Cuenta la
leyenda que el rugbier Carlos Alejandro Elder, “Charlie” para sus allegados,
arregló tener una noche de sexo con la mediática Rocío Marengo. Estaban los dos
solos en una habitación, la mediática lo estaba esperando acostada, mientras
Carlos se desnudaba al pie de la cama.
Carlos Elder
se sacó las medias, los zapatos y se desnudó completamente, quedando con los
calzoncillos y los guantes negros en las manos como su única vestimenta. En ese
momento, ingresó al baño.
Rocío Marengo,
entonces, agarró las medias y los zapatos de Carlos, y las olió. Se las acercó
a la nariz, pero ante el apestante olor a Queso que tenían las apartó espantada
y asustada.
-
¡Qué olor a Queso! – exclamó Marengo.
Carlos Elder
salió del baño, Marengo lo observó y le dijo:
-
Qué olor a Queso que tenés...
-
Soy Queson – dijo muy tranquilo Carlos
– es lógico que tenga olor a Queso. Seguro que tus pies deben tener un lindo
olor también...
-
Probame mis pies si querés, Charlie...
Marengo
extendió sus piernas y Carlos comenzó a oler los pies de la chica, primero el
izquierdo, después el derecho.
-
Tus pies no parecen pies, no huelen a
nada – declaró decepcionado Carlos.
-
Soy muy limpita.
-
Yo también soy limpio, pero tengo olor
a Queso en los pies porque soy Queson.
-
¿Queson? Ja, ja, me causa gracia, ¿Sos
un Queso grande, acaso?
-
Muy grande.
Tras decir estas palabras, Carlos Elder puso sus pies sobre el rostro de Rocío Marengo, la chica le dijo:
Tras decir estas palabras, Carlos Elder puso sus pies sobre el rostro de Rocío Marengo, la chica le dijo:
-
No, no, sacame los pies de encima,
tienen mucho olor a Queso.
-
Entonces vas a saber en que consiste
ser Queson...
Carlos
entonces se tiró literalmente sobre la chica y con las manos, cubiertas con
guantes negros, la tomó del cuello, y comenzó a estrangularla.
Rocío Marengo
intentó gritar, defenderse, resistir, pero la furia del asesino, que recordemos
era jugador de rugby, se impusó sobre la resistencia de la chica. Finalmente,
transcurridos unos minutos, el asesino finalizó su tarea.
Entonces,
Carlos Elder agarró el bolso que había llevado y del mismo sacó un Queso,
agarró entonces el Queso con sus manos y lo tiró sobre el cadáver de su víctima
mientras decía en voz alta:
-
Queso.
Sin que ocurriera más nada, y finalizada su labor,
el asesino abandonó la habitación con total impunidad.
si hay que pagar para que Charlie Elder estrangule a Rocio Marengo, por favor, digan un número de cuenta y hago mi aporte
ResponderEliminarA Charlie Elder hay que nombrarlo heroe nacional porque asesinar a Marengo es hacer un servicio para la patria
ResponderEliminar