Los Asesinos de Delfina Gerez Bosco, Francesca Cestaro y Gina Casinelli
(AKA El Sangriento Jam Quesón de Modelo Vivo)
Delfina Gerez Bosco fue construyendo su camino en los medios con participaciones en Justo a tiempo, Combate, Lo sabe no lo sabe y Sábado en casa, Intrusos y Planeta 947 en Radio Octubre 94.7, entre otros. Pero fue su participación en El Muro Infernal lo que más fama le dio. Sin embargo, su presencia mediática se fue diluyendo y ahora tenía pánico de ser olvidada, y estaba desesperada por ser contratada, dado que necesitaba la guita (o la lana, la mosca o la pasta, u otras formas de como llaman el dinero en las Américas), y ya sabemos como funciona esa trituradora de carne que es la televisión.
Por eso recibió con gran entusiasmo una oferta de la Fundación Dumitrescu, entidad que además de hacer el bien público invertía grandes cantidades de dinero en eventos de gran importancia e interés cultural, destinados a las grandes masas, y no solo a elites reducidas. Como dijo John Hammond, el creador de Jurassic Park: “No quiero un parque
Aunque estaba satisfecha de no ser una de las victimizadas, estaba preocupada por la pérdida de notoriedad. Y por cuestiones económicas estaba desesperada por ser contratada.
Con gran entusiasmo, Delfina (1) fue a la cita y se sorprendió al ver que Leia Stoichkov, designada como representante local de la Fundación Dumitrescu, era idéntica a Carrie Fisher, como la querida y popular Leia Organa, en esa trilogía de Star Wars, un clásico del cine.
-No sé si me vas a creer. Pero es ella quien se parecía a mí. Dios la tenga en la gloria. Se fue porque era borracha, yo en cambio no digo que sea abstemia, pero tengo cultura alcohólica – le dijo Leia – Pero bueno, una parte de tus honorarios deberá ser donada a una entidad de bien público, ¿El Hospital de Niños Doctor Nicolae Dumitrescu, te parece bien?
- Me parece perfecto, ¿De qué trata el contrato? ¿Un programa de juegos, una publicidad?
La Leia búlgara se sintió un poco frustrada. Pensaba hablar sobre esa escena que Leila Organa estrangulaba a Jabba the Hut, con las cadenas que la aprisionaban en “El Regreso del Jedi”. Algo digno de los asesinatos rituales de las Carlas. Pero disimuló su frustración.
-No, es más como una película, porque Alfredo Jichcock va a filmar algunas escenas para un documental. Se trata de una jam de modelo vivo. Pensamos en vos, por ese programa de El Muro Infernal, en que fuiste modelo de body painting.
Delfina Gerez Bosco se sintió halaga, pero puso reparos.
- No me gusta eso de salir desnuda. No quiero que me cosifiquen.
- Esto es distinto, es arte. Hasta es posibles que sea inmortalizada.
- Pero yo soy una famosa, soy la guardavidas de El Muro Infernal. No pueden pagarme a la gorra, como a una de esas modelos que nadie conoce. Soy una estrella.
- Y por eso te llamamos. No sólo te vamos a pagar bien. Sino que te ofrecemos prestigio, te van a ver en museos importante. Vas a tener fama mundial, en pocas semanas tu rostro será reconocido en toda Europa, los Estados Unidos y todos los países de nuestra América Latina, más Australia, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur, y muchos países más.
No vamos a decir que Delfina era una tonta, que era una representante de la frivolidad, etc. Incluso fue dura en negociar, que no le gustaron algunas cuestiones, sí aceptó la donación voluntaria al Hospital de Niños Doctor Nicolae Dumitrescu pero no acepto tan fácilmente el descuento por seguro al Queso prematuro, o un porcentaje para la Asociación de Modelos Vivas, con conexiones para la Fundación Dumitrescu. Pero de todas formas las ganancias eran tan suculentas que acepto todo.
Una jam de modelo vivo. Habría música, algunos bocados para compartir, que incluiría Queso para algunos de algunos participantes, para acompañar el dibujar a algunas modelos.
- ¿Qué toca hoy? –preguntó una dibujante, una gorda, una de las asistentes más puntuales - ¿El cuerpo de Andrea Frigerio? ¿El de Valeria Mazza? ¿Daniela Cardone tal vez?
- No, esas fueron quesoneadas, hay una famosa invitada, una que aún esta viva y coleando – le contestó otra dibujante, de raza negra, sobrina lejana de Orlok.
- ¿Queda alguna viva? –preguntó la dibujante gorda - Pensé que las habían Quesoneado a todas. Los Carlos se la pasan asesinando minas, y cada vez más jovencitas.
Y entonces llegó Delfina.
- Esta chica no sabe lo que le espera- comentó la dibujante negra, en voz baja.
Delfina fue a cambiarse, es decir se quitó con la ropa, quedó en topless, con una tanga que incursionaba en su cuerpo. Y se puso una bata. Entonces, fue chocada por una mujer, tan bella como ella.
- ¿Vos que hacés acá?-le preguntó al reconocer a Gina Casinelli, quien la había reemplazado como guardavidas en El Muro Infernal.
- Querían a la guardavidas de El Muro y esa soy.
- Que vas a ser vos, nena. No fuiste que una sustituta.
- ¿A quién le decís sustituta? Vos que te llamás Delfina pero que sos un bagre.
Y ahí se agarraron de los pelos, con gritos y alaridos más propios de los gatos que de los humanos.
- Chicas no peleen. Que hay lugar para las tres – dijo otra bella mujer, que completó la trilogía.
Delfina y Gina se molestaron al ver a Francesca Cestaro. Bella rubia, que había sido una participante exitosa de un programa de Guido Kazcka, pasando a ser una azafata.
- Y soy hija de una azafata de avión, que me ensenó todo lo que sé. Y ustedes no son nada. Yo voy a ser como mi ídola, la gran Yanina Latorre – le dijo Francesca.
- ¿Yanina Latorre? A esa le cortaron la cabeza y le tiraron un Queso – dijo Gina.
Delfina y Gina tuvieron deseos asesinos, de violarla lésbicamente a Francesca. Y asesinarla con crueldad, en forma lenta, con alguna clase de estrangulamiento o asfixia, lo que era inadmisible para los rituales Quesones, el asesinato entre mujeres. Así que fueron separadas por la dibujante negra. Mientras tanto sonaba música de Jazz, al estilo de la película “El hombre del brazo de oro” de Otto Preminger.
Alfredo Jichcock era el encargado de conducir la Jam, como parte de un taller de cine y fotografía. Y también por su condición dibujante, que había imitado de su admirado director, el director de Psicosis, Vértigo y Los Pájaros. Que diseñaba los story board, los dibujos de las escenografías de su película.
Quien observó todo era el modelo paraguayo Carlos Machado, triunfador en Europa, que estaba detrás de un atril, e invitó a Delfina Gerez Bosco a iniciar la exhibición de su cuerpo, Carlos agarró un cuchillo, lo que hizo paralizar a Gerez Bosco, y le fue desprendiendo la bata, con gran suavidad y delicadeza, mientras le hacía gestos bien eróticos. Todo esto era visto por la multitud de dibujantes, hombres, mujeres, transexuales, no binaries, de distintas etnias, lenguas y razas, ese perfil multirracial que alienta la Fundación Dumitrescu.
Primero las poses rápidas, para ejercitar la manos. El director filmaba y sacaba fotos, que enviaría a los participantes. Para que siguieran trabajando con los dibujos.
Delfina estaba , por las poses. Y entonces, Carlos Machado se ofreció para hacerles masajes. Que fueron más que masajes. Bajó por la espalda hasta las nalgas. En ese momento, Delfina se sintió atraída por los enormes pies de Carlos, que despedían un olor a Queso intenso y sofocante, no pudo evitar olerlos, lamerlos, besarlos y chuparlos, y luego de este disfrute, Carlos la sodomizó. Luego la dio vuelta y la hizo practicar sexo oral. Y la poseyó en forma convencional, sobre la plataforma de posado, entre las telas. Un espectáculo sexual, algo realmente sensacional, seguido con atención por los dibujantes, con dibujos de altísimo vuelo erótico. Y por supuesto, registrado por el director.
Finalizado el sexo, Delfina fue a ducharse, relajada y con deseos de más sexo, lo de Carlos había sido algo sublime para ella. Siendo reemplazada temporalmente por Francesca. Quien posó desnuda desde un principio.
Para superar a Delfina y no hacer lo mismo, aceptó ser la damisela en peligro, la rubia que es potencial víctima, como en clásicos como Frenzy. Fue atada, fingió cara de pánico.
Carlos Eisler, uno de los invitados fingió que iba a acuchillarla, usando espadas como las del Zorro, no por nada era el Quesón de la Marca C de Carlos, usando puñales, no por nada era el Novio Asesino, o el Novio Quesón, como se lo conoció en un primer momento, usando clavos disparados con una máquina de tirar clavos, como asesinó a Giuliana Caramuto, su esposa y quizás asesinato más recordado.
Lo que inspiró ilustraciones dignas de ser afiches cinematográficos, de películas de terror para adulto. Y también posaron como pareja. Lo que desembocó en sexo explícito. Carlos Eisler la hizo arrodillar, y extendió sus largos pies sobre Francesca, y ahí ella empezó a oler aquel Queso que emanaban los pies de Carlos, y olió, chupó, lamió y besó los pies de Carlos, de gran tamaño, talle 48 o 49. Practica de sexo oral. Para ser poseída sobre la plataforma. Lo que se prolongó.
Algunos lo incorporan a dibujos, que serían cuadros provocadores, por lo explícito.
- El arte debe renovarse. Mi ilustre homónimo incorporaría esas escenas a sus películas, de hacerlas hoy – dijo Jichcock.
Mientras tanto, Delfina y Gina posaron juntas, las dos desnudas. Estaban un tanto molestas por abrazarse, tocarse, hasta besarse. Es que se tenían antipatía, pero unos tragos rompieron el hielo. Y unos masajes, como el influjo de los pies de Machado y Eisler. Gina sintió contracturas. Y reclamó una atención como la que había tenido Delfina.
- Quiero un Carlos como los tuvieron ella – dijo Gina.
- El tuyo acaba de llegar de Madrid, viene directo de Ezeiza – le dijo Jichcock.
Y la tuvo de un recién llegado. El famoso modelo masculino español Carlos Barbero Cheli, ex jugador de Balonmano, el Quesón con estilo, como le gusta que lo llamen, el que había tenido un encuentro con la famosa Kelly Brook. Una historia que se ha contado.
Carlos Cheli se sentó sobre una mesa y puso sobre ella sus enormes zapatos, Gina entonces se los sacó, y empezó a oler, besar, chupar y lamer los pies, primero con medias, luego desnudos, despedían un olor a Queso sofocante para cualquiera, y luego del juego de los pies, Carlos la agarró y la puso sobre la mesa, cogiéndola con estilo, o sea de una manera salvaje y feroz, propia de una bestia de la jungla, fue una sucesión de escenas de sexo explícito, que Alfredo se encargó de registrar.
Y hubo un descanso de los dibujantes, en que tomaron tragos, conversaron de temas diversos. En ese descanso se habló de cine, de las mejores escenas de asesinato.
Las tres minas, Delfina, Gina y Francesca quedaron exhaustas despues del sexo que tuvieron, pero recuperaron fuerzas con los Licores Dumitrescu que bebieron, más algún churro que nunca falta en estas ocasiones y largas veladas, y ya recuperadas, posaron juntas.
- Curly, Larry y Moe – dijo la dibujante gorda.
- O Videla, Massera y Agosti – dijo la dibujante negra.
- ¡Oh, no, por favor, no nombren a esos hijos de puta! – exclamó la dibujante gorda.
- Hagamos escenas tipo mitológicas o de cuadros famosos – dijo la dibujante negra.
Y así entonces las tres, imitaron episodios mitológicos, como El juicio de París. En que Atenea, Hera y Afrodita pretendían ser la más bella, posando desnudas para Paris. Y también fueron las Gracias, muy juntitas, íntimamente abrazadas. Y el rapto de las Sabinas, que derivó en más escenas explícitas.
- Este material es oro - dijo el director.
- Una belleza – dijo la dibujante negra.
A las poses siguió el sexo entre los guardavidas televisivas y la azafata de preguntas y respuestas. En que Francesca fue poseída con violencia. Tanto que los Carlos tuvieron que defenderlas. La música clásica, (“Idomeneo, rey de Creta” de Mozart) indicó que había llegado el final.
- Hiciste un buen trabajo, para ser tu primera vez – le dijo la dibujante gorda dibujante a Machado- Si querés, le hago unas correcciones y lo dejó para que pases a buscarlo.
- Gracias, pero no fue la primera vez, sí la primera vez fuera de Europa, yo esto en Europa lo hago siempre, alla el arte esta muy extendido – aclaró Carlos.
Lo cierto es que los dibujantes se fueron y solo quedaron las tres chicas con los Carlos. Entonces, como otras veces, las famosas salieron del trance en que habían estado, como si despertaran de un estado inconsciente, como si volvieran a la Tierra despues de un vuelo o un viaje astral. Reaccionaron de que se habían desnudado, habían tenido sexo, rodeadas por dibujantes, que habían retratado esas escenas. Y además, habían sido filmadas por el director estrella de Piruli Films.Tenían el propósito de protestar, furiosas. Pero escucharon algo que las aterrorizó.
- Fueron buenas chicas –dijo Carlos Machado.
- Pero vamos a asesinarlas. Lentamente –añadió Carlos Eisler – le vamos a tirar un Queso. Porque somos Quesones.
Pero Carlos Cheli pidió moderación, con alivio para las tres famosas. El Quesón con estilo, como era conocido en su ambiente, dijo a sus colegas Quesones:
- Las tenemos, son nuestras, podríamos terminar con estas chavalas, pero os sugiero que le demos una oportunidad- dijo Carlos Cheli con su voz española.
- ¿Cómo es eso, gallego? – dijo Carlos Eisler – Los Quesones quesoneamos, no dudamos.
- Quizás el gallego tiene razón – dijo Carlos Machado.
- No soy gallego – aclaró Carlos Cheli – nací en Malaga, en Andalucía.
Carlos Eisler no entendía nada, pero sintió que todo aquello era parte del juego.
- Bien, chavalas. Pueden huir, si llegais a la puerta de salida y la cruzais, les perdonaremos la vida – dijo Carlos Cheli.
Las tres famosas tardaron en reaccionar, lo que puede explicarse por la intensa experiencia sexual que habían tenido. Y cuando lo hicieron, corrieron despavoridas. Sin preocuparse por estar desnudas, aunque manotearon alguna bata, no estaban para esos detalles. Y tal vez podrían haber huido, pero los Quesones actuaron rápidamente. .
Carlos Machado arrojó un Queso a Delfina, acertándolo en la cabeza, derribándola. Aturdida pero consciente, logró ponerse de pie.
Carlos Cheli recordó su sueño de ser el lanza puñales de un circo. Y lo lanzó a la pierna derecha de Gina, quien cayó al piso, arrastrando en su caída a Delfina.
Carlos Eisler usó el látigo, con su práctica adquirida en la película de El Zorro, para enlazar la pierna derecha de Francesca. Y tiró de él, derribándola. En su desesperación, Francesca se sujetó de las piernas de Delfina y Gina, que fueron arrastradas junto con ella.
- ¡Idiotas! – exclamó Delfina - No puede escapar por culpa de ustedes.
Las tres estaban desnudas, indefensas, en poder de tres implacables asesinos de mujeres.
Carlos Eisler decidió homenajear a la escena de asesinato de Doble de cuerpo, una película de Brian de Palma, con referencias al cine de Alfred Hitchcock.
Tomó del brazo a Francesca, la empujó contra una pared. Y apuntó a su cuerpo con un taladro, con una mecha de impresionante tamaño. Francesca gritó al ser taladrada en su ombligo…
- ¡Por favor, no! ¡No! ¡No! ¡Nooooo! ¡Caaaaaarlooooossssssss, noooooooooooo!
Francesca Cestaro estaba muerta, asesinada por Carlos Eisler. Según alguna versión, ensartada contra la pared. El asesino tomó uno de los Quesos.
- Queso – dijo con frialdad Carlos Eisler mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de Francesca Cestaro
El Quesón con estilo tomó a Gina Casinelli, la cargó en brazos y la depositó sobre la plataforma en que habían posado. Gina suplicó hasta que Carlos Cheli la besó en la boca, con tanta pasión que ella se entregó. Y le rodeó el cuello con las manos y la estranguló. Podría haberla matado fácilmente, pero fue excitante escuchar su gemidos, tratar de respirar, en los momentos que el Quesón aflojaba la presión sobre el cuello. Y la dejó respirar. Quizás dándole como un último suspiro de vida. Y entonces sacó un cuchillo andaluz y le cortó la garganta.
El español tomó otro de los Quesos y lo tiró sobre el cadáver de Gina Casinelli.
- Queso – dijo en voz alta Carlos Cheli, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima.
Delfina Gerez Bosco estaba aterrorizada, al ver como las otras dos habían sido asesinadas. Casi sin voz, por todo lo que habría gritado, gemía desesperada, arrinconada en una pared por Carlos Machado, que la había esposado, como si se tratara de un animal salvaje.
- Por favor, no me hagas eso. Puedo ser tuya, tu esclava. Ya me tenes esposada, no puedo defenderme.
- Hay un ritual que cumplir –dijo Carlos Machado, con frialdad - Pero podrías serme útil.
Carlos Machado hizo que Delfina se arrastrara por el piso. Recordando la escena en que Catherine Zeta Jones se arrastraba sensualmente para esquivar los lásers. Y así la llevó junto al atril, con la pintura que había estado haciendo la dibujante gorda. Tomó un pincel y comenzó a manchar el cuadro, que retrataba a Delfina. Y la puso a ella en diversas posiciones, para completar detalles.
El contacto con Delfina, dispuesta a todo para sobrevivir, renovó sus deseos. Aprovechando la vitalidad de los Quesones, la hizo practicar sexo oral. La hizo dar vuelta, para patear las nalgas. Y sodomizarla, una vez más.
-Cerrá los ojos, Delfina. Y te doy una sorpresa.
Delfina obedeció, fue penetrada. Lo que la hizo nuevamente gemir de placer, olvidando que Francesca y Gina habían sido asesinadas. Y entonces, Carlos Machado dio vuelta el pincel, que del otro lado tenía filo, era como un cuchillo encubierto, o un cuchillo pincel. Y se lo clavó en el ombligo. Y lo volvió a ensartar en el ombligo, esta vez hasta el mango. Mientras que con la otra mano, jugueteaba con las tetas de Delfina, con los pezones.
- ¡Agggh! ¡No quiero morir! – exclamaba de terror Delfina Gerez Bosco.
Las súplicas fueron excitantes, así que se complació prolongando la agonía de Delfina. Y pasó a masajear las tetas, lo que le dio una idea morbosa. De dibujar el contorno de los senos…con un cuchillo. Hubo un desparramó de sangre, con la cual Machado mojó el pincel, para pintarla como si fueran tatuajes temporales. Y para añadir toques rojos al cuadro.
- Ya es tiempo de callarte – dijo Carlos y ahora blandió un gran puñal.
Y una brutal puñalada en el corazón hizo que Delfina quedara en silencio. Delfina Gerez Bosco estremeció su cuerpo. Y nada más. Estaba muerta.
Carlos Machado tomó un Queso. Y lo arrojó sobre el cuerpo.
- Queso – dijo Carlos Machado, con total frialdad.
-Te tomaste tu tiempo. –comentaron Cheli y Eisler.
- No me gusta ser apresurado, como algunos Quesones.
- Yo no soy apresurado – contestó Eisler – Recuerdo la vez que me retaron porque asesiné a Liz Solari, antes de que fue filmada para una película de Rosas. Y tuvieron que reemplazarla.
-Por suerte, ahora está la clonación – acotó Machado - Es fácil reemplaza famosas. Y las técnicas de la Fundación Dumitrescu son excelentes.
- Pero las clones son tan ineptas, como descerebradas, zombies, seres sin alma.
-¿Lo dicen por nosotras? –dijeron al unísono cuatro mujeres. Eran las Santillanas.
- No, ustedes son un caso especial. ¿Las llevan para Astrid Breitner?
- Sí –contestó la líder - Las va a embalsamar, para que sean dibujadas.
- Bueno Carlos y Carlos, yo me vuelvo a España – dijo Carlos Cheli.
- Yo también regresó a Europa – dijo Carlos Machado – mandale un saludo a Carlos Sainz y a Carlos Alcaraz, el Carlos del momento, ese tenista esta tirando muchos Quesos, ya el cronista contara algunos de sus asesinatos.
- Yo me haré una pasada por París, un amigo tiene una cava de vinos, quizás me quede un tiempo allí, para ser el Quesón de la Cava de Vinos, soy un Quesón multifacético, con muchos estilos y uso armas diferentes en mis crímenes – dijo Carlos Eisler.
Y así fue, como Delfina, Gina y la rubia Francesca contribuyeron al arte. Siendo inmortalizadas en cuadros, ilustraciones, que se verían en museos, tras haber sido quesoneadas. Eran decenas, tal vez cientos de dibujos, que serían exhibidos en muestras móviles por el mundo entero, empezando por ciudades como Estocolmo, Copenhague o Amsterdam, donde estas cosas son muy apreciadas.
Para llevarse los cuerpos de las famosas, que serían embalsamados por la rubia Astrid Breitner. Y de esa forma, contribuir al arte, como “modelos vivos”, igual que el cuerpo de Andrea Frigerio. El Arte Quesón, el que nos gusta a los Quesones. Y colorín colorado, una nueva crónica del Mundo Quesón ha finalizado.
(1) Que se llame “Delfina” no es referencia alguna a Carlos Delfino, uno de los asesinos destacados de los “Relatos Quesones”, simple casualidad
espero les guste el relato, el original es totalmente de El Fauno (demosle un aplauso), disfrutenlo, falta muy poco para que el blog tenga un millón de visitas, o un millón de Quesos, como ustedes prefieren, un Queso para todos, Queso!
ResponderBorrarexcelente relato, de lo mejor, una obra de arte quesón, muy bien elegidos los asesinos y las víctimas, excelente el Fauno
ResponderBorrarpor mas pinturas de quesoneadas! no hubiera estado una aparición de Carlos Alcaraz, al cual mencionan en el relato, posando como tenista y matando a una mujer
ResponderBorrarahora la venganza de Carlos Alcaraz, por haber sido un fracaso en Roland Garros y Wimbledon
Borrarel Fauno ya hizo unas historias muy buenas, pero la verdad esta es mejor que todas, es una historia muy buena, con mucho sexo, queso, buenas quesoneadas y buenos quesones, que bueno que el blog se acerque al millón de visitas y con este post lo realza más, eso sí, la Fundación Dumitrescu es ya una multinacional con vínculos de toda clase y especie, una organización mundial que tiende a dominarlo todo
ResponderBorrarla verdad que esta bueno, daba para una pequeña saga, estilo la luna roja del año pasado, quizas con dos o tres asesinos más, que no fueran Bossio, Delfino ni Lobbe (tampoco Sandes), sí, por ejemplo, Reich, Izquierdoz o algún gallego tipo Carlos San Juan, pero es un gran relato y con musicalización
ResponderBorrar¿EL FAUNO SE LLAMARA CARLOS? ME PARECE QUE NO, SI NO TENDRÍA SU CUENTITO COMO QUESÓN, JA, JA, JA, UNA EXQUISITEZ ESTE RELATO COMO ESOS QUESOS QUE TE COMES TODAS LAS NOCHES CARLITOS!
ResponderBorrarNo, soy un muggle conectado.
Borrarla verdad que el relato es bueno, tiene su originalidad dentro de todos los quesos de siempre, pero era necesario nombrar a Carlos Delfino con esa aclaración pelotuda del final? vos te debes hacer la paja con Carlos Delfino todas las noches
ResponderBorrarCarlos Machado esta para el Queso de Oro por este asesinato, pero ya lo gano no? Muy bueno el relato, gracias Fauno por haber hecho esta historia
ResponderBorraruna masacre de mujeres, quizás podría haber habido alguna quesona para equilibrar algo, pero bueno, no deja de ser un buen relato, y haber donde van a exponer los cuerpos, que tal un museo de cera quesón, con víctimas de verdad embalsamadas, podría ser una secuela
ResponderBorrarEso estaría bien para un relato posterior. Esta idea da para algunos más.
BorrarNo sería un museo de cera sino de cuerpos embalsamados.
Sería para que los dibuantes retraten a famosas quesoneadas, con cuerpos embalsamados.
¿Te imaginás como personaje en algún relato?
x supuesto, como el personaje de la canción que es mi nombre, ja, ja, no como víctima de un Carlos asesinos
Borrarun relato para la antología de los grandes Quesos, te pasaste Fauno
ResponderBorrarParece que gustó.
ResponderBorrarQuedó muy bien editado, a pesar de que omití alguna palabra. Es algo que pueden mencionar algún Carlos o alguna Carla. Ese tipo, El Fauno que escribe con tantos errores, se equivoca en la acentuación y hay que adivinar la palabras que omite.
Machado tenía experiencia en el arte. Que dato interesante.
Quedó un relato con morbo. Las famosas no sabían lo que les esperaba.
Da para más relatos con famosas retratadas antes de morir. Y después también, siendo embalsamadas. Lo excluiría a Sandas, que decapita, corta piernas.
También podría ser para relatos con quesonas.
Gracias por los elogios.
los fans de los Quesones te aclamamos Fauno!!!!!
Borrar