El asesino de Connie Ansaldi
Una tarde cualquiera en Santa
Fe, el basquetbolista Carlos Delfino se encontraba viendo televisión. Estaba
sentado en una silla, con las enormes plantas de sus pies talle cincuenta sobre
una mesa, y mientras observaba la pantalla, comía un Queso Gruyere. Por suerte
estaba solo, cualquier otra persona no hubiera podido aguantar el intenso y
apestante olor a Queso que había en la habitación, tanto el que se originaba en
los pies del basquetbolista como del que estaba comiendo. En la TV, Carlos
observó a una panelista, Connie Ansaldi. Luego de un rato, el basquetbolista
dijo en voz alta:
- Esta mina va a ser mi
próxima víctima. La asesinaré. Le cortaré la cabeza y le tiraré un Queso.
Carlos terminó de comer el
Queso, no dejo ni los agujeros, cuando se dirigió a un armario, allí se puso
los guantes negros, se vistió con la ropa que solía usar cuando asesinaba a
alguna mina, tomó la espada samurai con la que había asesinado a muchas mujeres
y salió de su casa.
- ¡Vaya! – pensó – Voy a
comprar zapatillas nuevas. En la estación del AVE venden, antes de tomar el
tren a Buenos Aires.
Efectivamente, en la estación
de Santa Fe AVE Carlos se dispusó a comprar zapatillas. Ingresó al local, y
lógicamente, tanto Gabriel, el vendedor, como Tamara, la cajera, lo
reconocieron.
- ¡Hola Carlos! ¿Cómo va? –
le dijo Gabriel mientras se acercaba al basquetbolista.
- ¿Qué tal, pibe? ¿Todo bien?
Estoy buscando unas nuevas zapatillas, no es fácil, ya sabés, calzo
cincuenta... ya sabés por algo me dicen “Lancha”.
- Pero vos Carlos sos nuestro
mejor cliente, siempre tenemos algo para vos..
Gabriel trajó entonces un par
de gigantescas zapatillas y le dijo a Carlos:
- Comprás cinco pares por
mes, Carlos, sos nuestro mejor cliente.
- Es por el olor a Queso que
tengo en los pies. Olé...
Carlos se sacó las
zapatillas, un fuerte olor a Queso invadió todo el local, acercó sus pies al
vendedor, que cayó desmayado al no soportar tanto Queso...
La cajera también se
desvaneció al oler el Queso de Carlos Delfino. Rato después, tanto Gabriel como
Tamara reaccionaron, Carlos dijo entonces:
- Es lógico que hayan
reaccionado, je, je, mi olor a Queso es muy fuerte, soy un Queson, bueno, me
llevó las zapatillas...
- ¿Vas a tomar el AVE a
Buenos Aires, Carlos?
- Sí, voy a Buenos Aires, a
cometer un nuevo asesinato, yo soy así, el basquetbolista asesino, no puedo
dejar de asesinar...
- ¿Y quien va a ser tu nueva
víctima, Carlos?
- Connie Ansaldi – fue la
fría respuesta de Carlos.
Apenas dos horas y media
después, gracias al AVE, Carlos ya estaba en Buenos Aires. Antes de ir al canal
de TV para asesinar a Connie Ansaldi, Carlos pasó por “San Carlos”, el famoso
Mercado de Quesos de Buenos Aires, donde adquirió dos enormes hormas de Queso
Gruyere.
- Dos Quesos, je, je, uno
para comérmelo, otro para tirarselo a Connie Ansaldi, je, je.
Rato después, el
basquetbolista ya estaba frente a Connie Ansaldi. La panelista desconocía
totalmente el mundo del básquet y le dijo a Carlos:
- ¿Quién sos?
- Soy Carlos Delfino, el
basquetbolista asesino, el Queson, vas a ser mi próxima víctima, te voy a asesinar,
te cortaré la cabeza con la espada samurai y te tiraré un Queso.
- Ja, ja, salí de aca, pibe,
si me seguís molestando, llamó a la gente de seguridad...
- ¿Pensás que todo esto es
una broma? Podría asesinarte ahora mismo si quisiera, pero prefiero otro tipo
de asesinato, esto le copié de “Dexter”.
Carlos pudo haberle cortado
la cabeza a Connie Ansaldi en ese momento, pero en cambio, sacó una jeringa y
se la inyectó en el cuello a la panelista. Rato después, Connie Ansaldi volvió
en sí, estaba atada de pies y manos a una especie de diván de terapeuta.
- ¡Socorro! ¡Saquenme de aca!
– empezó a gritar Ansaldi.
- Nadie te escuchará. Te lo
dije, soy Carlos Delfino, ya asesiné a muchas mujeres, a Brenda Gandini,
Valeria Mazza, Julieta Prandi, Silvina Luna, Zaira Nara, Leticia Bredice,
Yanina Latorre, Alejandra Magliatti, Soledad Fandiño y a las demás, hoy te toca
a vos... – el contestó el basquetbolista mientras sostenía con su manos la
espada samurai.
- ¡Auxilio! ¡Socorro!
¡Ayúdenme! – gritaba desesperada una y otra vez Connie Ansaldi.
- Ya te lo dije,
morirás asesinada, pero antes olerás mis pies...
Carlos entonces
puso sus enormes pies llenos de un intenso, apestante y sofocante olor a Queso
sobre el rostro de su víctima, que no pudo soportar tanto olor y entonces
empezó a gritar, aún más fuerte que antes:
- ¡No soporto este
olor a Queso! ¡Socorro!
- Tendrás que
elegir Connie: seguir oliendo mis pies o te asesinó.
- Si el precio a
no seguir oliendo tus pies es la muerte, asesíname entonces Carlos, jamás pensé
que un hombre pudiera tener tanto olor a Queso.
- Soy un hombre, pero también
un Queson, je, je...
- Si tenes tanto olor a Queso, seguramente debes de ser un gran amante en la cama.
- Lo soy. Te aseguro que todas las minas que asesiné murieron contentas porque primero disfrutaron de mis placeres sexuales.
- Cogeme entonces Carlos.
- Lo haré pero primero te daré un buen triple como en mis mejores partidos de básquet, un triplazo.
El asesino tiró el Queso que cayó encima del rostro de Ansaldi, después se tiró encima de ella y tuvieron sexo en forma intensa y apasionada.
-
¿Puede haber algo mejor que esto? – preguntó Connie.
-
Sí, cortarte la cabeza, porque soy el Cabeza
Delfino.
Carlos Delfino entonces
levantó la espada samurai, y con un corte limpio y preciso, le cortó la cabeza
a Connie Ansaldi.
Tomó entonces el Queso y
antes de abandonar la habitación, tiró el Queso sobre el cadáver de su víctima
y dijo en voz alta:
- ¡QUESO!
El Basquetbolista Asesino
huyó de la escena del crimen con la misma velocidad que desplegaba en los
campos de juego, satisfecho y radiante de felicidad ante el nuevo asesinato que
había cometido.
Y con las patas que tiene, olor a Queso debe de tener
ResponderBorrarBizarro en el sentido anglosajón de la palabra jaja el asesino del queso latino con mas tino que un bambino jaja que pedo ��
ResponderBorrarDiciendo queso con la misma cara con la q Homero simpson dice "cervezaaa" ��
ResponderBorrarPagame la quimio
ResponderBorrarEl triple en las nalgas de sus víctimas, se va convirtiendo en el toque personal de Delfino.
ResponderBorrarMuchas de las más atractivas han quedado para Fernandez Lobbe y Delfino. Han quesoneado una hija y una madre, Brenda Gandini y Daniela Cardone.
La mejor reversión de este Carlos es la de Laura Fidalgo.