El Asesino de Juliana Kawka
Juliana Kawka es una joven y bella model, quizás no tan conocida por el gran público, pero tiene el privilegio de ser amiga de la célebre y popular Carla Romanini, la famosa Quesona Asesina, y precisamente se encontraba en una bodega de la provincia natal de Carla, Mendoza, provincia célebre por sus viñedos y por ser además la patria chica de otro famoso asesino, Carlos Matías Sandes, Basquetbolista, Quesón y Asesino.
Precisamente el basquetbolista había vuelto a su provincia a jugar la liga local, alejado ya de las grandes ligas nacionales, y encontrando un refugio, luego de un año tan intenso, en el que asesinó a cualquier cantidad de mujeres y tiró una gran cantidad de Quesos, aunque seguía siendo el único Quesón que no había asesinado a su mujer, pues Maru Sandes seguía vivita y coleando.
Ocurrió entonces que el día de la luna roja, era según una profecía, el día en que Carlos Matías Sandes debía asesinar a su esposa, pero el basquetbolista no tenía ganas de hacer cumplir esa profecía.
- No será hoy – se dijo asimismo Carlos Matías, mientras se miraba al espejo – No le tiraré el Queso a Maru, aunque tengo ganas de tirar un Queso.
Y junto a su esposa fueron a visitar una bodega, bodega a la que también recurrió la ya mencionada Juliana Kawka, a hacer unas fotos para unas publicidades. Cuentan los testigos que Maru empezó a beber más de la cuenta, entre vaso y vaso viene, Maru ya estaba borracha, tan borracha, que se cayó al piso, y entró en un coma alcohólico.
- ¿No le da vergüenza su mujer? mire como esta, totalmente borracha – le dijo Juliana a Sandes.
- Vos seguí dedicándote a las publicidades, de mi mujer me ocupo yo – le contestó Carlos Matías.
- Deberías lavarte los pies, esas patas huelen a Queso – le dijo Juliana - ¡Y qué mal olientas y grandes que son! ¡Ahora comprendo porque tu mujer prefiere chupar vino y ponerse en curda! ¡Es la única chance de aguantar ese olor a Queso que tenes!
- ¡Me estas hablando en serio? – le dijo Carlos Matías – mira que yo por mis patas, asesino a quien sea – y como si diera un movimiento de judo mezclado con básquet, Sandes le acercó su enorme pie derecho a la modelo.
Juliana cayó al piso, asqueada y shockeada ante semejante olor, era realmente algo impresionante, y encima los pies de Carlos Matías calzan cincuenta y dos, lanzaban un olor repelente para cualquiera, pero lo que al principio le dio asco, despues le empezó a atraer, porque Juliana ahora quería oler, lamer, besar y chupar aquellos pies, era como si quisiera quedar prisionera de los pies de Carlos Matías Sandes y así fue que empezó a jugar con aquellos pies, y de los pies pasaron al sexo, pues Juliana fue devistiendo a Sandes, y este empezó a chuparle las tetas y la concha, ella quería que la cogiera de todas formas, no solo con el pene, y por adelante y por atrás, sino también con los pies, y el basquetbolista accedió gustoso. ¿Y Maru? Seguía desvanecida, tendida en el piso, totalmente borracha.
- Tu mujer disfruta de estos pies todos los días, ¡Qué envidia! ¡Y como deben coger!
- Sí, jugamos mucho al Queso, se lo tiro todos los días.
- ¿En serio? ¿Y como es?
- Así – y Carlos Matías Sandes sacó un gran Queso de una mochila y se lo tiró a Juliana, que recibió el quesazo, la modelo iba a levantarse, pero al hacerlo vio que Carlos Matías Sandes se acercaba a ella con un machete gigantesco.
- ¡Nooooooooooooooooo! – gritó de terror Juliana Kawka.
- Noche de luna roja, Maru vivirá, pero alguien será quesoneada, y serás vos – le dijo Carlos Matías Sandes, tras lo cual la atacó a machetazos, y le infringió toda clase de heridas, aunque no la decapitó, con los machetazos fue suficiente para asesinarla. Así fue asesinada Juliana Kawka.
- Queso – dijo Carlos Matías Sandes mientras tiraba un enorme Queso Emmenthal sobre el cadáver de su víctima, al mismo tiempo que lo contemplaba como un cazador contempla a su presa. Agarró entonces al cadáver y lo tiró, con el Queso incluído, adentro de un gran tonel de vino. Tras eso puso sus enormes pies sobre Maru, y esta reaccionó, recobrando el conocimiento y perdiendo la borrachera.
- Siempre pasan cosas divertidas a nuestro alrededor, Mati – le dijo Maru – que lindo es ser la esposa de un Quesón, y tener el privilegio de ser la única en su especie.
Y Maru vio el cielo, al salir de la bodega, y vio la luna roja, lo agarró fuerte a Carlos Matías Sandes de la mano, le dio un beso y el basquetbolista le dijo “Queso” y se fueron los dos juntos.
amiga de Carla Romanini? la entregó por el Queso?
ResponderBorraresta bien que Maru Sandes sea borracha, quizas es en lo que debe convertirse para evitar que su esposo la asesiné
ResponderBorrarCarlos Matías Sandes, baloncesto asesino, nunca decepciona
ResponderBorrarcomo se hace la boluda Maru Sandes, el marido lleva a todos lados un queso y un machete, y para ella esta bien, porque es normal ir a los lugares con un machete y un queso
ResponderBorrarque Maru se emborrache siempre y después Carlos Matías Sandes le saca la borrachera con el olor a Queso de sus pies
ResponderBorrarhasta podría haber un cuento donde Maru es catadora de vinos, invita a mujeres y Sandes las mata a todas
fiel a su estilo
Sandes la mató para evitar quesonear a su esposa, que es muy amiga de la Lady. Interesante, original motivación.
ResponderBorrarY ella sigue viva y feliz por estar casada con un quesón. Es verosímil que se hace la boluda, como comentaron. Y además le parece divertido.
Aunque Sandes fue letal, con otras se ensaño más, como con Pamela Sosa.
La rubia quesona no es lo que se dice una buena amiga.
ResponderBorrarNo le pidió a algún Carlos que usara el derecho de quesón para protegerla, ni siquiera le advirtió del peligro.
Juliana debería aparecerse como fantasmas, acusándola de mala amiga y tener sexo espectral con los quesoneados. por Carla Romanini. Y como es mujer Carla no podrá detenerla.
a veces pienso que estos cuentos son los deseos ocultos de Maru Sandes
ResponderBorrarMe gustó como la sometió con el movimiento de judo mezclado con básquet jajaja. Bastante morbosa la escena en que tienen sexo delante de su mujer y siempre me calienta la parte en que la penetra con los pies. Otro excelente relato. De mí mujer me encargo yo jajaja la mando a pasear. Le salió lo autoritario de un Queson
ResponderBorrar