El Asesino de Flavia Palmiero


Flavia Palmiero organizaba una gran fiesta con muchas drogas y mucho sexo. En una de sus mansiones, que le quedó de una relación que había tenido con un empresario multimillonario, fallecido recientemente y además padre de un político muy importante. Mucha gente importante del mundo de la política, la justicia y el gobierno se hizo presente en aquella fiestacha. Sería redundante contar lo que pasó aquella noche, solo diremos que era una fiesta sexual de todos contra todos, donde todos y todas eran heteros, gays y lesbianas a la vez. Donde gente que gobierna provincias o legisla en el Congreso, u ocupa cargos en la Suprema Corte, se travistió sin problemas ni pudores. Música, drogas, sexo por todas partes.
- ¡Ese ex ministro de la Corte Suprema disfrazado de Moria Casan!
- ¡Aquella diputada que siempre dijo que ese senador era un corrupto y ahora están cogiendo sin problemas!
- ¡Ese gobernador acusado de narcotráfico haciendo un streap tease delante de las diputadas de la oposición!
- ¡Quién iba a pensar que aquellos dos que pelearon voto a voto el gobierno de una provincia ahora iban a estar cogiendo de esa manera entre ellos!



Expresiones de este tenor podían escucharse en medio de la aquella fiesta, un descontrol total. Una dama rumana y una cantaora española, felicitaron a Flavia Palmiero por la fiestacha:
- Te has pasao niña, una gran fiesta – dijo la cantaora española.
- Es el homenaje que merecía ustedes ya saben quien – dijo Palmiero.
- Sí, si, si, ya sabemos a quien te referís – dijo la dama rumana.
- ¿Ustedes son diputadas,  senadoras, juezas? – dijo Palmiero.
- No – exclamó la noble rumana – solo vinimos a divertirnos.
- Estoy bastante aburrida – dijo Palmiero – será una diversión para los demás, pero yo extraño a ustedes ya saben quien.
- Es lógico, ha fallecido hace algunos meses – dijo la cantaora – quizás ellas te ayuden a levantarte el animo.
Aparecieron las cuatro clones de María Laura Santillan que rodearon a Palmiero y se la llevaron a una habitación. Ahí la desnudaron, la empezaron a besar, chupar, lamer, oler, en todo el cuerpo: cabeza, tetas, pezones, pecho, espalda, culo, concha, piernas, pies, entera, a Palmiero le gustó, las clones daban satisfacción lésbica al por mayor.
Las dos damas cruzaron la fiesta, cuya intensidad no solo aumentaba, sino que se multiplicaba la gente y la pasión. 
- Es interesante que Palmiero fue contratada para una publicidad, que hace bastante mal, para una crema cosmética, que ha contratado a Andrea Frigerio, Liz Solari y Flor Vigna. Todas quesoneadas, por Carlos Ignacio Fernández Lobbe, Carlos Eisler y Carlos Elder, respectivamente. Creo que Palmiero debe seguir el mismo destino – acotó con frialdad Dumitrescu, la dama rumana.



- Yo no quería que la asesinaran, para mí gusto ya es demasiado vieja – dijo la Marquesa de Avila, la cantaora – después de la diversión de la semana pasada en Portugal, esa era carne fresca.
- Es que los de la Cosmética no cumplieron su parte del trato.
- No hay nada más que hablar. ¿Carlos Bossio? ¿Carlos Ignacio Fernández Lobbe? ¿Carlos Delfino?
- Carlos “Charlie” Reich mejor, ya asesinó a Luciana Salazar, Nicole Neumann, Marina Fabbiani, entre otras minas, que la llene de agujeros como si fuera un Queso Gruyere.
Palmiero estaba revolcada en una cama con las clones de Santillán, pero en ese momento, irrumpió en la habitación, Carlos “Charlie” Reich, el Quesón, que dijo:
- ¡Las Santillanas pueden ser muy divertidas, pero yo también puedo darte diversión!
Carlos tiró un Queso, un Queso gigante, que cayó sobre Palmiero, dispersando a las Santillanas.
Las Santillanas, que eran muy obedientes, huyeron del lugar y quedaron a solas, Charlie y Flavia, esta dijo:
- Tendrá que hacer mucho mérito, las Santillanas me hicieron pasar un muy buen rato. ¿Vos quien sos?



- Carlos Alberto Reich, “Charlie”. El Quesón, ja, ja. El Quesón del Silenciador. A ver si te gusta mis Quesos – dijo Carlos Reich, que quedó en medias y se tiró encima de Flavia.
Las medias olían a Queso de una manera intensa y asfixiante, Flavia empezó a olerlas, besarlas, lamerlas, chuparlas, con fuerza, intensidad, pasión, se las sacó, quedando Carlos con los pies descalzos,  Flavia siguió disfrutando de aquellos Quesos, y le dijo a Carlos:
- Cogeme Carlos, cógeme Carlos.
Charlie le empezó a tocar los pezones, las tetas, la acarició por todo el cuerpo, le hizo masajes, le chupó el culo, la concha, la penetró por la concha con gran suavidad primero, a Flavia le gustó mucho, el sexo fue intenso, apasionante.
- Te veía en la Ola Verde, pero ahora no tengo otra alternativa que asesinarte y tirarte un Queso – le dijo Carlos Reich a Flavia.
- ¿De qué hablas Charlie?
- De esto – dijo Carlos Reich y la apuntó con un revolver con silenciador.
- Queso  - dijo Carlos y efectuó el primer disparo, así con cada disparo “Queso” “Queso” “Queso” “Queso” “Queso” “Queso” “Queso”, fueron ocho disparos, que impactaron en las tetas, el pecho, el estomago, el abdomen, el cuello y la frente de Flavia Palmiero.
- Queso – dijo Carlos Reich mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima.


El asesino se retiró de la escena con total impunidad, sin ningún tipo de culpa o remordimiento, era alguien acostumbrado a asesinar mujeres de esta manera.
- Ya se va Charlie, ya la asesinó – le dijo la Marquesa a Dumitrescu al ver que el asesino se iba de la escena del crimen.
- Ahora la fiesta debe terminar – dijo Dumitrescu – si prendemos fuego todo, acabamos con gobernadores, senadores, diputados,  jueces, ministros, salvamos al país.
- No, con Palmiero ya tenemos suficiente – dijo la Marquesa – tengo un arma más efectiva. Mira…
La Marquesa cortó la luz y todo quedó a oscuras, para horror de los presentes, entonces la Marquesa agarró un parlante y dijo: “El Comisario Miguel vendrá en algunos minutos, han denunciado una fiesta clandestina, el Comisario Miguel, héroe de la patria y de la fe, estará aca en algunos minutos”.
La amenaza dio resultado: todos los gobernadores, ministros, jueces, diputados, senadores, gobernadoras, ministras, juezas, diputadas y senadoras abandonaron el lugar con una rapidez asombrosa. En apenas diez minutos no quedaba nadie. Solo La Marquesa, Dumitrescu, las Santillanas y el cadáver de Santillan.
- ¿Has visto? ¡La sola mención de nuestro aliado ha hecho desertar a todos estos corruptos y corruptas! – rio de satisfacción la Marquesa de Avila.
- Brillante, brillante – dijo Lady Dumitrescu.
Y colorín, colorado, otro Queso se ha tirado.


Comentarios

  1. este asesinato lo planificó Franco Macri

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  2. Charlie Reich acribilló a balazos a muchas minas buenas, un crack este asesino

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  3. Fue con morbo, pero sin saña, como la que tuvo con Luciana Salazar.
    Se ve que no había nada contra ella, sólo que los contratantes no pagaron.

    Todo un descontrol la fiesta.
    También estaba el cuerpo de María Laura Santillán. ¿Había necrofilia en esa fiesta?

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