Ocho Carlos y un Fauno para la Marquesa
En algún lugar de España, algunos dicen que en Aragón, otros dicen que en Castilla – La Mancha, y no falta quien diga que es en Castilla – León (lo que sí es seguro es que NO es en Catalunya), se encuentra un misterioso castillo medieval. La leyenda dice que ahí estuvo prisionera un tiempo la reina Juana la Loca antes de ser trasladada a Tordesillas, hace más de quinientos años. Lo cierto es que un castillo muy antiguo, al cual solo le llega por un camino de tierra, de difícil acceso, casi escondido en la espesura, pues el castillo se encuentra construido hacia abajo, de afuera, da la sensación de que el castillo se puede derrumbar en cualquier momento, pero de adentro, es una lujosa residencia, llena de confort y comodidades.
Allí reside la Marquesa de Avila, que a pesar de su apellido, no es oriunda de la ciudad de Avila, sino de Andalucía, más precisamente del muy sevillano barrio de Triana. Es Marquesa y es de Avila, no por linaje propio, sino por haber estado casada con un sujeto que a pesar de su origen noble, apoyó a la República, y era un ferviente republicano en los agitados años treinta.
Por ello, todas las noches, la Marquesa levantaba una copa, y en homenaje a aquel sujeto que la había hecho tan feliz y que había muerto en la guerra civil, decía, en voz alta:
- ¡Viva la República! ¡No pasarán! ¡Mueran los fascistas! ¡Viva la República!
Y aquel 14 de abril, un nuevo aniversario de la proclamación de la República, la Marquesa levantó la copa y dijo en voz alta aquella frase, pensando agregar aun más palabras, pero, sintió un horrible cansancio, como si sus fuerzas se agotaran de golpe, y se cayó rendida en la silla. Con muy pocas fuerzas, la Marquesa sintió como si todo le daba vueltas alrededor y un enorme sueño.
- ¡Paul! – gritó la Marquesa, y se desvaneció en la silla.
Un hombre, llamado Paul Toombes, vestido de mayordomo, igual a Paul Mc Cartney, versión 1964, apareció en el comedor y se sorprendió al ver a su ama desvanecida en la silla. La agarró y la llevó al dormitorio. La Marquesa quedó acostada, y durmió toda la noche. Al llegar el amanecer, la Marquesa se despertó.
Se sentía muy débil, pero aún con las pocas fuerzas que tenía, pudo levantarse, y avanzando muy despacio, se miró al espejo. ¡Ahí se vio como una anciana decrepita! ¡Ya no era la mujer joven y vital de unos treinta años del día anterior!
- ¡Paul! – gritó la Marquesa, y el mayordomo no tardó en llegar.
- ¡Marquesa! – exclamó Paul - ¡Se la ve como una anciana! ¡Algo acorde a su edad!
- Sí, tengo más de 110 años, por eso viví la República, la Guerra Civil y todo eso, pero gracias a lo que tu ya sabes, el recibir sangre de bellas y jóvenes mujeres, he permanecido joven y vital hasta hoy, pero creo que mi tiempo ahora sí, ha llegado a su fin. No puedo seguir jugando con mi destino. Esa sangre joven ya no tiene efecto sobre mí.
- ¡Marquesa! ¡Usted no es inmortal y tendrá que dejar algún lado este mundo! ¡Pero le aseguró que ese día no es este día! ¡Llamaré al Fauno! ¡El sabrá que hacer!
Un rato despues, el Fauno, se hizo presente en el lugar. La revisó a la Marquesa y luego de consultar con sus viejos libros, googlear bastante, llegó a una conclusión:
- Es simple Marquesa, necesita sangre joven, urgente, de lo contrario, sus días están contados. Solo la sangre de mujeres la va a ayudar, claro que ya conoce la realidad, Marquesa, esas mujeres deben ser asesinadas por hombres jóvenes que se llaman Carlos, solo así, el hechizo tendrá éxito. La conjunción Carlos y Quesos, ya la conoce. Deberán asesinar a las chicas y tirarles un Queso. El crimen no puede ser con cualquier arma, Marquesa, deben usar esos puñales, que están en el salón principal.
- Pertenecieron a Carlos V, rey de España, señor de Flandes y emperador de Alemania. Son ocho puñales – añadió la Marquesa.
- Sí, son ocho puñales, ocho mujeres deberán ser asesinadas por ocho Carlos. Y obrar con prontitud, esta misma noche, de lo contrario, usted no conocerá un nuevo amanecer, Marquesa – dijo el Fauno, con aire de sentencia, como si hablara un oráculo.
- Los Ocho Carlos ya se quienes pueden ser, al menos tengo varios candidatos – dijo Paul Toombes – las ocho damas será más difícil. Habrá que googlear e investigar, necesito vuestra ayuda, Fauno, de lo contrario, se nos va la Marquesa.
- Bien, colaboraré, aunque luego lo pasaré en mis honorarios – dijo el Fauno – está no saldrá gratis, soy alguien que cobra por estos trabajos. Que la Marquesa ahora se quede reposando, mientras del asunto nos ocupamos.
Paul Toombes y El Fauno agarraron sus computadoras, netbooks, notebooks, tablets y celulares, y empezaron la búsqueda de datos. No fue difícil elegir a los Quesones.
- Debe estar Carlos Sainz Vázquez de Castro, el asesino de María Laura Santillán – dijo el Fauno.
- Sí, será uno de los ocho, pero deberemos teletransportarlos, de lo contrario no llega.
- Esa es magia de alto nivel. Ni siquiera Dumitrescu podría usarla.
- Dumitrescu, no, pero Dumbledore sí, me refiero al director de Hogwarts, solo un mago de su calibre podría ayudarnos. ¿No habrá sido amante de la Marquesa? – dijo Paul – sé que la Marquesa tiene más historial que el Madrid en la Champions League.
- Dumbledore es gay, pero quizás haya sido amigo de la Marquesa, no tenemos alternativa, debemos recurrir a el, pero le avisaremos previamente a Dumitrescu.
El Fauno se contactó con Dumitrescu y la puso al tanto de la situación. Efectivamente solo Dumbledore podría hacer algo así. El popular director de Hogwarts no tuvo problemas en acceder a ayudar a la Marquesa.
- Envíenme los nombres de los Carlos y de las mujeres que serán sacrificadas y los teletransportaré hasta allí – dijo el viejo mago – la Marquesa me ha hecho muchos favores, gracias a ella, he tenido sexo con chicos muy bellos y jóvenes, era hora que tuviera la oportunidad de devolver aquellos favores, pero háganlo rápido, solo puedo hacer algo así, mientras haya luz solar en Jerusalén y Estambul, y no falta mucho para que se ponga el sol en esos lugares.
Toombes y el Fauno debieron redoblar esfuerzos, Toombes anotó los nombres de los ocho asesinos, los ocho Carlos, estaba obviamente Carlos Sainz Vázquez de Castro, el corredor de Fórmula 1, y se sumaron los modelos Carlos Medina, Carlos Arrieta, Carlos Barbero, Carlos Gómez, Carlos Fernández, Carlos San Juan y el baloncestista Carlos Alocén. Los niños mimados de la Marquesa.
El Fauno se encargó de la selección de las víctimas, no era nada fácil, iba y venía, consultando por todos lados, no deseaba una víctima importante, porque creía que estas merecían unos asesinatos mejores, por ello se rehusaba a elegir alguna personalidad famosa.
- ¡Vamos Fauno! – dijo Paul - ¡El tiempo se acaba! ¡Aun hay sol en Estambul y Jerusalén!
- Bueno, bueno – dijo el Fauno – ya esta, hay una agencia de modelos, Uniko, en Barcelona, elijo ocho modelos de ahí, y listo, aca estoy viendo la página.
- ¡Rápido Fauno! – dijo Paul - ¡No es por mí, es por la Marquesa!
El Fauno miró aquella página (https://www.unikomodels.com/female/mainboard) y anotó en un archivo de Word, copiando algunas fotos, las ocho modelos elegidas, las ocho modelos que debían ser asesinadas, ¿Sus nombres? Alicia Herrenreich, Estel Casteló, Floret Fauna, Irene Lorenzon, Julie Pallesen, Lea Bonneau, Lola Brey y Sophie Czarnecki.
Dumbledore recibió los nombres y en un acto de alta magia, que lo dejó exhausto durante semanas, pero eufórico por ayudar a la Marquesa, las ocho modelos y los ocho Carlos. Estaban todos muy confundidos, de repente se vieron en el medio de un salón, como salidos de la nada. Toombes tomó la palabra.
- ¡Bienvenidas damas! ¡Bienvenidos Carlos! ¡Quizás no entendéis nada pero estais aquí porque van a jugar! ¡Una serie de competencias!
Las damas entonces recibieron una suerte de pecheras con números, como los que usan los participantes de los Juegos Olímpicos.
- ¡Y comencemos por el juego de los pies! – dijo el Fauno, sabiendo lo importante que era para los Carlos, el juego de los pies.
Nadie entendía nada, pero los ocho Carlos se sacaron los zapatos, las zapatillas, y quedaron descalzos. Recordemos que los ocho Carlos eran Carlos Medina, Carlos Alocen, Carlos Fernández, Carlos Gómez, Carlos Barbero, Carlos Arrieta, Carlos San Juan y Carlos Sainz Vázquez de Castro.
Las chicas, tras ponerse los números, miraron a Toombes y una de ellas dijo:
- ¿En que consiste el juego de los pies? ¿Qué debemos hacer?
- Oled los pies de los Carlos.
Así, una por una, todas olieran los pies de los ocho Carlos, los chuparon, lamieron, besaron y olieron, con fuerza, una y otra vez, los ocho Carlos tenían pies grandes, el que calzaba menos era Carlos Sainz que porta un talle 45, los demás todo para arriba, 46, 47, 48, hasta el 49 de Carlos Alocen, el baloncestista, el olor a Queso que tenían aquellos pies era impresionante, todos olían en forma apestante, asfixiante, las chicas quedaron como rendidas a aquellos pies.
Toombes le dijo a El Fauno:
- La fase una completa. Pasemos a la fase dos. Yo me encargo de los Carlos, ellos van a entender, y voy al salón “Carlos V”, tu encárgate de las damas, aquí, en este salón, el “Juana la Loca”.
- Para ti será fácil hablar con los asesinos, pero yo, ¿Qué les digo a las damas?
- Lo que se os ocurra, Fauno, lo que se os ocurra, ya sabeis, los Quesos deben ser tirados sobre los cadáveres de estas damas, que deben ser asesinadas por estos Carlos, es por la Marquesa de Avila.
- ¡Damas y Carlos! – exclamó el Fauno - ¡Habreis disfrutado de los pies!
Paul se llevó a los ocho Carlos a ese salón y los puso al tanto de la situación, eran todos asesinos, eran todos Quesones, eran todos Carlos, y aunque extrañados por haber sido teletransportados, sabían lo que tenían que hacer, lo de siempre, asesinar mujeres y tirarles un Queso.
- Bueno, giripollas, somos ocho Carlos y ocho damas, una dama para cada asesino, ¿Y como vamos a elegir a las víctimas? – preguntó Carlos Sainz.
- Por sorteo, deberéis asesinarlas con esos puñales, los que están en la pared, uno por cada asesino, clavádselo en el corazón, luego tiradles un Queso, en la mesa hay ocho Quesos iguales, agarrad uno cada uno, aquí están los sobres con las víctimas, en realidad no están los nombres, sino los números, del 1 al 8, las damas tienen cada una un número, así se asignaran los asesinatos. El resto queda a cargo de vosotros, queridos Carlos.
Por su parte, el Fauno, se encontraba en el otro salón, con las ocho damas, ninguna entendía nada, el Fauno comenzó a hablarles, esperando que todas entendieran el castellano:
- Hermosas y preciosas damas, han sido convocadas a este lugar, para una gran fiesta sexual, espero que les guste y se diviertan.
Ninguna entendía nada, y seguían sin entender, pero como corderos obedientes, ninguna tampoco se resistió, al contrario, todas se desnudaron, y formaron un círculo con el Fauno en el centro, este empezó dio rienda suelta a sus deseos sexuales, y le dio un número a cada una, las iba llamando, y cogía con ellas, una por una, mientras tanto, las demás no se quedaban esperando, sino que también tenían relaciones lésbicas entre ellas, el Fauno se comportó como lo que era, un Fauno, fue tratando a cada chica con una sed sexual irrefrenable, sin límite, pero también con mucha suavidad y amor, las chicas disfrutaron mucho de aquello, mientras cogía con una, otra le hacía cosquillas en el pie izquierdo, otra en el pie derecho, lo acariciaban, el Fauno las cogía con mucha ternura, con demasiado gozo, con gran placer, las otras tenían placer lésbico entre sí, y así, una orgía, total y absoluta.
Los Carlos esperaban en el salón que el Fauno terminará, la cosa se iba prolongando, ya habían pasado unas tres horas, al principio los Carlos se entretenían entre sí, comiendo Queso, de todas las clases y variedades, se olían los pies, y aguardaron, pero todo se prolongó demasiado, tanto, que cuando uno bostezo, y ese fue Carlos San Juan, los demás se quedaron dormidos. Y pasaron más de tres horas, casi cuatro… el Fauno seguía en su fiesta sexual, disfrutando de aquellas bellas damas.
- ¡Ya no hay tiempo! – exclamó Paul - ¡Se nos va la Marquesa! ¡Te pasaste Fauno!
La Marquesa parecía exhalar sus últimos suspiros mientras la hora del amanecer se aproximaba.
El Fauno dio por finalizada la fiesta sexual, mientras las ocho damas estaban exhaustas, cansadas, reventadas, no daban más, Toombes despertó a los Carlos, que se pararon, se pusieron los guantes negros, y cada uno fue agarrando su puñal y un Queso.
- Debeis asesinarlas – dijo Toombes – el Fauno ya les dio placer sexual, y vaya que esto ha durado demasiado, menos mal que pudimos hacer el juego de los pies al principio.
- La única mujer a la que he visto con potencia despues de una gran cogida fue Santillan, las demás quedan hecha polvo – dijo Carlos Sainz.
- No, todas no, muchas sí, pero a algunas les queda resto – dijo Carlos San Juan.
- Quedan exhaustas pero después de haber cogido con uno de nosotros, con un Quesón, el Fauno no es Quesón – añadió Carlos Arrieta
- ¿No se llamará Carlos este Fauno? – dijo Carlos Barbero – mucha potencia sexual tiene.
- Me parece que no se llama Carlos, pero que orgía ha tenio, por España – comentó Carlos Medina.
- ¡Basta de chachara! – dijo Toombes - ¡Asesinadlas, Carlos! ¡Se nos va la Marquesa!
El Fauno se fue a un costado, Toombes, demasiado preocupado por el estado de la Marquesa y ocupado en servir a los ocho Carlos, no pudo ni siquiera masturbarse, para su fastidio. La Marquesa estaba como en estado vegetativo.
Los ocho Carlos, cada uno con el puñal en la mano derecha, y llevando el Queso en la mano izquierda, se fue acercando a la víctima que debían asesinar, marcadas todas con un número, y ¡raaaaajjjjjjjjjjjjjjj! con total frialdad cada uno clavó el puñal en el corazón de la mujer en el que debía hacerlo. Estaban todas tan exhaustas – y al mismo tiempo tan eufóricas y llenas de placer por la experiencia que habían tenido con el Fauno – que ninguna expuso resistencia alguna, recibiendo el puñal en el corazón. Cada una de las mujeres quedó con el puñal clavado y cayó muerta al piso. Cada Carlos tiró el Queso sobre el cadáver de sus víctimas.
- Queso, Queso, Queso, Queso, Queso, Queso, Queso, Queso – dijo cada Carlos, cada asesino, mientras tiraba el Queso sobre su víctima.
Toombes, desesperado, le dijo a El Fauno:
- ¡Debo apurarme! ¡Ya esta por amanecer! ¡Se nos va la Marquesa! ¡Pusiste en riesgo la misión Fauno! ¡Ya hablaremos de esto!
El Fauno lo miró, y se quedó sentado en su sillón, bebiendo un vaso de whisky, sin mover un dedo, viendo como los Carlos, los asesinos, pasaban por al lado, lanzándole miradas de pocos amigos. El Fauno, sin embargo, estaba exultante y satisfecho, sabía que los Carlos eran asesinos, pero asesinos de mujeres, a el no le tocarían un pelo.
Paul entonces se fue acercando a cada uno de los cadáveres, y con precisión quirúrgica, con guantes y barbijo, con delantal, como un cirujano, le arrancó a cada chica el corazón, y puso los corazones en una bolsa, llevándolos urgente a la Marquesa de Avila, justo cuando las primeras luces del amanecer aparecían sobre Castilla, Aragón y La Mancha.
La Marquesa recibió aquella sangre de los corazones de las ocho damas asesinadas, y no solo revivió, recuperándose, sino que volvió a rejuvenecerse, pareciendo otra vez una dama joven y jovial. Toombes le contó todo.
- Me he salvado – dijo la Marquesa – pero sé que esto deberé hacerlo más seguido, necesito sangre joven, de lo contrario, mi tiempo se acaba.
- El Fauno casi en pone en peligro la misión, Marquesa – dijo Paul, en actitud alcahuete.
- Me ha salvado – dijo la Marquesa – el Fauno no puso en peligro ninguna misión, es fiel a la causa. Llamadlo. Y también a los ocho Carlos.
Los ocho Carlos y El Fauno reverenció a la Marquesa y esta en agradecimiento, no solo le cantó sus ocho canciones favoritas (las de ella), “Ay Maricruz”, “Ay Carmela”, “Ojos Verdes”, “Limosna de Amores”, “La Niña de Embajadores”, “Carmen de España”, “Sevillanas del Espartero” y “Compuesta y sin novio”. Ocho canciones, una dedicada a cada Carlos. A El Fauno lo miró y le dijo:
- A ti te gusta el rock and roll, me gustaría cantaros alguno, pero no es lo mío.
- Os agradezco Marquesa – dijo el Fauno – veros bien me llena de regocijo y placer.
- Ustedes canten un rock and roll a El Fauno, estimados Carlos.
Los Carlos desconocían los gustos musicales del Fauno, pero creyeron que a este le gustaría alguna canción de los Stones e interpretaron “Sympathy for the Devil”, el Fauno agradeció.
- Os quiero mucho, queridos Carlos, vosotros sois mis preferidos – dijo la Marquesa – pero dejadme a solas con el Fauno.
La Marquesa y el Fauno quedaron a solas.
- Me habéis salvado, Fauno, Toombes es un servidor fiel, leal, pero tu me habéis salvado, necesitaba los corazones de las mujeres asesinadas, pero debían coger con un solo hombre, si cogían con varios, cada una con su asesino, habría muerto.
- Gracias Marquesa, lo sabía, por eso, más alla del placer y del gozo, sabía que os estaba sirviendo como correspondía.
- Dadme ahora a mí sexo y placer, Fauno.
Y eso ocurrió, el Fauno cogió con la Marquesa, y los gritos de esta fueron como una “Ay Carmela” mientras recibía gozo y placer como nunca había conocido, y eso que tenía un gran historial, como el Madrid en la Champions League.
Cuando terminaron, muy contento, el Fauno, salió de la habitación, y para su sorpresa, los Carlos aún estaban ahí.
- ¿Cómo no os habéis ido? Tenéis todos muchas ocupaciones.
Carlos Sainz iba a tomar la palabra, pero muy sonriente, salió al cruce la Marquesa de Avila.
- Yo los conozco a estos Carlitos, están celosos de ti, Fauno, porque tu te has encargado del placer sexual – dijo la Marquesa.
- Y es verdad – dijo Carlos Sainz – necesitamos una suerte de reparación histórica.
- Y la tendréis. El Fauno elaborará una lista, de mujeres españolas y europeas, ninguna argentina, ninguna sudamericana, tampoco estadounidense, y os entregará a cada uno de vosotros una víctima para asesinar, y tirarle un Queso. ¿Estais de acuerdo?
- ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! – gritaron al unísono los ocho Carlos - ¡Queeeessssssooooooooooo!
Se fueron muy contentos, Toombes los invitó a comer unas tapas con mucho Queso, mucho Queso, y los Carlos quedaron contentos.
- Como los conozco – le dijo la Marquesa al Fauno – estaban ofendidos, pero todo se arregla con Queso. A un Carlos dadle Queso, y el Carlos quedará contento.
- Son asesinos – dijo el Fauno – siempre hay que tener cuidado con esta gente, a veces se apresuran con algunas víctimas, en fin, ¿tengo que hacer esa lista? ¿Es necesario?
- Tranquilo, si no la haces tu, la hago yo, obviamente, deberán tirar algunos Quesos, es la ley del Quesón.
- Hoy lo han hecho, han tirado los Quesos, ellos las asesinaron.
- Sí, y me habéis salvado, Fauno, yo os agradezco de todo corazón.
La Marquesa le dio un beso, y colorín colorado, así acaba nuestro relato. Queso.
aunque me relega al papel de un simple sirviente, me encantó, por lo menos serví a alguien que vale la pena, como la de Avila, y además, no quedo la imagen de ser un simple pajero, ja, ja, que sangría como siempre
ResponderBorrarque grande el Fauno, se los comió doblado a todos!!!!
ResponderBorrartiene algo distinto este relato, no se que es, esta bueno, tiene calidad, y un giro diferente, los asesinos quedan como medio boludos, aunque cumplen con su cometido, que es asesinar, bah, como son españoles, no son boludos, sino giripollas
ResponderBorrarestos relatos son repetitivos, un Carlos mata a una mujer, le tira un queso, etc, y eso no esta mal porque se trata de asesinos seriales y estos repiten conductas, uno ya conoce el final, que es una mujer muerta, con un queso encima, en este caso, todos sabemos que la marquesa se iba a salvar, pero el relato es original, como leí en otros comentarios, por lo menos el protagonismo pasa al personaje de El Fauno, aparece Dumbledore, hay magia, alta hechicería, bien, esta vez, me sorprendiste, te dejaría diez puntos si hubiera puntuación
ResponderBorrarAlguna conjura contra estas crónicas. Suele pasr que se borran los comentarios que escribo, lo que no pasa en Bonitas argentinas y del mundo. No se borran los comentarios.
ResponderBorrarUn halagador papel, mas destacado que los Carlos. Aunque algo debe ir para el lado de Paul Toombes, como un encuentro con la Lady.
Hasta me toco un encuentro con la Marquesa. Todo un logro.
Parece que reclaman victimas.
Spice Girls (inglesas)
Virginie Ledoyen (francesa)
Sheila González (española)
Irina Shayk.
Soy mas de la cerveza, que del wiskhy
porqué? no borró ningún comentario, dejo todos, debe ser un error, al contrario, te tengo en gran estima, mira el rol en este cuento
BorrarNo me refiero a vos, parece haber algo con blogger.
Borrarah bien, debe ser la nueva faz de blogger, es buena para dar las estadísticas del blog, pero cuesta publicar los relatos, todo muy minucioso
Borrarcarlos sainz podría asesinar a las chicas atropellandolas con su auto en formula 1, coge con ellas, las chicas se divierten, y despues se quedan en la pista, y las mata, todo por la noche, imagino que esta clase de asesinatos quizás no sea del gusto del sr queson, siempre adicto a los cuchillos y a las decapitaciones, por lo tanto, podría aterrorizarlas usando el casco de automovilista, y apuñarlas con un cuchillo en forma de auto de juguete, por ejemplo
ResponderBorrarPosibles ganadores del Quesón de oro
ResponderBorrarCarlos Eisler o Charly Alberti
Mencion de Honor:
Lady Dumitrescu
Las Santillanas
Paul Toombes
en otro post, el Fauno propuso a Romina Ricci como víctima, ¿Porqué no una misión conjunta de Eisler y Alberti asesinando a esta putarraca? el zorro y el baterista estrangulador, una pareja poco común, puede funcionar? charly la reduce con los platillos de la batería y el zorro le hace la marca C de Carlos
Borrarsiempre siento que el señor Carlos Quesón divide a la humanidad en dos grupos: los que se llaman Carlos (una raza superior) y el resto, que somos unos muggles, como dicen en Harry Potter, veo que el señor Quesón sabe mucho de esa saga, por eso lo pone a Dumbledore
ResponderBorrarLos mugles tenemos bastantes ventajas, casi mas que los famosos
Borrarexcelente observación mi amigo, los famosos siempre corren riesgo de ser víctimas de alguna Quesona, y si es deportista, Ravelia siempre esta al acecho ja ja
BorrarCarlos Quesón, tienes una increíble imaginación, hoy te has superado. Una buena escena la del Fauno y las modelos ;-). Saludos.
ResponderBorrar"Fernandez Lobbe" es cheto pero "Sainz Vázquez de Castro" es muy aristocrático, apellido de conquistador español
ResponderBorrarNo tengo nada contra estas modelos pero podrian servir para cumplir el pacto. Las Spice Girls podrian quedar para Lady Dumitrescu.
ResponderBorrarhttps://es.m.wikipedia.org/wiki/Eva_Herzigová
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Helena_Christensen
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Karen_Mulder
A cambio, podría negociar un nuevo encuentro con Lara Pedrosa.
Y un encuentro con Naila y Lucía. Incluso una reunión de No lo soporto, con esa formación de trío.