Carlos Calvo, un Quesón de los 80
1) CARLOS CALVO, UN QUESÓN DE LOS 80
Esto que voy a relataros ahora ocurrió en el año 1985. Lo sé muy bien porque en las radios de aquellos días pasaban canciones como “Luna de miel en la mano” de Virus y “Nada Personal” de Soda Stereo. Argentina recién se había clasificado al Mundial de México’86. Eran los días del alfonsinismo y del Plan Austral.
Esas canciones y otras de aquellos tiempos – estaban muy de moda Juan Carlos Baglietto y Marilina Ross – eran las que escuchaba Carlos Calvo en su auto mientras se dirigía a un lugar.
Cuenta la leyenda que Carlos Calvo se bajó de un auto y entró a un mercado, que todavía existían en aquellos tiempos, en la zona de Belgrano. Estaba vestido con una gabardina gris oscura, polera negra bien gruesa y unos guantes, también negros, le cubrían las manos.
El reloj marcaba las ocho menos diez de la noche. Una noche del invierno que ya se iba. Era el mes de septiembre.
Carlos, con sus enormes pies talle 45, se acercó a la Quesería que existía en el Mercado. El Quesero era un joven flaco, rubio, más alto y patón que Carlos, de veinticinco años recién cumplidos, y también se llamaba Carlos. Aunque Carlos Calvo era uno de sus mejores clientes, el Quesero se sorprendió al verlo a esa hora, algo desacostumbrada para él.
- ¿Cómo le va señor Carlos? Ya estaba por cerrar el puesto, seguramente usted es el ultimo cliente.
- Buenas Noches Carlos. Menos mal que aún estabas abierto… seguramente ya sabes lo que necesito.
- Por supuesto – dijo Carlos el Quesero – una buena horma de Queso Pategras, esos que tienen cascara roja.
- Hoy necesito dos – dijo Carlos Calvo – me imagino que tendrás más de uno…
- Sí, justo tengo dos, mañana voy a tener que pedir algunos más.
- Perfecto. Dame los dos.
- ¿Vio Carlos lo que pasó en la ciudad? Un plato volador atravesó todo. Muchos lo vieron – comenzó a decir Carlos el Quesero mientras envolvía los Quesos en sendos paquetes.
- Sí, me entere. Yo no ví nada, porque no observe al cielo. Pero sé que se formaron grupos en la Nueve de julio, y salió en todos lados.
- Yo sí lo ví. Y no tengo dudas – en ese momento el Quesero se acercó aún más a Carlos Calvo y bajando el tono de voz agregó – vienen de Venus. Lo sé por la forma del OVNI. Pero son pacíficos, solo quieren que no los molestemos.
- No sé si vienen de Venus, de Marte o de la Conchinchina, espero que no sean como los lagartos de la serie V.
- Qué buena esa serie. La dan mañana por el Canal 13.
- Bueno, dame los Quesos.
- Aca los tiene Carlos. Son cuarenta australes.
- Toma los cuarenta australes – dijo Carlos Calvo.
- ¿Escucho señor Carlos? Hay una leyenda urbana que dice que hay un asesino de mujeres que esta apuñalando mujeres y tirando…
- Sí, la escuché. Yo estos Quesos son para una buena picada. Mortadela, Salame y Jamón. Los compró en otro puesto.
- Ja, ja, yo solo vendo Quesos.
Carlos Calvo continuó su periplo. Esta vez se apuró un poco. Los negocios ya estaban cerrando sobre la avenida Cabildo. Pero justo el que el necesitaba aún estaba abierto.
El que atendía, también llamado Carlos, era un señor mayor, muy delgado, de mediana estatura, con acento alemán. Decía haber sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial. Se decía que podría haber sido nazi. En realidad su nombre original era Karl Kasseltauber, pero en Argentina adoptó el criollo de Carlos Quesada.
- Guten Tag, Herr Calven…
- ¿Como le va Carlos?
- ¿Qué es lo que busca?
- Dos cuchillos, los más largos y filosos que tenga.
- ¿Le parece bien estos? – y el alemán señaló dos enormes cuchillos y cambiando el gesto de su mirada agregó - ¿Para que los quiere?
- Para asesinar a una mujer, quizás dos, o quizás ninguna, no lo sé – fue la fría respuesta de Carlos.
- Estos son perfectos – dijo el alemán, sin inmutarse ante la respuesta de su cliente que prácticamente confeso que iba a cometer un asesinato y señaló los dos cuchillos – se los doy, Herr Calven?
- Por supuesto.
- ¿Vio el OVNI que pasó hoy por Buenos Aires? – preguntó el alemán mientras envolvía los cuchillos.
- Todos hablan de lo mismo. No ví nada.
- Yo sí.
- Me dijeron que vienen de Venus.
- Imposible. En Venus hay vida, pero muy primitiva. Tampoco vienen de Marte. Estos vienen de lugares más alejados, Alfa Centauro, o quizás la estrella Sirio, el Canis Mayoris.
- De ahí vienen los lagartos de “V”, la serie que da Canal 13.
- Esa es una historia real – agregó el alemán y cambió rápidamente de tema – aca tiene los cuchillos, Herr Calven, son 60 australes.
Carlos Calvo pago los 60 australes. Luego guardó los cuchillos. Ya tenía los Quesos. Ya tenía los cuchillos. Se dirigió al lugar donde deseaba ir. Todo dentro del Barrio de Belgrano. Un departamento ubicado en el último piso de una torre de la calle Virrey del Pino, cerca de las Barrancas de Belgrano, cerca de la estación Belgrano “C”.
Carlos llegó a la puerta del departamento. Tocó el timbre. Lo recibió la mucama, una chica a la que llamaremos Tomasa, de origen paraguayo.
- Buenas noches Tomasa – evidentemente Carlos conocía a la mucama.
- Buenas noches señor Carlos, Rojaiju – dijo la mucama – si busca a Madame Tigana, le aviso que no esta.
- Ya me imaginé que aún no estaba. Necesito hablar con ella. Es muy importante.
- Mire señor Carlos, si la Madame Tigana no esta, mejor regresé cuando vuelva ella…
- Me importa un pomo lo que decís – dijo Carlos, mientras sacaba uno de los cuchillos de entre sus pertenencias.
En un rápido movimiento, Carlos le clavó el cuchillo a la mucama en el pecho, que no pudo oponer resistencia alguna. La siguió apuñalando. Y cuando terminó sacó uno de los Quesos, y dijo en voz alta:
- Queso.
Carlos ya estaba dentro del departamento y había eliminado su primer obstáculo. Tomó el cadáver de la mucama y lo escondió en el Closet. Tuvo el tiempo suficiente para limpiar las manchas de sangre. Cuando terminó, se escondió en la habitación de huéspedes, mientras esperaba a Madame Tigana.
¿Quién era Madame Tigana? Una dueña de burdeles famosa en el mundo del hampa y del espectáculo, de origen francés. No pasó mucho tiempo cuando Carlos escuchó el ascensor, y el ruido de la puerta. Madame Tigana estaba allí.
La francesa prendió las luces. Ni rastros había del asesinato que apenas una hora antes había ocurrido en el lugar. El cadáver de la sirvienta paraguaya estaba en el closet.
- Vaya, vaya, Tomasa ya se fue. Me había comentado que iría a visitar a una tía que vive en José C. Paz – murmuró Madame Tigana.
La dueña de los burdeles continuo su camino. Tras desvertirse en su habitación, se metió en la ducha. Carlos Calvo pensó en apuñalarla al estilo Psicosis. Pero se contuvo. “Esa clase de crímenes no es para mí. Soy un asesino con otro estilo”.
En cambio, se dirigió al dormitorio de la mujer, y se escondió debajo de la cama, cuchillo y Queso en mano. Madame Tigana salió de la ducha, se vistió en el baño con ropa para dormir, y se acostó en su cama. Tomó un libro para leer. No era un libro cualquiera. Era “El Nombre de la Rosa” de Umberto Eco. Comenzó a leerlo.
Fue en ese momento, cuando como salido de la nada, y en un gran salto, Carlos cuchillo en mano, salió de debajo de la cama y se puso encima de la mujer, comenzándola a apuñalar salvajemente.
Primero una profunda cuchillada en el pecho, luego otra en el estomago, otra en el cuello, y así sucesivamente, una tras otra, hasta superar las cincuenta puñaladas. Cuando terminó, tomó el Queso y dijo en voz alta:
- Queso.
El asesino dio por satisfecha su tarea. Y desapareció de la escena del crimen al otro día se dirigió al set de grabación donde debía actuar en nuevos capítulos de “Solo un hombre” un teleteatro que se emitía por Canal 9 Libertad, el de la Palomita, propiedad de don Alejandro Romay.
Ese miércoles la noticia predominante en todos los medios fue el OVNI que se vio por todo Buenos Aires. Pero el jueves, todos hablaban del espantoso crimen perpetrado en un departamento de alto lujo en Belgrano.
“Dueña de burdel y mucama, salvajemente asesinadas” (La Nación)
“El Quesón vuelve a atacar, dueña de burdel y mucama, asesinadas” (Clarín)
“El Quesón ataca ahora en Belgrano” (Crónica)
Mientras tanto en la Quesería del Mercado, un alemán le dijo al joven Quesero, que era su nieto:
- Karl Kalven ist der Quesón, gross Käse, er ist der Mörder.
2) EL ASESINO, EL QUESO Y LA DAMA
- Carlos Calvo – respondió Carlos Calvo.
- ¿Carlos Calvo? – preguntó Rosaura con una evidente muestra de duda pues en los dos años que trabajaba en la casa jamás había escuchado ese nombre.
- Busco a la señora Ana María Pérez – dijo entonces Carlos Calvo.
La mucama entonces abrió la puerta y se sobresaltó un poco al ver a Carlos Calvo. Vio a un hombre de unos treinta y pico de años, seguramente llegando a los cuarenta. Era alto (1,87 metros de altura), de pelo negro y tez oscura, estaba vestido totalmente de negro, con un piloto que le cubría todo el cuerpo, una polera cerrada al cuello y unos guantes, además de los considerables zapatos que usaba, pues calzaba cuarenta y cinco. Carlos Calvo entró a la casa con un maletín.
- Buenas tardes, busco a la señora Ana – dijo Carlos Calvo.
- Buenas tardes – contestó la mucama – ahora le avisó a la señora.
Pero cuando la mucama se dio vuelta dirigiéndose hacia donde estaba la señora, Carlos Calvo sacó un cuchillo del piloto, se acercó a la mucama, le interceptó el paso, le tapó la boca y la degolló produciéndole un corte profundo en la garganta. Tras asesinar a la mucama, Carlos Calvo le tiró un Queso y luego se dirigió hacia donde estaba la señora Ana María Perez.
La mujer se dio cuenta que alguien había entrado, entonces se dio vuelta y vio a Carlos Calvo. Se atemorizó al verlo y se paró de la silla.
- ¡Carlos! – dijo la mujer – Si deberías...
- Debería – le contestó Carlos – Debería estar en la carcel, ¿Verdad?
- Sí...
- Bueno, ya ves, aca estoy, me escapé y te encontré, tal como lo juré aquel día – Carlos entonces sacó un cuchillo, no el que uso para asesinar a la mucama, sino otro mucho más grande, largo y filoso. Puso el cuchillo sobre el cuello de la mujer.
- Carlos, no me mates, yo...
- Vos sos una traidora hija de puta, por tu culpa estuve tres años en la carcel, pero llegó la hora de la justicia.
- ¿Justicia? Si hubiera justicia tendrías que seguir preso, sos un asesino, Carlos. Vos asesinaste a esas mujeres.
- Fue la justicia la que te condeno, Carlos. Y sos un asesino.
- Soy un asesino, sí. Por eso vas a integrar la lista de mis víctimas. Me traicionaste vilmente. Decías que me amabas y declaraste contra mí.
- Eran amigas mías. Vos las asesinaste. No podía callar.
- Ya te vas a callar, hija de puta. Me mandaste a la carcel y enseguida me reemplazaste por otro tipo.
- ¿Cómo sabes?
- Hubo gente que me informó sobre todos tus pasos.
- Carlos, yo no... No me mates, Carlos....
- ¡Basta, puta de mierda! – Y entonces Carlos Calvo le clavó el cuchillo, primero en el cuello, donde le infrigió una profunda herida. Luego la apuñaló en todo el cuerpo, hasta totalizar más de treinta cuchillazos. Luego sobre el cadáver tiró un enorme trozo de Queso Gruyere.
- Queso – dijo mientras contemplaba el cadáver.
Carlos Calvo abandonó el departamento conforme con el doble crimen que había cometido.. Carlos Calvo era un asesino Queson y la venganza que tramó durante tres años por fin se concretó.
¿Ana María era la productora de amigos son los amigos? Si fuera así, más que un asesinato es un acto de justicia.
ResponderBorrarel mejor Quesón es Carlin papa,en su tiempo era un puma de bengala,ahora es de madera ,sostiene el Queso y se le cae JA JAJAJAJ
ResponderBorrarCarlin Calvo debe haber cometido este asesinato en medio del éxito de Amigos Son los Amigos... quien podía sospechar que un actor tan popular puede ser un asesino de mujeres cruel y sanguinario?
ResponderBorrarCarlos Calvo bue,uff que decir loco que decir PE-DA-ZO de queson,su historia comienza en la epoca mas desenfrenada de la republica argentina,en una argentina post dictatorial recuperandose,carlos calvo comete sus crimenes primero de forma inocente digamos,pero se remarca esa parte oculta en el y violentamente obsesiva cuando comete por primera vez su primer homicidio : la hace mierda a la mujer del jefe...para mi es un queson por exelencia carlos calvo,tiene tambien muchas cualidades que alimentan a sus ambas personalidades como persona es alguien que se muestra de pocas pulgas,rudo y presentable,lo que lo caracteriza es la elocuencia,y domina el arte de no abrir la boca,sigiloso,violento y muy pasional,devoto de las armas blancas,carlos es una maquina de matar en el lugar y momento adecuado.El trasfondo historico es lo que lo hace mas entrañable aun a carlos calvo,ya para otra epoca se lo podria ver mas deteriorado y no causaria tanto impacto,estaria bueno hacer un spin off y seguir explorando la epoca y como soluciono sus temas con la mafia y como llego al poder carlos calvo o mejor dicho como le paso el tema de lal ogia a otros...
ResponderBorrarQue zarpada estaba Kim Bassinger por dios,la conoci hecha terrible milf en la peli de eminem...pero siempre estuvo tremenda.+10
ResponderBorrarY así comenzó todo . Gracias Carlos calvo . Se lo conoce como el primer queson dicen k muchos fans le mandan quesos de regalo a la cárcel aún hoy
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ResponderBorrarAdiós a Carlín Calvo, un grande de nuestro espectáculo, los Carlos y los Quesones estamos de duelo, se nos fue el Quesón Supremo, hasta siempre Carlos Calvo
QUE AÑO DE MIERDA, COMO VAMOS A EXTRAÑAR SUS ASESINATOS Y SUS QUESOS
ResponderBorrarun gran asesino sin dudas
ResponderBorrarCuando los diarios publicaron la noticia, el titular de Crónica debió haber sido "Belgrano: asesinan a una mujer y a una Paraguaya"
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