Los Asesinos de Candelaria y Micaela Tinelli
Según
me han contado, cuando ya terminaba el último verano del hemisferio sur, antes
de que comenzarán los acontecimientos que están afectando al mundo entero y que
son de dominio público, ocurrió lo que voy a contaros a continuación.
Micaela
Tinelli acababa de regresar de la ciudad de Punta del Este, y tras bajar de su
avión privado, mientras caminaba en el aeródromo, vio a una mujer exactamente
igual a la Princesa Leia. Le llamó la atención, aunque sus conocimientos sobre
cine eran casi nulos, reconoció en esa mujer un gran parecio a ese personaje
tan popular y querido de Star Wars. Micaela miró a Leia, y esta le devolvió la
mirada.
-
¡El
fin se acerca! ¡Disfrutad de estos días porque el día del juicio se acerca!
¡Divertíos porque pronto no habrá lugar para fiestas ni alegrías! – dijo Leia
gritando con una tonada andaluza.
-
¡Vieja
loca! ¡Una gallega loca! – exclamó Micaela y siguió su camino.
Micaela
se estaba subiendo, y le dijo al chofer del auto, Charles Barkley, un hombre de
color:
-
Esa
vieja loca, con voz de española, decía que el fin se acerca.
-
Casandra
también advirtió el fin de Troya y le trataron como loca – dijo Charles – hágalo
caso Madame Tinelli y siga de joda, What a wonderful world!.
Todo
aquello pico hondo en “Madame Tinelli” porque a las pocas horas de estar en
Buenos Aires, ya estaba aburrida, y deseaba una mega fiesta con sexo y drogas
al por mayor, una suerte de orgía al estilo de las antiguas bacanales de la
antigua Roma, como en los tiempos paganos, y tras ver unas fotos en google,
hasta se imaginó una gran fiesta con sátiros y faunos que sirvieran para tener
sexo desenfrenado, desesperadamente,
llamó a su hermana, y le propuso una mega fiesta.
Su
hermana, Candelaria, aceptó de buena gana, y juntas resolvieron que la fiesta
fuera semi privada, para evitar difusiones mediáticas que estuvieran de más, e
invitarían a cinco amigas cada una. Las amigas de Micaela invitadas se llamaban
Brenda, Chechu, Julieta, Zaira y Gimena; las amigas de Candelaria eran Wanda,
Vicky, Cinthia, Pía y Natalia. Cualquier similitud con otros personajes, pura
coincidencia.
Dinero
sobraba y no tuvieron problemas en contratar drogas y bebidas al por mayor, eso
sí resolvieron que ninguna iría con su esposo, novio o pareja, por el
contrario, Barkley, que estaba al tanto de todo, les ofreció el servicio de la “Paul
Toombes Agency” para proveer de chicos sexuales y strippers.
Barkley
se encargó de hacer de chofer y de llevar, en varios viajes por supuesto, a
Micaela, a Candelaria, y las invitadas a la fiesta, para la cual alquilaron una
vieja casona ubicada en la estancia “Los Carlos”, un lugar muy retirado, ubicado
unos 170 kms de Buenos Aires, cerca de la desembocadura de los ríos Salado y
Samborombón.
-
Los
Carlos – murmuró Micaela – Carlos, que nombre tan pedorro.
-
Nombre
de viejo violador – le contestó su hermana.
Barkley
las miró a ambas y contestó:
-
What
a wonderful world!
Charles Barkley admiraba mucho a Louis Armstrong, por el solo hecho de ser negro.
Así
ocurrió que cuando las doce chicas, Micaela, Candelaria y las diez invitadas
estaban dentro de la casona, se dieron cuenta, que no tenían sirvientes para
que les sirvieran y empezar la festichola.
-
¡Esta
todo preparado, niñas! – les dijo Barkley.
Y
en ese ingresaron a la casa una docena de faunos, sí faunos y sátiros, que
aunque se parecen no es lo mismo (1), como el Dios Pan de la mitología, con
bandejas llenas de placeres para “las niñas”, no solo comida y bebida, también
porros, lo que ocurrió entonces fue una diversión total, al estilo de las
orgías de los tiempos de Calígula o Nerón, en medio de alcohol y drogas al por
mayor, los faunos no solo servían a las niñas, sino que también comenzaron a
coger con ellas, sexo de gran nivel, toqueteos, chupadas de pijas, tetas,
conchas, culos, penetraciones por adelante, por atrás, menage a trois, todo lo
que podamos imaginar, todo a una escala mayúscula, algo sublime y espectacular.
Vale
una aclaración, lo que no hubo de ninguna manera fue fetichismo de pies de
ninguna clase ni especie, no es una característica de los sátiros ni de los
faunos, eso es patrimonio exclusivo de los Quesones.
Tras
semejante fiesta sexual, “las niñas” (que de niñas no tienen nada por cierto),
quedaron exhaustas, convertidas en auténticas piltrafas humanas, ya no daban
más, los sátiros y faunos se retiraron tras misteriosamente como habían
llegado, y desaparecieron. Ya era la medianoche y se cortó la luz. Tuvieron que
salir afuera donde había un fogón que daba luz para no estar a oscuras, y al
mismo tratar de tomar algo de aire, ante el cansancio en el que estaban. Cansadas
pero eufóricas y divertidas: nunca la habían pasado tan bien. Se reunieron
alrededor del fogón, que estaba cerca de una piscina.
De
repente, comenzó a escucharse el ruido de un helicóptero, y efectivamente, un helicóptero
se acerco al lugar, tan cerca, que las chicas se asustaron un poco, pero del helicóptero…
¡Llovieron Quesos! Dos docenas de grandes Quesos, esos Quesos de grandes
agujeros, Emmenthal y Gruyere, los Quesos estaban cortados por la mitad, de tal
manera que se veían los agujeros, suculentos y voluminosos agujeros.
-
¡Llueven
Quesos! ¡Qué locas que estamos! – gritó Micaela.
-
¡Pero
que bien que la pasamos con los faunos, cuanta elegancia y sutileza que
tuvieron con el sexo! – dijo Candelaria.
-
A mí
me tocó con unos sátiros, que son más violentos, y a veces desagradables, igual
la pase muy bien – replicó Micaela.
-
¿Cómo
se explica esto de los Quesos? ¡Qué locura! – dijo Micaela.
-
No
tiene explicación, ¡Volvió la luz! ¡Vamos a la casa!
Y
regresaron entonces a la casa, para su sorpresa, había allí dos hombres muy
altos, muy altos, de dos metros cada uno (y algo más también), y dotados de enormes,
gigantescos y olorosos pies, debían calzar un cincuenta y dos cada uno, tenían
pinta de basquetbolistas.
-
¡Son
los strippers! – dijo Micaela.
-
Somos
basquetbolistas, yo soy Carlos Delfino, de la Generación Dorada, el es Carlos
Matías Sandes, de la Liga Nacional – dijo Carlos Delfino, uno de los dos
basquetbolistas, al presentarse.
-
Che
Carlos – dijo algo molesto Sandes – te jactas de ser de la generación dorada y
me tratas como un gil de la Liga Nacional, ¿Qué te pasa, Lancha?
-
Ja,
ja, ja, no te enojes, para un Carlos nada mejor que otro Carlos.
-
Y
para un Quesón nada mejor que otro Quesón.
Los
dos basquetbolistas no estaban preparados para ser strippers, pero dada la
situación improvisaron un show a su manera, que consistía en acercas sus pies a
las chicas, y estas los chupaban, lamían, besaban y olían, una y otra vez, la
fiesta de los pies, fue intensa, las chicas fueron sometidas a los pies de los
dos basquetbolistas. Como por arte de magia, los Quesos que estaban afuera,
aparecieron todos adentro, y en medio de aquella fiesta de los pies Quesones,
muy olorosos por cierto, los dos basquetbolistas fueron tirando los Quesos a
las chicas.
-
¡Esto
de los pies fue sublime! – dijo Micaela – jamás imaginé que iba a disfrutar
tanto del olor a Queso.
-
Sus
Quesos apestan – señaló Candelaria – pero queremos sexo, los faunos nos dejaron
hecha bolsa, pero no importa, queremos más.
-
Perfecto
– dijo Carlos Delfino – pero hagamos dos grupos, uno para mi amigo Carlos
Matías Sandes y otro para mí.
-
Yo
quiero a Sandes – dijo Candelaria – y las amigas que yo convoqué (Wanda, Vicky,
Cinthia, Pía y Natalia) que queden en ese grupo, las demás con el otro, con
Delfino.
A
Carlos Delfino mucha gracia no le hizo aquel comentario de Candelaria pero
dijo:
-
Si están
todas de acuerdo hagamoslo así.
La
aprobación fue total, Delfino le dijo a Sandes en el oído:
-
Quesoneala
bien, Carlos, parece que lo quería hacer con vos.
-
Ja,
ja, ja – río Sandes – no te enojes Carlos, yo tengo seis minas y vos otras
seis.
Entonces
la fiesta sexual continuó sin restricciones de ningún tipo, cada Quesón se
reunió con su grupo, y tuvieron sexo de alto nivel, eran seis para cada uno, se
dice que mientras uno cogía a una con el pene, a otras dos las cogía con los
pies, mientras que las tres que quedaban afuera se divertían entre ellas con relaciones
lésbicas de todo tipo, al menos por un rato, hasta que regresaron los faunos,
que otra vez participaron de todo aquello, y se sumaron a coger con las chicas
que esperaban su turno para coger con los Quesones.
La
luz del amanecer iba apareciendo lentamente en el horizonte, las chicas
quedaron exhaustas una vez más, estaban cansadas, piltrafas, casi muertas, los
Quesones en cambio seguían con una potencia sexual de envergadura, aunque para
mantenerla debieron comer mucho Queso, en efecto, cada uno se comió como el
equivalente a tres hormas gigantescas de Queso Emmenthal o Gruyere (2).
Los
Faunos ya no estaban, con la finalización de la noche aparecieron los Monzones,
una docena de hombres exactamente iguales a Carlos Monzón versión 1974, cuando
el boxeador (y asesino) filmó “La Mary” con Susana Giménez.
Vestidos como
basquetbolistas, los dos Carlos se retiraron del salón, y cada uno fue a un
cuarto diferente, dijeron:
-
La
diversión no terminó, niñas, ahora las esperamos en un cuarto, yo iré al cuarto
de la izquierda, Carlos Delfino al de la derecha, las llamaremos de a una,
vayan pasando, estimadas niñas – les aclaró Carlos Matías Sandes.
Y
así ocurrió, Carlos Delfino entró al cuarto de la derecha, se cambió los
guantes negros, estiró las manos, y agarró una katana; en el cuarto de la
izquierda, Carlos Matías Sandes se cambió los guantes negros y agarró un
machete, tanto uno como el otro, tenían una docena de Quesos a su disposición,
en cada cuarto. Cada Quesón salió a la puerta del cuarto y como un médico
llaman a los pacientes a su consultorio, llamaron a las chicas.
-
Wanda
– dijo Carlos Matías Sandes.
-
Brenda
– dijo Carlos Delfino.
Wanda acudió al
llamado de Sandes, Brenda al de Delfino, cada Quesón repitió el ritual. Una
dupla de Monzones acompañó a cada chica al cuarto correspondiente.
-
Ponete
aca – decían, y las chicas obedecían, otra vez las sometían brevemente al juego
de los pies, las chicas olían aquellos gigantescos y olorosos pies, el olor era
una suerte de anestesia que las preparaba para afrontar lo que se venía.
Cumplido
el ritual de los pies, entonces Sandes blandía el machete y Delfino, la katana,
las colocaban sobre el cuello de las mujeres, que sentían el frío del arma
blanca, y como fríos y certeros asesinos que cumplen su trabajo, al estilo de
verdugos medievales, ¡raaaaaaajjjjjjjjjjjjj! les cortaban la cabeza.
-
Queso
– dijo Carlos Matías Sandes mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de la
decapitada Wanda.
-
Queso
– dijo Carlos Delfino mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de la
decapitada Brenda.
En
cada cuarto, los Monzones tomaban el cadáver de la chica asesinada, en una
cesta chica metían la cabeza y en otra cesta, muy grande, el cadáver decapitado,
todo detrás de una cortina, para que la próxima chica en ser llamada no viera
la suerte que corrió la anterior.
Y así los Quesones
fueron llamando una por una, repitiendo el ritual en forma exacta, Vicky,
Cinthia, Pía y Natalia por el lado de Sandes; Chechu, Julieta, Zaira y Gimena
por el lado de Delfino, cada Quesón se tomaba más o menos el mismo tiempo en
cometer el asesinato, de modo tal, que salían al mismo tiempo a llamar a la
siguiente.
-
Queso,
Queso, Queso, Queso – habían dicho Carlos Delfino y Carlos Matías Sandes
mientras tiraba los Quesos sobre los decapitados cadáveres de cada una de sus
víctimas.
Candelaria y
Micaela estaban impacientes, quedaron últimas en los turnos.
-
La
puta madre – dijo Candelaria – nos dejaron para la última. Cuando entremos ya
todas disfrutaron del sexo con estos Carlos.
-
Y
habíamos dicho que Carlos era un nombre pedorro, mira lo que son estos tipos. Y
esos Monzones deben ser algo espectacular.
-
Los
Faunos fueron excelentes, nos dieron sexo a lo grande, con suavidad y estilo,
diez puntos, pero tengo la sensación que no se llamaban Carlos.
-
No,
no jugaron a los pies, pero como cogieron, que placer nos dieron.
Por fin, Carlos
Delfino y Carlos Matías Sandes salieron a llamar a sus últimas víctimas.
-
Candelaria
Tinelli – dijo Carlos Matías Sandes.
-
Micaela
Tinelli – dijo Carlos Delfino.
Noten que era a
las únicas a las que las llamaron por nombre y apellido, a las otras solo por
el nombre. Los Monzones condujeron a cada una a la habitación correspondiente.
Candelaria
entró a la de Carlos Matías Sandes, no vio a sus amigas, y los Monzones ya
habían limpiado la sangre.
-
¿Y las
chicas?
-
Primero
sométete a mis Quesos, estimada Candelaria – le dijo Carlos Matías Sandes.
-
Lo
haré con gusto – dijo Candelaria.
Y eso fue lo que
hizo, someterse a los pies de Sandes, tras olerlos con intensidad, volvió a
preguntar.
-
¿Y
las chicas?
-
Aca
las tenes.
-
¡Noooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
– gritó de terror Candelaria, al ver sobre una mesa, con un gran Queso, las
cinco cabezas decapitadas de sus amigas.
-
Ahora
llegó tu turno – dijo Carlos Matías Sandes mientras levantaba el machete.
¡Raaaaaaaaaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj!
Y le cortó la cabeza, tras rozar el cuello con el arma, el golpe fue seco y
contundente.
-
Queso
– dijo Carlos Matías Sandes.
En
la otra habitación el panorama fue similar, a Micaela le llamó la atención no
ver a sus amigas, y los Monzones ya habían limpiado la sangre.
-
¿Y las
chicas?
-
Primero
sométete a mis Quesos, estimada Micaela – le dijo Carlos Delfino.
-
Me
encantará hacerlo – dijo Micaela.
Y
eso fue lo que hizo, someterse a los pies de Delfino, tras olerlos con
intensidad, volvió a preguntar.
-
¿Y
las chicas?
-
Aca
las tenes.
-
¡Noooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
– gritó de terror Micaela, al ver sobre una mesa, con un gran Queso, las cinco
cabezas decapitadas de sus amigas.
-
Ahora
llegó tu turno – dijo Carlos Delfino mientras levantaba la katana.
¡Raaaaaaaaaaaaaajjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj!
Y le cortó la cabeza, tras rozar el cuello con el arma, el golpe fue seco y
contundente.
-
Queso
– dijo Carlos Delfino.
En
ambas habitaciones, los Monzones limpiaron la escena del crimen con gran
rapidez, guardaron una muestra de la sangre de la chica asesinada, metieron
todas las cabezas en la cesta más chica, y los cuerpos decapitados en la otra.
Carlos
Delfino y Carlos Matías Sandes dieron por terminada la tarea, muy contentos,
aunque algo cansados. Antes de ir a dormir algo, para retornar después a sus
hogares, Barkley les sirvió un desayuno “Quesón”, un café con leche con
tostadas de Queso, untadas con Queso.
-
Qué
manera de asesinar minas – dijo Carlos Matías Sandes – no paramos nunca,
siempre tiramos Quesos.
-
Yo
ya estoy por alcanzar a Carlos Bossio en cantidad de mujeres asesinadas, más de
mil doscientas, y el empezó a asesinar seis años antes que yo, es más tengo que
revisar bien los números, creo que con esta media docena de hoy ya lo superé –
dijo Delfino.
-
Pero
vos empezaste a los diecisiete, el ya tenía veinte creo.
-
Diecisiete
años, ocho meses y veinticinco días, el 24 de mayo de 2000, ese día asesiné por
primera vez, y ya no pude dejar de asesinar. Era un miércoles, degollé a una profesora,
el domingo asesiné por segunda vez, degollé a la presidenta del centro de
estudiantes, y ya no pude parar. Vos empezaste a asesinar tarde, como te
negabas a unirte al club.
-
Viví
equivocado mucho tiempo, pero bueno, ya está, creo que el error esta reparado,
quizás tenga que cometer varios asesinatos múltiples para poder alcanzarlos a
ustedes, yo creo que estoy en unas quinientas víctimas, más o menos, en ocho
años, es un buen número.
-
Bueno,
pero te fifas a Dumitrescu, eso es algo muy bueno.
-
Cuando
ya la conocí en las calles de Madrid era una anciana de trescientos años, ahora
es una mujer esplendorosa. Y lo será por mucho tiempo, con toda la sangre que le
enviamos hoy, decapitamos a estas chicas, como ella nos pidió.
-
Que
la usen para un buen fin, que no se la regalen a la reptiliana. Qué bueno que
ayudó Charles Barkley.
-
Se
nota que le tiene mucha lealtad a la causa para que aca haya sido un simple
colaborador, un colaborador de segundo orden, en Estados Unidos es un gran
Quesón.
-
Lo
sé, yo jugué mucho en la NBA, se lo gran Quesón que es, y es otros
basquetbolistas, Karl Malone, Carlos Boozer, Charlie Villanueva y el
puertorriqueño Carlos Arroyo, allá podes asesinar cuatro, cinco minas por
semana, no pasa nada.
-
Y
ahora hay otro Quesón muy interesante, Karl Anthony Towns, mide 2,13 metros,
debe calzar como sesenta.
-
Me
han hablado de el, no lo conozco personalmente.
-
Tengo
entendido que cuando pase lo que va a pasar ahora, Dumitrescu quiere organizar
una gran fiesta con todos los Quesones del Basquet a nivel mundial.
-
Esperemos,
necesitamos un evento así – señaló Carlos Delfino.
Mientras
tanto, los Monzones seleccionaron bien el material y enviaron todo a Londres, a
Dumitrescu, eran tres cajas, una pequeña con las muestras de sangre de las doce
asesinadas, otras más grande, con las cabezas de la docena de chicas
asesinadas, y otra muy grande, con los cadáveres decapitados, todo clasificado,
limpio y ordenado como correspondía. Cargaron todo en un modesto yate que salió
de una zona cercana de San Clemente del Tuyú y lo embarcaron en el “King
Charles”, con la supervisión de Míster Barkley.
Así
finaliza nuestra historia, Charles Barkley tras supervisar el envío, se
convirtió en un simple chofer, y condujo a Carlos Delfino al aeropuerto, que
tomó uno de los últimos aviones que salió a Italia antes del problema actual, y
luego de dejar a Carlos Matías Sandes en su departamento de Caballito, el mismo
Barkley regresó al aeropuerto para tomar un avión a los Estados Unidos, ya
contaremos algunos asesinatos de este gran Quesón yanqui, por ahora finaliza
este cuento, diciendo como siempre la misma palabra: Queso.
(1) Los sátiros en realidad son criaturas
míticas presentes en la antigua cultura y literatura griega. A menudo se les
describe como mitad hombre y mitad cabra. Solían ser desagradables para algunas personas
u otras criaturas. Por otro lado, los faunos se describen como seres con más
finura, estilo, gracia y elegancia.
(2) De esta manera se aclara algo referente
porque los Quesones rinden tan bien en el sexo, el Queso, en grandes
cantidades, es un gran estimulante sexual.
Nota de Carlos Quesón: las víctimas no son clones, son chicas amigas de las dos víctimas principales que simplemente se llamaban igual a otras víctimas anteriores de los asesinos, les hemos puesto su mismo rostro, a modo de homenaje (a los Quesones y las Quesoneadas)
ARTE QUESÓN EN SU MÁXIMO ESPLENDOR
El cuadro total, con los dos asesinos, y las doce víctimas, los pies de los asesinos, como símbolo de la dominación y sumisión, abajo las víctimas, solo visibles en sus cabezas, pues todas fueron decapitadas, atrás el Queso, y arriba, las dos armas homicidas: el machete y la katana
Carlos Matías Sandes, el asesino, con sus cinco victimas "colaterales"
Carlos Delfino con Micaela Tinelli, su víctima principal
Carlos Matías Sandes con Candelaria Tinelli, su víctima principal
El cuadro que simboliza las seis víctimas de Carlos Sandes: el machete que decapita a todas las minas, el pie como símbolo de dominación y sumisión, y el Queso, atrás, que todas sus víctimas recibirán
Carlos Delfino, el asesino, con sus cinco victimas "colaterales"
El cuadro que simboliza las seis víctimas de Carlos Delfino: la katana que decapita a todas las minas, el pie como símbolo de dominación y sumisión, y el Queso, atrás, que todas sus víctimas recibirán
SUBLIME MAESTRO (COMO SIEMPRE) PERO QUE VUELVA EL COMISARIO MIGUEL A LOS RELATOS QUESONES
ResponderBorrarestas dos satrapas merecían el Queso, sin duda, y Sandes y Delfino siempre son sanguinarios e implacables, ahora sabemos que aguantan tanto porque comen Queso, buena revelación
ResponderBorrarla verdad me gusto mucho, es un clásico quesón en esencia pura, la conspiración es muy grande sin duda, siempre se nota que Sandes y Delfino son tus Quesones favoritos (antes era Carlos Bossio pero ahora no tanto), lo único para criticar es que Charles Barkley esta desaprovechado, se limita a ser un sirviente, salvo que lo hagas para desarrollarlo mejor en un futuro relato (quizás hizo algo que molesto a Dumitrescu o no respeto algún pacto y lo "descendieron"), si fuera la vieja Taringa te daba cientos de puntos
ResponderBorrarMe gusta idea de que molestó a la Lady. Tal vez querer asesinar a una Carla, Charlize, Charlotte.
BorrarPero en el pasado pudo haber eliminado a las actrices de esta serie, luego de la última temporada, en el 2012.
https://es.wikipedia.org/wiki/Desperate_Housewives
ahora también sos crítico de arte que analizas los dibujos de fotoshop que haces?
ResponderBorrarla historia aunque es siempre lo mismo, esta buena, y las imágenes también
Sandes tiene el pie más grande que Delfino si nos guiamos por las imágenes
ResponderBorraro será un efecto optico nada más?
no cabe duda que todos los integrantes de la familia Tinelli merecen recibir un Queso, son la representacion viviente de todos los pecados capitales, el mal absoluto, por eso, bienvenido estos Quesos
ResponderBorrarya que te gustan los relatos retros podes hacer uno con Paula Robles en los 90 con Carlos Bossio como asesino, que ya asesinó a varias Paulas me parece
son una basura, pero lo del mal absoluto es mucho ja ja ja
Borrarme comería el Queso que pones en las imagenes, debe ser riquisimo, sobre todo en estos tiempos tan duros
ResponderBorrarotra epopeya de los Quesones, ahora hace uno con Bossio y Lobbe juntos, la víctima ni idea, no se si les da esta para estos crímenes masivos, ellos prefieren algo más íntimo, coincido con un comentario de arriba, desaprovechaste a Barkley, pero se aclara que es un gran Quesón, lo cual esta muy bien
ResponderBorraryo propongo a Romina Pereiro como víctima, es cocinera, puede criticar al Queso, y ahí los Quesones van por ella, creo que ya fue propuesta, también podría ser asesinada Narda Lepes, es fea, no es el target que los Quesones suelen asesinar, a ellos les gusta asesinar la belleza, pero bueno si la tienen que matar por algo, no creo que se nieguen
BorrarMe sumo a esa sugerencia. Incluso se casó con Jorge Rial. O se habría casado, de no haber sido quesoneado por Ravelia la rubia.
BorrarNarda Lepes podría ser. Que la Santillana de Telenoche se lo ordene a Pagni, de cual el cronista ha contado que le gusta ser humillado. Y que la Santillana le diga:-Eso te pasa por matar a las hermanitas clones fallidas.
Narda Lepes también podría ser para Sandes, como una especie de multa, por se tan apresurado. Por lo de Mora Godoy, que podría haber sido cómplice, y por Carla Romanini, que esperamos que haya sido una clon.
BorrarXimena Sáez Vs Jimena Monteverde. Desafío de cocineras en Celebrity Deatmatch.
de acuerdo con la idea, hay que insistirle a Carlos Quesón que escriba algún relato con Celebrity Deatmatch
Borrarme olvidaba, eso de los Quesos que caen de un helicoptero, que ya lo usastes en el Asesino de Lucía Celasco (también con Carlos Delfino) es un buen recurso, sacado del tema del lechón en el verano, lo volvistes a repetir, te plagiaste a si mismo, algo habitual en tus relatos, pero te salió bien, esa intervención de Leia al principio no podrían haberlo hecho las Santillanas? una aparición de estas gaturras hubiera estado bien
ResponderBorrarParece que tienen sus fans.
BorrarLas Santillanas podrían haber estado en lugar de los clones de Monzón. Y si hay clones de Monzón, podría haber clones de Carla Romanini. Una de ellas, descontrolada, pudo haber sido quien se enfrentó con Sandes. Poniendo la evidencia las intenciones de la original, valiéndole un castigo no letal, como el tener que complacer a un muggle, sin matarlo.
dos bagayos que se le dan de bellezas, las amigas si estaban buenas
ResponderBorrarque lastima que mis viejos no me pusieron Carlos, tendrías las mejores minas, aunque tendría que comer mucho queso a cambio
ResponderBorrartengo una agencia? ahora que lo volvi a leer, me di cuenta, bien ahí
ResponderBorrarCreo que Tineli se va a enojar. Y es alguien que ha estado colaborando, con Bailando con un queso. Antes la esposa y ahora las hijas. Salvo que no le importe. Entonces, pueden matar a Carla Robles.
ResponderBorrarEl relato tuvo su morbo, aunque no hayan estado las Santillanas.
Por otro lado, Delfino y Sandes están un poco fuera de control. Delfino le contestó mal a la Marquesa de Avila. Y Sandes hizo algo cuestionable, como liquidar a la Carla preferido de algunos, que esperamos haya sido una clon. En algún momento, se extralimita.
Es curioso que Carlos Roa anunció algo del fin del mundo, últimos días en El asesino de Cristina Pérez.
Y es una curiosa coincidencia lo del viaje de Lady Dumitrescu, poco antes de la pandemia. Que incluso afectó al primer ministro.
Quedan modelos como Linda Evangelista y Naomi Campbell.
No es Carla, es Paula Robles. Y sí, se merece un queso. Que sea para Carlos Bernal.
BorrarQue Paula se crea que está protegida. Pero se de cuanta muy tarde, cuando Tineli le dedique un especial Chau chau Chauuu,
que par de asesinos, asesinan tan bien como juegan al basquet
ResponderBorrarMe quedé pensando de dónde salieron los sátiros jajaja primero pensé que fueron efectos de las drogas. Y no pude evitar reírme con Madame Tinelli, la verdad que esta vez las víctimas se merecían morir quesoneadas por el comentario despectivo hacía el nombre Carlos. Ni se merecían probar los quesos así que en ese sentido los asesinos fueron buenos. Brutal la parte de la matanza y me excitó que utilizarán el queso como una especie de Viagra. El final del desayuno estuvo bastante bueno ele dió un cierre original a película de terror y pudimos apreciar la conversación de los Carlitos y sus asesinatos. Deben ser dos sementales estos básquetbolistas otro excelente relato de un gran Carlos
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