Los asesinos de Wanda Nara






Parecía ser una noche como cualquier otra, aunque a diferencia de otras, Wanda Nara estaba en su casa, y no había salido como solía hacerlo habitualmente. Se encontraba en su habitación y todo indicaba que esperaba a alguien. 


Se escuchó el timbre de la puerta. La señora Felicitas, una mujer de unos cuarenta y pico de años, la ama de llaves, abrió la puerta, y frente a ella había dos hombres muy altos. 
- Buenas noches – dijo la Señora Felicitas.
- Buenas noches – exclamó uno de los hombres muy altos que estaban enfrente – ¿Se encuentra la Señora Wanda Nara?
- Por supuesto, pasen, señores.


Los dos hombres entraron  a la residencia. Uno, de cabello oscuro, muy robusto, debía medir más de dos metros y calzaba cincuenta, tenía unos pies más que grandes, gigantescos. El otro, también era muy alto, debería medir un metro noventa y tres, era rubio y menos robusto, con pies tambien grandes, debería zapatillas talle cuarenta y siete u cuarenta y ocho. Tenían todo el aspecto de ser basquetbolistas. Además estaban vestidos de basquetbolistas, uno, el más alto, con la casaca de Quimsa y el otro, el menos alto, la de Gimnasia Indalo. Eso sí, los dos tenían guantes negros en sus manos y no llevaban medias.
-         Buenas noches – dijo el más alto – mi nombre es Carlos Matías Sandes, el es mi compañero Carlos Leonel Schattmann. Somos los dos Quesones...
-         Mucho gusto – acotó Schattmann – somos los basquetbolistas, los Quesones, que la señora Wanda Nara mando llamar.


-         Es cierto – dijo el ama de llaves – la señora los estaba esperando. Dice que siempre quiso tener sexo con basquetbolistas, lo que no sabía es que venían dos, creía que iba a venir uno solo.
-         Bueno, somos dos. Ella elegirá con cual de los dos tiene sexo – le contestó Carlos Matías Sandes – Ja, ja, ja, o quizás quiera tener sexo con los dos.
-         Adelante, señores, pasen. 


Los dos basquetbolistas ya estaban dentro de la residencia y junto con ellos, cada uno, entro dos enormes hormas de Queso, una de Queso Gruyere, otra de Queso Emmenthal. Eran dos hormas gigantescas. Al ama de llaves le sorprendió ver esos dos Quesos y preguntó:
-     Disculpen señores, pero que significan esos dos Quesos.
 -  Dos Quesos. Somo Quesones. Mi compañero es Quesón y yo también - dijo Sandes.
-    Son regalos para la señora Wanda Nara – dijo Schattmann - ¿Los podemos dejar sobre la mesa?
-   Si, dejenlos ahí. ¿Y ese otro paquete? – preguntó el ama de llaves. 
-   Es otro regalo para la señora Wanda – contestó Sandes.
-   Le avisaré a Wanda que están ustedes acá.


En pocos minutos, Wanda Nara apareció en el lugar, detrás de ella la ama de llaves. La botinera estaba más que eufórica al tener frente a ella a dos basquetbolistas.
-   ¡Hola! ¡Como me gusta que sean dos y no uno los que han venido! Jamás imaginé que con ese tuit que puse “Me cansé de los futbolistas, ahora quiero tener sexo con un basquetbolista”, mandé muchas invitaciones, pero solo ustedes han venido, ja, ja, ¿Cuáles son sus nombres? 
-  Nos llamamos los dos Carlos – contestó Carlos Matías Sandes – yo soy Carlos Matías Sandes, y mi compañero, Carlos Leonel Schattmann. Sin embargo, en el mundo del básquet nos conocen mucho más por nuestros segundos nombrespara todos el es Leo y yo Mati. Aunque me dicen "el Quesón" y en las redes sociales soy @quesocmsandes.
-    ¿Y a él?
-    También.
-   Bueno, chicos, yo los llamaré por su primer nombre. Vos por ser el más alto, vas a ser Carlos – dijo señalando a Sandes – y a vos, te voy a decir Carlitos – le dijo a Schattmann.
-  Muy bien, da lo mismo – dijo Schattmann – lo importante es que nos divertamos mucho está noche.
-  ¿Con cual de los dos querés tener sexo? Con los dos a la vez va a ser muy difícil... aunque no imposible.


- La verdad que no sé, los dos son lindos, altos y patones. ¿Vos a quien elegirías? ¿A Carlos o a Carlitos? – le dijo Wanda al ama de llaves.
- Elija usted. Yo me a mi habitación. Cuando uno tenga sexo con usted, mandame al otro, para que tenga sexo conmigo. También tengo derecho a divertirme – fue la respuesta del ama de llaves.
- ¿Están de acuerdo, Carlos y Carlitos? – le preguntó Wanda a los dos basquetbolistas.
Sandes y Schattmann asintieron con la cabeza. Carlos Matías Sandes dijo entonces:
-   No se que pensas vos, Wanda, pero te proponemos lo siguiente. Ole los pies de los dos. Y el que tenga más olor a Queso, ese tendrá sexo con vos.


-  Me parece una excelente idea – dijo Wanda – me pondré en ese sofá, así huelo los pies de los dos Carlitos. Primero vos Carlos, y después que venga Carlitos.
-  Muy bien – dijo Carlos Matías Sandes – y en forma inmediata puso su gigantesco pie derecho sobre la cara de Wanda. 
La chica apenas podía aguantar el olor a Queso tan apestante, sofocante e intenso que tenía Sandes, pero lo hizo. Después Carlos Matías Sandes puso su otro pie, el izquierdo. Wanda los olió, lamió, besó y chupó, una y otra vez, le gustó la experiencia, estaba como en trance. 


Cuando Sandes terminó, le llegó el turno a Schattmann. Este repitió el ritual, primero el derecho, después el izquierdo. A cualquier persona normal el olor a Queso de Carlos Schattmann le hubiera parecido apestante, pero comparado con lo de Sandes, parecía un Queso suave. Mientras Wanda Nara olía los pies de Schattmann, y sin que ella pudiera verlo, Carlos Matías Sandes se fue acercando a la mediática. 




De repente, Schattmann sacó su pie izquierdo de la cara de Wanda, la chica, entonces, preguntó:
-         ¿Ocurre algo Carlitos?
De repente, Carlos Matías Sandes la penetró con el culo, con furia, salvajismo y violencia.
- ¡Ay Carlos! – exclamó Wanda, que sintió placer mientras chupaba los pies de Schattmann y era cogida por Sandes. 
Wanda entonces empezó a chupar la pija de Schattmann, mientras Sandes la seguía cogiendo, al terminar, Carlos Matías agarró un látigo y le pegó unos fuertes latigazos a la mediática.


En ese momento, Wanda quedó de espaldas a Schattmann, y este la cogió por el culo, dándole también placer y gozo a la mujer de Maxi López y Mauro Icardi. Mientras Schattmann la cogió con furia, Wanda le chupaba la pija a Sandes, con mucha pasión, así todo junto.
Wanda quedó como extenuada, después de semejante cogida que fue muy intensa, Sandes fue al baño y regresó con una manguera, una manguera muy fuerte, y la baño a Wanda, mientras Schattmann le dio varias patadas en el culo.
- ¡Qué lindo ducha! – dijo Wanda que recobró fuerzas.
Sandes entonces se tiró encima y la penetró por la concha, con gran suavidad, para disfrutar más, Schattmann mientras tanto la acariciaba y le hacía cosquillas, tras gozar con Sandes, se dieron vuelta los roles, ahora Schattmann la cogió por la concha, mientras era Sandes era el que la sometía a caricias y cosquillas.


Wanda quedó nuevamente como en trance, acostada en la cama, cuando Carlos Matías se dirigió hacia la mesa y tomó con sus dos manos, enfundadas en guantes negros, un machete, un gigantesco machete. Esos cuchillos largos, gruesos y filosos que Jasón usaba en la saga de “Friday the 13th”. Con el machete en sus manos, comenzó a acercarse a donde estaba Wanda.
En forma sigilosa, Schattman le dijo a Wanda:
- ¿Seguimos cogiendo, Wanda?
- Lo quiero – dijo Wanda – pero quiero seguir gozando, debo recuperar fuerzas.


No terminó de decir eso, cuando Schattmann la tomó a Wanda, agarrándola de los pies y de los brazos, en ese momento Sandes levantó el machete y lo descargó con furia y una inusitada fuerza sobre el cuello de Wanda Nara. El corte fue muy profundo, la sangre se repartió por todos lados, pero Sandes una vez más levantó el machete y le aplicó otro profundo corte en el cuello a Wanda, con aún más fuerza que el anterior, y así le dio aún más machetazos, uno tras otro, hasta que finalmente, logró cortarle la cabeza, sí, la arrancó la cabeza, así fue asesinada Wanda Nara.


Carlos Leonel Schattmann contempló como su compañero asesinaba a la chica, y cuando hubo terminado, se dirigió hacia la mesa, tomó el Queso, y se lo entregó a su amigo. Este, Carlos Matías Sandes, lo tiró sobre el cadáver decapitado de Wanda y dijo en voz alta:
-         Queso.
Carlos Matías Sandes le dijo entonces a Carlos Leonel Schattmann:
-        Vamos a tener que asesinar también al ama de llaves.
-        A Wanda la asesinastes vos y le tirastes el Queso, hagamos lo mismo, pero al revés, yo asesinó a la ama de llaves.


Schattmann tomó entonces otro machete y Sandes tomó el otro Queso. Juntos se dirigieron a donde estaba el ama de llaves, que asustada a ver a los dos basquetbolistas comenzó a gritar:
-         ¿Qué pasa? ¡Socorro!
Schattmann descargó entonces el machete sobre el cuerpo de la mujer y la asesinó a machetazos. Sandes tomó el Queso y se lo dio a Schattmann, este lo tiró sobre el cadáver del ama de llaves y dijo en voz alta:
-         Queso.


Los asesinos habían terminado la faena, por la cual recibirían unos cuantos millones de pesos, Sandes entonces tomó su celular y mandó un mensaje que decía: “Objetivo cumplido”. 
- Sacame una selfie con la cabeza de mi victima decapitada – le dijo Sandes a Schattmann.


Fue así que Carlos Matías Sandes agarró la cabeza de Wanda Nara y se sacó la famosa selfie con la cabeza de su víctima decapitada y el Queso atrás.
- Perfecto Carlos – le dijo Schattmann a Sandes.
Los asesinos abandonaron el lugar en forma tan misteriosa como habían llegado.
- Hemos cometido un excelente trabajo. Va a estar muy contento Maxi López, ja, ja, y quizás también Mauro Icardi - dijo Sandes - Esto de ser Quesones, de ejercer  nuestros roles de "Matamujeres" y "Tiraquesos" ha funcionado muy bien.
- Sí, lo veníamos haciendo en crímenes anteriores y ahora hemos consolidado ese estilo. Somos dos excelentes Quesones - dijo Schattmann – aunque ahora quiero cometer mis propios asesinatos, tirar mis Quesos.
- Ninguna duda. Ya lo harás Carlos. Veremos a que mujeres tenemos que asesinar de ahora en más.


Al día siguiente los medios titularon la noticia "Wanda Nara decapitada por Queson. Le cortaron la cabeza con un machete y le tiraron un Queso".
Tiempo despues, dos enormes estatuas de basquetbolistas con machetes ensangrentados comenzaron a ser mostradas en los prestigiosos museos de "Madame Tussauds" y cuenta la leyenda que todos los señalaban como las estatuas de "Carlos Matías Sandes y Carlos Leonel Schattmann, los dos Quesones, los basquetbolistas asesinos que asesinaron a Wanda Nara".


Comentarios

  1. Lo que el cuento no aclara es si a Sandes y a Schattmann los contrato Maxi Lopez o actuaron por cuenta propia me inclino por lo primero

    ResponderBorrar
  2. Entre al blog sabiendo que los asesinos de Wanda Nara se llamaban Carlos, y creia que el asesino iba a ser Carlos Delfino que ya mato a Zaira Nara en otro cuento del blog, buena eleccion la de CMS y CLS como «Quesones,»

    ResponderBorrar
  3. que obsesión que tenes con el queso

    ResponderBorrar
  4. Qué olor a queso van a tener los pies después de haberle partido el ojete...

    ResponderBorrar
  5. Felicitaciones fue un placer leerte

    ResponderBorrar
  6. Pues buen cuento, sigue en ello.

    ResponderBorrar
  7. Juan Patricio Berdarxagar12 de marzo de 2014, 4:02 a.m.

    No hace falta que le corten la cabeza, con el olor a Queso que deben de tener en sus gigantescos pies estos dos basquetbolistas (Carlos Matías Sandes y Carlos Leonel Schattmann) alcanza para asesinar a Wanda Nara

    ResponderBorrar
  8. De todas las historias donde matan a Wanda Nara esta es la mejor, ja, ja, esta filmar la escena, Wanda le chupa los pies a Schattmann, mientras Sandes le corta la cabeza con el machete, buenísimo

    ResponderBorrar
  9. Es curioso, por algo los asesinos de Wanda Nara prefieren ser conocidos x su 2° nombre y no x el primero, que es Carlos, a Sandes el papel de asesino le sienta bien, es una suerte de Boogie el aceitoso, pero Schattmann, es incapaz de matar a una mosca, ja, j

    ResponderBorrar
  10. wanda nara le gusta la pija por que es cuida su salud y fisico ya que tiene carne ,2 huevos y leche

    ResponderBorrar
  11. la idea de matar a wanda nara en un cuento es interesante, pero ¿no había un asesino mejor? ya se que se tenía que llamar Carlos, por eso hubieran puesto a Carlos Tevez, un futbolista debería ser el asesino

    ResponderBorrar
  12. quizas no sea necesario que le corte la cabeza, con matarla con el olor a queso en los pies, alcanza

    ResponderBorrar
  13. Mientras leía, empecé a tener micciones involuntarias de fluido pre seminal con una semi erección que me llevó a terminar de hacer el trabajo fisiológico de forma manual, empleando la técnica de masajear con mi dedo índice el líquido cristalino que brotaba sobre aquel capullo rosa cuasi violáceo. ¿Es normal que me suceda eso?

    ResponderBorrar
  14. LOS ASESINOS DE WANDA NARA 2: LA TRAMA COMIEZA QUE LUEGO DE QUESONEAR A WANDA SE ARREPIENTE Y DECIDE QUE TIENE QUE SALIR DE LOS QUESONES POR UN TIEMPO.SE TIRA AL ALCOHOL Y A LA FALOPA.PROTAGONIZADO POR EL LANCHA QUIEN INTENTARA SALVAR SU VIDA LO LOGRARA?

    ResponderBorrar
  15. ¿Wanda pidiendo una pausa para tener sexo? Difícil de creer, con la imagen que se hizo. Y le costó la vida.
    María Laura Santillán, la original, tuvo seis horas seguidas de sexo, como sumisa. Y sin tener esa imagen.
    Moraleja: Cuando una mujer en manos de quesones, pide una pausa o no quiere más sexo, pierde la vida.

    Pobre la otra mujer, se quedó sin diversión. Estuvieron muy elitista. Roa estuvo con la mucama de Florencia Raggi.

    ResponderBorrar
  16. la hicieron mierda estos Quesones a Wanda yo creo que Sandes la asesinó con los pies y le cortó la cabeza para la selfie

    ResponderBorrar
  17. Insisto en que pobre el ama de llaves, la liquidaron igual que a Wanda. Y no le dieron el placer, el sexo que ella pidió. Casi que fue discriminada.
    Se portaron mal con el ama de llaves.

    ResponderBorrar
  18. una decapitación perfecta
    la dejo sin zabeca a Wanda

    ResponderBorrar
  19. la dejaron sin cabeza a Wandita

    ResponderBorrar
  20. a Wanda Nara la quesonearon y a L Gante tambien, sino daba para hacer algún relato con este nuevo romance que estan viviendo

    ResponderBorrar
  21. pobre, ahora esta enferma, pero cuando escribieron este cuento, merecía que le cortaron la cabeza, Sandes y Schattmann son dos buenos Quesones, con sus pies la podrían haber reventado a patadas, pero lo de Sandes cortandole la cabeza fue bastante generoso

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Relatos Quesones de la Semana

El asesino de Valeria Mazza

El asesino de Sabrina Pettinato

La asesina de Juan Martín Del Potro

La asesina de Iván de Pineda

El asesino de Zaira Nara

El Cómic de Carlos Delfino, el Basquetbolista Asesino #Queso

Los Asesinos de Lilia Lemoine

La asesina de Fabricio Oberto

El Asesino de Roxana Zarecki

El Asesino de Antonela Ramírez