El Asesino de Cecilia Bonelli

Cecilia Bonelli salía de su departamento como cualquier otro día. Cerró la puerta, se dio vuelta y comenzó a caminar por el corredor. No se dio cuenta que una enorme sombra la cubrió por detrás, y una mano gigantesca envuelta en un gran guante negro, le puso un paño con cloroformo sobre la nariz. Cecilia comenzó a sentir un gran sueño y quedó desvanecida. Mientras dormía, la Chechu (así la llamaban) tuvo un sueño muy intenso y delirante a la vez, estaba sentada en un estadio de la NBA viendo un partido de los Toronto Raptors, y allí jugaba el gran basquetbolista Carlos Delfino. El basquetbolista le gritaba: "¡Chechu Bonelli!" e inmediatamente subía a las tribunas, y le ponía sus enormes y olorosos pies talle cincuenta sobre el rostro a Bonelli, y luego de que ella oliera, chupara, besara y lamiera los pies (a pesar del olor repugnante y asfixiante a ella le encantó) y luego cogieron de una manera tan fogosa como salvaje, mientras las multitudes clamaban ...