El Asesino de Karina Jelinek
- ¿Cogemos Jelinek? – le preguntó Carlos Tevez, con la camiseta de Boca puesta como si saliera a jugar y unos guantes negros en sus manos.
- Lo dejo a tu criterio – respondió Jelinek.
- Cogeremos entonces, ¿Queres chupar mis pies?
- Lo dejo a tu criterio.
- ¿Te puedo chupar la concha?
- Lo dejo a tu criterio.
- ¿Puedo darte masajes en tu culo y espalda?
- Lo dejo a tu criterio.
- ¿Te gusta el Queso?
- Lo dejo a tu criterio.
El criterio del jugador del pueblo, del Apache, fue entonces primero obligar a Jelinek a chuparle, olerle y besarle los pies. Olían a Queso, y aunque Carlos Tevez no era nada alto, sino todo lo contrario, y sus pies eran proporcionales a su altura, parecía que le habían crecido, calzaba ahora como 46 o 47.
- Tengo los pies de Fabricio Oberto – comentó Carlos Tevez.
- Lo dejo a tu criterio.
- Seguiremos aplicando mi criterio entonces – dijo el Apache.
Jelinek le dio la espalda a Carlitos, y este le chupó el culo, y le dio unas patadas en el mismo.
- Como cuando lesioné a Ham, el imbécil ese que jugaba en Argentinos Juniors al que le cague la carrera, je, je.
- Lo dejo a tu criterio.
La cogió por el culo, y al terminar, Carlitos sacó de la mochila, un arma con silenciador, repleta de balas, y apuntó a Jelinek.
- Alguna vez me hacían una burla, con “Carlitos Feo”, cuando jugaba en Inglaterra, y decía “Very dificul”. Podría asesinarte ahora con este arma. Y tirarte un Queso, porque soy Quesón, ja, ja.
Jelinek le dijo a Carlitos Tevez:
- Lo dejo a tu criterio.
- Te asesinaré entonces, Jelinek, ja, ja.
- Lo dejo a tu criterio.
- Me tenes podrido repitiendo sin cesar “Lo dejo a tu criterio”.
No hubo más palabras, solo una lluvia de diez balazos que Carlos Tevez efectuó con su revolver. Como uso silenciador, nadie escuchó nada. El primer balazo impactó en la teta derecha de Jelinek, el segundo en la teta izquierda, el tercero en el ojo derecho, el cuarto en el izquierdo, el quinto en la frente, el sexto en el cuello, el séptimo en el estómago, el octavo en el abdomen, el noveno en el hombro izquierdo y el décimo en la pierna derecha.
El futbolista agarró el Queso y lo tiró sobre el cadáver de Jelinek.
- Queso – dijo Carlos Tevez.
El cadáver de Jelinek quedó ahí, con el Queso encima, mientras Carlos Tevez salió de la habitación para regresar a la concentración de Boca Juniors.
Martín Arevalo, el periodista de TyC Sports, operador, vocero e informante de la comisión directiva de Boca Juniors, le preguntó a Carlitos:
- ¿Jugas hoy contra River, Carlitos? Azzaro dice que vas a ser suplente.
- Lo dejo a tu criterio.
que raro que el autor no citó que el primer nombre de esta quesoneada es "Olga"
ResponderBorrarse podría titular "Lo dejo a tu criterio"
ResponderBorrarEstaba claro que algún día esa frase famosa iba a tener una contundente respuesta. En este caso, algo letal.
ResponderBorrarParece que Tevez no planeaba matarla, incluso se podría haber convertido en alguna pareja, como Brenda Aniscar y Natalia Fassi, a la que ya le llegará su momento final. Pero Karina Olga lo cansó con su frase. Tanto que la destrozó a balazos, incluso en su cara, algo que los Carlos han sabido evitar.
Interesante la descripción de la destrucción del exuberante cuerpo de la Jelinek, de sus tetas, a balazos.
Es un ingrediente extra de los relatos, que los hace mejores que los iniciales.
Otro ingrediente es que Tevez supo disfrutar de ella.
Espero que no fastidie la verificación de comentarios
Es curioso detalle, Karina Olga Jelinek tuvo la oportunidad de no ser asesinada. Pero su tontería la llevó a un fin sangriento, incluso más que de otras.
ResponderBorrarPaz Cornú se quedó sin su íntima amiga. o Más que eso, en algún momento hubo el rumor de que ella y karina Olga eran parejas. Podría tratar de vengarse, si así fuera. Con resultados previsibles.
ResponderBorrarPosible epílogo.
ResponderBorrarUn par de días después, Paz Cornú, con toda ansiedad recibió un gran paquete que traía Carlos Regazzoni,junto con un anónimo ayudante.
La diseñadora hizo una cara asombrada al ver al precio del recibo.
-Es un más caro de lo pactado.
-Tuve que hacer un trabajo de reconstrucción. El jugador del pueblo se pasó con los balazos. Tuve que usar silicona reconstructiva. Le tuve que remplazar los ojos. ¿A quien se le ocurre disparar a los ojos?
-Yo esperaba algo más natural.
-Quedate tranquila, que no te vas a notar la diferencia.
Regazzoni abrió la caja. Y Paz Cornú vio embalsamada a Karina Jelinek, con esa expresión que tanto le gustaba.
A solas, se entretuvo desnudando y vistiendo a su quesoneada e íntima amiga, que había sido más que íntima.
-Eso te pasó por dejarme, ir a buscar hombres. Conmigo no te hubiera pasado.
Paz Cornú desnudó una vez más al embalsamado cuerpo, jugueteando, como previa para tener sexo. Y lo hubo.
-Ahora vas a ser mía, para siempre.
La diseñadora se durmió abrazada al restaurado cuerpo de su exuberante amiga y amante.
bien Carlitos Tevez... al final demostró ser un gran quesón ja ja ja
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