El Asesino de Belu Lucius
Una luna rojiza se mostraba en el cielo, para lamento de Belu Lucius, influencer y actriz, que lloraba al recordar a su novio, el rugbier Javier Ortega Desio, mientras miraba el retrato del joven, quesoneado por Carla Romanini.
-
Sí esa loca no te asesinado, hoy estarías aquí,
y contemplaríamos juntos la luna roja – dijo Belu mientras lloraba, luego de
irrumpir en llanto, a Belu le pareció ver la sombra de un rugbier y creyó ver
el fantasma de Ortega Desio.
-
¡Oh! – exclamó Belu - ¡Estas volviendo conmigo
Javier!
Y
efectivamente aquella sombra se corporizó en un rugbier, más no era Ortega
Desio, sino la figura de un veterano, que ya no jugaba en las canchas, sino que
había devenido en entrenador, estamos hablando del mítico Carlos Ignacio
Fernández Lobbe, el popular “Nacho” de Los Pumas, terceros en el Mundial de
2007, Los Pumas que hicieron historia.
-
Vos no sos Javier Ortega Desio – dijo Belu,
desilusionada, al comprobar que no era su novio.
-
A el le tiraron un Queso, yo los tiró, je, je –
dijo Carlos Ignacio Fernández Lobbe – Soy Carlos Ignacio Fernández Lobbe, ¿No
es cheto llamarse Carlos Ignacio Fernández Lobbe? Les tiré muchos Quesos a
esposas, novias y concubinas de rugbiers, hoy le tiraré un Queso a una viuda,
je, je, así son las cosas.
-
¿En serio venís a consolarme en esta noche de
luna roja?
-
Por supuesto, sí queres me voy, no tengo
problemas.
-
No, quédate, Carlos Ignacio Fernández Lobbe –
dijo Belu, y como movida hacia el rugbier cheto, se arrodilló ante el, para
chuparle la pija primero, la fellatio fue bastante larga, y luego se tiró al
piso para chuparle, lamerle, besarle y olerle los pies al rugbier, también de
manera intensa.
-
Los pies de Javier no eran ricos como los tuyos,
no olian a nada.
-
Los míos huelen a Queso, porque soy un Quesón,
porque me llamo Carlos, Carlos Ignacio Fernández Lobbe.
Así
arrastrada Belu se dejó coger por el rugbier, que la cogió por adelante y por
atrás, la primera con cierta suavidad, impropia de un rugbier, la segunda, de
una manera muy salvaje, propia de un rugbier, dígamos que la cogió como si
estuviera metido en un scrum. Aunque ya había pasado los cuarenta, seguía
teniendo una buena potencia, algo digno de quien quesoneó a mujeres como
Viviana Canosa, Andrea Frigerio o Soledad Solaro. Belu quedó muy contenta con
la cogida.
-
¿Y eso? ¿Vamos a jugar a Rambo ahora? – dijo
Belu al ver que Carlos Ignacio Fernández Lobbe sacaba un cuchillo de caza de
sus pertenencias.
-
Sí, jugaremos a Rambo, un Rambo muy Carlos Ignacio
Fernández Lobbe.
Pero
Belu pasó de la alegría al espanto al comprobar que jugar a Rambo era que
Carlos Ignacio Fernández Lobbe se tirara sobre ella y la apuñalara
salvajemente, con el cuchillo de caza, dándole cientos de cuchillazos en todos
lados. Así fue asesinada Belu Lucius.
-
Queso – dijo Carlos Ignacio Fernández Lobbe
mientras tiraba un enorme Queso Emmenthal sobre el cadáver de su víctima, al
mismo tiempo que lo contemplaba como un cazador contempla a su presa.
Y ya
no hubo más acciones ni palabras, porque ya estaba todo hecho y dicho, el
asesino desapareció sin dejar rastro, porque un Carlos tiró un Queso en la
noche de la luna roja, #Queso.
el rugby, un deporte que une a quesones, quesoneadas y quesonas
ResponderBorrarya esta viejo Fernández Lobbe pero podría haber un relato medio retro, con Carlos Repetto, el viejo rugbier como el jedi, el joven como el padawan, este Repetto esta tirando buenos quesos
ResponderBorrarviuda o viudo de quesoneados y quesoneadas siempre terminan con un queso
ResponderBorrarQUE TRAYECTORIA IMPECABLE LA DE FERNÁNDEZ LOBBE COMO ASESINO
ResponderBorrarMuy letal, muy cruel, aunque está vez no la tuvo prisionera durante toda una semana.
ResponderBorrarFunciona bien lo de quesonear a viudas de famosos quesoneados por alguna quesona.
Los mellizos del rugby se molestarán, porque Belu Lucius tiene una hermana llama Emily. Podrían llegar a decir que les robaron víctimas, otra vez.
ResponderBorrarAunque siguen las Jenner, Bella y Gigi Hadi como potenciales quesoneables.
buscaba un consuelo
ResponderBorrarencontró un queso