Carlos Kramer, el Quesón de Popstars
1) CARLOS, EL QUESÓN DE POPSTARS
Hablaremos de esta segunda versión, de la cual muchos hombres jóvenes de 18 a 25 años tomaron parte. Uno de ellos era el joven Carlos Kramer, nacido el 29 de septiembre de 1979, un joven alto (dos metros de altura) y patón (usa zapatos y zapatillas talle 50), oriundo de Villa Ballester.
Aficionado al teatro, Karli, como lo llamaban sus amigos y familiares, ya había participado en varias obras de teatro, siendo su actuación más recordada la de “Largo” el mayordomo de los Locos Addams en la obra llamada precisamente “Los Locos Addams”.
Carlos fue al casting pensando que por sus cualidades artísticas podía ser elegido. Hizo la cola, y cuando llegó el turno, le hicieron una pequeña prueba. Paso la prueba y lo citaron para el Palacio San Miguel, donde se grababa el programa.
Carlos concurrió a la grabación, estaba convencido que lo iban a elegir. Aunque nadie lo sabía, ya era un Quesón, un #serialkiller o un #killerqueson, y había cometido a esa altura más de media docena de asesinatos. Por alguna extraña razón, Carlos decidió llevar guantes negros y un enorme cuchillo a la grabación. Los escondió en una mochila. No se lavó las medias: sus enormes talles cincuenta olían fuerte aquel día. Tenían olor a Queso, algo acorde a un Quesón como el.
Después de una larga espera, muchísimo mayor a la que esperaba, llego el momento de Carlos de actuar. No empezó bien: por su altura, sus casi dos metros, le costó que le pusieron el micrófono, hasta que finalmente lo lograron. Este episodio formó parte de la edición final del programa.
Luego Carlos cantó y bailó, no hizo nada especialmente espectacular, una rutina como los demás participantes. Por eso el casting para el terminó ahí: quedó eliminado.
Carlos se estaba yendo resignado del evento, pensando que quizás esto era una señal de no insistir mas con la fase artística y buscar otra clase de trabajos. Para distenderse un poco, se sentó en un lugar con el objetivo de seguir viendo la grabación. Justo ahí escuchó un dialogo entre dos chicas jóvenes, que le daban la espalda.
- Que pelotudo el alto ese. ¿Carlos se llamaba no? Un idiota, ja, ja, no entiendo como pudo presentarse en el casting. Un boludo, repelotudo.
- Un patoso como dicen en España. Qué pelotudo. Como todos los Carlos.
Siguieron hablando, y lo siguieron defenestrando. Carlos se levantó y se fue del lugar. Rato después, las dos chicas, salieron del Palacio San Miguel y caminaron unos metros por la calle Bartolomé Mitre. De repente, de una especie de zaguán, salió Carlos Kramer, con sus dos metros de altura, y con un gigantesco cuchillo en mano, envueltas en guantes negros, les dijo:
- ¿Así que soy un patoso? ¡Qué voy a ser un patoso! ¡Soy un Quesón! ¡Soy Carlos, el Quesón!
Cuchillo en manos, Carlos atacó a las dos chicas, a una le dio una certera puñalada en el pecho, le penetró el cuchillo hasta el mango y lo sacó, cayendo al piso, mientras la otra veía horrorizada, intentó huir, pero Carlos le dio una profunda puñalada en la espalda, atravesándole el cuchillo también hasta el mango, cayendo entonces la chica al piso.
Con las dos chicas mal heridas pero aún vivas, tendidas en el piso, Carlos las siguió apuñalando en forma salvaje y feroz. Ya estaban muertas, cuando el asesino continuó con su furia criminal asestando toda clase de cuchillazos. Finalmente, cuando terminó, el asesino sacó dos Quesos de su mochila, dos grandes Quesos, y tiró un Queso sobre cada una de sus víctimas.
- Queso.
Carlos se fue satisfecho del lugar pensando:
- Con un Quesón no se jode. Y yo soy un Quesón. Seré un mal cantante, un bailarín torpe, pero soy un Quesón.
2) MI AMIGO CARLOS, EL ASESINO
Era un lunes por la noche, las ocho o nueve, cuando Carlos, tras comer un Queso, comenzó a escribir un papel cinco nombre de mujer. “Paula”, “Lorena”, “Valeria”, “Andrea”, “Giselle” y le dijo en voz alta a Diego, su amigo:
"Las asesinaré, una por una. A Paula la apuñalaré con este gigantesco cuchillo, a Lorena la voy a matar con un revolver, ese con silenciador. ¡Pum! ¡Pum! Le voy a disparar todo el cargador, ocho, nueve, balazos. Con Valeria voy a usar el bate de béisbol, se lo voy a pegar en la cabeza una y otra vez. A Giselle la voy a estrangular, con mis propias manos. Y por último, a Giselle, la voy a decapitar con esa hacha. Le voy a cortar la cabeza, y después voy a poner la cabeza en una bandeja. ¡Ja, ja! Las voy a matar a todas. A Paula hoy mismo, que es lunes, a Lorena mañana martes, a Valeria el miércoles, a Andrea el jueves y a Giselle el viernes. Recuerdo que en “El Pulpo Negro” los asesinos tiraban un pulpito sobre sus víctimas. Pues bien, yo no tiraré un pulpito, no hace falta. Tiraré un Queso. Sobre el cadáver de cada una de mis víctimas habrá un enorme Queso Gruyere, una horma gigantesca, que va a sobresalir por su tamaño y por los agujeros. Pasaré a la posteridad como Carlos, el Queson".
- ¿Estas loco, Carlos? – le contestó Diego, aunque tomó todo eso como una simple broma - ¿En serio vas a matar a todas esas mujeres? Lo siento, pero lo voy a impedir.
- ¡No lo harás! – dijo Carlos - ¡Nadie me impedirá cometer esos asesinatos!- ¿Me vas a matar, acaso, a mí también? – preguntó Diego.- De ninguna manera, soy un asesino de mujeres, además vos sos mi amigo, no quisiera cargar con el remordimiento de tu muerte.- ¿Entonces que vas a hacer, Carlos?- Dormirás una semana entera, después te despertarás, pero ya será tarde, pues ya habré asesinado a esas mujeres y les habré tirado un Queso.- ¿Qué me vas a dar? ¿Un somnífero?- Ya te lo dí, Federico. En esa copa que acabas de tomar, ja, ja, en breve comenzarás a sentir mucho sueño, y no podrás impedir los crímenes que voy a cometer.- ¡Carlos! ¡Estas loco! – Diego empezó a sentir mucho sueño y se quedó dormido.Carlos entonces tomó los guantes negros y se los puso en las manos, se vistió totalmente de negro, tomó un enorme cuchillo, se puso los gigantescos zapatos que usaba (Carlos mide como dos metros y calza cincuenta) y agarró el Queso. Esa misma noche comenzaría su sangrienta saga criminal.
3) A CARLOS LE GUSTA EL QUESO
El novio de Paula se llamaba Carlos. Era un joven muy bien parecido, muy alto (medía dos metros), de pelo castaño oscuro y enormes pies, pues calzaba cincuenta. Sí, cincuenta, ni un talle más ni un talle menos. Sus pies eran tan grandes y gigantescos que debían hacerle los zapatos en una zapatería especial. En una epoca le propusieron jugar al handball, y pudo haber tenido una gran carrera en ese deporte, pero Carlos prefirió intentar una carrera en el mundo del espectáculo como actor o cantante, algo que no era nada fácil.
Paula estaba muy enamorada de Carlos, y Carlos estaba muy enamorado de ella. Lo que a Paula más le gustaba de Carlos eran los pies. Eran grandes, carnosos y olorosos, pues Carlos siempre tenía un olor a Queso muy fuerte, intenso y apestante.
El tema era que Silvina, la mejor amiga de Paula, también se enamoró de Carlos . Era un joven muy solicitado. Todas las mujeres soñaban con tener una noche de amor con el patón. Ocurrió entonces que estando Paula de viaje, Silvina no dudo en decirle a Carlos:
- Carlitos, debo confesarte algo, estoy enamorada de vos.
- Lo sabía - contestó Carlos - Yo no siento lo mismo por vos, pero por una noche te haré feliz. Tendremos sexo. Pero primero tengo hambre. Voy a comer un Queso.
- ¿Un Queso? - pregunto sorprendida Silvina.
- Sí, un Queso, para mí el Queso es un estimulante sexual. Me encanta comer Queso, y sí tengo sexo, despues de comerme uno, por supuesto tras hacer la digestión, me siento pleno, radiante y más activo que nunca.
- Carlos entonces se comió un Queso entero. Silvina no probó bocado alguno. Pasaron las dos horas de digestión, se acostaron y tuvieron sexo. Cuando terminaron, Carlos le dijo a Silvina:
- Fue hermoso tener sexo contigo. Pero ahora morirás.
Entonces Carlos sacó un cuchillo y apuñaló salvajemente a la víctima. Tras asesinarla, tomó otro enorme Queso y lo tiró sobre el cadáver de la chica. Al día siguiente, el cadáver de Silvina apareció en un descampado. Tenía más de cincuenta heridas cortantes realizadas con un gran cuchillo de cocina y encima del cadáver un enorme Queso. La policía investigó el crimen, pero como siempre, no llegó a ningún resultado concreto.
Carlos tuvo suerte, pues la investigación la encabezó el incompetente Inspector Pufrock, que era adicto al juego, al whisky y a los cabarets, y no en el prestigioso Inspector Puyol, que estaba de vacaciones en las sierras cordobesas.
Mientras tanto, Paula estaba muy mal por el asesinato de su mejor amiga y parecía caer en una depresión sin límites. No imaginaba ni podía sospechar que su novio, Carlos, era un asesino cruel, implacable y sanguinario. Pasados unos días, Carlos le dijo a Paula:
- Se quien asesinó a Silvina.
- ¿En serio, Carlos? ¿Quien fue?
- Carlitos.
- ¿Qué Carlitos?
- ¡Este Carlos!
Entonces Carlos le dio una patada con su enorme pie derecho, la tiró al piso, sacó un cuchillo y la asesinó sin piedad alguna. Tras asesinarla, le tiró un Queso. Carlos se fue del lugar muy contento, no sin antes, decir en voz alta:
4) CARLOS, ESPOSO, PADRE Y ASESINO
Durante años, Carlos y Paula eran la pareja perfecta, un matrimonio que parecía andar perfecto con dos hermosos hijos, Carlos Agustín y Carlos Tomás. Pero en algún momento, Carlos empezó a notar un extraño comportamiento de su esposa, y así comenzó a sospechar cosas extrañas. Un día la siguió, y descubrió lo que sospechaba: Paula le estaba metiendo los cuernos y el amante de su mujer, era el prestigioso abogado Carlos Gonella.
Carlos, con sus dos metros de altura y sus enormes pies con olor a Queso talle cincuenta a cuestas, tomó entonces una decisión. No se divorciaría de su mujer, no sería un cornudo ni sometería a sus hijos a un duro juicio por la tenencia. Carlos sería mucho más práctico: se convenció que era mejor ser viudo y solo tenía que cometer el crimen perfecto. Y en pos de cometer ese crimen, empezó a planificar el asesinato de su esposa.
Carlos, con sus dos metros de altura y sus enormes pies con olor a Queso talle cincuenta a cuestas, tomó entonces una decisión. No se divorciaría de su mujer, no sería un cornudo ni sometería a sus hijos a un duro juicio por la tenencia. Carlos sería mucho más práctico: se convenció que era mejor ser viudo y solo tenía que cometer el crimen perfecto. Y en pos de cometer ese crimen, empezó a planificar el asesinato de su esposa.
Fue así que entró a un negocio donde vendían toda clase de armas y le dijo al vendedor:
- Busco un cuchillo. Un cuchillo muy filoso, especial para asesinar mujeres.
- ¿Para asesinar mujeres? – dijo el vendedor que también se llamaba Carlos – entonces le recomiendo esto.
Carlos compró un cuchillo muy largo y filoso.
Rato después, Carlos fue a una Quesería, y le dijo al vendedor:
- Quiero la horma de Queso Gruyere más grande que exista, que tengo muchos agujeros, grandes y voluminosos agujeros.
- Entonces le doy esta – le dijo el vendedor de Quesos, que también se llamaba Carlos.
- Quiero la horma de Queso Gruyere más grande que exista, que tengo muchos agujeros, grandes y voluminosos agujeros.
- Entonces le doy esta – le dijo el vendedor de Quesos, que también se llamaba Carlos.
Aquel día era jueves. Paula como todos los jueves tuvo su encuentro sexual con su amante. Por la noche, estaba de regreso en su departamento. Carlos se puso los guantes negros, tomó el cuchillo y se dirigió a la habitación donde estaba su mujer.
Grande fue la sorpresa de Paula al descubrir que sobre la cama había una enorme horma de Queso Gruyere.
- ¿Qué significa este Queso, Carlos?
- Soy un Quesón – fue la respuesta de Carlos – te asesinaré.
Entonces Carlos atacó a su mujer con el cuchillo. Fueron ciento veinte puñaladas. Una tras otra, en todas partes del cuerpo, principalmente el cuello, el pecho y el estomago. Cuando Carlos dio por terminada la tareatomó el Queso y lo arrojó sobre el cadáver diciendo en voz alta:
- Queso.
Rato después, el asesino escondió el cadáver, con el Queso y el cuchillo incluídos, debajo de la cama. Carlos tomó a sus dos hijos, Carlos Agustín y Carlos Tomás, armó el equipaje, y los tres partieron a Ezeiza, tomando un avión rumbo a Europa.
Así fue que el asesino desapareció de la escena. Días después, descubrieron el cadáver de Paula pero de Carlos, y sus dos hijos, nada se sabía, solo que en algún lugar de Europa, seguramente Alemania, se encontraban.
5) QUESOS A LA MADRUGADA
Era una hora avanzada de la madrugada… la hora del amanecer ya se acercaba. Valeria, la niñera de los cinco sobrinos de El Fiscal, acababa de llegar de una fiesta. La había pasado muy bien y aún gozaba de las diversiones de aquella velada. Pero también estaba cansada y ya se quería acostar…
Claro que comenzó a escuchar algunas voces… o mejor dicho dos voces… la voz de un hombre y de una mujer. Valeria empezó a acercarse y no tardó en identificar la voz del hombre… era Carlos, el concuñado de El Fiscal, un muchacho alto (casi dos metros de altura) y muy patón (usaba zapatos talle 51). A la chica no la pudo identificar.
Valeria llegó hasta el salón, donde estaban Carlos y la chica, pero se escondió detrás de una cortina. Desde allí observó todo sin que Carlos y la mujer advirtieran la presencia de una tercera persona. Carlos estaba vestido muy elegante con los guantes negros, la chica aún tenía la ropa de la fiesta.
- Te aseguro que nos vamos a divertir mucho esta noche – dijo Carlos.
- ¿Y como, Carlos?
- Con esto – Carlos sacó entonces un enorme cuchillo, muy largo, grueso y filoso, se acercó a la mujer y la atacó a puñaladas.
- Te asesinaré – le dijo.
- ¡No, Carlos, no me asesines! ¿Esto es una broma, verdad?
- Ninguna broma. Ya asesiné a varias mujeres. Las apuñaló y después les tiró un Queso. Queeeeeeesoooooo.
La chica intentó oponer resistencia y comenzó a pedir auxilio desesperada gritando:
- ¡Carlos, no me asesines, Carlos!
Pero nada pudo detener la furia criminal de Carlos, que cuando terminó de asesinar a la chica, tomó el enorme Queso Gruyere que estaba sobre la mesa, y lo tiró sobre el cadáver de su víctima.
- Queso – dijo en voz alta.
Escondida detrás de la cortina, repleta de terror y espanto, Valeria presenció el crimen. Fue entonces cuando realizó un movimiento en forma sin intención, rompiendo un jarrón, provocando un gran ruido en la sala.
- ¿Quién esta ahí? – preguntó Carlos con furia criminal mientras se acercaba con el cuchillo hacia la cortina.
- ¿Hay alguien acá? – repitió Carlos una vez más.
Valeria se aterrorizó aún más y de repente, Carlos descorrió la cortina y se encontró con la chica, cuchillo en mano, le dijo:
- ¡Eras vos Valeria!
- No, Carlos, por favor, no me asesines, no me asesines, nada diré de este asesinato.
- No, nena, siempre supe que más temprano que tarde iba a asesinarte, lo siento, pero ha llegado el momento.
- ¡Nooooooooo! – gritó espantada Valeria, mientras Carlos la atacaba con el cuchillo y se lo hundía en el estomago.
La asesinó brutalmente, fueron otras cuarenta y sesenta puñaladas, una tras otra, la chica nada pudo hacer, y el asesino al terminar con su sangrienta obra, tiró otro Queso sobre el cadáver de la víctima diciendo en voz alta:
- Queso.
6) UN QUESO PARA LA DOCTORA CORA
La Señorita Cora Cluney regresó a su trabajo luego de una temporada de vacaciones, en la Clínica Psiquiátrica Saint Charles, donde se desempeñaba como médica psiquiátrica. Era considerada la más eficiente de todas las médicas, lo cual provocaba la envidia de muchas de sus compañeras, de veterana edad, pues Cora contaba con treinta y cinco años.
- Te llamas igual que ese personaje de Antonio Gasalla – le dijo Jacinta, una enfermera de 65 años, próxima a jubilarse.
- Me pusieron Cora, por el personaje de “El cartero llama dos veces”, es un nombre poco común, la verdad nunca conocía a nadie que tuviera mi misma nombre.
Ese fue el dialogo que hubo alguna vez entre Cora y Jacinta. La psiquiatra estaba muy contenta tras las vacaciones, pero antes de retomar sus tareas laborales, fue convocado por Filistauro Cureta, el director de la Clínica.
- Buenas tardes Doctora Cluney, le tengo que hacer un pedido especial – le dijo el Doctor Cureta – justo un día después que usted se fue de vacaciones ingresó a la Clínica, un paciente muy particular, solo alguien como usted, tan profesional y eficiente, puede atenderlo.
- ¿De quien se trata?
- Se llama Carlos Kramer, es un grandote que mide casi dos metros y calza como cincuenta, pero nunca jugo al básquet ni nada por el estilo, quiso ser actor o cantante, y participó en el casting de Popstars, en 2002, de ahí salió la banda Mambrú.
- ¿Y por haber estado en ese casting lo terminaron internando acá? Nuestra clínica se caracteriza por atender pacientes con cuadros psiquiátricos muy severos o complejos.
- No, no fue por eso. Es un asesino muy peligroso.
- ¿Un asesino muy peligroso? – Cora se asustó bastante al escuchar esto.
- El tipo es un Quesón, asesinó a unas veintiocho mujeres, algunos dicen que fueron muchas más, las apuñalaba y tiraba un Queso sobre los cadáveres de sus víctimas. Durante mucho tiempo tuvo una doble vida, era un esposo y padre ejemplar por un lado, un modelo de familia, por otro, un asesino serial de mujeres. Un día descubrió que su mujer tuvo un affaire con un profesor de gimnasia, y la terminó asesinando, le dio ciento cincuenta puñaladas. Le tiró un Queso. Intentó huir con sus hijos, estuvo prófugo un par de semanas, deambulando por las rutas argentinas, hasta que lo descubrieron.
- ¿Y como no esta preso? ¡Tiene que estar en la cárcel!
- Carlos Gonella hizo una excelente defensa y lo declararon inimputable, lo mandaron a esta clínica, quédate tranquila Cora, solo hay que administrarles medicamentos y comida, por ahora tiene que estar encerrado, ya dijimos que los alimentos con tenedor y cucharas de plástico, nada de cuchillos, y tiene la particularidad de comer mucho Queso, por lo general solo come Queso, le llevan platos con cubos de Gruyere, Emmenthal, Roquefort, Parmesano, todo así, como una picada.
- Será un gran desafío profesional atender a este paciente. ¿Carlos es su nombre? Lo curaré con mis teorías.
- Carlos. Carlos Kramer.
Rato despues la señorita Cora entró a la habitación de Carlos Kramer. Dado que era una clínica muy cara, cada habitación era como un mini departamento. La cuota era muy cara y la pagaba la Fundación Dumitrescu. Al entrar a la habitación, Cora vio a Carlos, acostado en la cama, era como un gigantón con dos enormes pies, muy olorosos, que sobresalían en la cama, Carlos dormía plácidamente.
- ¡Carlitos! ¡Carlitos! – dijo en forma cariñosa la Señorita Cora.
Carlos se despertó y se enderezó, sentándose en el borde de la cama, empezó a mirar a Cora, y se sintió atraído por ella.
- Deberías ser modelo, no entiendo como estas aca, como enfermera.
- Muchas gracias Carlitos.
- Carli, así me llamaban mis familiares. Karli con K, por la K de Kramer, ja, ja.
- Entonces te diré Karli, como ellos, con K, ¿Qué paso Karli, te portastes mal, y por eso estas aca?
- ¿Usted es médica o enfermera?
- Médica psiquiátrica. Dale, Karli, decime, ¿Porqué estas acá?
Justo en ese momento, mientras Carlos estaba sentado sobre el borde de la cama, la médica empezó a hacerle masajes en el hombro.
- Asesiné a mi esposa – dijo Carlos Kramer – en realidad asesiné a muchas mujeres, pero la Justicia solo me descubrió y me persiguió por el crimen de mi mujer. Asesiné a cientos de minas, y a todas les tiré un Queso. Soy un Quesón. Quizás si no estuviéramos aca, en la Clínica, vos serías una de mis víctimas.
Carlos agarró un sorbete que había y lo tomó, y empezó a hacer el movimiento como si apuñalara a Cora. A la médica aquello le pareció todo muy gracioso.
- Karli, para mí sos como un ratoncito al que le gusta mucho el Queso, un ratoncito que mide dos metros y calza cincuenta, pero un ratoncito al fin.
Cora parecía atraída por Carlos, la idea de tener sexo con un asesino serial le generaba una gran fantasía sexual, Carlos se tiró sobre la cama, de espaldas, y la doctora empezó a acariciarle la espalda, le tocó el culo, y ahí le dijo:
- ¿Me mostras los pies Karli?
- Por supuesto, doctora.
Carlos le mostró los pies, y los puso encima del rostro de la doctora, el olor a Queso era muy intenso, ella empezó a chuparlos, lamerlos, besarlos y olerlos, le gustó mucho. Cora parecía dispuesta a avanzar un poco más, pero…
- ¡Doctora! ¡La llama el Doctor Cureta! – dijo una rumana, que había empezado a trabajar hacía una semana en la Clínica, como empleada de limpieza.
Cora miró a Carlos y le sonrió. Carlos pensó: “Si tuviera un cuchillo, y un Queso, como lo disfrutaría, 145 cuchillazos, y ¡Queso!”.
Cureta habló con Cora del paciente y le dijo:
- No esta enfermo, es un asesino, que debe ir a la cárcel, espero que se haya dado de cuenta de eso, tenga mucho cuidado.
- Doctor Cureta, todo lo contrario, tiene una patología psiquiátrica muy severa, el Síndrome de Kaas, requiere una atención muy esforzada.
- ¿Síndrome de Kaas? Nunca lo sentí.
- Lo aprendí en un Congreso en Amsterdam – dijo Cora, que no aclaró que “Kaas” en idioma nederlandés es “Queso”. Una enfermedad inventada por ella en ese momento.
Cora regresó a la habitación de Carlos, y le dijo:
- Tenes síndrome de Kaas, Carlitos.
- ¿Síndrome de Kaas? Yo solo quiero volver a asesinar, ja, ja.
- Ahora sos un león hervíboro.
- No, ese no soy yo. Ese era Perón.
- Ja, ja, ja – río Cora - ¿Me dejas hacerte cosquillas en los pies?
Cora le hizo cosquillas en los pies y despues otros masajes, además volvió a oler, chupar, lamer y besar los pies de Carlos, le gustó mucho, ahí sí, le dijo al paciente:
- El síndrome de Kaas se cura con sexo.
- Los medicamentos que me dan me multiplican el olor a Queso, pero me inhiben sexualmente, no podemos hacerlo.
- ¡Noooooooooo! – exclamó Cora.
La cosa esa noche terminó ahí, Cora fue al lugar donde estaban los medicamentos, y vacío los frascos que decían “Kramer, Carlos”, reemplazando todo por simples pastillas de menta. Así pasó la noche. Jacinta, la enfermera, le dio a Carlos los supuestos medicamentos.
Cora llegó a la tarde y recibió con cierto alivio la noticia que Cureta había viajado en forma urgente a Gabón a participar en el prestigioso Simposio de Médicos para el Africa Occidental, y fue entonces a la habitación de Carlos. Le llamó la atención ver a una enfermera igual a María Laura Santillán.
- He venido a reemplazar a Jacinta, que esta de licencia, porque la hija cumple años – dijo la Santillán, de una manera mecánica, casi autómata.
Cora recorrió unos metros, y vio a otra enfermera, también igual a Santillan, le llamó la atención, ¿Dos iguales? Esta otra se cruzó y dijo la mismo que la anterior.
- He venido a reemplazar a Jacinta, que esta de licencia, porque la hija cumple años – dijo la Santillán, de una manera mecánica, casi autómata.
A lo lejos, Cora vio a otras dos mujeres, también parecidas a Santillan.
- ¿Me estaré volviendo loca como todos los que están internados aca?
Mientras iba, desesperda, a la habitación de Carlos, se cruzó con la rumana anciana, se la llevó por adelante, y la rumana, se cayó al piso.
- Nenorocitule – dijo la rumana, que significa “Hija de puta” en su lengua natal.
- ¿Qué dice, vieja de mierda? No moleste más, usted debería estar jubilada, vayase a cagar – le contestó Cora, y apurada, entró a la habitación de Carlos - ¡Maldita rumana!
La rumana se levantó del piso y miró en la dirección que había tomado Cora, riéndose en forma sarcástica y burlona.
Cora entró a la habitación de Carlos, y al hacerlo, hizo una suerte de streap tease, quedando totalmente desnuda ante el gigantón, y se tiró encima de el.
- Soy tuya, Carlos.
Y lo fue. Sin el impedimento de los medicamentos, Carlos se convirtió en una auténtica máquina sexual. Primero volvieron a jugar con los pies, después hubo caricias y cosquillas en todo el cuerpo, y finalmente la penetración, por adelante y por atrás.
Cora quedó hecha una piltrafa, pero nunca había sentido semejante gozo.
- Cogí muchas veces con Cureta, pero nada fue tan bueno como esto – le dijo Cora a Carlos.
- Yo cogí con muchas minas, todas están muertas, a todas las asesiné, vos serías la única que puede contarlo.
- Ja, ja, ja – río Cora – el haber tenido sexo con un asesino serial de mujeres resultó ser algo realmente mágico, no entiendo como tu esposa pudo haberte metido los cuernos, sí le dabas este sexo, ¿Cómo pudo buscar afuera teniendo esto adentro?
- Yo tampoco lo entendí, por eso la asesiné. 150 puñaladas. Queso.
- Ahora haré un estudio sobre los Quesones, sobre los asesinos que tiran un Queso a sus víctimas. Será mi tesis consagratoria, me llevará al Premio Nobel. Te usaré como conejillo de indias.
- No creo, Cora, no creo, que lo hagas – le dijo Carlos.
- ¿Porqué? Diré que tenes el Síndrome de Kaas, permanecerás internado acá, ja, ja, y tendremos sexo eternamente, ja, ja, estuve esta mañana googleando y averigue mucho sobre los Quesones, me contaras de tus compañeros futbolistas, rugbiers, basquetbolistas, modelos, todos asesinos, todos Carlos.
- No, no lo haré.
- No podrás negarte, te daré los medicamentos, y te someteré, no tendremos sexo ese día, pero estarás dopado, y ahí me contarás la verdad.
- ¡No lo haré! – gritó Carlos, y se levantó en forma violenta, con un cuchillo en la mano - ¡No lo haré porque estaras muerta! ¡Te asesinaré!
- ¿De dónde sacaste ese cuchillo? – gritó aterrorizada Cora, al ver a Carlos, cuchillo en mano, acercándose hacia ella - ¡No podían darte cuchillos!
- ¡Me lo trajo la rumana! ¡Igual que el Queso que te voy a tirar!
- ¡Esa hija de puta! ¡Vieja de mierda! ¡Maldita rumana!
“Maldita rumana” fue lo último que dijo Cora, mientras pronunciaba esas palabras, Carlos le estaba clavando el cuchillo en el estomago. La primera de las ciento cuarenta y cinco cuchillazos que le asestó.
- Queso – dijo Carlos Kramer, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Cora.
Poco quedo de Cora despues de las 145 puñaladas, pero lo que quedó fue suficiente, para que las Santillanas ingresaran a la habitación, y tras limpiar todo, y dejar todo perfecto, se llevaron el cadáver. La rumana entró a la habitación y le dijo a Carlos:
- Esta dado de alta señor Kramer se puede retirar de la Clínica.
- Que rápido me cure del Síndrome de Kaas, ¡Ja, ja, ja!
Y el asesino se fue del lugar, quedando totalmente impune, como suele pasar en estos casos.
- Que nadie diga “maldita rumana” – dijo la rumana – o terminaran como esta medicucha. ¡Ja, ja, ja!
un relato sugerido por el Fauno, a quien le agradezo mucho las sugerencias que da, pues son buenísimas, empecé a escribir y salió esto, puede haber otros relatos con la Señorita Cora, quizás hasta se puedan contar múltiples versiones de su asesinato, y quizás sea hora de escribir más con víctimas que no sean famosas, sino personajes de ficción, ya veremos, por ahora, salió esto, un Queso para todos
ResponderBorrarQUE ASESINO FEO Y SINIESTRO ES ESTE CARLOS!!!!
ResponderBorrarbuena historia, me gusto mucho, tiene ese morbo sexual, el queso, la presencia de un asesino insaciable que siempre piensa en asesinar, la rumana que le da este toque misterioso, un relato Quesón en su máxima expresión
ResponderBorrarTal vez Carlos García Cortázar se enoje, diga que le robaron una víctima. Cora como el cuento de Cortázar, el escritor. Por ser su mismo apellido, debe creer que era para él. Claro que le pueden decir que es Cortázar de segundo apellido.
ResponderBorrar¿Este relato está dentro de la continuidad de los quesones? Sorprende que haya matado a su esposa. Parecía ser diferente a otros quesones, estar enamorado de su esposa. Pero resultó una versión quesona de Kramer Vs Kramer.
Tiene morbo este relato. Tiene sentido que esta señorita Cora haya querido manipular a Kramer. Una mala contra un malo. Un recurso de Tarantino.
¿Kraner se volverá a casar? Podría ser con una Carla anónima, cariñosa con los hijos. O un clon de la esposa.
Eso podría ser. Se desmentiría que haya pasado el asesinato de la esposa, saliendo libre.
Una idea tomada de la Bionda, una historieta italiana.
ResponderBorrarhttps://it.wikipedia.org/wiki/La_Bionda_(fumetto)
La Señorita Cora visita la Charlotte Corday, la cárcel de Astrid, para visitar a una presa que podría ser anónima, una famosa o una Carla. La doctora está muy segura de no tener que encontrarse con un Carlos.
Pero la presa la domina, se aprovecha de ella y toma su lugar para escapar de la cárcel.
Cora intenta revelar la verdad pero no le creen. Y recibe las represalias que ordena Astrid.
Y además llega un Carlos.
Luego se revela que Astrid sabía que era verdad lo que dijo Cora, pero prefirió que se escapara la presa, con tal de eliminar a esa intrusa, que pretendía inspeccionar la cárcel.
¿Una potencial quesona?
ResponderBorrarhttps://www.youtube.com/channel/UC6h5WDbVgIgXNVrTj6gcvxw
Los Ángeles de Charly...quesón o Las Carlas del Queso.
ResponderBorrar¿Y que tal si Carlos Kramer no asesinó o quesoneó a su esposa, sino a una clon? ¿Que tal si la verdadera fue raptada por clones de Pablo Sinema y mantenida prisionera. El propósito es hacer que Carlos fuera condenado por asesinato.
Pudieron haber enviado a alguien a seducir a la esposa de Kramar. Y como ella lo rechazó, la raptaron y remplazaron por una clon que se entregó a un profesor de gimnasia, para que Kramer la asesinara.
Como Kramer salió libre, el plan podría seguir con enviarle un mensaje, que diga que tienen a la verdadera esposa, una evidencia viviente de que no hubo asesinato. Pero que la asesinaran si Kramer no se entrega. Y revela la información que tiene sobre la logia de quesones.
Pero tres Carlas reciben la misión de rescate.
Carla Quevedo se hace pasar por empleada de delivery. La reconocen, ella dice que es lo que hace, porque se suspendieron las ficciones. Y en ese momento, entran las otras dos y arrasan con todos.
Como opción, podría quedar un enemigo final, alguien como Fabio "la mole" Moli, que también es derrotado.
Kramer se reúne con su verdadera esposa. Final feliz y emotivo.
Como jefa, podría estar la Señorita Cora. Que sería asesinada por Kramer. Y es que podría tratarse de una equivalente de las Santillanas, la creación de una enemiga de Lady Dumitrescu. Ya se mencionó a Lady Katiushka.
Las otras dos podrían ser Carla Rebecchi y Carla Romanini.
BorrarPodría ser que algunas de las famosas eliminadas, no hayan sido las "chicas inocentes" de las que habla Gabriel "Tortuga" Deck, cuando intenta disuadir a su amigo Carlos Sandes.
ResponderBorrarParece que estaban involucradas en la venta, promoción de algo denunciado como estafa piramidal, de una maquina de belleza que actúa sobre la piel.
Famosas como Jujuy, Cinthia Fernández, Sofía Zamolo, Coki Ramirez. Y Marisa Brel, que sigue viva, todavía no fue quesoneada.
https://www.ratingcero.com/notas/5103823-estafa-piramidal-el-descargo-varias-las-famosas-involucradas
Lo que puede haber pasado desapercibido por la logia, incluso las quesonas. Pero todo pretexto para quesonear es bienvenido. Y esas famosas pudieron haberse negado a pagar un porcentaje a la Fundación Dumitrescu, como protección.
Todo eso podría explicarse en
El asesino de Marisa Brel.
https://es.wikipedia.org/wiki/Marisa_Brel
Que quede claro que yo no encargaría el crimen, me resultaría indiferente.
Tal vez el de Marcela Tauro, si se le ocurre hablar mal de No lo soporto.
Siendo hija de un austriaco, Nicole Neumann, podría haber despertado el interés de Astrid.
ResponderBorrarhttps://es.wikipedia.org/wiki/Nicole_Neumann
Por eso pudo haber encargado que la vampirizaran. Y podría haber pedidos encuentros con la vampirizada Nicole, que a su vez podría haber pedido el poder vampirizar a Pampita, como vampira de vampira, para tenerla como una mucamita sexy bajo su control.
Y ambas podrían tener apetito de sangre, satisfechos con otras famosas, no tan famosas, o desconocidas, que sean quesoneadas.
Nicole y Pampita vampirizadas, podrían dormir juntas, entrelazadas.
Astrid, en algún relato que aparezca, podría soñar que tiene una cita con el científico alemán Wernher Von Braun.s.wikipedia.org/wiki/Wernher_von_Braun
https://es.wikipedia.org/wiki/Wernher_von_Braun
Y si tiene pesadillas, puede ser con Wonder Woman, que es la villana de la serie de Lynda Carter y que es vencida.
Detalles para relatos.
Podría haber una sutil conexión entre el escritor Julio Cortázar y el Mundo Quesón. El perseguidor es un cuento largo que está basado en el saxofonista de jazz Charlie Parker.
ResponderBorrarPor eso creo que podría haber un relato que se parezca más a El cuento La Señorita Cora.
https://es.wikipedia.org/wiki/La_se%C3%B1orita_Cora
Hay un adolescente internado, que siente fascinación por la joven enfermera del título, que lo desdeña. Una frustración para sus deseos.
En el relato podría filmarse una adaptación del cuento, con Carlos García Cortázar, en el papel de un anestesista que tiene relaciones con la enfermera. Por lo que habría escenas de sexo. El actor usaría su poder quesón, para que las escenas sean muy reales.
Pero todavía no sería un relato quesón. El protagonista adolescente en algún momento, fantasea con acuchillarla, mientras ella le suplica, inútilmente. La filmación de la escena podría frustrarse porque la actriz desprecia realmente al actor protagonista.
Y entonces, el García Cortázar usa su poder quesón, para que la actriz intime con el actor protagonista. Lo que se suma a la película, como un sueño erótico del protagonista.
La actriz se enoja, exige que retiren esa escena. Y entonces cuando García Cortázar la elimina. Quedando la escena en la película, por una buena edición.
La actriz quesoneada podría ser Sheila González, actriz española que ha actuado en Argentina. Y podría ser clonada. O alguna actriz española que quede.
https://www.youtube.com/watch?v=4a-j40kUwBs
Que letal, muy característico de no matar en forma instantánea. No hay que olvidarse de las anónimas como víctimas
ResponderBorrar¿Será quien quesoneará a las Electro stars sobrevivientes?