El Asesino de Paula Trapani


Mediados de 1998. Vísperas del Mundial de Francia. La selección argentina se preparaba a viajar y Carlos Roa, arquero del Mallorca, ex Lanús, ex Racing, era uno de los convocados y sería el arquero titular. Le decían “Lechuga” pues era vegetariano.
La joven y muy bella periodista Paula Trapani fue a la concentración en Ezeiza a hablar con los jugadores. Lo vio al arquero y se impresionó, por su presencia física y el tamaño de los pies de Carlos Roa.
-         Podríamos haber llevado a dos Quesones a Francia 1998. Carlos Bossio y Carlos Roa, los dos arqueros. Pero el Kaiser (en referencia a Daniel Passarella, a la sazón entrenador de la selección), solo llevará al “Lechuga” Roa – declaró Germán Burgos, otro arquero, que pintaba para ser el suplente de Roa en la cita mundialista.


Trapani escuchó lo que dijo Burgos y le preguntó:
-         ¿Dos Quesones?
-         Sí, Quesones – dijo Burgos – Carlos Bossio es un Quesón, el Quesón, el que ya quesoneo a más de 200 minas, integró esta selección, y después tenemos aca al gran Carlos Roa.
-         Pero le dicen “Lechuga” – dijo Trapani.
-         Es un Quesón.
Trapani había escuchado hablar de Carlos “Chiquito” Bossio, el arquero de Estudiantes, y la leyenda que había alrededor de su figura. Era un Quesón. Siempre estaba caliente con el tal Bossio, le hubiera gustado tener sexo con el. Medía 1,95 metros, calzaba 50. Pero ahora tenía aca a Carlos Roa, el otro Quesón. Trapani se acercó a Carlos Roa.
-         Hola Carlos, ¿Te digo Lechuga, o tal vez Quesón?
-         Para el público soy Lechuga, en la intimidad me dicen Quesón.
-         ¿Quesón? ¿Es que acaso sos un Queso grande?
-         Sí queres saber porque dicen que soy un Quesón te espero en mi habitación dentro de un rato. Nadie te obliga a venir. Si no venís, todo bien. Pero sí venís, vas a saber lo que es un Quesón.



Trapani quedó tan intrigada que no dudo en ir a la habitación. Carlos Roa la estaba esperando, desnudo, totalmente desnudo, con un par de guantes negros como única prenda. Trapani quedó impresionada. Los pies del arquero eran muy grandes, pero también muy grande era su miembro viril. En una mesa, una horma gigante de Queso Fresco. Sí, no Gruyere o Emmenthal, como le gustaba a Carlos Bossio. Un Queso Fresco para tener un toque de distinción.
-         ¿Jugamos con el Queso? – le dijo Trapani a Carlos.
-         Por supuesto – contestó el arquero, agarró el Queso y lo tiró sobre la periodista.
Trapani se acostó. Carlos comenzó a acercar su enorme pie derecho talle 48 al rostro de la chica. El olor a Queso era realmente apestante, intenso, muy fuerte. Trapani lo olió, y extasiada quedó, comenzó a chuparlo, besarlo, lamerlo, una y otra vez. Después hizo lo mismo con el pie izquierdo de Carlos Roa.
Finalizado el juego de los pies, ella ahora quería chuparle la pija y así lo hizo. Después el culo. Trapani se arrodilló y le dio la espalda a Carlos Roa. El arquero empezó a darle latigazos. A Trapani le gustó. Y tanto le gustaron los latigazos, que Carlos la apuesta redobló. Se puso otra vez las zapatillas, las mismas que había usado cuando Lanús ganó la Copa Conmebol en 1996, y empezó a darle patadas en el cuelo a Trapani.


A Trapani le encantó. Gozó con ese sufrimiento. Despues Carlos se tiró encima e intenso sexo tuvieron. El disfrute fue mucho mayor.
-         ¿Podrás hacer algo más para complacerme, Carlos?
-         Sí, ahora falta lo mejor – fue la respuesta del arquero.
Carlos Roa, con los guantes negros, la tomó del cuello y empezó a estrangularla. Fue más fácil de lo que pensaba, pues Trapani estaba ya tan entregada que nada hizo, solo esperar que Carlos la estrangulara. Y así fue.
Al finalizar, el ex arquero de Racing tomó el Queso y lo tiró sobre el estrangulado cadáver de Paula Trapani.
-         Queso – dijo en voz alta Carlos “Lechuga” Roa, más Quesón que nunca.



No fue difícil para el arquero que el cadáver de Trapani saliera de su habitación. No era la primera vez que pasaba. No sería la última. Y no era nada, comparado con las decenas de veces que su tocayo Carlos “Chiquito” Bossio había tirado Quesos en el mismo lugar.
-         Carlos Bossio acuchilla, yo estrangulo – pensó Carlos Roa – los dos tiramos Quesos, porque somos Carlos, el es un Quesón, yo soy un Quesón, somos Quesones.


Comentarios

  1. que buen relato... y ambientado en la epoca en que Passarella estaba en la selección... ¿Sabía algo el Kaiser?

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  2. Carlos "el Queso" Roa

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  3. si esto paso en 1998... ¿Quien es la Paula Trapani que despues estuvo en la tele?

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    Respuestas
    1. Un clon, como el de Karina Mazzocco en Mañaneras.

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  4. Trapani era el perfil de víctima que le gustaba a Carlos Bossio... buena la innovación de que hayan cambiado de Quesón y que además tirara un Queso Fresco, je, je
    Chiquito Bossio es mi Quesón favorito pero es bueno que le deje lugar a otros colegas suyos

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  5. entonces Paula Tripani valía un Queso tirado por el Lechuga Roa

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  6. Paula Traápani salió con algún jugador de fubtol, así que tiene mucho sentido que haya buscado a Carlos Roa.
    Se entregó y no le importó ser quesoneada.
    Buen relato quesón.

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  7. Ya comenté que los quesones podrían tener una habilidad especial, al usar los pies como miembro viril, la de tener sexo simultanemante con tres mujeres. Obviamente, usarían esa habilidad para quesonear. Podrían ser los Carlos que hayan quesoneado para Lady Dumitrescu, como una retribución sobrnatural.

    Las víctimas podrían ser las vedettes que estaban en Petardos/Rompeportones: Paula Volpe, Dana Fleyser, Sabrina Petinato, etc. Serían contratadas para una versión que los humoristas son remplazados por Carlos. Una versión con sexo explicito. Lo que aceptarían. Y con ingredientes gores, por lo que terminarían siendo acuchilladas, degolladas, decapitadas, para el morbo del público.

    Algo que también podría pasar, en una quesoneada retro, con Los Ángeles de Smith. Obviamente el encarnizamiento se concentraría en Sandra Smith.

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