obra “Medea”, de Eurípides. Estaba convencida que iba a ser un éxito, y más en un contexto de provincias como Córdoba, que aunque es una ciudad importante, no cuenta con la oferta teatral de Buenos Aires, y cualquier cosa que se presente, genera expectativa y convocatoria. Ayos alquiló un departamento en el último piso de unas torres altas, ubicadas cerca de la Terminal de Omnibus, a escasas cuadras del centro pleno de “la Docta”. Se subió al ascensor, un moderno elevador, luego de ir al ensayo general de “Medea” , junto a ella también se subió al elevador, una señora gorda, de unos sesenta años, con dos bolsas, una llena de carnes y otra de verduras. Era Vivi Chavez, la madre de Carlos Leonel Schattmann, un basquetbol...