El Asesino de Rocío Guirao Díaz
El hombre levantó un enorme cuchillo e intentó apuñalar a Guirao Díaz, pero esta aterrorizada, presa del pánico, comenzó a correr desesperadamente, el asesino empezó a perseguirla, el pasillo era interminable, jamas terminaba, de repente, la chica chocó contra una pared, y el asesino, la acorraló, y de disponía a asestarle la puñalada fatal, que sería un golpe mortal.
- ¡Noooooooooooooooooo!
El grito desesperado de Guirao Díaz se escuchó en todos lados.
- ¿Qué pasa, que ocurre, porque gritas así Rocío?
Guirao Díaz abrió los ojos, todo había sido una pesadilla, un mal sueño del que despertaba. Ante ella estaba Carlos Bernal, el bailarín, su compañero de baile en #BailandoPorUnSueño, el exitoso y popular programa de Marcelo Tinelli, que otra vez le preguntó:
- ¿Qué te paso Rocío?
- Ay Carlitos, tuve un sueño horrible, un hombre alto, joven, muy patón, intentaba apuñalarme, yo estaba en un pasillo oscuro, donde salía corriendo, corría y corría, hasta que chocaba con una pared, y ahí el tipo me iba a apuñalar.
- ¡Ja, ja, ja! – dijo Carlos Bernal – apenas te dejó dormir unos minutos, no fueron más que dos o tres, y tenes esa pesadilla, ja, ja.
Guirao Díaz miró a su alrededor, y vio a Carlos Bernal, vestido como guerrero mongol o algo por el estilo, ataviado por un sable, y sobre la mesa, una bandeja muy grande, con un enorme Queso.
- ¿Ese sable? ¿Ese Queso? ¿Qué significa? – preguntó Guirao Díaz.
- Haremos el Baile del Sable, el mismo que bailaban Olmedo y Porcel en “Los reyes del sablazo” pero con un Queso, ja, ja, ja, Marcelo dice que hagamos “Bailando por un Queso”, ja, ja, ja.
A Guirao Díaz no le pareció divertido, sino más bien una idiotez. El bailarín apoyo los pies sobre la mesa, para atarse las sandalias.
- ¡Qué pies grandes! ¿Cuánto calzas? ¡Antes no los tenía así!
- Es que me crecieron los Quesos, ja, ja, ahora calzó 47, ja, ja – respondió Carlos Bernal – vamos a la pista, a bailar, a que la gente mire nuestro arte, no será el arte del cante flamenco, pero bueno…
Marcelo Tinelli gritó:
- ¡Buenas noches América! ¡Ahora en Bailando por un Sueño el gran Carlos Bernal, el bailarín de las Américas, y la gran Rocío Guirao Díaz!
La plebe aplaudió enfervorizada a la pareja, que salió al ruedo. Carlos Bernal entró con el sable y la bandeja con el Queso. Puso el Queso (una gigantesca horma de Gruyere) sobre el piso, y comenzó a bailar sobre el mismo, poniendo los pies encima del Queso, hizo la danza del sable, y Guirao Díaz lo acompaño.
Sacó el sable y partió el Queso en dos, quedando el mismo en dos partes iguales, donde sobresalían los agujeros en cada lado de la horma. Guirao Díaz se tiró al piso, acostada, Carlos le tiró el Queso encima, mientras la multitud gritaba:
- ¡Partila como un Queso!, ¡Partila como un Queso!, ¡Partila como un Queso!, ¡Partila como un Queso!, ¡Partila como un Queso!
Carlos pusó sus pies, repletos de olor a Queso, sobre el rostro de Guirao Diaz, que empezó a chuparlos, olerlos, besarlos y lamerlos, después Bernal le hizo cosquillas en todo el cuerpo a la chica, primero en los pies, después caricias en todos lados, le chupó la concha, mientras la multitud gritaba enfervorizada:
- ¡Partila como un Queso!, ¡Partila como un Queso!, ¡Partila como un Queso!, ¡Partila como un Queso!, ¡Partila como un Queso!
Tinelli se fijó el rating minuto a minuto, y este explotaba, entonces le hizo saber a Bernal la orden:
- Partila como un Queso.
Cogieron ahí en vivo para todos, y para deleite de la plebe que seguía gritando enfervorizada. Al terminar, Guirao Díaz quedó ahí, acostada en el piso, mientras Carlos Bernal levantó el sable y le preguntó a la multitud:
- ¿Qué harían los mongoles ahora?
Ahí intervino Marcelo Tinelli que dijo:
- No se que harían los mongoles, sí se lo que harían los emperadores romanos – y levantó la mano, poniendo el pulgar para abajo – asesinadla Carlos, asesinadla.
- Así lo haré.
- ¡Noooooooooooooooooooooooooooooooo! – gritó Guirao Díaz - ¡El sueño se hace realidad! ¡La pesadilla! ¡El asesino eras vos Carlos!
- Claro que era yo – dijo Carlos Bernal – pero no será con un cuchillo, será con este sable, y te partiré en dos, ja, ja. Asesinando por un sueño, ja, ja, en Bailando por un Queso.
- ¡Quuuueessssooooooooooooooooooooooooooo! – gritó Carlos Bernal.
Mientras con el sable infringió una profunda herida a Guirao Díaz, no la partió en dos en un sentido literal, pero le dio un corte profundo de la cabeza a los pies, y luego un segundo, y un tercero, esparciendo la sangre por todos lados. Agarró el Queso y lo tiró sobre el cadáver de Guirao Díaz.
- ¡Quuuueessssooooooooooooooooooooooooooo! – dijo nuevamente Carlos Bernal, mientras levantaba el sable, ensangrentado, como señal de triunfo.
El público enfervorizado en las tribunas aclamando al asesino, mientras el rating explotaba, y la transmisión en YouTube, alcanzaba los 500 millones en el mundo entero.
- Perfecto – murmuró Marcelo Tinelli – 60 puntos de rating. Tendremos que seguir asesinando en vivo.
- Pero la gente cree que fue todo ficción, y nos van a reprobar los organismos de censura – acotó Marcela Feudales.
- No importa, ya veremos como los arreglamos, ya teníamos un clón de Guirao Diaz preparado, lo trajó Carlos Regazzoni, ahí esta, ahora va a venir con Carlitos Bernal y juntos escucharan al jurado, ja, ja. La rumana que habló con vos esta con el público, no?
- Sí, Lady Dumitrescu ahí esta.
Una vez más, el objetivo del rating estaba cumplido. El Comisario Miguel se encargó de tapar todo, mientras el clón diseñado por Carlos Regazzoni se encargó de reemplazar a Guirao Díaz.
- Me quedó media fallada – dijo Regazzoni – pero no importa, hay otras copias, y además la verdadera era una idiota.
Carlos Bernal se comió un Queso, y recibió 300 puntos de los jurados.
- Ahora a dibujar algo a las dos de la mañana je je – añadió el bailarín – de lo contrario, no podré seguir durmiendo.
cuantos asesinatos en vivo tiene ya Carlitos Bernal?
ResponderBorrarqué paso con los clones de Guirao Díaz? Yo creo que tambien las debería asesinar Carlos Bernal
ResponderBorrarademás de ser el Quesón Bailarín, Carlos Bernal también podría ser llamado el Quesón del Sable
ResponderBorrarMe gustó lo de Rocío como reina del grito, aunque sólo haya sido un sueño.
ResponderBorrarSe ve que a pesar de ser atractiva, no fue tan hábil como lo fue Natalia Forchino, que demoró un poco más su muerte a base de sexo.
Sería muy gracioso que alguna clon estalle espontanemante, debido a sus fallas.
Repito que yo la hubiera dejado afuera, pero fue buen relato.
Lady Dumitrescu se ha convertido en una estrella. Tal vez tenga un poder sobrenatural de cambiar de forma, para remplazar en algún momento, a Rocío.
Veo que también hubo sexo, este quesón sabe disfrutar de las famosas, antes de eliminarlas.
BorrarEl público también es morboso.
la saga de Bailando Por un Queso esta buena... ojala continúe con Carlos Bernal como implacable y sanguinario asesino
ResponderBorrarY las bailarinas festejaron, porque les tocó a tocó a otra y ellas zafaron una vez más.
ResponderBorrarquizás Charlie Paglieri podría encargarse de esas bailarinas
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