Los Asesinos de Maru Sandes (La Secuela) (Megapost)
22 de enero de 2007, el día de la boda del basquetbolista Carlos Matías Sandes (todos lo llaman por su segundo nombre) y la voleibolista María Eugenia Ortega, conocida por todos como “Maru”.
Con su aspecto rocoso, su tonada mendocina, su cara de pibe atorrante, sus dos metros dos de altura y su calzado 52 (16 de talle americano) Sandes era por ese entonces una estrella en ascenso, había sido figura en el Boca Campeón de 2004 y 2006 de la Liga Nacional, y en ese momento jugaba en el equipo español de Fuenlabrada, quizás la mejor liga de Eurobasket. Su nombre había sonado para la NBA y no eran pocos quienes lo consideraban la futura gran estrella del básquetbol argentino, en los años de ese deporte en el país, tras la medalla de oro en Atenas 2004 y el estrellato de Emanuel Ginóbili en la NBA.
Era una gran boda, con cientos de invitados, incluyendo media Liga Nacional, Sandes era un tipo muy querido por todos.
Siempre en las bodas hay invitados que los propios novios no conocen, suele ocurrir, una dama muy bien vestida, con indumentaria de la Reina Isabel de Inglaterra, saludo a Maru, que creyó que era alguna tía o prima de Carlos Matías.
“Muchas Felicitaciones, princesa, estas hermosa” le dijo la dama con acento europeo oriental “espero que tu marido se porte como lo que es, un Quesón, y te tire un Queso, seras una buena Quesoneada”
Maru no entendió nada, se sonrió y creyó que la dama estaba borracha, ahora la dama se acercó al novio.
“Felicidades Carlos” le dijo siempre con acento europeo oriental “No reniegue de tu primer nombre, se que queres que todos te llamen por el segundo, no seas un Carlos renegado”
“No lo soy” contesto el Basquetbolista “pero mi viejo se llama Carlos, y en mi familia hay muchos Carlos, por eso me decían Matías, es solo eso”.
“¿Solo eso? ¡Mejor un Queso! Acepta ser un Carlos, y como Quesón, quesonea a Maru, que sea una buena Quesoneada” dijo la dama y tras eso beso a Carlos Matías, este le dio un pisotón con sus gigantescos pies, y casi que desapareció.
Tras la fiesta, Carlos Matías y María Eugenia fueron a disfrutar de la noche de bodas, grande fue la sorpresa de ambos cuando vieron en la habitación un Queso gigantesco, con sus voluminosos agujeros, al lado del cual había un machete muy filoso, grueso y largo, capaz de cortar en dos a un rinoceronte, y un par de guantes negros.
“¿Y esto?” preguntó Maru y enseguida le dijo a su flamante esposo: “¡El Queso con que el me vas a quesonear” y empezó a reírse sin parar para agregar “como dijo la vieja”.
“Sí, como dijo la vieja” dijo con cierta frialdad el basquetbolista, sin emitir risa ni carcajada alguna, mientras se ponía los guantes negros y agarró el machete, blandiendo el mismo.
Maru se sintió atemorizada y mucho más cuando apenas unos segundos despues el frío filo del machete estaba pasando sobre su cuello, tragó saliva y casi pasó a estar en pánico…
“¿Me vas a matar Matías?” balbuceó la flamante esposa del basquetbolista, la novia de la boda, mientras con el machete sobre su cuello se arrinconaba sobre la pared. En ese momento bastaba apenas un movimiento para que el basquetbolista la asesinara, cortándole el cuello o arrancándole la cabeza.
“No voy a matarte, Maru” dijo Carlos Matías sin soltar el machete teniendo que pendía sobre el cuello de Maru “y no me digas Matías, decime Carlos, mi primer nombre, Caaaaarrrrlooossssss, ¿Entendes Maru? ¡Caaaaaaarloooooosssssss!”.
“¡Caaaaaaarloooooosssssss!” dijo entonces Maru, y se arrodilló, y se sintió como esclava sexual sumisa del basquetbolista.
“¡Caaaaaaarloooooosssssss!” volvió a repetir y le sacó el calzoncillo a su esposo y empezó a chuparle la pija, arrodillada, como una esclava sexual obediente que solo cumplía la voluntad del amo.
“¡Caaaaaaarloooooosssssss!” dijo la vuelta y la fellatio alcanzó un nivel impresionante.
“¡Caaaaaaarloooooosssssss!” volvió a decir y arrodillada le sacó las gigantescas zapatillas de básquet que tenía su esposo y empezó a olerlas, chuparlas, besarlas y lamerlas.
“¡Caaaaaaarloooooosssssss!” dijo por enésima vez y ahora le sacó las medias, o los calcetines como prefieras llamarlo, para olerlos, chuparlos, besarlos y lamerlos.
“¡Caaaaaaarloooooosssssss!”repitió como una mantra y ahora empezó a disfrutar de los pies descalzos de Carlos Matías, que despedían una fragancia apestante y repelente a Queso, y se fue como sumergiendo en aquellos pies para lamerlos, besarlos, chuparlos y olerlos una y otra vez, en una secuencia infinita, disfrutando de todo aquello, alcanzado un goce y placer nunca visto.
Y seguía repitiendo una y otra vez el primer nombre de su esposo, “¡Caaaaaaarloooooosssssss!” mientras iba adquiriendo diferentes posiciones, le entregó el culo, para que el basquetbolista la penetrara en forma salvaje, zamarreándola como un gorila de la selva en celo, y luego la cogió con los pies, primero el izquierdo, despues el derecho, una y otra vez, como un rinoceronte o un elefante en la infinidad de la sabana, y le dio una penetración ahora por adelante , pero nada de salvajismos ni ferocidad, sino de manera suave y elegante, como un amante francés de la corte de Versalles antes de la revolución.
Maru quedó extasiada, por supuesto que ya conocía los goces sexuales que su marido, siendo novio, le podía dar, porque ya había disfrutado del mismo, pero esto era algo sublime, era el cenit alcanzado, la gloria eterna, ya nada podía superarse.
“La sola presencia de este Queso me dio esta ferocidad sexual” dijo Carlos Matias mientras agarraba el Queso.
“Quesoneame Carlos” dijo Maru, que no sabía bien que decía, pero estaba como metida en un extasis sublime y empezó a repetir otra vez como una mantra “Quesoneame, Quesoneame, Quesoneame, Quesoneame, Quesoneame, Quesoneame”
“Serás quesoneada, Maru” le dijo Carlos Matías” te quesonearé, y yo soy tu Quesón, Carlos Matías Sandes”.
El basquetbolista tomó el Queso y se lo tiró a Maru, el Quesazo fue fenomenal, y la novia de la boda quedó tumbada en el piso, y estuvo semi desvanecida por unos largos instantes, cuando reaccionó tenía otra vez el machete sobre su cuello, y al sentir aquel frío del filo, un frío digno de la Antartida, se le fue toda la alegría que tenía, casi que quedó paralizada y quedó con la sangre congelada.
“¡Caaaaaaarloooooosssssss!” balbuceo y añadió “Quesoneame”.
Carlos Matías gritó entonces “¡Queeeessssooooooooooooooooooooooo!” y tras dar semejante alarido, le clavó el machete en el cuello atravesándolo, lo sacó con rapidez y le dio una segunda herida, brutal y profunda en el corazón, atravesándole el cuerpo entero, saliendo el machete por la espalda, y despues una tercera herida, que la podría haber partido en dos, atrevesandole el abdomen y finalmente una quinta herida, con la cual le cortó la cabeza.
“Queso” dijo ahora de manera fría y cortante Carlos Matías Sandes y tiró el Queso sobre el cadáver de María Eugenia Ortega, Maru Sandes, con total frialdad, y como si fuera un verdugo que esta cumpliendo simplemente con su deber.
El escándalo mediático fue de una enorme magnitud, los medios hablaron del basquetbolista que se volvió loco y asesinó a su esposa en la noche de bodas, destrozándola a machetazos, cortándole la cabeza y tirándole un Queso. El propio asesino se entregó a la policía sin resistencia y disfrutaba contando y repitiendo los detalles del asesinato una y otra vez, regocijándose y sin ocultar su satisfacción mientras lo hacía. En la cárcel no tardó en convertirse en líder de los reclusos, y aunque lo condenaron a perpetua, no tardó en salirse de la penitenciaria, protegido por una dama muy extraña, de acento europeo, se decía que era el amante de la misma y que trabajaba para ella, asesinando mujeres y tirándoles un Queso, para ofrecerle así la sangre de las víctimas y darle así una juventud y longevidad asombrosa y extraordinaria a la extraña dama.
¿Pero pudo haber ocurrido esto? Si ocurrió debe haber sido en una realidad alternativa, o en un mundo paralelo, porque como sabemos Maru esta felizmente casada con Carlos Matías, y este renegó durante mucho tiempo de llamarse Carlos y se negaba hasta a ser Quesón, hasta que una asesina intentó asesinarlo, la temible “Matacarlos”, pero Carlos Matías no solo se defendió del ataque, sino que incluso asesinó a la asesina en defensa propia (así lo dictaminó la justicia) y ni siquiera fue procesado, sino que lo liberaron y sobreseyeron casi de inmediato.
Pero desde entonces Carlos Matías Sandes ya no fue el mismo, sino que acepto su destino, acepto ser un Carlos y ser Quesón, y empezó a asesinar mujeres, atacándolas con el machete y tirándoles un Queso, la santiagueña Caro Uriondo fue la primera de una larga lista compuesta por decenas, y tal vez centenas, y hasta medio millar de minas quesoneadas, su esposa Maru Sandes nada sabía de todo esto, aunque muchas veces, demasiadas tal vez, se convirtió en cómplice inocente o involuntaria de los asesinatos, así esta escrito en la Saga de Carlos Matías Sandes, Basquetbolista, Quesón y Asesino (1).
(1) La saga completa en http://cuentossangrientos.blogspot.com/2019/07/carlos-matias-sandes-basquetbolista.html o http://cuentossangrientos.blogspot.com/p/las-famosas-asesinadas-y-los-carlos_5.html
Así llegamos a Octubre 2022, cuando el basquetbolista Carlos Matías Sandes comenzó a jugar en Obera Tenis Club, un modesto pero combativo equipo de la Provincia de Misiones, en el que tal vez, dado sus 38 años de edad, fuese su último año en la Liga Nacional del Basquet.
Esto provocó que en forma temporal y transitoria, Carlos Matías Sandes se separara de su fiel esposa, María Eugenia Ortega, Maru Sandes para todos, que prefirió quedarse en Mendoza, jugando los torneos de vóley locales con el equipo de Leonardo Murialdo.
Esto dio a lugar a una gran confusión y fueron muchos los que creyeron que se habían separado, y que la pareja estaba definitivamente rota.
“Busco a Carlos Sandes” le dijo una dama muy extraña, con acento ruso a un juvenil jugador de Oberá a la salida del entrenamiento.
“¿Carlos Sandes’” dijo el juvenil “Aca juega Matías Sandes”
“A ese me refiero, su nombre completo es Carlos Matías Sandes, llévame con el” le dijo la rusa mientras besaba al juvenil, que intimidado, cumplió la orden.
“Te buscaba esta señora, ¿Así que te llamas Carlos? ¡Con razón tenías ese olor a Queso y nos creíamos que te llamabas simplemente Matías” le dijo el juvenil mientras dejaba a la rusa con el basquetbolista.
El basquetbolista nada dijo, con su aspecto rocoso, sus 2,02 metros de altura y sus pies talle 52/53 miro fijamente al juvenil, y este debe haberse aterrorizado, pues huyó despavorido, la rusa tomó la palabra.
“Otra vez a las andadas, Carlos Matías, otra vez negándote a ser un Carlos, ahora que te separastes de Maru, deberías ser viudo, deberías haberla asesinado en la noche de bodas, ahora que se murió la reptiliana ya no podes proteger a esa perra que tenías de esposa, finalmente se separaron y seguro otro Carlos la asesinará, ese será tu castigo, por renegarte a ser un Carlos, y pedir que todos te llamen Matías” exclamó la rusa elevando el tono.
“Mire yo soy como Batman y Bruce Wayne, como Superman y Clark Kent, en el básquet soy Matías Sandes, en el crimen soy Carlos Sandes, a veces juego al básquet y todos me dicen Matías, a veces asesinó mujeres y todas saben que soy un Carlos, además no estoy separado de Maru, simplemente yo me vine a jugar para acá y ella se quedó alla. Y además, lo más importante, ¿Usted quien carajos es?” respondió Carlos Matías muy serio.
“Soy Lady Katyushka, la rival de tu amante, la rumana Lady Dumitrescu, ahora esta muerta” respondió la malvada rusa.
“¿Muerta?” dijo Carlos Matías entre sorprendido y asustado “Yo no la mate, soy inocente”, exclamó, y raro en un Quesón, que nunca usa el verbo “matar” sino “asesinar”.
“Je, je” río la rusa y se puso seria “Se murió un día antes de la reptiliana, sin recibir castigo, murió plácidamente como una anciana de larga longevidad que recibe a la muerte como una buena amiga, una injusticia, y al día siguiente, se murió la Reptiliana, la vieja de Inglaterra, estaban conectadas una a otra, ahora yo tomó la posta de ser la ama y protectora de los Quesones, y te ordenó Carlos Matías que asesines a tu esposa, como lo hicistes en el mundo paralelo en la noche de bodas, hacelo Caaaaaaarlooossssss, hacelo, Caaaaaaarloooosss, de lo contrario esa mujer, tu mujer, te será infiel y la asesinará otro Carlos, ¿Acaso queres eso, Carlos, mira lo que puede ocurrir por tu desobediencia”
Y así, como por arte de magia, Carlos Matías Sandes estaba metido como en una especie de cine y ante el comenzaron a pasar imágenes, como si estuviera viendo una película, pero con el metido dentro de la misma, entrando y saliendo, todo muy raro, pero estaba en eso…
Maru fue a ver a una gitana para adivinar su suerte en el tarot, y sacó tres cartas. La expresión de la gitana se llenó de horror y espanto al ver aquello que decían las cartas, eran tres cartas, “el Quesón”, “el Queso” y “la Quesoneada”.
“¿Por qué tan seria, señora gitana” dijo asustada Maru.
“No puedo mentirte niña, pero moriras asesinada, un hombre alto y patón llamado Carlos, esta preparando tu asesinato, te asesinará y te tirará un Queso, nada podrás hacer contra eso, solo te queda disfrutar lo que te queda de la vida, niña, que no es mucho, quizás horas, quizás días, quizás semanas, pero no mucho más, ni siquiera meses, menos aún años” exclamó la gitana “vete en paz, quesoneada serás, no te cobraré la consulta, pero puedes darme ese anillo en señal eterna de agradecimiento”.
“¡Noooooooooooooooooo!” gritó desesperada Maru “The ring is mine” dijo como Frodo Bolson en el Señor de los Anillos, “¡El anillo es mío! ¡Gitana de mierda, eras Gollum, Smeagol, y querías quedarte con el anillo” Maru se fue enojada y presa de furia.
Y aunque nada le había creído a la gitana, sí le hizo caso en cuanto a disfrutar de la vida, y así mientras Carlos Matías estaba en Misiones, ella comenzó a tener una vida desenfrenada, repleta de sexo, drogas y alcohol, adquiriendo todos los vicios y adicciones posibles, siéndole infiel a Carlos Matías con todos los equipos de la Liga Nacional de Basquet, todas las noches recibía en su habitación a un basquetbolista diferente, como si fuera las Mil y Una noches, quería tener los Mil y Un Basquetbolistas, a veces el sexo era desenfrenado, salvaje y furioso, a veces era suave, delicado y elegante, a veces una mezcla de ambas cosas, no faltó el que la cogió como un hipopótamo, no falto el que lo hizo como un lindo gatito, no falto el que se comporto como un perro faldero, no falto el que lo hizo como un caballo de carrera, no falto el que rugió como un león, el que se asusta como una oveja, o el que la castigó como un lobo, ni tampoco el que no se le paró y no pasó nada, Maru solo quería sexo y si Carlos Matías estaba en Misiones, pues, que se joda.
“Esto es lo que conseguiste” le dijo Katyushka a Carlos Matías mientras observaban todo en ese cine que era como una dimensión circular “Te fue infiel, mientras vos permaneces casto y puro en este Obera Tenis Club, tenes que asesinarla, tenes que ser viudo”.
“¡Noooooooooooooo!” exclamó Carlos Matías “¡Esto no es real!”
“Es real, esta cogiendo con medio mundo, ma’ que medio, con todo el mundo, solo que estamos haciendo un viaje astral, y por eso vemos todo, a todos y a todas, estimado Carlos, ja, ja, ja” río Katyushka emitiendo una carcajada de terror.
Y una noche entró un tipo tan alto como un basquetbolista a la habitación de Maru Sandes, gran altura, pies gigantescos, una robusta corpulencia, y un fuerte olor a Queso.
“Buenas noches Maru” dijo aquel hombre.
“Decime tu nombre y en que equipo de la Liga Nacional de Basquet jugas”.
“En ninguno Maru, yo juego al fútbol, soy Carlos Emilio Lampe Porras, Carlos Lampe para todos, arquero de Boca, Vélez, Atlético Tucumán, Bolívar y la selección boliviana, ya jugaré un Mundial cuando haya 48 equipos, no tendremos estrellas como otros pero allí estaremos, y hasta noche tendré sexo con vos, hace unos años me saque unas fotos con tu marido, ja, ja, me fascina ahora que le metes los cuernos conmigo” respondió el gigantesco Carlos Lampe.
Terminó de decir eso, y le puso a Maru sus enormes pies encima, pies talle 48/49, un pie grande para la hermana República de Bolivia, el pie grande del Altiplano, la esposa de Carlos Matías empezó a oler, besar, chupar y lamer aquellos pies, el juego de pies fue largo y extenso para disfrute de Maru, y despues Carlos Lampe le tiró un Queso, y luego de que Maru quedara con el Queso encima, la cogió salvajemente, en un acto digno de una salvaje violación, pero aquello fue una relación consentida, salvaje y feroz, entre Carlos Lampe y María Eugenia Ortega.
Maru quedó acostada en la cama y vio como Carlos, vestido de negro, se fue acercando, y al estar encima de ella, sacó un cuchillo gigantesco y así, sin miramientos, se lanzó sobre ella y comenzó a apuñalarla, la primera cuchillada fue directa al pecho y a partir de ahí, feroces y brutales cuchilladas y puñaladas, una tras otra, hasta llegar a las 117 puñaladas, usando hasta cinco cuchillos, todos iguales, y dejando los cinco cuchillos clavados en distintas partes del cuerpo de Maru.
“Queso” dijo Carlos Lampe mientras tiraba el Queso sobre el cadáver destrozado de Maru Sandes, y se fue de la escena del crimen con total impunidad.
“Brutal” dijo Carlos Matías Sandes al ver como Carlos Lampe asesinaba a Maru Sandes “La verdad fue sensacional, brillante este asesino, que gran asesino era Carlitos Lampe, excelente Quesón este Carlos Lampe”
Pero de repente, Maru Sandes apareció otra vez viva, ahora en un campo de tenis, donde con las chicas del Murialdo estaba disfrutando de la jornada tenística que ofrecía Carlos “Charly” Berlocq, una exhibición que a Maru le resulta muy aburrida y tediosa.
“Era mejor ver Suiza vs Camerún en el Mundial” dijo Maru, metida en un túnel a la salida de un baño.
“¿Por qué no te gusto?” le dijo Charly que pasaba por ahí “¿Qué queres que hiciera? ¿Qué te pensabas? ¿Qué esto era el carnaval de Río”.
“Ponele onda Charly” le dijo Maru.
“No se quien sos piba, o sí, ahora te conozco, vos sos Maru, la jermu de Sandes, me entere que te estabas acostando con un basquetbolista distinto cada noche, bueno, hoy vas a coger de tarde pero con un tenista, y ese tenista soy yo, Carlos Berlocq, o Charly Berlocq, como quieras llamarme” dijo el tenista.
Minutos despues, Maru estaba sometida a Charly como una sumisa esclava sexual que solo obedecía ordenes, lamiendo, chupando, besando y oliendo los pies talle 47 del tenista, luego realizándole una espectacular fellatio, con gran intensidad, y despues de que Charly le chupara las tetas, la cogió de parada, moviéndose como si estuviera jugando al tenis en Roland Garros o Wimbledon.
“Espectacular” le dijo Maru a Charly “Que lindo fue coger con vos y hacerlo así, con estos movimientos”.
Charly se río, miró a Maru, y saco un gran arma, un arma tipo Terminator, y apunto hacia Maru.
“Más espectacular será asesinarte, debió hacerlo tu maridito, pero se cagó, y ahora será viudo lo mismo, ja, ja, au revoir Maru Sandes”
“¡Noooooooooooooooooooooo!” gritó de terror Maru Sandes, pero ya era tarde, Charly disparó, y no lo hizo una más, lo hizo unas ocho veces, acribillando en forma salvaje a la esposa de Sandes, que recibió heridas de balas en todo el cuerpo. Charly era un asesino con culpa, no disfrutaba cometer sus asesinatos, pero esta vez sí lo hizo, disfruto como nunca, y estaba contento y satisfecho, esbozando una macabra y cínica sonrisa mientras efectuaba cada disparo y la hacerlo, como un mantra decía en voz alta “Queso”, “Queso”, “Queso”, “Queso”, “Queso”, “Queso”, “Queso” y “Queso”. Y Maru Sandes quedó hecha como un Queso, repleta de agujeros.
“Queso” dijo Carlos Berlocq mientras tiraba el Queso sobre el cadáver acribillado de Maru Sandes, y se fue de la escena del crimen con total impunidad.
“Oh, no, este Charly Berlocq que es un idiota, un mal Quesón, un Quesón de poca monta” dijo Carlos Matías Sandes tras contemplar el asesinato “No puede asesinar a Maru, no, no puede”.
“Puede” le dijo Katyushka “Puede, porque vos no podes, o no queres, pero hay más, estimado Carlos Matías, mucho más, mira lo que vas a ver ahora, ya viste como Carlos Lampe o Carlos Berlocq asesinaban a tu esposa, ahora llega el turno de uno de tus mejores amigos del básquet, otro Carlos renegado, aunque no tanto como vos, en su Instagram no oculta su nombre, me refiero a tu tocayo y fiel amigo, Carlos Leonel Schattmann, compañero tuyo en algunos asesinatos”.
Y de repente Sandes vio que su esposa Maru Sandes estaba en un lujoso departamento de Puerto Madero, ubicado en un piso muy alto, tan alto que hasta se podía ver la costa de la República Oriental del Uruguay, y allí estaba también el basquetbolista Carlos Leonel Schattmann.
“Siempre me hice los ratones con vos, Maru” le dijo Schattmann “quizás porque sos la jermu de Carlos Matías, y sos la esposa modelo, ejemplo de fidelidad, un modelo sacrosanto de hogar, por eso siempre quise cogerte”.
“Hoy es el día” le contesto Maru “Y si tenes ratones, que se coman el Queso, ja, ja, cógeme, Carlos Matías esta en Misiones, soy toda tuya”.
Y fue toda suya, porque en forma despaciosa y minuciosa, se tiraron en el piso, Maru empezó sacándole las zapatillas talle 49 a Schattmann, las olió, besó, chupó y lamió, despues hizo lo mismo con las medias, despues con los pies descalzos, primero el izquierdo, luego el derecho, los dos juntos despues, tras lo cual el basquetbolista la cogió con los pies, todo con elegancia y suavidad, y mientras Maru exclamaba sonidos de goce y satisfacción, que se amplificaron aún más cuando Schattmann la cogió como si estuviera encestando algún triple.
“Sensacional” dijo Maru, ya satisfecha, cuando finalizaron “Valió la pena”.
Ya vestidos y ordenados, se subieron al ascensor, allí Maru notó que Schattmann tenía algo en sus manos, enfundadas con guantes negros.
“¿Qué tenes ahí, Carlos Leonel?” le preguntó Maru, con algo de intriga.
“Un puñal con tu nombre, te asesinaré Maru” le dijo con total frialdad Carlos Leonel Schattmann, y ahí la tomó por atrás, le puso el puñal sobre el cuello y le cortó la garganta, como si estuviera degollando a una gallina. Así fue como Carlos Leonel Schattmann asesinó a María Eugenia Ortega.
“Queso” dijo Carlos Leonel Schattmann mampe mientras tiraba el Queso sobre el cadáver degollado de Maru Sandes, y se fue de la escena del crimen con total impunidad.
“Brillante, estuvo brillante Carlos Leonel Schattmann, me encanto esto. Siempre quiso cortarle el cuello, degollarla a Maru Sandes” dijo Carlos Matías Sandes “Hasta tenía un puñal con el nombre de la víctima, es un Quesón digno, yo creo que en cierta forma, a Maru le hubiera gustado ser asesinada por Schattmann, dado que yo no me decidi a hacerlo porque soy un pajero”.
“Esto no termina aca, estimado Carlos Matías Sandes” le dijo Katyushka “Hay más, mira otro tocayo tuyo del básquet, también jugó en Boca como vos, míralo a Carlos Manuel Buendía”.
Otra vez la escena de un cuarto, con Maru Sandes acostada en la cama, semi desnuda, y el basquetbolista Carlos Manuel Buendía entrando a la misma, al ritmo de música sensual, de las películas “Emanuelle” y “Nueve Semanas y media” primero, y luego pura cumbia y cuartetazo como le gusta a Buendía, y sonaba muy fuerte “Un muchacho de barrio” de “la Mona” Jimenez.
“Siempre quise cogerte” le dijo Buendía “Y mira como se me agrandan los pies, además de la pija, es impresionante, me siento como una manada de lobos en celo”.
“Y yo quiero ser tu loba, Buendía” le dijo Maru, mientras que los pies de Carlos Manuel aumentaban hasta calzar 50, en lo normal ya calzaba 45, que era muchísimo para alguien que media 1,79 metros, era como un pie grande desproporcionado.
La cogida de pies fue sensacional, y Maru disfrutó del Queso que emanaba Buendía, lamiéndolos, chupándolos, oliéndolos y besándolos, luego la sometió a unas cogidas bien feroces, y rústicas, pues era el estilo de Buendía, mucha rusticidad, nada de elegancias ni suavidades, sino todo tosco y rústico, un estilo que le encantó a Maru, que quedó tan repleta de euforia como agotada de cansancio.
“No doy más” dijo Maru y se sentó en un sillón a descansar un poco, dándole la espalda a Buendía, que se puso los guantes negros, y agarro una soga, se acercó sigilosamente a Maru, sin que esta se diera cuenta, y en un rápido y brusco movimiento, le rodeo el cuello y comenzó a estrangularla, Maru intentó luchar, pero la fuerza del asesino, la fue dejando sin aire, y así, fue exhalando sus últimos suspiros, “aaaaj, aaaaj, aaaaj, aaaaj” hasta morir estrangulada, de manera lenta y tosca, al estilo de Carlos Manuel Buendía.
“Queso” dijo Carlos Manuel Buendía mientras tiraba el Queso sobre el cadáver estrangulado de Maru Sandes, y se fue de la escena del crimen con total impunidad.
“Estrangulada” dijo Carlos Matías Sandes “Estrangulada, me da pena que la asesinen a mí, que me gustan los ataques a machetazos y las decapitaciones, no es lo mío, pero bueno, cada uno tiene su estilo”.
“Pero hay más estimado Sandes” le dijo Katyushka “Por si aún sigues indeciso, te muestro esto”.
Ahora la escena parecía algo propio de la Antigüedad Clásica, podría ser en Grecia o Roma, y el lugar podía ser un templo antiguo, estilo Partenón, con estatuas de Zeus, Juno, Ares, Afrodita, Palas Atenea, Hermes o Apolo, todo así, y ahí estaba Maru, como una vestal (especie de virgen consagrada de la antigüedad pagana) precisamente dispuesta a perder la virginidad.
Un joven, muy joven, se hizo presente en ese Templo, con una espada y un Queso, no era una espada cualquiera, según se decía era la espada de Hércules, el legendario héroe de la antigüedad, considerado un semi dios, y que calzaba cincuenta según se decía.
“Perderé la virginidad con la reencarnación del joven Hércules, ¿O acaso sos Ulises o Aquiles?” dijo Maru “Deseo consagrarme a los dioses, ser cogida por el hijo de Zeus”.
“Ja, ja, ja, ja” río “Ninguno de ellos, soy Carlos Buemo, juego al básquet, pero hoy me siento un héroe mitológico de Grecia o Roma, claro que me podes decir simplemente Charly, quiero que te arrodilles y me huelas los pies”.
Maru obedeció y quedó arrastrada en el piso, oliendo, besando, chupando y lamiendo los enormes y olorosos pies de Charly, que calzaba 50, y quizás algún número más también, y tanto se arrastró que en un momento en que le dio la espalda, Charly se la cogió por el culo, “Así lo hacía Zeus, nena” le dijo, a los dioses le encantaba la joda, y de la cogida por atrás, siguió la cogida por adelante, para un espectador que llegaba ahí de repente, podía ser una salvaje violación, pero para Maru era una cogida espectacular, que disfrutaba con goce, placer y satisfacción.
“Me cogiste en forma sensacional” le dijo Maru “Que bien cogen en estos tiempos antiguos, lástima que un día cayó Roma, sino el mundo hubiera seguido disfrutando de estas orgías”.
“Sí, una pena” le dijo Charly “pero bueno, mira, nena, esta es la espada de Hércules, y terminará atravesándote”.
No terminó de decir esto Carlos Buemo cuando blandió la espada y la atravesó con la espada por todo el cuerpo, Maru fue de muerte herida, y mientras exhalaba sus últimos suspiros, tres veces más el basquetbolista le atravesó la espada, y así la asesinó de una manera que podría haber sido elegante, pero fue brutal, como si se tratara de un combate de la guerra de Troya.
“Queso” dijo Carlos Buemo mientras tiraba el Queso sobre el cadáver ensangrentado de Maru Sandes, y se fue de la escena del crimen con total impunidad.
“Perfecto” dijo Carlos Matías Sandes “Ha sido perfecto lo de Charly Buemo”.
“Podría mostrarte muchas cosas más” le dijo Katyushka “como Carlos Diego Scott asesina a tu esposa de un simple balazo en el cuello, con una única bala, o como Carlos Delfino la decapita de una katana, o como Carlos Bossio o Carlos Izquierdoz la asesinan de múltiples cuchilladas, aunque sería igual a lo que hizo Carlos Lampe, nada distinto, más original sería Carlos Quintana que la puede asesinar de un hachazo, o Carlos Luna, arrojarle las shuriken o estrellas ninjas, Carlos Elder o Carlos Roa podrían estrangularla, Elder lo haría con una media, Roa con sus manos, pero sería como lo que viste de Carlos Manuel Buendía, Carlos Reich la asesinaría de múltiples balazos, al estilo Berlocq, Carlos Ignacio Fernández Lobbe con un cuchillo de caza estilo Rambo, Carlos Melia, el Quesón Gay, sin darle sexo, dándole un simple balazo en la frente, o Carlos Reich, con mucho sexo y múltiples balas, Carlos Machado, también con puñaladas y podría empalarla, y bueno también esta Carlos Tevez, aunque en este caso, creo que quizás Carlitos era el que terminaba quesoneado y Maru se convertía en la asesina, ja, ja, ja, dado que siempre lo asesinan mujeres y le tiran un Queso, bueno, estimado Carlos Matías Sandes, la decisión es tuya, ¡Debes asesinar a Maru! ¡Ya basta de perdones y contemplaciones!”
“Tiene razón, Lady Katyushka” contestó el basquetbolista “No puedo permitri que otro Carlos la asesine, debo hacerlo yo, es mi esposa, es mi deber asesinarla, debe tirar ese Queso, es ahora o nunca, se terminó, llegó el momento, como Messi con la Copa del Mundo, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial, quiero quesonearla a Maru, quiero ser el Quesón de Maru”.
Carlos Matías Sandes se puso serio y le dijo a Katyushka: “Pero antes quiero cogerla a usted”.
“Con mucho gusto” le dijo la rusa, y acto seguido comenzaron a bailar un vals, y mientras sonaba “El Danubio Azul” y “El Vals del Emperador” le dio varias pisadas, una tras otra, a la rusa le gustaba que Carlos Matías la pisoteara con esos pies gigantescos, y en instantes, empezó a olerlos, besarlos, lamerlos y chuparlos, luego Carlos Matías Sandes le dio flor de cogida, aunque algo rápida, dígamos que fue una versión express y de corta duración de lo que este Quesón suele ofrecer.
“Que feliz me hiciste Carlos” le dijo Katyushka “Pero fue muy rápido”.
“Ya esta, Katyushka, estoy apurado, debo asesinar a Maru” le contestó, y ahí blandió el machete y ¡raaaaaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj! le arrancó la cabeza a la rusa, asesinando de un solo golpe, con una magnifica y magistral decapitación.
“Queso” dijo ahora de manera fría y cortante Carlos Matías Sandes y tiró el Queso sobre el cadáver decapitado de Lady Katyushka, Maru Sandes, con total frialdad, y como un verdugo que cumple simplemente con su deber.
Con el machete en la mano, aún ensagrentado, y viendo el cadáver de la mujer asesinada con el Queso encima, Carlos Matías Sandes, comenzó a ver que todo le movía alrededor, y después de quedar con la mente en blanco, y tras dar algunas vueltas, apareció de repente, en otro lugar, cerca de la casa donde estaba Maru. Había usado la tele transportación sin dudas. Y el basquetbolista estaba con el machete, un gigantesco machete, sobre una mano, y un gigantesco Queso, sobre la otra mano.
Sigilosamente se fue acercando, y empezó a escuchar gritos de mujer, gritos de alguien que estaba cogiendo y lo hacía con una felicidad plena y así al ver en una ventana, Sandes contemplo horrorizado como Maru estaba cogiendo con un joven basquetbolista, estamos hablando de Matías “Matute” Solanas.
“¡Noooooooooooooo!” gritó Carlos Matías Sandes “¡Yo protegiéndola y ella traicionando así!”
En forma violenta, Carlos Matías entró a la habitación, y tanto Maru como Matías se quedaron quietos y paralizados del susto, Carlos Matías colocó el machete sobre el cuello de Solanas.
La encontró en el bulín y en otros brazos... Sin embargo, canchero y sin cabrearse, le dijo al Matías Solanas: "Tómatelas pibe; El hombre no es culpable en estos casos."
Y Solanas rajó con una velocidad propia de un velocista campeón olímpico.
Maru empezó a gritar desaforada…
“Sos un cagón, matas a las minas pero te asustas de un chabón, un cagón como siempre, por eso no aceptabas ser un Quesón, por eso renegabas ser un Carlos, la mente criminal siempre fui yo, ja, ja, era yo el que te ordenaba cometer esos asesinatos, el que te ordenaba que mataras mina a mina, y tiraras Queso a Queso, empezando por la santiagueña Caro Uriondo, y siguiendo por Wanda Nara, Alina Moine, Luisana Lopilato, Natalia Oreiro y todas las demás, yo seré una nueva Dumitrescu, esa amante que tenías, y a la cual le dabas la sangre de tus víctimas, siempre supe todo Carlos Matías, ja, ja, ella esta muerta, yo seré su sucesora, todos los Carlos serán mis amantes, y habrá muchas Marus, serán como las Santillanas, clones a mi orden, Dumitrescu será un poroto, ya se que asesinastes a Katyushka, era muy débil, hablaba mucho pero no era fuerte como la rumana, esa que tenía los ovarios bien puestos, ya era muy vieja y le tocó irse, pero yo seré mucho más fuerte, adoptaré otro nombre, Carla Eugenia Quesosandes y los asesinaré a todos, ja, ja, ja”
Maru parecía una serpiente, enroscándose y arrastrándose, lanzando veneno.
“No sos Maru” le dijo Carlos Matías Sandes “Sos un espíritu poseído por el demonio, sos como Linda Blair en El Exorcista”.
“Yo soy Maru” dijo Maru “Yo soy Espartaco, dicen en Espartaco, y lo gritan una y otra vez, yo soy Maru, yo soy Maru, yo soy Maru”.
Carlos Matías Sandes le tiró el Queso, que le cayó encima a Maru.
“Debí asesinarte en la noche de bodas” le dijo Carlos Matías “como en esa visión que tuve, o en una dimensión paralela, hubiera sido viudo de entrada, y me salvaba de todo esto, yo te amaba, te protegía, no quería que otros Quesones te hicieran daño, aún a costa de que se burlaran de mí por ser un esposo fiel y ejemplar, mientras ellos asesinaron a las mujeres, ahora veo que debo cumplir con mi destino”.
“¿Y cual es tu destino? ¡Rallar esos pies para tener cientos de kilos de Queso rallado y tirárselo a los ravioles! ¡Ese es tu destino, Carlos Matías! ¡Caaaaaaarloooooosssssss! ¡Tira un triple pero no vas a encestar! ¡Anda a seguir jugando al básquet, eras la joya cuando empezaste y en tu carrera nunca fuiste más que una piedra pómez! ¡Caaaaaaarloooooosssssss! ¡Ibas a ir a la NBA, terminaste en España y despues volvistes con la frente marchita, a Sionista, un equipucho de la Liga Nacional! ¿Y sabes porque? ¡Porque sos un Queso! ¡Un Queso! ¡Queso! ¡Queso! ¡Queso!”
Maru saltaba como loca en la cama, y recién se calmó cuando Carlos Matías le puso los pies encima, sus gigantescos, colosales y olorosos pies talle 52/53, ella los fue oliendo, besando, chupando y lamiendo, una y otra vez, con frenesí por momentos, con excitación por otros, con satisfacción y placer siempre, y tras eso, como otra vez como en El Exorcista, se dio vuelta en la cama, y ahí Carlos Matías la cogió con los pies, penetrándola toda, de una manera que solo Sandes lo puede hacer, y despues la cogió por atrás y por adelante, en todas las posiciones, acostada, sentada, parada, un espectáculo digno de una película dinamarquesa de alto voltaje.
Maru ahora parecía tranquila, y tras la fiesta sexual, estaba alegre y contenta, con la mirada perdida, como borracha o drogada.
Carlos Matías Sandes otra vez estaba serio, con su ropa de básquet, con un Queso en una mano y el machete en la otra, contemplando con cierta pena a quien era su esposa y empezó a hablar…
“Lo siento Maru, te pido perdón, soy el primer Quesón que pide perdón a su víctima por cometer un asesinato, jamás ningún Carlos lo hizo, pero yo sí lo hago con vos, Maru, lo siento, me negaba a hacerlo, pero me doy cuenta que lo tengo que hacer, es el destino, como Messi levantando la Copa del Mundo, en el 2014 no pudo ser, pero ahora en Qatar el destino fue inexorable, era algo que tenía que pasar, y pasó, lo mismo que yo te asesine, lo mismo que te quesonee, esto es un asesinato, el Asesino, el Queso y la Dama, o el Quesón, el Queso y la Quesoneada, adiós Maru, compañera de mi vida, lo siento mucho, pero así es la vida, hoy se coge y mañana se olvida, au revoir a la mia ragazza”.
Carlos Matías Sandes cerró los ojos como si no quisiera ver lo que iba a ver, y entonces blandió el arma y le clavó el machete en el cuello atravesándolo, lo sacó con rapidez y le dio una segunda herida, brutal y profunda en el corazón, atravesándole el cuerpo entero, saliendo el machete por la espalda, y despues una tercera herida, que la podría haber partido en dos, atravesándole el abdomen y finalmente una quinta herida, con la cual le cortó la cabeza, y cada vez que hacía un movimiento mortal cerraba los ojos.
“Queso” dijo ahora de manera fría y cortante Carlos Matías Sandes, cerrando otra vez los ojos, y tratando de no ver la cabeza decapitada de la que fuera su esposa hasta hacía instantes y tiró el Queso sobre el cadáver de María Eugenia Ortega, Maru Sandes, con total frialdad, y como si fuera un verdugo que esta cumpliendo simplemente con su deber.
“Ahora sí, diré Viudo cuando me pregunten por mi estado civil” dijo en voz alta Carlos Matías Sandes “Como los demás Quesones, soy igual a los demás, o superior, como Messi que al final era superior a Maradona, pese a lo que decía la gilada”.
“Apellido: Sandes, Nombre: Carlos, ya a nadie más le diré que Matías es mi segundo nombre, simplemente Carlos, y que todos me digan Carlitos, así debe ser en la Liga Nacional de Basquet, Carlitos Sandes, y estado civil: Viudo, que satisfacción”.
“Carlitos Sandes” se dijo asimismo Carlos Matías Sandes o “Charly Sandes, no mejor Carlitos, así, de simple, Carlitos, ja, ja, Carlitos” y siguió repitiendo como un mantra “Carlitos, Carlitos, Carlitos, Carlitos, Carlitos, Carlitos”.
“¿Qué pasa Matías?” sintió de repente Sandes, y sintió como si lo despertaran bruscamente, y ahí frente a el estaba Maru Sandes, su esposa, no podía ser, si estaba muerta, la había asesinado, en la noche de bodas, o quince años despues, o había sido asesinada por cualquiera de los otros Carlos, pero Maru estaba ahí.
“¿Soñabas despierto, Matías?” le dijo Maru “Estabas como metido en esas realidades virtuales, estilo Matrix, viviendo una realidad paralela, tu mente estaba en otro lado, tu cuerpo aca”.
El basquetbolista se quedó callado, no le iba a decir a su mujer el deseo que tenía de asesinarla, y que eso era lo que había vivido.
“Gritabas Carlitos, Carlitos, Carlitos, bueno, ahora a lo mejor ya no renegas tanto de tu primer nombre, y queres que te digamos así, ahora que Carlos es el rey de Inglaterra, que se murío la vieja” le dijo Maru.
“¿Se murió la vieja? ¿Se murió la reptiliana? ¿Messi ya ganó el Mundial?” dijo Carlos Matías.
“Sí, se murió la vieja de Inglaterra, pero para el Mundial faltan unos meses, y no se si va a ganar Messi, Cuartos de Final como mucho, y tampoco creo que llegue, va a salir campeón Brasil, y sino Francia, Alemania, Inglaterra o España, o hasta Portugal con Cristiano Ronaldo, es mi favorito, a Messi no lo veo, siempre pasa algo, acordate del 2014, Argentina no figura”.
“Ahora va a salir campeón” le dijo Carlos Matías Sandes “Y cuando ocurra eso, serás quesoneada”
“¿Quesoneada?” dijo Maru y se río “Quesoneados serán tus ravioles, siempre le echas mucho Queso, casi que comes Queso con ravioles, en vez de ravioles con Queso, ja, ja, ja”
“Pareces esa tarotista que me hablo del Quesón, el Queso y la Quesoneada, ja, ja, una vieja loca, embustera, farsante y mentirosa, mira, me pincho las manos, con una flor que me dio, y me salió sangre, por eso tengo esta curita, parecía que quería mi sangre” le dijo Maru, entre risas, a Carlos Matías, y se fue a la cocina a preparar los ravioles.
Carlos Matías Sandes se miró al espejo, agarro los guantes negros, tomó el machete, se dio cuenta que sus pies estaban más grandes que nunca, era como si calzara sesenta, y el olor que emanaban era como si hubiera miles de Quesos olorosos en ese pie, entonces dijo en voz alta:
“Queso, Es hoy, ha llegado el día, o mejor dicho la noche, ahora empieza todo, Queso”
QUESO
FIN
SEN-SA-CIO-NAL LA SANGRE DE MARU INUNDO MI HABITACION!!!1
ResponderBorraryo siempre tengo la sospecha que tu eres el auténtico Sandes y fantaseas que asesinas a tu mujer con estos cuentitos
ResponderBorrarEn ese caso, la esposa, Maru, podría ser una coautora.
Borrarexcelente el relato, muchos multiversos, el principio y el final alternativo, yo creo que todo es verdad, ¿Katyushka ya fue? ¿Ya esta? ¿Así de simple la asesinaron? Ahora una secuela con Dumitrescu y con Maru como la más fiel servidora de la rumana, quizás como una vampira quesoneada, excelente el relato, da gusto leerlo, es como una superproducción del cine, una sinfonía fantastica de una opera
ResponderBorrarDiría que la Lady rusa seguirá.
BorrarFue quesoneada en una realidad alternativa.
Maru no creía en Messi parece y chau, la quesonearon, aunque seguro vuelve, esto es el fantastico mundo del Queso
ResponderBorrarse la cogieron todos, quesones y no quesones, estaba poseída como linda blair, pero ¿que paso con dumitrescu? deberias haber puesto aunque sea una ilustración, un cuento sublime
ResponderBorrarlo nombran a Gollum, no cabe duda que merecía muchos quesos, esta re bueno el relato, todos se dieron el gusto de asesinarla, y de paso la ligó Katyushka, pero estos relatos quesones y los quesoneados y quesoneadas vuelven, a veces, claro, y el destino es circular
ResponderBorrarvolverán y en queso se convertirán
ResponderBorrary ya se venia venir este relato, la verdad que aunque anunciado, es muy bueno, esta bien construido al plantear universos paralelos, un cuento que combina queso, sexo, terror y ciencia ficción, obra maestra de la literatura
ResponderBorrarMe gustó ese megapost de realidades alternativas. Que parece demostrar que Maru Sandes despierta pasiones entre los quesones. Tal vez más que famosas, que se destacan por su belleza. Pasiones que incluyen el deseo y querer quesonearla, con toda intensidad.
ResponderBorrarY uno de ellos es Sandes, que juega a asesinarla. Juego que ella también disfruta.
Y es bueno que siga así, Maru funciona bien como una cómplice, que finge que no lo es.
Un detalle sobre Berlocq. Como no es tan decidido, algunas famosas podrían intentar escaparse, luego de tener sexo.. Y el tenista podría arrojarle una rede de tenis, para atraparla. Y ahí podría quesonearla.
a pesar de que es siempre lo mismo, fascinante este megapost, gran relato, como los últimos, el del Mundial, el de Scooby Doo y el de las Culisueltas, muy buenos relatos, por más mega quesos y múltiples realidades y mundos quesonea
ResponderBorrarSandes es un serial killer a mi no me joden
ResponderBorrarme refiero a que lo es en la vida real, nada de fictions
Borraruna cosa realmente espectacular, nunca visto, si fuera una película Maru Sandes ganaría el Oscar
ResponderBorrarun relato perfecto y maravilloso, una obra maestra del Queso
ResponderBorrarsiete veces la mataron a Maru, mas el relato anterior ocho, la mas quesoneada de las quesoneadas
ResponderBorrarasí como los vampiros se transforman en vampiros, los quesones deberían transformarse en queso, el problema es que se los pueden comer
ResponderBorrarImpecable!!! Fue como la saga completa de Harry Potter. Las mil maneras de morir de Maru Sandes y los distintos asesinatos en una dimensión paralela. La rusa mostrándole las posibles realidades como si fuera un cuento de navidad. Sandes siendo bien cornudo y Maru bien puta la verdad que dio mucho morbo. Me gustó la parte del sexo a lo animal y las diferentes formas de los quesones en asesinar. Fue como una película. Con todos los quesones presentes. Hasta sentí que Sandes se calentaba viendo cómo se cogían y quesoneaban a su mujer. Me gustó que contaran más la historia y los inicios de Sandes. Los giros inesperados y que por un momento uno piensa que está pasando y después es un sueño dentro de un sueño. Una especie de El Orígen y Matrix juntos. Me gustó que Maru haya sido quesoneada y Sandes haya aceptado su papel como Carlos. Sin dudas alguna es una obra maestra. Me quedo corto con el comentario pero quién lo lea se va a dar cuenta lo espectacular que es. Otro deleite de nuestro querido autor y el más Carlos de todos y esté relato sin dudas alguna lo demuestra. Gracias por la historia
ResponderBorrarEl relato es excelente y ahí está el problema: no puede haber uno mejor, porque es una síntesis perfecta de sexo, gore, ciencia ficción y queso, lo que debe tener un buen relato en este bloh, últimamente hay varios de esta clase, lo que demuestra la madurez del autor, y su eterno compromiso con los quesos, simplemente sublime, un relato que merece el queso de platino
ResponderBorrarlos dos cuentos donde asesinan a Maru Sandes, son de antología, y podrían servir para un brillante guión de cine
ResponderBorraruna ilustración con Sandes enarbolando el machete ensangrentado con una mano y la cabeza de Maru en la otra, metiendose un pedazo de queso en la boca y diciendo "QUESO"
ResponderBorrarEsto puede dar para un relato de un queson y una quesona, eliminando a una pareja
ResponderBorrar"Engaño, traición y las vueltas raras del amor para Shania Twain
Mientras luchaba contra sus problemas de salud, la cantante de country también se enteró de que su esposo durante 15 años, Robert “Mutt” Lange, la estaba engañando con su amiga y asistente personal, Marie-Anne Thiébaud.
“En esa búsqueda para determinar qué estaba causando este descontrol con mi voz estaba enfrentando un divorcio. Mi esposo me deja por otra mujer”, contó la cantante de “You’re Still the One” en el documental, y agregó que estaba “en otro punto bajo” y “no veía ningún sentido en continuar con una carrera musical. "
Pero el amor volvió. Después de pasar por un momento tan difícil juntos, el ex esposo de Marie-Anne, Frédéric Thiébaud, y Twain se unieron por su dolor compartido en 2010. La relación de la pareja rápidamente se volvió romántica y se casaron un año después"
Nota de TN
https://tn.com.ar/musica/estrellas/2022/07/27/shania-twain-relato-los-sintomas-aterradores-que-sufrio-por-la-enfermedad-de-lyme/
Tal vez podría ser para Charles Leclerc y su novia Charlotte Siné.
Shania Twain no sería la quesoneada sino la vengada.
Propongo
ResponderBorrar.Los asesinos de Chloe Bennet, Dove Cameron y Yana Perrault
Actrices de la serie live action que planeó CW, de Powerpuff Girls, las Chicas Superpoderosas.
El objetivo de quesonearlas sería evitar que se haga la serie, con pretensiones politicamente correctas.
https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/las-chicas-superpoderosas-cancelaron-el-piloto-con-actrices-reales-nid28052021/
Y la razón de que se canceló el proyecto sería que las actrices fueron quesoneadas.
Podría haber tres quesones. Uno, Carlos Valdes. Otro, Carlos Costa, para proteger a su hija de tan mal proyecto. Y Carlos Machado, por ser seductor con sus víctimas.
-El asesino de Nicole Eggert, actriz de Baywatch
Durante la filmación de la adaptación al cine, una fanfiction como esta
https://movies.adult-fanfiction.org/story.php?no=600092828
El asesino sería Carlos Arroyo, admirador de la saga de Candyman
-El asesino de Itatí Cantoral
La actriz que hizo de Soraya Montenegro, la villana de Thalia, en María, la del barrio.
https://www.infobae.com/america/entretenimiento/2022/03/23/soraya-montenegro-asi-fue-el-encuentro-de-las-villanas-itati-cantoral-y-fabiola-guajardo/
https://es-us.noticias.yahoo.com/itat%C3%AD-cantoral-posa-trikini-resalta-075016267.html
/
-El asesino de La Bebeshita
Una influencer.
la-bebeshita-destapo-el-rechazo-de-sus-companeros-de-masterchef-celebrity-nadie-me-escogia
Está claro que sería un asesinato pagado por una potencial suegra.
https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/erika-buenfil-responde-bebeshita-declarar-154233018.html
Tal vez en plural
https://www.yucatan.com.mx/espectaculos/2022/3/7/itati-cantoral-le-responde-la-bebeshita-sobre-ser-su-suegra-304500.html
este post es una obra de arte
ResponderBorrarque cuentazo da para una serie de Netflix, un basquetbolista que es un genio en su deporte, pero también en el arte de tener olor a queso y asesinar mujeres, un villano que en realidad es un héroe, y que villana la Katyushka, Maru merece ser asesinada por todos esos Carlos pero en especial por su sanguinario esposo y asesino
ResponderBorrarCarlos Matías Sandes, Basquetbolista, Padre, Esposo, Quesón y Asesino
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