El Asesino de Natalia Fassi
Se encontraba Natalia Fassi disfrutando una velada con algunas amistades, esas veladas donde abunda el sexo, las drogas y el alcohol. En medio de ese contexto, alguien le dijo:
- ¿Te enteraste Natalia? ¡Asesinaron a Brenda Asnicar y le tiraron un Queso!
- ¿Y?
- Yo que vos me preocuparía… esta mina estuvo con Carlitos Tevez, como vos.
- Ja, ja, no pasa nada.
La noche pasó, y el efecto de las drogas también. Fassi estaba en su departamento, un amplio departamento en una torre muy cara de la ciudad, que le quedó de los tiempos es que estuvo Carlitos Tevez. Si bien al principio la noticia del asesinato de Brenda Asnicar pareció no importarle, no le causó ninguna gracia enterarse que Karina Jelinek y Paz Cornú apareciesen entrelazadas para toda la eternidad.
Busco noticias en su celular, se encontró con una declaración de Carlitos Tevez. Consultaron al Jugador del Pueblo sobre el asesinato de Brenda Asnicar:
- Very dificul – fue la respuesta del Apache.
- Siempre tuve la sensación de que Carlitos Tevez me quería tirar un Queso – pensó Fassi – pero bueno, si cuando me tenía al lado no lo hizo, ¿Porqué lo haría ahora? No tiene lógica…
Es raro pensar que Fassi pudiera tener un pensamiento tan reflexivo apelando a las ideas y a la lógica, es más fácil que una vaca pase volando por el Obelisco, pero créanme gente que esto sucedió.
Tocaron el timbre, Fassi fue a abrir… abrió la puerta, pero no había nadie… solo un paquete, lo abrió y para su sorpresa… ¡Un Queso!
- ¡Oh, no! ¡Un Queso!
Y tenía una nota… “Natalia, revisa tu celular”. Lo hizo, tenía un mail, donde había una gran cantidad de fotos suyas en posiciones hot, incluso fumando porros, teniendo sexo, todas sacadas en la fiesta en la que había participado la noche anterior.
- Publicaremos las fotos por todas las redes sociales, si no nos pagas lo que valen estas fotos – decía una voz grabada en el mensaje – Treinta y cinco mil euros, en una hora, con un sobre, te esperamos en el cruce de las calles Ramón Valdez y Batalla de Yavin.
- ¡Oh, no! ¡Debo parar este escándalo! ¡Como me metieron en esto! ¿D donde sacó este dinero en una hora?
Sonó el celular. Fassi atendio desesperada.
- Tranquila nena, si aceptas participas en una producción fotográfica haciendo de Elektra, las otras fotos no se publican.
- Acepto – dijo Fassi resignada.
- Te esperamos en Batalla de Yavin n° 317 piso 3° departamento 34.
Rato después, allí estaba Natalia Fassi, resignada, pero al abrirse la puerta de aquel departamento, se encontró con todos sus amigos…
- ¡Sorpresa! ¡Sorpresa! ¡Sorpresa! ¡Sorpresa! – dijeron los amigos de Fassi.
- ¡Oh, no! ¡Todo fue una broma! ¡Qué pelotuda soy!
- Hoy habrá más drogas, sexo y alcohol que ayer, Natalia – dijeron sus amigos y amigas – pero nos disfrazaremos, toma el disfraz de Elektra.
Natalia Fassi se puso el disfraz de Elektra. La fiesta fue superior a la del día anterior, pero Fassi estaba tan excitada, y había pasado tanta tensión con la broma que le jugaron, que casi no disfrutaba de la diversión, a pesar que había el doble de gente del día anterior.
- Un disfraz de Elektra no puede estar completo si le faltan los sais – le dijo una voz de hombre.
Fassi se dio vuelta, ante ella había un hombre alto, con aspecto de basquetbolista, y que estaba disfrazado de… ¡Basquetbolista!
- Hola, ¿Qué son las sais y quien es Elektra? ¡Me dieron el disfraz pero no tengo idea que es esto!
- Ja, ja, los sais son una especie de daga, un cuchillo muy antiguo, de origen asiático, ves como estos – el basquetbolista le mostró entonces unos sais que tenía - y en cuanto a Elektra, digamos que es un personaje de comic, una asesina, una Quesona, una asesina de hombres cruel e implacable, si sos hombre y te cruzas en el camino de Elektra, ella te clava los sais y chau…
- ¿Quesona? ¡Nunca sentí esa palabra! ¡Menos mal que no soy hombre! ¡Ja, ja! Vos deberías de tener cuidado conmigo, estoy disfrazada de Elektra, podría asesinarte con el sais, ja, ja, ja.
- Ja, ja, es gracioso, yo soy Quesón… no creo que puedas asesinarme.
- ¿Quesón? ¿Cómo te llamas? ¿Quién sos? Veo que sos alto y patón…
- Mi nombre es Carlos Leonel Schattmann, basquetbolista.
- ¿Sos basquetbolista? ¡Entonces no estas disfrazado de nada!
- ¡Si lo estoy! ¡Yo juego en la Liga Nacional, y me disfrace de basquetbolista de la NBA! ¡Ja, ja!
- ¡Ja, ja! – río Fassi – ¿En que consiste ser Quesón?
- Vamos a un costado y te lo probaré – le dijo Schattmann.
Salieron de la fiesta, al pasillo del edificio. Salieron del mismo y fueron al parque que había enfrente. Se pusieron sobre un árbol. Nada parecía molestarlos y nadie los observaba. Schattmann salió afuera con una mochila, tenía guantes negros, se sacó las zapatillas, las medias y quedó descalzo.
- ¿Queres oler mis pies, digo, mis Quesos? – le preguntó Schattmann.
- ¿Me estas hablando en serio?
- ¡Por supuesto!
Fassi se agachó y Schattmann puso el pie derecho talle 49 sobre el rostro de la chica, esta empezó a olerlo, besarlo, chuparlo, lamerlo, quedó como extasiada, tanto que le dijo:
- ¡Qué olor a Queso! ¡Me diste el derecho! ¡Dame el derecho!
Schattmann accedió. El disfrute fue total. Terminó, Schattmann se sacó los pantalones, quedo con la pija al descubierto, y entonces la penetró, gozaron mucho, mucho, imposible de describirlo en palabras.
- Nunca Carlitos Tevez me hizo sentir así – dijo Natalia Fassi.
Estuvieron un rato más, con Schattmann chupándole la concha y el culo, una y otra vez. La volvió a penetrar, con más fuerza pero más gozo que la anterior.
Terminaron, Fassi quedó repleta de satisfacción.
- ¿Y ahora?
- Soy un asesino serial de mujeres – le dijo el basquetbolista con total naturalidad – ya asesiné a Brenda Asnicar, que fue mina de Carlitos Tevez, ahora te toca a vos. Ja, ja.
Fassi lo contempló aterrorizada, no podía creer que alguien que le había dado tanto gozo y placer, que pudiera tener tanta sangre caliente a la hora del sexo, fuese ahora un cruel y sanguinario asesino serial, que la pudiera asesinar a sangre fría. Schattmann sacó de la mochila, un Queso muy grande, y los sais que debían ser de Elektra, tiró el Queso encima de Fassi, que presa del pánico observaba en silencio.
- Te asesinaré – le dijo Carlos Schattmann con los sais en las manos - pero te daré una chance, sal corriendo, a ver si podes escapar.
Fassi salió corriendo como en una persecución, pero Schattmann ni siquiera se movió, agarró uno de los sais y lo tiró sobre Fassi, este sais cayó directamente en el pie derecho de Fassi y un segundo sais lanzado por Schattmann, tuvo el mismo efecto pero sobre el pie izquierdo, quedando Fassi clavada en el pasto, contra un arbol.
El basquetbolista se acercó entonces para terror de Fassi, que no paraba de gritar…
- ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Un basquetbolista loco me quiere asesinar!
Schattmann sacó un tercer sais y se lo clavó en el estomago a Fassi, la herida aunque profunda, no fue mortal, debía desangrarse un buen rato para terminar de asesinar a Fassi.
- Me gusta degollar a mis víctimas. A Jimena Barón la asesiné con un cuchillo ninja, pero no seré repetitivo, como mi amigo Carlos Matías Sandes, el es genial con el machete, pero yo apelaré a algo distinto. Esto es un parque, algo para cortar el césped. A ver… ya sé…
Schattmann desapareció, y Fassi quedó sola, esta tuvo la esperanza de que podía sobrevivir, aunque cada vez se desangraba más, la esperanza se esfumó cuando Schattmann apareció con… ¡Un tridente de campo!
- ¡Noooooooooooooooo! – gritó Natalia Fassi.
Carlos agarró el tridente de campo y se lo clavo en el cuello a Fassi, quedando clavada a al árbol, con un corte que le provocó, ahora sí, una muerte inmediata.
Carlos Leonel Schattmann, Basquetbolista, Quesón y Asesino, se fue del lugar, repleto de satisfacción por el crimen que había cometido, y pensando quien sería su próxima víctima.
Dicen que el nombre de Mora Godoy se cruzó en su pensamiento, pero Lady Dumitrescu, rejuvenecida y muy bella, le interceptó el paso al asesino y le dijo:
- Tendrás que elegir otra víctima. Mora Godoy de ninguna manera. Amainaron guapos junto a tus ochavas y un cajetilla te cruzó de cross. Y metieron las patotas bravas allá por el año novecientos dos. ¡Ja, ja!
Dumitrescu se acercó al cadáver de Fassi, que quedo clavado sobre el árbol, con el tridente sobre su cuello, un sais en el estomago y dos sais sobre sus pies. Además del Queso, por supuesto. No sabemos que hizo, si sabemos que al día siguiente, el cadáver de Fassi apareció sin una gota de sangre.
El Comisario Miguel dio por cerrado el caso rápidamente a la prensa:
- Hay un grupo extraño de insectos, quizás sobrevivientes de la prehistoria, que están ocasionando estas cosas. ¡Qué cosas, no?
La Ministra Bullshit agregó:
- El insecto identificado es el Metalurgicus Lorenzinus. Se creía extinguido, pero regresaron.
siempre sostuve que Schattmann era un Quesón digno... aca se paso de revoluciones! crack! como me encanta la locura que tenes!
ResponderBorrarel tridente es una buena arma aunque complicada para llevar, buena historia
ResponderBorrarme gusto... pero hubiese preferido que la mate Carlitos Tevez
ResponderBorrarEn lo que sugerí, tome algunas ideas de las fatalities de Mortal Kombat 9, de un compilado en youtube. Muy gore.
ResponderBorrarhttps://www.youtube.com/watch?v=70HQuzsMCxU
Más de la mitad deben ser imposibles, aun en el mundo quesón. Pero muestra lo retorcido y gore que puede ser el uso, de sais, hachas, armas de fuego.
Estuvo bien la historia historia previa, no fue excesiva y fue preparandolo todo, para lo que sirvió la mención a El asesino de Brenda Asnicar. Creo que Tevez se enamoró realmente de esas dos famosas, por eso se negó a quesonearlas. Y puede ser que la pretensión de que abandonaran el espectáculo haya sido para protegerlas.
Estuvo bien lo de Karina Jelinek y Páz Cornú, entrelazadas para la eternidad. Se podría agregar a El asesino de Paz Cornú.
Lo de Elektra lo mencioné para aclarar que son las sais, pero quedó muy bien. Natalia debe de haber quedado muy bien. Claro que este relato no es La seducción de Natalia Fassi, sino El asesino de Natalia Fassi. Ignorar quien es el personaje, tal vez haya sido un error mortal. Aunque no tanto como salir a un lugar, donde no hay más nadie, cuando los Carlos deportistas son sospechosos.
Estuvo muy bien la parte del sexo. Y estuvo bien desarrollado el uso de las sais. Y de una herramienta, como arma mortal. Para evitar más noticias, el cuerpo de la famosa podría ser enterrado en el Jardín Botánico, obra de Carlos Thays, primero de una dinastía de Carlos paisajistas.
Creo que Lady Dumitrescu, se quedó un rato frente al herido cuerpo, la abrazó, la acarició y luego empezó a beber la sangre de las heridas. Me gusta la descripción de su belleza y juventud y lo de dejar fuera a Mora Godoy.
este Quesón tiene que tener mas asesinatos... no se quien podría ser víctima... propongo a Luisana Lopilato si no fue quesoneada aún... antes que a Lopilato la quesonee Sandes
ResponderBorrarotra buena víctima para Schattmann sería Stefania Xipolitakis
ResponderBorrarsí... una buena idea este Quesón merece otras víctimas famosas, si tenes algún aporte de como sería la historia manda algo
Borrar¿Y que tal Esmeralda Mitre?
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