Charly Alberti, el Baterista Estrangulador
1) LA CANCIÓN ANIMAL DE CHARLY ALBERTI
Me han contado una historia que dicen que ocurrió en aquellos días de los tempranos años noventa, cuando todos los que vivían en ese frenesí era parte de la euforia.
En el séptimo día de un millón de años luz un hombre al agua cantaba una canción animal, mientras bajo la cúpula, lo que sangra, los que llevaban una doble vida trataban que nada personal los afectará en la ciudad de la furia, después de que se pasará el temblor.
Una fiesta se estaba celebrando en una casa muy coqueta, de un barrio muy elegante en las afueras de alguna capital sudamericana… ¿Buenos Aires tal vez que se ve tan susceptible? Quizás pudo haber sido en Lima, Santiago o Bogotá…
Muchos invitados, un grupo selecto, donde no faltaban músicos, artistas, políticos y deportistas. Dicen que algún político importante celebraba algo relevante. Que mas da. Lo cierto es que estaban los tres integrantes de Soda Stereo, como invitados de honor, lo de invitados por supuesto es una figura, porque no estaban allí gratis, sino cobrando varias decenas de dólares para participar en la fiesta privada tocando tres canciones.
La fiesta seguía su curso y mientras los invitados se quedaron viendo una película, que decían iba a durar unos treinta o cuarenta minutos, una de las chicas invitadas, que iba allí a trabajar como escort y que no la conocía ninguno de los demás invitados, a la que llamaremos Renata, de unos 27 años, más o menos, se retiro…
- Qué bodrio esta película – pensó – me voy un rato, enseguida vuelvo…
Subió a los cuartos superiores de la mansión donde se estaba desarrollando la fiesta, y entró a uno de ellos. Se acostó, pero antes puso a todo lo que da el último disco de “Soda Stereo” de aquellos tiempos… “Canción Animal”.
Sonaban los acordes “De Música ligera” cuando de repente, en la habitación, con guantes negros que le cubrían las manos, entró el baterista de la banda, el gran Carlos Alberto Ficicchia, conocido por todos como “Charly Alberti”. Lo curioso es que entre sus manos llevaba un Queso, de cáscara colorada, con agujeros, de la variedad que en Argentina llaman “Pategras”.
- No lo puedo creer – dijo Renata - ¿Porqué has venido para aca Charly?
- Te ví salir de la proyección y pensé “que bien hace esta piba en no quedarse a ver este bodrio, haré lo mismo”. Me puse los guantes negros y te seguí.
- Con esos guantes negros pareces un estrangulador, ja, ja…
- Lo sé – dijo Charly – escribí una canción al respecto se llama “Te estrangularé” pero Zeta y Gustavo se negaron a incluirla en el disco. Quizás en el próximo, donde ella usó mi cabeza como un revolver.
- ¿Y qué significa el Queso?
- Pensarás que estoy loco – dijo Charly – pero comer Queso antes de tocar eleva mi nivel de baterista.
- Deja el Queso en un costado – le dijo la chica – dale Charly, no perdamos más el tiempo, vení y acostate conmigo, tengamos sexo.
- Tenés razón piba – dijo Charly.
El baterista dejó el Queso en el mueble del costado y se zambulló en la cama. Dicen que primero jugaron al fetichismo de los pies, los dos se chuparon, lamieron y besaron uno a otro los pies. Tuvieron sexo en forma intensa, muy intensa, disfrutaron mucho, mucho, imposible de describir con palabras…
Cuando terminaron, Charly le dijo a Renata:
- Esto fue excelente, que bien que la hemos pasado. Claro que tendremos que volver a la fiesta…
- Sí, una pena, que le vamos a hacer…
- Lo siento nena, pero tengo un instinto criminal que no puedo parar… Soy un Quesón, nena, tengo que tirarte un Queso... no voy a ser un super hombre, pero sí un Quesón, y un Quesón estrangulador.
- ¿A qué te referís Charly?
- A esto.
El baterista, guantes negros en sus manos, la tomó del cuello y comenzó a estrangularla.
- Nooo, Charly, nooo – decía la chica mientras se iba quedando sin aire – aaaaaajjj, aaaaajjjj…
Nadie escuchó nada, la música de “Doble Vida” sonaba más fuerte que nunca… era como el corazón delator que sangra bajo la cúpula en el borde de la ciudad de la furia.
Charly terminó de estrangularla, y cuando la chica ya estaba muerta, agarró el Queso y lo tiró sobre el cadáver…
- Queso – dijo en voz alta.
El asesino se fijó la hora…
- Vaya en media hora tendremos que tocar…
Contempló a la chica a la que acababa de asesinar y pensó:
- Simularé que esta piba se suicidó… el cadáver lo descubrirán en un par de días, hoy nadie se enterará de nada…
Tomó el cadáver y con una soga, lo colgó dentro de un placard, dejó el Queso abajo y se fue del lugar mientras tarareaba…
“Hipnotismo de un flagelo, Dulce, tan dulce, Cuero, piel y metal, Carmín y charol, Cuando el cuerpo no espera, Lo que llaman amor”
2) DE SUEÑO STEREO A DYNAMO
En el tiempo en que Fluorecente azul luz que baña mis sentidos donde todo empieza a ser real y Ella usó mi cabeza como un revólver e incendió mi conciencia con sus demonios…”
… ocurrió lo que voy a contaros a continuación…
Es entre 1992 y 1995, la época de oro del Menemismo, la era de Un peso, un dólar, la plenitud de la convertibilidad, cuando Menem era rubio de ojos celestes y Cavallo el Libertador de la Patria…
El Rock Nacional estaba en su plenitud, es cierto que ya había sufrido las partidas irreparables de Luca Prodan, Miguel Abuelo o Federico Moura, pero pensemos que los primeros 90 vieron el auge de Soda, de los Fabulosos Cadillacs, Los Pericos lanzaban Big Yuyo, se reunía Serú Girán, Fito nos daba su obra cumbre (“El Amor después del amor”) y podríamos enumerar decenas de logros más…
Quizás por eso, esta historia pasó desapercibida en una sociedad que creía en el Uno a Uno, y que pensaba que la Odisea Menemista se extendería por décadas…
Carlos Alberto Ficicchia, conocido por todos como Charly Alberti, el baterista de Soda Stereo, estaba casado con Deborah del Corral, una top model de aquellos menemistas años.
Pocos sabían, sin embargo, que detrás de un rockero exitoso y millonario se escondía un asesino serial… sí porque a Charly le gustaba estrangular chicas, y a cada chica que estrangulaba le tiraba un Queso, era un Quesón…
Quizás porque asesinaba con la frecuencia correcta, sin caer en esos raids criminales imparables, sabía cuando debía apretar un cuello, a quien, y cuando tenía que tirar el Queso. Del resto, se ocupaba la policía, siempre hábil, para estas operaciones.
Pensemos que cuando ocurrió esto, Carlos Bossio recién comenzaba su carrera criminal (el 30 de abril de 1994 para ser más precisos) y Carlos Delfino tenía apenas doce años (aunque fue un Quesón precoz que debutó en el mundo del crimen a los diecisiete años y nueve meses)…
Se cuenta que Charly un día estaba aburrido, y se puso los guantes negros, cuando se los ponía ocurría en él una gran transformación, el ímpetu asesino se despertaba en él, y no podía parar…
¿A quien asesinar? Miró a su alrededor, estaba la mucama, una paraguaya, a la que llamaremos Dolly…
¿Porqué no? Acaso alguien creería el cuento que una estrella del Rock podría rebajarse a asesinar a una simple mucama…
Se acercó a la mucama y le dijo:
- Hola Dolly.
- Hola Señor Charly.
- ¿Sabes una cosa? Te voy a estrangular…
Charly, siempre con sus guantes negros, se tiró encima de la mucama y la agarró por el cuello, empezándola a estrangular con cada ves más fuerza… la sirvienta resistió todo lo que pudo que fue mucho, pero Charly, que ya era un experimentado estrangulador, terminó imponiéndose, y finalmente la asesinó.
El baterista de Soda Stereo tomó entonces el Queso y lo tiro sobre su víctima diciendo en voz alta:
- Queso.
Rato después llamó a un conocido suyo, el Comisario Miguel, que apareció en la escena del crimen.
- ¿Otra vez Charly?
- Otra vez – dijo el baterista de Soda Stereo - Ella usó mi cabeza como un revólver e incendió mi conciencia con sus demonios…
- ¿Esa fue la causa?
- Pruebame y veras Que todos somos adictos A estos juegos de artificio Voy a hacerte Un macro porno intenso Lo que seduce Nunca suele estar Donde se piensa…
- Suficiente Charly – dijo el Comisario – a la familia que está en el Paraguay le diremos que tuvo un problema cardíaco, un aneurisma, que se yo, el Doctor Cureta va a hacer el certificado, y listo…
- Comunicación sin emoción Una voz en off con expresión, deforme Busco algo que me saque este mareo Busco calor en esa imagen de vídeo…
- Pero yo sigo el ritmo con mi batería, además la Tierra es plana. Nos mintieron quinientos años. El espacio y la evolución de las especies no existen. Hay una cúpula que nos protege, allá arriba en el cielo. Por eso decimos que Lo que sangra, Yo conozco ese lugar donde revientan las estrellas, Yo conozco la escalera en espiral hacia la cúpula, Los rayos X no penetran, Los oscuros vidrios de una limousine, Te rescataré, te rescataré, Los guardianes pierden el honor mientras desfilan, Hay tanto fraude a nuestro alrededor (comprenderás), Es amor lo que sangra desde el cielo en la cúpula. Es amor lo que sangra sobre el techo en la cúpula.
- Mejor me voy - dijo entonces el Comisario Miguel… y se dirigió entonces al Suboficial Pereyra – quinientos años de que Colón descubrió América y este Charly dice que la Tierra es plana…
- ¿Usted vio alguna vez la curvatura de la Tierra acaso?
Y el Comisario Miguel frunció el ceño, se mordió los labios y prefirió callar porque la verdad… nunca había visto la curvatura de la Tierra.
3) UNA NOCHE EN LA OPERA
Me contaron que hace algunos años se estaba representado en el Teatro Real de la Opera, la famosa opera “La abducción de Seraglio” de Mozart. Uno de los numerosos asistentes al evento era el famoso y prestigioso baterista Carlos Alberto Ficicchia, más conocido como Charly Alberti.
Charly Alberti se encontraba en un palco del Teatro, aunque de repente se dio cuenta que era hora de hacer lo que debía hacer. Se puso un par de guantes negros en las manos y sin que nadie lo notara salio del palco.
Charly se fijó en el maletín y verificó que tenía las dos cosas que necesitaba, una soga o cuerda, y un Queso. Charly empezó a caminar hasta llegar al palco donde se encontraba Amelie Van Broekelen, la famosa millonaria de unos cuarenta y pico de años, heredera del poderoso imperio industrial, ferroviario y agropecuario de los Van Broekelen.
De la manera más silenciosa posible, Charly con la soga sostenida por sus guantes, ingresó al palco, y se puso detrás de Van Broekelen, colocó la soga sobre el cuello y empezó a estrangularla. Cuando terminó de asesinar a la mujer Charly Alberti sacó el Queso y lo tiró sobre su víctima diciendo en voz alta:
- Queso.
Así como nadie lo vio llegar al palco, nadie lo vio salir. En minutos, Charly Alberti ya estaba otra vez en su lugar afirmando:
- Que excelente es esta opera. Una de las mejores.
Cuando salieron se enteraron que una mujer de la limpieza descubrió el cadáver de la millonaria estrangulada. Al enterarse, Ficicchia dijo:
- Que horror, un asesinato delante de nuestras narices. Además le tiraron un Queso. El autor es un Queson.
Y sí, Carlos Ficicchia o Charly Alberti, es un QUESON...
oh un relato hecho con partes y letras de canciones, cómo no se le ocurrió a nadie antes.
ResponderBorrarJajaja que hijo de puta el que escribio esto... Charly lo habra leido?
ResponderBorrarEl Queson es lo que sangra en la cúpula
ResponderBorrarUno de los mejores relatos.
ResponderBorrarTiene mucho sentido que el baterista de Soda Stereo sea uno de estos asesinos. Es casi imposible pensar que lo sea. Además que fisicamente podría parecerse a uno de esos asesinos de películas mudas.
Charly estuvo astuto, intimó con la scort antes de matarla.
¿Podría haber una regla de supervivencia, a lo Scream? Como no apartarse del público de una película, aunque esta sea de lo más aburrida. ¿O será que no hay escape de los asesinos quesones?
Gua ,me sirve obra del rockero ,tengo pregunta el causante de matar a sabrina pettinato.. o negó mi querido shason.. tendría serie terror asesinos seriales de argentina " américa story ,argentino " Saludos cripta
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