El Asesino de Ximena Capristo
Ximena Capristo estaba rodeada de
oscuridad, de repente se vio como en una escena de la edad media, estaba en un
patíbulo, frente a Notre Dame, a pocos meses de su inauguración, cuando vivía
el Jorobado, y el bufón del rey anunció:
-
Con
nosotros Carlos Elder, el verdugo del rey, el que va a ajusticiar a los
traidores a la Corona de Francia.
Carlos Elder ingresó al patíbulo
vivado por la muchedumbre, y puso una soga alrededor del cuello de Capristo,
que lentamente comenzó a ser ahorcada.
-
¡Noooooooooooooooooooooooo!
– gritó Capristo.
De repente, se despertó, todo había
sido una pesadilla…
Tras la picante pelea que había mantenido en twitter y otros medios con Cynthia Fernández, gran impacto causó en Ximena Capristo la noticia que escuchó en los medios.
- Cynthia Fernández brutalmente asesinada. La decapitaron y le tiraron un Queso. Basquetbolista de la Liga Nacional apodado como “el Quesón”, principal sospechoso.
- ¡Oh, no! – exclamó asombrada Ximena Capristo - ¡No puede ser! ¡Ese basquetbolista puede ahora venir por mí! - ¡Ese
sueño que tuve es un mal augurio!
Los medios no tardaron en asediar a Capristo. La ex de Gran Hermano resolvió dejar todo en manos de su abogada, Fernanda Herrera, que se limitó a dar un comunicado.
“Lamento profundamente el asesinato de Cinthia Fernández, mantuvimos un resonado entredicho mediático por cuestiones totalmente mundanas, que parecen nada ante la horrible noticia que hemos recibido, esperemos que la justicia atrape al asesino”.
- Tengo mucho miedo. Estan asesinando a muchas famosas. Yo puedo ser la próxima – le dijo Capristo a Fernanda Herrera - tuve un sueño horrible.
- Tenes que estar tranquila – le aclaró la abogada – ahora viene el Comisario Miguel. No le hagas caso a los sueños, ya también tuve una pesadilla donde un fiscal que se llamaba Carlos, me acuchillaba y me tiraba un Queso.
Pusieron el noticioso, en “Sesenta Minutos” apareció el conductor José Gomez Fuentes, que dijo:
- Estamos ganando.
Rato después, apareció el Comisario Miguel. El tipo tenía fama de ser alcohólico, de entregarse al whisky, y de fumar marihuana en gran parte de su jornada laboral, pero los policías más viejos lo comparaban con el Comisario Meneses.
- No le puedo negar señorita Capristo que la amenaza existe. Usted escuchó las noticias. Por un lado, chicas como Van Lacke o esta Cinthia Fernández, a quien yo no conocía, aparecieron decapitadas; Florencia Raggi y la otra chica, Flor Vigna, estranguladas, a todas les tiraron un Queso; Nicolás Ochiatto, el novio de Vigna, asesinado, le tiraron un Queso. Aclaro que a la señorita Vigna tampoco la conocía, sí le digo que usted por haber tenido un entredicho con esa tal Cinthia, es candidata a estar en la mira del asesino, o de los asesinos, puede que sean varios.
- Estoy aterrorizada. Me dijeron que la aplicación “Peligro Queso” no sirve para nada. Soñé que me ahorcaban frente a Notre Dame.
- No, todo lo contrario – señaló el Comisario Miguel – es muy efectiva. Usela. Eso lo dicen los opositores a nuestro eficiente y correcto trabajo policial. En cuanto al sueño, usted debe haber leído "el Jorobado de Notre Dame".
- No, no leí eso - dijo Capristo - no leí ni la revista Pronto...
- Yo creo que por unos días – aclaró la abogada Herrera, cambiando de tema – lo mejor es que desaparezcas de Buenos Aires, ir a una ciudad del interior, por ejemplo, camuflarse en un burdel de Comodoro Rivadavia, disfrazarte de prostituta, nadie se dará cuenta.
- ¿Me estás diciendo que me prostituya en un oscuro y perdido prostíbulo de la Patagonia?
- Es una manera de estar protegida – dijo Herrera.
Un poco contrariada por el ofrecimiento de Herrera, Capristo quedó muy pensativa. No sabía que hacer. Salió a caminar por la calle.
- No lo haga señorita Capristo, el Quesón puede andar por ahí.
- Ma’ sí… - dijo Capristo.
Capristo empezó a caminar por la calle. Vio a una anciana en una esquina. Tenía ropa muy antigua, y pedia limosna, llorando. Capristo sacó una moneda y se la tiró a la anciana.
- ¿Una moneda me das, señorita Ximena Capristo? ¿Usted que ganó fortunas con el Gran Hermano? – dijo la anciana con acento rumano.
Capristo se paró y miró asombrada a la anciana, le preguntó:
- ¿Quién es usted?
- En los turbulentos días de la Segunda Guerra Mundial, allá en mi Rumania natal, en Europa, me decían “Lady Dumitrescu”.
- ¿Pero quien es realmente usted?
- Ya os lo dije. Solo te nombraré una ciudad. Comodoro Rivadavia. Vale mas que esta miserable moneda que me diste. Recuerda el sueño que tuviste. Comodoro Rivadavia. Comodoro Rivadavia.
Capristo iba a contestarle a la anciana rumana, pero al abrir y cerras los ojos, quien dijo llamarse Lady Dumitrescu había desaparecido.
- ¿Dónde esta la vieja esta?
Regresó al departamento. El Comisario Miguel ya se había ido, pero la abogada Fernanda Herrera seguía allí.
- El Comisario me dijo que no tiene personal de custodia para asignarte, pero tiene pistas de que figuras entre las probables víctimas de este asesino serial matamujeres y tiraquesos a quien llaman “el Quesón”, lo mejor que podes hacer es, por unos días, digamos diez o quince, la oferta de Comodoro Rivadavia.
- Comodoro Rivadavia… Comodoro Rivadavia… Comodoro Rivadavia… - comenzó a balbucear Capristo.
Lo cierto es que en pocas horas, Capristo se olvidó del sueño y estaba en la ciudad patagónica, en un oscuro burdel. No era un burdel cualquiera, era el Burdel "El Queso", considerado el más importante al sur de Bahía Blanca. La recibió una madama, que parecía salida del año 1920.
- Hola papusa, que contursi – le dijo la madama, con voz tanguera – vos no sos la que estuvo en la audición de “Gran Hermano” piba, se nota que tenías miedo de ir a la gayola, pebeta, pero aca te vamos a proteger. El Comisario Miguel me dijo que te protegiéramos aunque si algún cliente del burdel pide una suma exorbitante por vos, pebeta, no se lo puedo negar.
Capristo no sabía si estaba en un burdel o en el túnel del tiempo, ya había perdido la noción del tiempo, parecía en los años 20. Prefirió ir a dormirse.
Un tipo alto, patón, con aspecto de rugbier se acercó al prostíbulo y habló con la madama.
- Mi nombre es Carlos – dijo el chabón – soy paisajista, vine a diseñar el nuevo Museo de Comodoro Rivadavia.
- Creí que era rugbier, por el cuerpo y el tamaño de los pies.
- Soy rugbier, también, juego en San Albano, de la URBA, ¿Tiene alguna prostituta disponible?
- Una chica un poco rebelde que recién llegó de Buenos Aires. Se llama Ximena Capristo.
- ¡Igual que la ex de Gran Hermano!
- Le aseguro que no es la ex de Gran Hermano, es la mina de Gran Hermano.
- ¿Cuánto?
- Diez mil euros.
- ¿Euros? ¿Acepta tarjetas de crédito? No tengo efectivo, menos euros, tengo la #QuesonCard.
- En este burdel aceptamos la #QuesonCard. Si es el Burdel "El Queso". ¿Qué es ese paquete?
- Un Queso, un gran Queso.
- Pase señor, me había dicho…
- Carlos, Carlos Elder…
Capristo despertó después del sueño, de apenas una hora, abrió los ojos, y para su horror, estaba atada de pies y manos, intentó moverse, pero no pudo, de repente sobre su rostro observó un enorme pie, o mejor dicho una enorme media de color blanco, pues el pie no estaba descalzo.
- Hola Ximena – dijo una voz masculina – soy Carlos, Carlos Alejandro Elder, me podes decir Charlie o simplemente Carlos, como gustes, soy rugbier y paisajista.
- ¿Porqué estoy atada?
- La madama me dijo que si pagaba bien, podía hacerte lo que quisieras.
- Desátame.
- Tranquila – le dijo Carlos – es una prueba, nada más. No tengas miedo.
- ¿No nos conocemos de antes?
- Imposible, jamás estuve en la Casa de Gran Hermano.
- Qué olor a Queso que tenes. Esas medias apestan.
- ¿Te gusta que apestan?
- ¿Cómo me van a gustar? Son horribles.
- A ver como apestan, a ver como apestan…
Carlos obligó a Capristo a oler, lamer, besar y chupar sus pies, con medias blancas primero, descalzo después.
- Sos un Queso, sos un Queso – decía Capristo.
- Un Queso, no, un Quesón, un Quesón – le decía Carlos – te desató si aceptas que cojamos.
- Hace lo que quieras, total es un burdel o un prostíbulo, o como lo llamen, el cliente siempre tiene razón.
- Vaya, vaya, parece que tenes experiencia en esto.
- Mejor tírame un Queso – le dijo Capristo.
- Aca tenes – señaló Carlos, tirándole el Queso.
El Queso cayó encima de la cara de Capristo, que quedo un poco aturdida. Cuando recobró la conciencia, vio a Carlos Elder, sobre ella.
- Te voy a coger. Quiero tener sexo, sin violencia, no quiero violarte, no soy un violador.
- Cojamos, cojamos – le dijo Capristo.
Cogieron, la verdad que Capristo lejos estuvo de sentir repugnancia, sino más bien todo lo contrario, se llenó de gozo, placer y satisfacción, disfrutó mucho. Carlos la penetró por atrás, por adelante, con el pie, con la pija, mucho disfrute.
- Que buen amante resultaste ser – le dijo Capristo.
- Sabía que iba a satisfacerte. No seré Gustavo Conti, pero soy un buen amante, un buen Quesón.
- ¿Quesón? ¡Así llamaban al asesino de Cinthia Fernández!
- Nada tengo que ver con ese crimen.
- Menos mal creí que eras un asesino.
- Soy el asesino de Florencia Raggi y de Flor Vigna, ja, ja.
Capristo creyó que iba a gritar de terror, pero ya tenía la soga alrededor del cuello, Carlos empezó a apretarla, fue una muerte lenta, atada de pies y manos nada pudo hacer, Carlos la fue apretando, y la dejó sin aire, aunque no uso cuchillo ni revolver, la marca de la soga le dejó a Capristo un hilo de sangre en el cuello.
Carlos contempló el cadáver de Capristo, agarró el Queso y lo tiró encima.
- Queso - dijo en voz alta.
Con la frialdad habitual de los Quesones, el rugbier abandonó la escena del crimen con total impunidad.
Al salir se cruzó con la Madama, que le dijo:
- Que buena tarjeta la #QuesonCard, hay que recomendarla.
- Mire que le tire un Queso a la Capristo esa.
- ¡Ja, ja, ja! – río la Madama - ¡Ja, ja, ja!
- ¿Cómo anda su hermano, señora Madama?
- Muy bien, es un gran comisario, el más respetado de la siempre respetada Policía Federal. ¿Quién fue mejor Florencia Raggi o Ximena Capristo?
- Florencia Raggi, esta Capristo, una boluda. Pero de todas las minas que quesonee en estos meses, la mejor fue la paraguaya, la que era mucama de Raggi.
- Yo creo que si Sofovich estuviera aca en vez de escribir “El Champán las pone mimosas” escribiría “Los Quesones las quesonea bien quesoneadas! ¡Ja, ja!
no tiene ni pies ni cabeza (bah, pies tiene mucho porque este Carlos calza mucho como todos estos Carlos), pero por ser algo tan delirante, me encanto
ResponderBorrarEl Burdel "El Queso" debería tener una mayor figuración en el Mundo Quesón, lo mismo la #QuesonCard, un buen relato con una indigestión de Queso, como siempre
ResponderBorrarpobre Ximena Capristo, hay otras victimas que me gustan que las maten, pero esta pobre, que se yo...
ResponderBorrarMe gusta ese estilo delirante de algunos relatos.
ResponderBorrarEstuvo bien eso de la rivalidad con Cynthia Fernández, de quien se dijo alguna vez que fue raptada. Y que Ximena Caprista se haya comenzado a aterrorizar por los asesinos, por convertirse en un blanco.
Y apareció la abogada cuyo destino ya está anunciado. Quien ignora los sueños premonitorios. Y a quien confió su suerte. A ese comisario.
Efectiva idea la de prostituirse, salvo que terminó en un lugar propicio para los quesones.
Es infaltable Lady Dumitrescu. ¿Que pasaría si alguna potencia víctima fuera amable con ella?
Estuvo bien la mención a la aplicación, que no le sirvió a Gisela Van Lacke.
Los estranguladores se están posicionando, pueden competir. Estuvo bien la mención a Florencia Raggi y su mucama. A su manera, Elder se portó bien con esa mucama, le concedió su fantasía.
En El asesino de Cardi B, podría llegar cuando la famosa todavía está viva, beber de su sangre, de heridas en las piernas, muslos.
El asesino de Jennifer López, podría incluir esta canción.
https://www.youtube.com/watch?v=KLRlJ0uJ-yI
bien Elder fue directamente a asesinarla sin piedad como corresponde a un Quesón
ResponderBorraral fin conocemos la cara del Comisario Miguel
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