El Asesino de Claudia Albertario


Claudia Albertario sabía que su mejor momento ya había pasado, una década atrás tal vez, de todas formas no se rendía y aunque ya había cumplido los cuarenta, trataba de mostrarse en su mejor momento. Por eso asistió gustosa a una presentación de los Carnavales de Gualeguaychú en Buenos Aires. Catorce años también había hecho lo mismo, esa vez era la gran figura. Ahora era una figura de relleno.
Albertario estaba deseosa de llamar la atención y se dio cuenta que en el medio de las comparsas de Gualeguaychú no lo estaba logrando. Otras figuras eran quienes llamaban la atención.
-          ¿Vos sos Claudia Albertario, no? – era la voz de un hombre que Albertario escuchó.
Se dio vuelta y vio frente a ella a un hombre muy alto, robusto, patón, con más de cuarenta años, con aspecto de rugbier retirado.
-          Sí, soy yo, Claudia Albertario – respondió a la vez que pensaba “que suerte, alguien me reconoció” - ¿Y vos como te llamas?
-          Tengo el coqueto nombre de Carlos Ignacio Fernández Lobbe. ¿No es cheto llamarse así?
-          Sí, es un nombre cheto.
-          ¿Sabes una cosa Albertario? - le dijo el rugbier – Allá por 2004 estaba muy caliente con vos…


-          ¿En serio? Bueno, ya han pasado catorce años, pero si seguís caliente…
-          ¿Te gustaría probar mi Queso?
-          ¿Tu Queso? ¡Ja, ja, ja!
-          Sí, mi Queso – dijo Fernández Lobbe – mi Queso.
-          ¿Jugabas al rugby no? ¿En Los Pumas?
-          Tuve un paso muy exitoso en Los Pumas en ese tiempo, de 1999 a 2008, la rompía en los Pumas, cuando estaba caliente con vos.
-          Vos me calentas a mí Carlos Ignacio.
-          Proba mi Queso entonces.
-          Sí, por supuesto, pero ¿Dónde?
-          ¿No tenes un departamento? Vamos ahora mismo.
-          Dale, esta presentación de los Carnavales es una cagada. Prefiero probar tu Queso.
-          Te va a encantar mi Queso.
Rato después, Carlos Ignacio Fernández Lobbe y Claudia Albertario se encontraban en el departamento de ella. Albertario lo esperaba desnuda en la cama, Fernández Lobbe, vestido de rugbier, con guantes negros, sostenía en sus manos un Queso Emmental enorme y gigantesco.
-          ¡Ay, ese Queso!
-          Te dije que ibas a probar mi Queso , aca lo tenes.


El rugbier le tiró el Queso encima a Claudia Albertario. Esta tenía el Queso encima, y después de sacarlo, y tirarlo al piso, se encontró que sobre su cabeza había un enorme pie. El pie derecho talle 49 de Carlos Ignacio Fernández Lobbe.
-          Proba mi Queso, este Queso, Albertario.
Albertario olió, chupó, lamió y besó los pies de Carlos Ignacio Fernández Lobbe. Olían a Queso en forma apestante, asfixiante y sofocante como si recién hubiera terminado de jugar un partido de rugby, con Los Pumas contra los Springboks o los All Blacks.
Albertario gozó mucho de la experiencia de los pies, y después Fernández Lobbe se tiró encima de ella y cogieron de lo lindo. Una cogida hermosa, sublime, perfecta para Lobbe y para Albertario. El goce fue total para ambos.
Carlos Ignacio Fernández Lobbe levantó el Queso del piso y Albertario le dijo:
-          ¿Me vas a tirar otra vez el Queso?
-          Por supuesto – fue la respuesta del rugbier.
Albertario recibió otra vez el Queso encima, que le tapó la cara. Cuando lo sacó se encontró otra vez a Carlos Ignacio Fernández Lobbe encima de ella. Pero esta vez el rugbier tenía un enorme cuchillo en sus manos. Un cuchillo como el de Rambo. Un cuchillo de cazador.
-          ¿Qué haces con ese cuchillo Carlos Ignacio?
-          Asesiné a Viviana Canosa, a Soledad Solaro, a Daniela Cardone, mira si no te voy a asesinar a vos…
-          ¡NOoooooooooooooooooooooo! – exclamó de horror Claudia Albertario.



Carlos Ignacio Fernández Lobbe levantó el cuchillo y lo hundió en el pecho de Albertario, y comenzó a apuñalarla en forma salvaje, primero en las tetas, después en todos lados. Le dio varias decenas de cuchillazos, quizás más de cien, superando la centena. Carlos Ignacio Fernández Lobbe se dio por satisfecho y dio por concluido el asesinato de Claudia Albertario.
 Entonces agarró el Queso y lo tiro sobre el cadáver de Claudia Albertario diciendo en voz alta:
-          Queso.
El rugbier, contento y satisfecho, por el asesinato, se fue del lugar. Claudia Albertario había sido quesoneada y Carlos Ignacio Fernández Lobbe era el Quesón.


Comentarios

  1. que gran asesino el nacho fernandez lobbe

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  2. esta mina merecía un Queso y este Quesón estuvo muy bien elegido

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  3. Es un buen recurso, para que no se agoten famosas, recurrir a las que no tienen el éxito que alguna vez tuvieron. Y Claudia Albertario da para el morbo quesón.
    Recuerdo cuando se preguntaba: Uy, ¿cómo estoy? Para el crimen. Literalmente.

    Acá está el procedimiento bien desarrollado, darle placer, tener placer y destrozarla. El Carlos podría haberle dado un poco más el gusto a Cladia Albertario, pero cumplió con el rito. Tal vez podría detallarse, en alguna historia futura, el efecto del cuchillo sobre las tetas. O el efecto de un disparo, si la bala se hunde o si hace que exploten las tetas.

    Este Carlos es el indicado para quesonear a Pamela Sosa, con toda saña. Que no le importe si ella acepta, que sea bien brutal.

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  4. El relato de Daniela Cardone podría re escribirse, más a este estilo, con este desarrollo.

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  5. Algo que curioso que descubrí. Hay una Fiesta Nacional del...Queso.

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  6. excelente el Nacho Fernández Lobbe... que gran Quesón que es

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  7. Fue como un homenaje a la publicidad que la hizo famosa.
    -Uy. ¿Cómo estoy?
    -Estás para el crimen.

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