La asesina de David Kavlin


La imagen de la primera versión de "La Asesina de David Kavlin"

David Kavlin era un conocido periodista, dotado de un par de buenos y grandes pies talle 44. Esos pies se habían popularizado gracias a una cuenta de twitter e instagram llamada "Pies Masculinos" donde David publicaba fotos de sus pies, una y otra vez. Esta se corría el rumor que el propio Kavlin era quien manejaba las páginas, una información que era falsa, aunque creíble. Ravelia, la Quesona, la temible asesina de hombres, era una gran fan de esas cuentas de redes sociales y se había enamorado de los pies de David Kavlin.
Un dia le mandó un mensaje a Kavlin, por privado, vía Twitter:
- ¿Cuanto calzas? - le preguntó la Quesona.
- 44 - fue la respuesta de David.



Comenzaron a hablar de los pies, del fetichismo, y David no dudó en llamar a Ravelia para hacer una entrevista radial. A David le causaba gracia el apodo de la chica, "la Quesona". Concertaron un encuentro face to face, o mejor dicho, feet to feet.
Grande fue la sorpresa de David al verificar que la periodista era igual a Valeria Mazza, la top model que había sido asesinada por Carlos Delfino.
- No lo puedo creer - dijo David - sos igualita.
- Eso dicen todos - dijo Ravelia - mira mis pies también, tengo que mostrártelos - y así lo hizo.
Entonces, en ese momento, Kavlin le dijo a Ravelia:
-         Qué lindos pies que tenés.
-         ¿Los querés probar?
-         ¿Me estás hablando en serio?
-         Claro.


La chica entonces le dio a probar sus pies a Kavlin. David los olió, lamió, besó y chupó. Tenían olor perfume francés, acorde con el toque de distinción y suavidad de una bella mujer.
Cuando terminó, David puso sus pies descalzos sobre la mesa y le dijo a Ravelia:
-         ¿Querés oler mis pies?
-         Bueno – la chica entonces olió, lamió, besó y chupó los pies de David. 
La verdad que no le gustaron. David era judío, y Ravelia lo iba a notar.
-         No tenés olor a Queso, David. Se nota que sos judío. Insípido e incoloro.

-         Soy limpio, nena, mis pies no huelen a Queso. Además no te metas con mis orígenes israelitas.
- Tenes razón, me equivoqué- dijo Ravelia - tengamos sexo y todo quedará olvidado.
Así fue que apenas unos minutos despues, Kavlin le chupó las tetas, la vagina y el culo a Ravelia, ella le hizo una fellatio, y luego tuvieron sexo, a alto nivel, quizás a Ravelia le había desilusionado el olor de los pies de David, pero no ocurrió lo mismo con el sexo.



- Que goce y satisfacción me distes - dijo David, exhausto.
Mientras decía esto y sin que David se diera cuenta, la Quesona tomó un revolver con silenciador, y en un rápido movimiento, apuntó al muchacho, y le dijo:
-         Sos Quesudo. Si no sos un Queson, morirás.
La Quesona entonces disparó. El balazo impactó directamente en la frente de David, que cayó muerto sobre su silla. No hicieron falta más disparos.
Al terminar la asesina abrió una cartera, guardó el arma en ella y tras sacar de la misma un Queso, lo tiró sobre el cadáver de su víctima. Mientras hacía esto, dijo en voz alta:
-         David Kavlin. #Queso.
Tomó los zapatos talle 44 de su víctima y se los llevó como trofeo, para exhibirlos en su vitrina con los zapatos y zapatillas de todos los hombres a los que había asesinado.



Comentarios

  1. la idea del cuento es buena, pero es como que la historia no termina de desarrollarse, es solo un enunciado de buenas intenciones

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  2. buen asesinato, mostrar los pies a David Kavlin le costó la vida

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