El Asesino de Ana Paula Dutil

Más o menos en la misma época en que Guillermina Valdes fue quesoneada por Carlos Bossio, Ana Paula Dutil, se encontraba felizmente casada con Emanuel Ortega, cuando fue a pasar un par de semanas a Europa. 

Dutil se encontraba en la italianísima ciudad de Milán, famosa por la moda de alta costura, cuando quizás motivada por la presencia de bellos modelos europeos, la mayoría de ellos altos y patones, sobre todo despues de ver un desfile de zapatos masculinos, comenzó a tener el deseo de tener sexo con alguno de ellos. Supo que estos no eran baratos, sino todo lo contrario, cobraban elevadas tarifas en euros, pero Dutil estaba dispuesta a pagar y así lo hizo.

Esa misma noche, Dutil estaba muy expectante esperando al modelo o al gigolo que le iba a tocar, era un servicio sorpresa, no sabía quien le iba a tocar, por fin, tocaron el timbre de la habitación, y ante ella estaba un hombre alto, patón, semi desnudo, con un alto olor a Queso, sí, alto olor a Queso…

- Buona Sera, bambino – dijo Dutil en italiano.

- Hola piba, como dicen ustedes las argentinas, soy Carlos, Carlos Machado Mattesich, hablemos en castellano, porque no creo que sepas guaraní, soy paraguayo, más paraguayo que Arnaldo André , Nelson Cuevas o Alfredo Stroessner.

- Si quería un paraguayo hubiera ido a Asunción, aca en Milán esperaba algún europeo – dijo algo desilusionada Dutil.

- Ustedes los argentinos siempre discriminan a los paraguayos, aún a mí que soy un paragua europe style, rojaijú.

- No, de ninguna manera, veo que sos muy bello, la verdad estas re fuerte, tengamos una buena noche.

- No hablaré más, solo hablaré con Queso y Sexo – dijo Carlos.

- ¿Queso y Sexo? ¿Porqué Queso?

- ¡Queessssssssoooooooooooooo! – dijo Carlos Machado, mientras de un gran bolso sacaba un Queso y lo tiró sobre Ana Paula Dutil.

Tras recibir el Queso, Dutil quedó desplomada en el piso, y fue en ese momento, que Carlos le puso los pies encima del rostro, quedó así en actitud sumisa y dominada, los pies de Carlos – que calzaba 48 y olían a Queso – apestaban, pero Dutil fue entrando en ellos como poseída o extasiada, los chupó, olio, beso y lamió, una y otra vez, despues le chupó la pija, en un espectáculo de alto vuelo, muy fuerte y salvaje, la penetración que le ofreció el paraguayo fue algo espectacular y magistral, digna de ser señalada como el pijazo perfecto, jamás había tenido algo así con el señor Emanuel Ortega, menos con Marcelo Tinelli, con quien también tuvo algunas historias, y aún menos con su cuñado Sebastián Ortega, que también le dio lo suyo, alguna vez incluso pudo haber tenido algo con Palito Ortega, su suegro, pero este prefirió darla la sonrisa de mamá, en medio de la felicidad, mientras tenía el corazón contento, con los muchachos de mi barrio, porque le gusta el mar porque tiene alma de marinero, y por supuesto, no quería media novia ni despeinada, en fin…

- Maravilloso Carlos, valió la pena, hoy se coge y mañana se olvida – dijo Dutil.

- Hoy se quesonea y mañana se olvida, Ana Paula – dijo Carlos Machado.

Carlos, aún semidesnudo, pero con manos negros en sus manos, enarboló entonces un gran cuchillo y se tiró encima de Dutil, con la furia de un búfalo, y comenzó a apuñalarla en forma salvaje, no se conformó ni con diez ni con veinte cuchillazos, le dio sesenta, setenta puñaladas, hasta que el brutal asesino quedó conforme con el crimen.

- Queso – dijo Carlos Machado tirando el Queso sobre el cadáver de Dutil.

Así fue asesinada Ana Paula Dutil por el modelo paraguayo, triunfador en Europa, Carlos Machado Mattesich, en la italianísima ciudad de Milán, famosa por los salames y el Queso Parmesano, aunque esta vez Carlos le tiró un Queso Emmenthal, el de los agujeros. Del resto se encargaron las Santillanas en su versión europea y pobre Emanuel Ortega, quedó viudo, descartando así cualquier versión de separación que circula por ahí.