El Asesino de Agustina Casanova
Agustina
Casanova, una periodista argentina, que al parecer esta en ESPN y Telefé, fue a
Santa Fe para cubrir una serie de notas sobre Carlos Monzón y Carlos Reutemann,
pero se encontró en un lugar con el mítico basquetbolista Carlos Delfino,
símbolo de la generación dorada, que se encontraba en su pago chico, y no pudo
evitar acercarse a el.
Lo
que más le llamó la atención del basquetbolista no era tanto su altura, que era
mucha, pues medía dos metros, pero era propio de su actividad, pero sí sus
enormes pies, eran unas auténticas Lanchas las zapatillas.
-
¿Es por tus pies que te dicen el Lancha
Delfino? – le preguntó Casanova a
Carlos.
-
No – dijo Carlos – en realidad eso es un apodo
que no se de donde salió, debe ser porque ando en lancha por aca, a mí siempre
me dijeron “Cabeza”, ese es mi apodo, el “Cabeza” Delfino.
-
En Wikipedia dice que te dicen “el Quesón”, “el
Basquetbolista Asesino” y “el Asesino de Valeria Mazza”.
-
¿En serio dice eso?
-
Mira – y Casanova le mostró Wikipedia a Carlos
Delfino.
-
Muy gracioso – fue la respuesta del
basquetbolista –cualquiera pone cualquier cosa.
-
A Valeria Mazza la decapitaron y le tiraron un
Queso, todo el mundo dice que fuiste vos.
-
Y quizás sea cierto, era una noche de luna roja
como la de hoy, ¿No queres oler mis pies?
Y en
ese momento Carlos se sacó las zapatillas, despues las medias, quedó descalzo,
y sus pies comenzaron a despedir un fuerte e intenso olor a Queso, era algo
impresionante, realmente apestante y sofocante, cualquiera hubiera caído
desmayado ante eso, y Casanova no fue la excepción.
Pero
cuando recobró el conocimiento, Casanova quería oler, chupar, lamer y besar los
pies de Carlos Delfino, y el basquetbolista, por supuesto, no dijo que no, al
contrario, le ofreció jugar con aquellos hermosos, grandiosos y olientes pies,
y ella quedó rendida ante eso, fue ella la que lo agarró a Carlos, y quería
cogérselo, casi como que lo violó, el basquetbolista por supuesto fue muy
amable con la periodista, y le concedió el gusto, ofreciéndole una penetración
a toda orquesta, muy intensa, suave, regocijante, gozosa y satisfactoria, algo
que a Casanova le encantó. Una verdadera noche de Verona, como la que hizo referencia
cuando quesoneo a Valeria Mazza.
Satisfecha
por aquel acto de sexo y amor, Casanova quedó contemplando la luna roja. Carlos
Delfino se puso los guantes negros y entonces agarró la katana, tras blandirla
y hacer unos movimientos, contempló a Agustina (que le daba la espalda y no lo
vió) y pensó: “No vale la pena, esto es para víctimas como Valeria Mazza,
Julieta Prandi, Silvina Luna o Zaira Nara, esta tipa es una idiota” y entonces
agarró el cuchillo, un cuchillo largo y filoso, el denominado cuchillo
jamonero, y se acercó a donde estaba Agustina, siempre sin que ella lo viera y
entonces….
¡Raaaaaaajjjjjjjjjjjjj!
le cortó la garganta, así fue asesinada Agustina Casanova, degollada.
-
Queso – dijo Carlos Delfino mientras tiraba un
enorme Queso Emmenthal sobre el cadáver de su víctima, al mismo tiempo que lo
contemplaba como un cazador contempla a su presa.
Y ya
no hubo más acciones ni palabras, porque ya estaba todo hecho y dicho, el
asesino desapareció sin dejar rastro, porque un Carlos tiró un Queso en la
noche de la luna roja, #Queso.
quizás merecía la decapitación y que exhibieran la cabeza al lado de la de Valeria Mazza
ResponderBorrarEsta vez eligió el sigilo. Agustina Casanova murió luego del pleno placer sexual. Y alguna como Jowie Campobassi, un poco olvidada, se quejará, por no haber tenido la oportunidad de poseerla.
ResponderBorrarDelfino le pone placer y profesionalismo a la vez, que buen asesino que es, y siempre le tocan buenas minas, como Valeria Mazza, ja, ja
ResponderBorrarbrillante Carlos Delfino como cuertacuellos
ResponderBorrarla frialdad de Carlos Delfino asesinando, impagable
ResponderBorrarun cuento muy quesón
ResponderBorrar