El Asesino de Cecilia Oviedo
Una noche cualquiera, Cecilia Oviedo, la ex de Nito Artaza, miró al cielo y vio pasar una estrella fugaz.
- Dicen que cuando se ve una estrella fugaz hay que pedir un deseo. Mi deseo es tener sexo con un futbolista, recién salido de un vestuario, que tenga olor a hombre, a hombre que juega al fútbol, eso es lo que deseo.
Oviedo se fue a dormir algo cansada, pero de repente, su deseo, dicho en voz alta, se cumplió casi como un milagro, sí, porque aunque el partido acababa de terminar, y estamos hablando de un partido de primera división del fútbol argentino, ante ella, estaba nada más ni nada menos que Carlos Izquierdoz, el Cali, el defensor y capitán de Boca Juniors.
- ¿Te parece bien tener sexo con el capitán de Boca Juniors? ¡Soy Carlos “el Cali” Izquierdoz!
- Nito Artaza es de River, espero no se enoje si tengo fiesta sexual con uno de Boca, pero que venga cualquiera, de Boca, Racing, River, San Lorenzo, Huracán, y más si te llamas Carlos ¿Pero como hicistes para aparecer así de repente?
- Bueno, son cosas que ocurren, cosas que quizás los muggles no entiendan ni quieran entender, soy Quesón, y tenemos nuestro instinto Quesón, además estamos en Puerto Madero, la cancha de Boca no esta nada lejos, y ya paso media hora que termino el partido, pero aca, sin bañarme, y bien oloroso para que me disfrutes.
No hubo más problemas, si una gran revolcada en la cama por parte de Oviedo, que se zambulló en la misma, como si se tirará a la pileta, mientras Carlos Izquierdoz le ponía encima sus gigantescos pies, que apestaban a Queso, era algo impresionante, Oviedo al principio sintió asco y a punto estuvo de desmayarse, pero rápidamente fue quedando como atrapada en aquella fragancia y empezó a sentir una especie de extasis, oliendo, lamiendo, besando y chupando los pies de Carlos Izquierdoz, para despues tener un sexo salvaje, apasionado, fogoso e intenso en aquella cama, dando vueltas alrededor de la misma, como si de una pelota en juego se tratara en medio de un partido de fútbol.
- Gracias por esta sorpresa, Carlos Izquierdoz – dijo Oviedo, feliz de haber terminado aquel sexo – el deseo de la estrella fugaz fue hermoso.
- Pero aún falta algo – dijo Carlos Izquierdoz, que tiró un enorme Queso sobre Oviedo, y con sus guantes negros comenzó a blandir un enorme cuchillo, tirándose sobre la ex mujer de Artaza y apuñalándola salvajemente.
- Queso – dijo Carlos Izquierdoz en voz alta mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Cecilia Oviedo, para irse rápidamente de la escena del crimen, con la impunidad habitual que rodea a estos asesinos.
Moraleja: Cuidado cuando pedís un deseo mirando una estrella fugaz si sos mujer, no lo digas en voz alta, porque te escucha un Quesón, y entonces te espera un Queso. #Queso.
intervino la magia de Dumitrescu, buen asesinato, buena víctima, buen queso
ResponderBorrarlo raro es que no la hayan asesinado antes, buen cuento, y ahora las estrellas fugaces tambien anticipan asesinatos quesones
ResponderBorrarpudo ser para Bossio, pero le tocó a otro futbolista como Carlos Izquierdoz, que al estar en Boca debe ligar más y por eso tira más quesos
ResponderBorrarEl deseo pedido una estrella fue como un deseo pedido a La pata de mono. Fue concedido pero con un detalle letal.
ResponderBorrarUna mujer deseable, por lo tanto propicia para un asesinato morboso, con sexo apasionado includo.
hacete "la asesina de Sebastián Battaglia"
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