Seis Quesos y Seis Quesoneados de Carla, la Quesona Asesina
El conocido músico Santiago “Chano” Moreno Charpentier, ex Tan Biónica, se encontraba haciendo lo único que puede y saber hacer: consumir drogas. Estaba tirado en el piso de su departamento, después de inyectarse y de fumar de todo, viendo toda clase de alucinaciones a su alrededor, por ejemplo imaginaba frente a el una pantalla de cine donde proyectaban una película. En la misma, se descubría que Superman se llamaba en realidad Carlos (Kal-El es el equivalente de Carlos en Krypton) y dado que era Quesón, asesinaba a la Mujer Maravilla, entre otras cosas.
- Fue como asesinar a Matías Fioretti, como me gusta asesinar a estos tipos - dijo Carla en voz alta.
De baja estatura (1,68), el futbolista Matias Defederico alcanzó más notoriedad por haber estado casado con Cinthia Fernández que por su mediocre trayectoria futbolística, que incluyó equipos como Huracán, Independiente, Nueva Chicago y Agropecuario de Carlos Casares, en todos con un nivel pobre, además de otras instituciones, como el Corinthians de Brasil, Al Dhafra de Dubai, el Eskişehirspor de Turquía y la Universidad Católica de Ecuador.
Alejandro Lacroix (se pronuncia “Lacrua”) es un DJ de gran fama, con una más que importante notoriedad. “Me defino como un “entrepreneur”. Me identifico con todas esas actividades, soy todo eso, me define. Soy dj, modelo, gastronómico, padre, conductor. Me siento muy cómodo cuando hago cada una de ellas, todas forman parte de mi vida y hacen que sea quién soy” así se presentó el mismo día en una entrevista.
En la época en que aún había fiestas y reuniones sociales, o en una realidad paralela donde eso aún existe, o en una reunión clandestina que desafía al aislamiento obligatorio, lo que cada uno prefiera, ocurrió esto que les voy a contar ahora.
La modelo Carla Romanini concurrió a una de esas reuniones, la bella y rubia asesina estaba muy contenta pues se reencontró con muchas amigas a las que hacía tiempo que no veía. Recordó viejas anécdotas, se reía más de lo habitual y ya estaba con algunas copas de más, encima, las copas se notaban más pues casi no comía, y el alcohol tiene más efecto cuando el estómago esta vacío.
En algún momento, Carla notó que un muchacho alto, con aspecto de deportista, dotado de buenos pies, y un cuerpo muy espigado, se acercó a ella.
- Hola, ¿Vos sos Carla, no? ¡La novia de Emilio Di Marco!
- Sí, soy yo – contestó Carla, al mismo tiempo, que tembló al escuchar el nombre de su novio, al que había asesinado de numerosas puñaladas, al que le había tirado un Queso, y del que tenía el cadáver embalsamado en su departamento - ¿Vos quien sos? ¿De donde te conozco? La verdad no me acuerdo – mientras decía esto, con algún dejo de desprecio, Carla pensó “¿Y este Queso de donde salió?”.
- Soy Luciano De Cecco, jugador de vóley, juego en la selección y en la liga italiana. ¿No me recordas? Compartimos una fiesta, un casamiento, recuerdo, que nos divertimos mucho. ¿Y tu novio?
- Sí, puede ser, la verdad que concurró a muchas fiestas, mi novio esta en un viaje espiritual recorriendo el continente asiático – dijo Carla, mientras pensaba “en realidad lo asesiné a cuchillazos y tengo su cuerpo embalsamado” – pero que alto y patón que sos, pibe, ¿Luciano tu nombre?
- Sí, ja, ja, soy alto, sí, 1,94 metros, y buenos pies, buenos pies.
- Me gustaría ver esos pies – dijo Carla, mientras pensaba “No tenía intención de asesinar a nadie hoy, vine a una fiesta, pero este chabón vino solo ante mí, y soy una asesina, una depredadora a la que no se le escapa ninguna presa”.
- ¿En serio queres ver mis pies?
- Sí, pero no aca, en medio de todos. Decime un lugar.
- Bueno, Carla, te espero en el hotel donde me alojó. Desde aquella fiesta te tengo ganas, esa vez estuvimos a punto de hacerlo, estabas muy borracha, ja, ja, y como bailabas.
Carla no recordaba nada de aquella fiesta ni tampoco al voleibolista Luciano De Cecco, no sabía ni a cual se refería, aunque pensó que sí, que debía ser cierto eso de que estaba muy borracha, lo cierto es que después de ese encuentro, Carla ya no pudo disfrutar más de la reunión, estaba desconcentrada, y como la gran asesina que era solo podía pensar en De Cecco como su siguiente víctima. Se dio cuenta que el voleibolista ya no estaba en la fiesta, saludó a sus amigas, adujo un compromiso profesional que tenía al día siguiente a hora muy temprana, y se fue al hotel donde estaba el voleibolista.
Un hotel muy importante, donde otra Quesona Asesina, Carla Conte, había cometido varios asesinatos. Carla, como toda gran asesina, y como toda gran Quesona, llevó un bolso donde tenía las armas y los Quesos. No tuvo problemas en entrar al hotel y buscar la habitación señalada. Esa extraña impunidad que siempre tienen las Quesonas la acompañaba una vez más.
Carla estaba por tocar la puerta donde se encontraba Luciano De Cecco, cuando por el pasillo, apareció otro tipo, con toda la pinta de ser también jugador de vóley, aún más alto que De Cecco, este medía más de dos metros y era más patón.
- Hola piba – le dijo el chabón a Carla – Vos debes ser la rubia que va a pasar la noche con Luciano.
- Sí, soy yo – contestó Carla, mientras pensó “Que tipo desagradable, que asco me da” y le preguntó - ¿Y vos quien sos?
- Soy Pablo Crer, de la selección de vóley, campeón panamericano y olímpico de Londres de 2012.
- ¿Campeón Olímpico? – mientras decía esto, Carla pensó “Pablo, como Pablo Giménez, el que se hacía llamar Pablo Sinema, el productor de Guido Kaczka, otra de mis víctimas, otras de las que más recuerdo. A ese lo asesiné a balazos, algo poco habitual en mí, amante de los cuchillos”.
- No, participante, ja, ja, sí, soy campeón panamericano.
- ¿Cuánto medís?
- 2, 05 metros.
- Que alto que sos. Mira Pablito, ahora voy a encontrarme con Luciano, pero te prometo que cuando termine con el, sigo con vos.
- Te espero, ¿Cómo te llamas?
- Caaaaaaarrrrrlaaaaaaaaaaaaaa – dijo Carla.
- Que bello nombre, nombre de asesina, ja, ja – dijo Pablo.
- Sí, nombre de asesina – pensó Carla, mientras pensaba “creo que tendré que tirar dos Quesos dos, pero que tipo tan desagradable y repugnante este Pablo”.
Carla entró por fin a la habitación de Luciano De Cecco, el voleibolista la esperaba, casi desnudo, con un calzoncillo como única prenda.
- Hola Carla, te estaba esperando, sos hermosa, dale, haceme un streap tease.
- Con mucho gusto, Luciano.
Comenzó a sonar muy fuerte una música, primero la de “Nueve Semanas y Media”, despues rock pesado, temas de The Who, Led Zeppelin y Sex Pistols, la música a todo volumen, Carla se fue desnudando de a poco, ofreciendo un espectáculo digno de verse, mientras bailaba, le hacía cosquillas a Luciano, le chupaba los pies, agarró una botella de champagne y se la tiró completa al voleibolista, y mientras bailaba tomó un Queso, lo corto en cubos y se los iba tirando a Luciano, todo con mucha sensualidad, todo con mucho morbo, y entonces después de eso, Carla se zambulló en la cama y cogieron de una manera extraordinaria, Luciano quedó exhausto pero mu feliz, mientras se revolcaban en la cama, sintió como que Carla le daba mucha felicidad, un extasis de alto vuelto, algo extraordinario y único, pero que al mismo tiempo lo dejó sin fuerzas.
- Nunca la pasé mejor que hoy, sos algo fabuloso, Carla, pero me siento como si hubiera jugado veinticuatro horas seguidas al vóley.
- Ja, ja, ja – río Carla – y bueno, soy una gran amante, ja, ja.
- ¿Me dijiste que tu novio esta en un viaje espiritual?
- Eso le digo a la gilada, en realidad, mi novio esta muerto, asesinado, yo lo asesiné de numerosas puñaladas.
- ¿Qué estas diciendo Carla?
- Que lo asesiné de numerosas puñaladas – dijo Carla – de la misma manera en que te asesinaré a vos – y Carla, como salida de la nada, levantó un enorme cuchillo, que sostenía con sus guantes negros.
- ¡Noooooooooooooooooo! – gritó de terror Luciano De Cecco.
Carla entonces le asestó una brutal puñalada en el estomago, que le atravesó todo el cuerpo, luego una segunda, en el pecho, una tercera en el cuello, y así, le fue asestando puñalada tras puñalada, incluyendo cortes en los pies, las piernas y los brazos, hasta llegar a unas cincuenta y seis cuchilladas, una tras otra.
El cadáver de Luciano De Cecco, con las puñaladas y la sangre por todos lados, quedó en la cama, mientras Carla agarraba el Queso, otro de los Quesos que había llevado, un enorme Queso Emmenthal, y lo tiró sobre el cadáver del voleibolista.
- Queso – dijo Carla mientras tiraba el Queso – Luciano De Cecco.
Con total impunidad, la asesina se retiró del lugar del crimen, sabiendo que su obra estaba inconclusa. Tocó la puerta de la habitación donde estaba Pablo Crer. El otro voleibolista, el que medía 2,05 metros, la estaba esperando.
LA ASESINA DE PABLO CRER
- Hola Pablo – le dijo Carla – espero que la pasemos bien.
- Por supuesto, habrás hecho muy feliz a Luciano.
- Quedo muerto pobrecito – le dijo Carla.
- Ja, ja, ja, seguro yo tengo más aguante.
- Sí, seguro – le dijo Carla, mientras pensaba “que tipo desagradable”.
Esta vez Carla dejó el bolso a un costado, y comenzó un streap tease.
- No quiero streap tease, Carla, quiero cogerte – le dijo Pablo.
- Que tipo tan asqueroso – pensó Carla.
Resignada, interrumpió el streap tease y se zambulló en la cama, tal como sospechaba, Pablo era un amante asqueroso, cogieron y para el fue muy divertido, disfrutó mucho, ella lo hizo, digamos con profesionalismo y resignación, el hecho de pensar lo que iba a hacer momentos despues, le permitió pasar el trance de manera digamos digna, pero este Pablo le resultó un tipo de lo más asqueroso. Por momentos le hizo recordar a Matías Fioretti, el basquetbolista al que había asesinado con un machete, pero ese había sido un buen amante, este era un pelmazo.
- Gracias Carla, fue magnifico – dijo Pablo, al terminar, la cosa termino rápido, Carla le dio felicidad pero quería cortar lo antes posible.
- Hay otra sorpresa, pero para eso, tendrás que cerrar los ojos, Pablito.
- ¿En serio? – le preguntó Pablo -¿A ver?
Carla agarró una venda y se la puso a Pablo sobre los ojos. Este no veía nada. No vio que Carla se puso los guantes negros y del bolso sacó una espada, sí, una espada, y se acercó a el, puso la espada sobre el cuello de Pablo, que empezó a sentir el roce frío del filo de la espada.
- ¿Qué es esto, Carla? – preguntó Pablo, mientras sentía la espada sobre su cuello, con los ojos vendados.
- Lo dijiste hace un rato, cuando nos encontramos en el pasillo, ¿No te acordas? Carla, nombre de asesina.
- Sí, Carla – dijo Pablo Crer – Carla, nombre de asesina.
- Y en este caso de decapitadora de hombres, sos un tipo muy desagradable Pablo Crer, morirás ajusticiado como los villanos en otros siglos, ¡Te cortaré la cabeza!
- ¡Nooooooooooooooooo! – gritó aterrorizado Pablo Crer.
Carla entonces blandió la espada y le asestó una profunda herida en el cuello a Pablo, otra segunda herida y con la tercera, le arrancó la cabeza. No hubo más heridas. Carla contempló el cadáver de su víctima, decapitado, y le tiró el Queso, otro gran Queso Emmenthal.
- Queso – dijo Carla Romanini – Pablo Crer.
La asesina se fue del lugar del crimen, con la impunidad que suele rodearla, mientras se iba, se dio cuenta que unos empleados de limpieza, todos clones de Pablo Giménez (o Pablo Sinema), el productor de Guido Kaczka, que limpiaron las escenas de los dos asesinatos. Carla regresó a su departamento y colocó los nombres de sus dos nuevas víctimas en el mural que tenía.
- ¿Quién será el próximo? – pensó Carla Romanini – no lo sé aún, lo que sí, es que me gustaría resucitar a mi novio Emilio Di Marco, al productor Pablo Giménez y al basquetbolista Matías Fioretti, ¿para qué? Para asesinarlos de vuelta, una y otra vez, ja, ja, soy Carla Romanini, la Quesona Rubia, la Quesona Asesina, asesina de hombres.
un relato breve, quizás repetitivo, Carla, la asesina, vuelve a asesinar a Matías, un basquetbolista, bajo la ducha, es repetido sí, pero las asesinas seriales repiten conductas, y esta asesina le encanta hacer esto, asesinarlos así, tirarles un Queso, y dejar que se inunde todo, pobre Matías Sesto, pero la asesina no perdona a nadie, y sí te llamas Matías, corres serio riesgo
ResponderBorrarun día uno de nosotros va a aparecer como víctima de esta asesina, yo paso, y no me llamo Matías, aclaro
ResponderBorrargooglee un poco, encontre un basquetbolista, medio jovencito, pero a esta Carla le gusta la sangre joven, Matías Solanas, y además, Matías Rossi, un automovilista, y no olvidemos al actor Matías Santoianni, y Matías Defederico, que podría ser considerado viudo de la quesoneada Cinthia Fernández, o sea que esta asesina tiene mucho material por delante, ja, ja, el cuento, aunque repetido, esta bueno, te dejaría tres puntos sobre cinco si tuviera que calificar
ResponderBorrar"pobre Matías Sesto" te compadeces de una víctima Carlos Quesón? hace poco también dijiste "pobre mina" en algún relato,
ResponderBorrarun queso para más Carla Romanini
ResponderBorrarsi el cuento justificaba las fotos de Carla entonces esta perfecto, ya que proponen víctimas, propongo a Matías Lammens
ResponderBorraren otro cuento de esta Carla, propongo que la asesina le este dando de comer Queso a su víctima, y mientras este mastica el Queso, le clava el cuchillo, y le dihga "lo siento pibe, pero soy una asesina"
ResponderBorrarEs como Psicosis, pero al revés. Es una asesina quien mata y un hombre es la víctima.
ResponderBorrarY antes le dio placer.
Lo de Matías Deferico puede ser una venganza frustrada. Al principio logra atraparla y la somete, lo que a ella no le afecta. Y aparecen un par de clones de ella como aliada. O justo llegan otras Carlas, porque tenían planeado reunirse.
Matías Santoiani. Ella le da una oportunidad, si suplica que lo deje vivir, como si fuera una ficción. Tiene tres oportunidades. Pero este Matías actúa mal.
Para Carla Rebecchi. Alguien irrumpe en el vestuario de las Leonas, buscando vengarse de Carla Rebecchi. Pero ella no está. Y se le da por la lujuria, al tomar como prisioneras a las jugadores. Puede ser que empiece a disfrutar, cuando llega Carla. Y game over.
En lo particular, veo que Carlos, el autor de todos estos cuentos, no sabe otra cosa que contar sobre asesinatos y quesos. Tiene un fetiche, no sé si narrativo o en su vida personal, sobre pies oliendo a queso. De tal manera que sus publicaciones me han llegado al aburrimiento. Ni siquiera es cuidadoso en la escritura, sólo escribe y tan pronto lo termina lo publica. Quería expresar mi opinión nada más, veo que a muchos les gusta.
ResponderBorrarEs una objeción, con cierto fundamento.
BorrarAunque se podría tener en cuenta que se trata de un blog de fanfictions, con la temática de sexo, que podría ser más descrito, y asesinatos. Los pies se han convertido en órganos sexuales extras. Tanto que los personajes pueden tener sexo simultáneamente con tres mujeres. Y lo del olor puede ser producto de un alto nivel de feromonas. Tan alto que tienen un efecto hipnótico en sus víctimas.
Las Carlas asesinas de los relato tienen algo de mujeres fatales.
Este relato es de los breves, otros más extendidos cuanta con elementos extras. Como vampiras que son las promotoras de los asesinatos, prolongan su existencia y se mantienen jóvenes bebiendo de las sangres de las víctimas. Las más admiradas por los lectores son Lady Dumitrescu y la Marquesa de Ávila.
Y hay cómplices, como las Santillanas. También está el tema de la clonación.
Y apareció lo de que los comentaristas aparezcan como personajes.
Relatos más prolongados.
El asesino de Daniela Cardone, El asesino de Kate Moss, El asesino de Jennifer López, Las asesinas de Pablo Cosentino.
¿Y porqué todos los asesinos de mujeres se llaman Carlos? ¿Tal vez el autor del blog sea el mismo un asesino? ¿Porqué los Quesos? ¿Un simple delirio por el arte quesero?
BorrarCreo que eso está explicado en la entrada que aparece en el blog, en la página principal.
BorrarFunciona bien que todos los asesinos tengan el mismo nombre. Y Carlos, con sus variaciones en distintos idiomas, es tan bueno como otros. Le da el sentido de que es como un destino al tener ese nombre. Y funciona porque es un nombre que tiene una versión femenina, Carla, que suena bien.
Debe haber algo más con el queso. Porque estoy viendo Scream Queens, serie en que una de las protagonista, la malvada Chanel escribe en una chica con exceso de peso, la palabra Cheese (queso).
Podría ser el relato La asesina de Diego Torres y el asesino de Debora Bello.
ResponderBorrarHerido por esta Carla, Diego Torres se lamentaría cantando. -Ay de miiií. Esta maldita...Caaaarla. Y ahí recibe un ataque mortal.
El cómplice podría ser Sandes o Schattmann.
La misión letal terminaría con sexo Carla-Carlos, respetando el pacto, un poco saciados por los asesinatos.
Una Carla o una Ravelia, para el detestable economista Javier Milei. Alguien que hizo llorar a Sol Pérez. Carlos Bossio la liquidó, sin dudar, pero no la hizo llorar, aunque sí suplicar.
ResponderBorrarOriginal relato de terror y asesinato... Me despistó lo del queso... Saludos cordiales, Rafa Núñez
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