El Asesino de Edith Hermida
El Torneo “Buenos Aires ATP” comenzaba en el Buenos Aires Lawn Tennis, y a falta de otros tenistas relevantes, el favorito era Carlos “Charly” Berlocq, el oriundo de Chascomús. La organización había pensado en Carlos Moyá, el gran tenista español, pero este adujo estar ocupado en una importante feria de Quesos a celebrarse en Amsterdam, Holanda.
Charly se encontraba entrenando con gran esfuerzo y dedicación, convencido de que debía ganar el torneo de ATP, que además le iba a significar una millonaria suma en premios.
Una tarde se puso las zapatillas, calzaba 45, se dio cuenta que no le entraban.
- ¡Me crecieron los pies en este rato! – exclamó – ahora debo usar un 47.
Efectivamente, la organización le proveyó zapatillas talle 46, pero no le entraron, las 47 sí las pudo usar.
- Eran las zapatillas que teníamos pensado usar para el gallego Carlos Moyá – le dijo una rumana que le dio las zapas a Charly.
- No es gallego, es Mallorquín.
- Todos los que nacen en España son gallegos para nosotros, o llollegas ja ja, yo misma soy rumana, y a veces me dicen búlgara, serbia, croata, húngara o eslovena, ja, ja.
- ¿Hace muchos años que esta en el país?
- Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial.
- Pero han pasado más de setenta años, usted es joven, no tiene más de cincuenta.
- Ja, ja, ja, je, je, je, ji, ji, ji, jo, jo, jo, ju, ju, ju – exclamó la rumana, que efectivamente aparentaba tener unos cincuenta años, aunque su documento decía que había nacido en 1892.
Charly quedó pensando, la rumana se fue, en ese momento, don Lucrecio, un viejo empleado del Buenos Aires Lawn Tennis le trajó un paquete al tenista.
- Dejaron esto para usted, señor Berlocq.
Charly lo abrió, era un Queso, un Queso Pategras.
- ¡Oh, no! ¡Otra vez! ¡Otra loca que me quiere asesinar!
Otra vez la rumana apareció ante el tenista.
- ¿Usted otra vez?
- Yo, otra vez, ten cuidado Carlos, hay una asesina llamada la Matacarlos, la asesina de los Carlos, te eligió como víctima, por eso te envío el Queso.
- Es ella o yo – pensó Charly Berlocq.
- Así es – declaró la rumana.
- ¿Cuál es su nombre?
- Ilona Ravellya Dumitrescu, del clan de los Dumitrescu, emparentando con los Hagi, los Lacatus y los Iordanescu.
Charly se quedó quieto. La rumana desapareció. Siguió entrenando. Decidió no darle importancia al tema. Al día siguiente, en un estadio repleto de gente, Charly debutaba en el torneo de la ATP, antes de hacerlo, una tipa de la televisión se acercó a saludar a Berlocq.
- Hola soy Edith Hermida – dijo la mina – trabajo en televisión.
- Soy Carlos Berlocq, Charly para todos.
- Espero que ganes, todos estamos con vos. Hubieramos apoyado a Carlos Moyá, pero a falta de otro Carlos, el público quiere tu consagración.
- ¿Son hinchas de los Carlos?
- Hoy sí – declaró Hermida – se que te gusta mucho el Queso, espero que lo disfrutes con un buen Queso.
Charly quedó pensando, ¿Sería Hermida la mina que le envío el Queso por correo? Rato después, ya en horas de la noche, sin luz solar, Berlocq debutó en el torneo de la ATP, el primer punto fue un desastre para Charly Berlocq, un contundente 1-6, donde hizó un papelón.
Se cortó la luz. “Se trata de un fallo eléctrico, a la brevedad, una vez resuelto, se reanudará la competencia” declaró el portavoz del Buenos Aires Lawn Tennis.
Charly se retiró al vestuario pero en el camino vio a Hermida que le dijo:
- Aprovecha para comer un buen Queso.
El tenista contempló a Edith Hermida, un impulso criminal brotó de él, iba a pegarle con la raqueta de tenis, de la misma forma en que había asesinado a Lola Bezerra, pero le dijo a Hermida:
- ¿Qué te parece si cogemos mientras esta cortada la luz?
- Te voy a denunciar por acoso.
- Perfecto – le dijo Charly – me voy, no hay problemas.
- Bueno, dale, dale, sí, sí, cojamos, ahí, detrás de esa pared, nadie nos verá.
Se fueron atrás de la pared, Charly quedó descalzo y puso sus pies sobre Hermida, que empezó a chuparlos, besarlos, lamerlos y olerlos.
- Vaya, vaya, tu Queso de Chascomús huele muy bien, Berlocq.
- Soy Quesón, me resisto a serlo, pero lo soy.
Despues cogieron de lo lindo, disfrutaron mucho, ahí detrás de la pared. Justo volvió la luz.
- Se reanuda la competencia – dijo Berlocq.
- ¿Y el Queso que te mande donde esta? – le dijo Hermida al terminar.
- ¿Me lo mandaste vos?
- Sí, un Queso Pategras, es un homenaje de los Queseros del Sur, la asociación de Quesos de Chascomús y aledaños. ¿Todavía no lo comiste?
- No, aún no – dijo Berlocq – aca está – el Queso estaba ahí, apareció como arte de magia.
- Bien, comelo ahora delante de mí.
- No, ahora, te asesinaré.
El tenista levantó la raqueta y pareció que la iba a asesinar a raquetazos, pero no sucedió eso, al contrario, tiró la raqueta por los aires y extrajó de un bolso una ametralladora automática de 9mm con silenciador y con eso, apuntó a la conductora.
Hermida abrió la boca con expresión de horror, pero Charly la miró fijamente y empezó a disparar. ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! La lluvia de balazos le provoco heridas en todo el cuerpo a la conductora, cuyo cadaver estaba totalmente ensangrentado.
- Perfecto – dijo Charly –soy Carlos "Charly" Berlocq, el tenista asesino.
Del mismo bolso de donde sacó el arma, sacó ahora un Queso, un enorme Queso con voluminosos agujeros.
- Queso – dijo en voz alta Charly, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Hermida.
El tenista regresó a la competencia ovacionado por el público. Revirtió el partido sin problema, 6-0 y 6-0, y listo, misión cumplida.
Al terminar, apareció otra vez la rumana que le dijo:
- Muy bien hecho Charly, muy bien hecho.
Que hermosa cogida me dio charly Berlocq
ResponderBorrarUn Carlos paranoico, que cree que lo tratan de matar y por eso mata él antes. Y está Lady Dumitrescu, la gran figura de estas historias. Casi que es una Carla honoraria.
ResponderBorrarBien captada la personalidad de Ediht Herminada, como cuando se le regalaba a Beto Casella o parecía hacerlo. Puede ser la primera opción, porque Berlocq ni tuvo que usar su poder. Sexo y muerte.
Una variante podría ser que Lady Dumitrescu participe más, que empiece a beber la sangre, cuando la famosa de turno todavía este vivo. Podría ser un morbo extra. O que lo hagan sus mucamas vampiros.
Aunque está claro que tuvo mucha participación en este crimen quesón. Es obvio que usó sus poderes para interferir con la electricidad. Los crimenes quesones dedicados a ella, la han hecho más poderosa.
siempre fue medio boludo Charly Berloc, pero detras de un boludo siempre puede haber un asesino
ResponderBorraresta mina esta regalada y yo creo que ha leído el cuento, quiero cogerselo a Charly Berlocq en serio
ResponderBorrarlos Carlos emanan un olor a queso tan fuerte que hace que alrededor nadie vea nada o si ve algo se lo olvide y por eso tienen la impunidad que tienen, así se explica un asesinato en el Buenos Aires Lawn Tennis
ResponderBorraren las imagenes esta para cogersela a la Hermida
ResponderBorrar"soy Charly Berlocq el tenista asesino" y la mató
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