Los Nueve Carlos Asesinos de las Españas


Valeria Gutierrez era una joven argentina, de no más de veinticinco años, que vivía en Madrid, la bella ciudad capital del Reino de España, en el centro mismo de la península ibérica. La joven trabajaba en un hotel del centro de Madrid, y un buen día de otoño, en el octubre madrileño, que ingresaba a trabajar después del mediodía, salió a caminar por la mañana por el Parque del Retiro.

- Niña – le dijo una gitana - ¿Quieres que te lea la buena fortuna?

- Vale – respondió Valeria en una expresión típica española que Valeria había incorporado a su habla y que no significaba estar de acuerdo con lo que le proponía la gitana y no hacía referencia alguna a su nombre. 

La chica le extendió la mano y la gitana comenzó a leer las líneas de la mano, y mientras lo hacía, su rostro comenzó a mostrar preocupación primero y horror después.

- ¿Qué ocurre? – preguntó un tanto alterada Valeria.

- No habrá otro invierno ni primavera para vos, Valeria. Morirás este otoño – dijo la gitana como quien emite una sentencia de muerte, y de esa manera resonó en los oídos de Valeria.

- ¿Moriré este otoño? – balbuceó Valeria, sin tener conciencia de lo que estaba diciendo.

- Serás asesinada por un asesino que se llama Carlos, con pies muy grandes y olorosos, te asesinará y te tirará un Queso – señaló la gitana como quien emite un veredicto final – serás asesinada por “el Quesón de las Españas”.

- No podrás escapar a tu destino, que es ese, ser asesinada por Carlos, por Carlos el Quesón de las Españas, ese asesino serial matamujeres, tiraquesos, y patón cuyos pies grandes apestan. Ni intentes defenderte. Cualquier cosa que hagas solo acelerará tu propio asesinato. No podrás escapar a tu destino.

Valeria no pronuncio palabra alguna. Se fue de la gitana sin decir palabra alguna, como aturdida, las palabras de la gitana resonaban como una sentencia en sus oídos una y otra vez. “Asesino” “Carlos” “Pies” “Asesinada” “Queso” un nombre y palabras que empezaron a repetirse una y otra vez, como un disco rayado, en la mente de Valeria.

Finalmente, se sentó en un banco del Parque del Retiro y en el celular googleó “Carlos, el Quesón de las Españas” y allí se enteró de la existencia de un asesino serial que venía asolando a todo el Reino de España desde hacía un año atrás. Nueve mujeres habían sido asesinadas en nueve ciudades diferentes de España, en un asesinato que parecía repetirse como una suerte de mandato bíblico cada cuarenta días y cuarenta noches. Todos los asesinatos tenían en común que sobre los cadáveres de todas las víctimas apareció un enorme Queso Emmenthal, de colosal tamaño, y muchos agujeros. Bilbao, Sevilla, Barcelona, La Coruña, Zaragoza, Málaga, Valencia, Granada y Salamanca, todas las ciudades asoladas por el asesino, que aún no había asesinado en Madrid.

Aunque la Guardia Civil había sido inútil en descubrir al asesino, una serie de mensajes enviados a las autoridades policiales y a los medios de comunicación firmados por “Carlos, el Quesón de las Españas” habían bautizado así al asesino, aunque no existía prueba alguna de quien era o sí se llamaba realmente Carlos.

Lo cierto es que Valeria quedó aterrorizada y deshecha, peor que si le hubieran diagnosticado una enfermedad incurable, y permaneció inmóvil, sentada en un banco, con la mirada perdida hasta que finalmente se dio cuenta que ya era la hora de entrar a su trabajo. Llegó tarde al mismo, pero no le importó. Pensaba reanudar su trabajo en el hotel donde trabajaba en la conserjería, agarró la lista de los huéspedes que se alojaban en el hotel y para su sorpresa, o su terror, se dio cuenta que ese mismo día, como llegados simultáneamente, habían llegado al hotel nueve huéspedes nuevos, y los nueve se llamaban Carlos. Esta vez el asesino había decidido atacar en Madrid y Valeria, no tenía dudas, era uno de ellos, era uno de esos Carlos.

Valeria repasó la lista de los “nueve Carlos”, nueve, como las ciudades donde había atacado el asesino, nueve, como las víctimas del asesino, del Quesón, del matamujeres y tiraquesos.

1. CARLOS MEDINA, joven cantante conocido como “Medio Azul” o “Charly Calibra”

2. CARLOS FERNANDEZ, modelo madrileño

3. CARLOS LAZO, físico culturalista de origen cubano, con residencia en Barcelona

4. CARLOS SAN JUAN, modelo canario

5. CARLOS BARBERO, ex jugador 

6. CARLOS ARRIETA, modelo catalán

7. CARLOS ALOCEN, baloncestista del Real Madrid

8. CARLOS MATURANA, modelo andaluz, consagrado “Míster Universo 2012”

9. CARLOS GOMEZ DÍAZ, modelo canario

Valeria vio la lista y no tenía dudas: uno de ellos era el asesino, y ella sería su próxima víctima, pero ¿Cuál de ellos era el asesino?

- ¿Ocurre algo Valeria? – le dijo la señora Carmen Sánchez, su jefa en el Hotel – te notó muy desconcentrada niña, como ida, como si no estuvieras aquí.

- Es que – dijo Valeria improvisando – no he dormido bien, estoy con un problema familiar en Argentina, y tuve que comunicarme con mi país, era la madrugada de aquí, de España.

- Ay niña – le dijo la señora Carmen – no os preocupéis, ve a descansar un rato a alguna de las habitaciones que está vacía, la 415, ve con tranquilidad, descansa un rato, y despues te reintegras a tu trabajo, a esta hora no hay mucho trabajo en el hotel.

- Muchas gracias señora Carmen.

- Sí, como la Carmen de España – dijo la jefa.

- Me llama la atención la lista de pasajeros – le dijo Valeria – muchos modelos de nombre Carlos, han llegado todos juntos.

- Ay sí niña – le contestó la Señora Carmen – esas casualidades que tiene la vida, un refrán que escuché en tu país, una de las muchas veces que estuve por ahí, decía “para un Carlos no hay nada mejor que otro Carlos”, je, je, ve niña, descansa un rato.

Valeria le hizo caso a su jefa y se dirigió a la habitación 415, que estaba vacía, se acostó en la cama, y comenzó a dormir, de repente, su sueño se vio interrumpido por algo que le tiraron encima. Valeria se despertó de repente y vio que sobre su cuerpo había un enorme Queso, un Queso de tamaño colosal, Valeria intentó sacarse de encima aquel Queso, pero al hacerlo, notó que un enorme pie, de un tamaño colosal, estaba sobre su rostro, era un pie gigante de hombre, un pie izquierdo para ser preciso, con un olor a Queso apestante, intenso, sofocante y asfixiante. 

- ¿Quién eres? – dijo Valeria.

- Carlos. Soy Carlos. Mi nombre es Carlos – respondió una voz masculina.

Al principio a Valeria le dio asco aquel pie, y cualquiera hubiera sentido lo mismo, pues el olor a Queso era realmente algo asqueroso, pero como un animal que realiza el coito sexual a base de su aroma, aquel pie fue atrapando a Valeria, y ella comenzó a olerlo, besarlo, chuparlo y lamerlo, se entregó totalmente a ese pie, y luego hizo lo mismo con el pie derecho, otro pie con un olor a Queso apestoso. No pudo escapar de aquel pie. Tan atrapada y extasiada estaba que se olvidó totalmente de lo que le había dicho la gitana esa misma mañana.

Valeria intentaba ver el rostro del hombre que estaba ante ella, del hombre que tenía esos pies tan grandes, pero no pudo distinguir nada, no porque fuera el hombre sin rostro, sino porque tenía un pasamontaña que le cubría la cara, además de estar vestido totalmente de negro.

Luego de jugar con los pies, el hombre, muy alto y patón, como ya hemos dicho, se tiró sobre la chica, y esta le bajó los pantalones y los calzones, comenzando a chuparle el pene, se entregó totalmente a él, luego el le chupó las tetas, y le hizo cosquillas y lamidas en todo el cuerpo, finalmente la dio vuelta, y tras quedar de espaldas, le dio patadas en el culo, y la sometió a una serie de latigazos, para luego penetrarla por el culo. El placer que sintió Valeria fue inconmensurable.

- Carlos – le dijo Valeria – dejame ver tu rostro.

- No – dijo Carlos – no es el momento de que veas mi rostro, si es el momento de que te folle por adelante, ya lo he hecho por atrás, ahora te follaré por la vagina.

Entonces la penetró por la vagina, y el placer que sintió Valeria fue sublime, una relación sexual bestial, salvaje e intensa. Valeria quedó deshecha, y Carlos, el enmascarado, le volvió a tirar el Queso encima.

- ¡Queso! – gritó Carlos.

- ¡Ahora lo recuerdo! – dijo Valeria, exhausta ante Carlos - ¡Eres el asesino! ¡Oh, no, me habéis atrapado, la profecía de la gitana ya se ha hecho realidad!

- Así es Valeria, soy Carlos, te asesinaré y te tiraré un Queso, serás mi décima víctima, la víctima de Madrid, ya asesiné en Bilbao, Sevilla, Barcelona, La Coruña, Zaragoza, Málaga, Valencia, Granada y Salamanca, ha llegado la hora de asesinar en Madrid, donde se cruzan los caminos, donde residen los Borbones, donde esta la Puerta de Alcalá, mirala, mirala, la Puerta de Alcalá.

- ¡Noooooooooooooooo! – gritó de terror Valeria.

Carlos, el asesino, se sacó entonces la mascara, y se aprestó a asesinar a Valeria. Aterrorizada, Valeria quedó como resignada a su suerte. Pero, ¿Quién era el asesino? ¿Cuál de los nueve Carlos era el asesino? ¿Cómo fue asesinada Valeria?

Carlos Lazo, conocido como Plus o Carlitos777, el joven alto y patón, fisicoculturista de origen cubano, afincado en Barcelona, era el asesino, cualquier mujer o cualquier gay, hubiera quedado rendida ante un físico tan perfecto como el de Carlos. El asesino levantó su pie, y le dio una patada asesina a Valeria, una patada mortal, un golpe certero en el pecho, seguido de otro golpe mortal y brutal sobre el cuello, y otras patadas, de esa manera fue asesinada Valeria, de patadas mortales, si el asesino era Carlos Lazo, por supuesto.

Pero el asesino podría haber sido el baloncestista Carlos Alocén, a la sazón en las huestes del Real Madrid, que desplegó la ninjato, una espada ninja, más corta y recta que una katana, Valeria sintió primero el frío del filo de la ninjato sobre su cuerpo, en especial sobre su cuello, y tras rozarzelo, Carlos Alocén blandió la ninjato y le atravesó el cuello a Valeria, de esa manera fue asesinada Valeria, con una ninjato que le atravesó el cuello, si el asesino era Carlos Alocén, por supuesto.

Claro que el asesino pudo ser también el modelo canario Carlos San Juan, flaco, alto y patón. Valeria contempló como Carlos San Juan agarraba un picahielos, sí un picahielos, como la asesina de “Bajos Instintos”, “Una mujer asesina con un picahielos, no un hombre” balbuceó Valeria al ver a su asesino acercarse a ella con el picahielos, “Yo asesinó con el arma que yo quiero, quizás porque me encanta esa película” dijo Carlos San Juan, y se tiró sobre Valeria, asestándole una veintena de puñaladas. De esa manera fue asesinada Valeria, apuñalada con un picahielos, si el asesino era Carlos San Juan, por supuesto.

Porque sí el asesino era Carlos Gómez Díaz, el modelo también canario autodenominado en las redes sociales @7carlosgomez, el arma era un puñal, un gran puñal. Valeria observó aterrorizada a Carlos Gómez acercarse a ella con un puñal, intentó resistirse, pero la furia del asesino pudo más, y le asestó una brutal puñalada en el estómago, la herida fue de tal magnitud que le podría haber sacado las tripas, pero no fue la única, hubo otras puñaladas, brutales y salvajes. De esa manera fue asesinada Valeria, acuchillada con un gran puñal, si el asesino era Carlos Gómez Díaz, por supuesto.

Sin embargo, el asesino pudo ser Carlos Barbero, @carlos_cheli o simplemente “Carlos” en Instagram, el ex jugador de balonmano, devenido en modelo. Carlos se vistió con su elegante ropa, típica de un asesino serial, y agarró un puñal, tras mirar a su víctima con una mirada que solo un asesino puede tener, y que paralizó a Valeria, le tiró el puñal, clavándoselo directamente en el corazón, no se detuvo ahí y sacó un revolver calibre 45 con silenciador, y realizó un disparo, el balazo se impactó en el cráneo de Valeria, rematándola así mientras la joven agonizaba como consecuencia de la mortal puñalada. De esa manera fue asesinada Valeria, con una puñalada en el corazón y un balazo en el cráneo, si el asesino era Carlos Barbero, o Carlos Cheli, por supuesto.

Pero el asesino pudo haber sido también Carlos Arrieta, el joven modelo catalán, que miró a Valeria y mientras lo hacía cargo el revolver calibre 45 con silenciador con sus guantes negros, se volvió hacia la chica, levantó el arma, y efectuó una docena de disparos, vaciando el cargador, un asesinato simple, una auténtica ejecución realizada a sangre fría. De esa manera fue asesinada Valeria, acribillada a balazos, si el asesino era Carlos Arrieta, por supuesto.

Porque Carlos Medina, medioazul o Charly Calibra, no usaba revolver ni puñal ni ninjato para asesinar, tampoco sus pies, sino sus manos, sí sus manos, enfundadas en guantes negros, porque mientras movía sus manos, se fue acercando a Valeria, que lo miraba aterrorizada, ella intentó defenderse, pero la agarró del cuello, y comenzó a estrangularla, la dejó sin aire, y así la asesinó. De esa manera fue asesinada Valeria, estrangulada, si el asesino era Carlos Medina, por supuesto.

El flaco y larguirucho Carlos Fernández, Carlitos Fernandezz en las redes, puede ser también el asesino, el modelo madrileño pudo haber por fin asesinado en su ciudad, tras despistar a toda España, cometiendo crímenes en otras ciudades y comunidades autónomas. Carlitos tomó un gran cuchillo dentado, extra largo, y se acercó a Valeria, atacándola y apuñalándola en forma brutal. De esa manera fue asesinada Valeria, de cuarenta y cinco puñaladas, si el asesino era Carlos Fernández, o Carlitos Fernándezz, por supuesto.

Porque los Carlos eran nueve, o sea que también el asesino podría haber sido Carlos Maturana, el modelo andaluz, belleza masculina por antonomasia, que supo ser “Míster Universo 2012”, un asesino al que le gustaban los cuchillos, y efectivamente, atacó a Valeria con un gran cuchillo, de enorme tamaño, capaz de cortar a una res por la mitad. La apuñaló en forma salvaje y brutal, con cortes y heridas en todo el cuerpo. De esa manera fue asesinada Valeria, de ochenta y siete cuchillazos, si el asesino era Carlos Maturana, por supuesto.

¿Cuál era de los nueve era el asesino? ¿Los nueve Carlos tal vez?

Asesinada Valeria, Carlos, el asesino, agarró el Queso con los guantes negros.

- Queso – dijo Carlos, el asesino, mientras tiraba el Queso sobre el cadáver de su víctima.

Con total impunidad, Carlos, el asesino se retiró de la habitación 415, la habitación de la sangre, la habitación de la muerte, la habitación del asesinato, la habitación del Queso, la habitación donde un hombre asesinó a una mujer, la habitación donde un Carlos había asesinado a una Valeria, donde un Quesón había quesoneado a una quesoneada.

- Carlos, el asesino serial de mujeres, el Quesón de las Españas, ha cometido su décimo asesinato – informaron en Televisión Española como si estuvieran informando los resultados de la Liga de Fútbol – ahora sí ha atacado en Madrid, la capital española no ha escapado a los asesinatos de este asesino serial.

- La Guardia Civil resolverá el caso en los próximos días – informó el Jefe de la Guardia Civil, don Emilio Butragueño – el asesino no tardará en ser atrapado, ya sabemos que se llama Carlos, es alto, patón y tiene olor a Queso en los pies. 

¿Atraparía la Guardia Civil a Carlos, el Quesón de las Españas? ¿Cuál de los nueve Carlos era el Quesón de las Españas? ¿O habría más víctimas en otras ciudades? ¿Badajoz, San Sebastián, Toledo, Murcia, Alicante, Lleida o Pamplona, serían escenarios de nuevos asesinatos, de nuevos Quesos, de Carlos, el Quesón de las Españas?


Comentarios

  1. épico recitado español

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  2. Si se trata de Ravelia Zamas, la tatuada, es como Doctor Who, con vidas renovadas para morir una y otra vez. Así que pudieron asesinarla los nueve, uno detrás de otro.
    Y luego revivirá, lo que acentuará la impunidad, por falta de cádaver.

    Y se desquitara ejerciendo como quesona.

    Que provocativa se la ve.

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  3. la flaca tatuada esta buena, para quesonearla una y otra vez

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  4. la asesinaron todos, le tiraron nueve quesos, aunque repetitivo, esta bueno, me gusta eso de las historias donde hay muchos quesones, los gallegos dan para mucho material

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  5. dos cosas: falto Carlos Sainz, el corredor que mató a la Santillan, y la vieja del hotel, ¿complice de los asesinos? ¿era la marquesa de Avila tal vez? ¿Una vampira que se alimenta de la sangre de Ravelia, por eso la matan nueve veces? despues todo muy bueno, debe haber más saghas

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  6. no estaría mal el mismo cuento pero en la versión argentina, con Bossio, Delfino, Eisler, Sandes, Reich, Roa, etc, como asesinos, hasta podría ser un homenaje a Carlos Calvo, el Quesón Supremo, obviamente debería intervenir en forma protagónica Lady Dumitrescu y el Comisario Miguel, y hasta Maru Sandes

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  7. OLE, AL FINAL, ESPAÑA ESTA REPLETA DE QUESOS, MAS QUESOS QUE TOROS

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  8. coincido con muchos comentarios, a la tatuada hay que amasijarla muchas veces

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  9. al parecer España esta repleta de asesinos y no nos hemos enterado, el relato es muy bueno, siempre combinas bien los asesinatos y los quesos, eso sí, en medio de tantos Carlos, te has olvidado de Carlos Cuevas, el Pol Rubio de Merlí, agregalo, te aseguro que sería un muy buen asesino, y de mi tierra, Barcelona

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  10. buenos estos asesinos, así no repetís tanto a Delfino o Sandes, tus Carlos preferidos

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  11. yo creo que la tatuada fue tu novia y que vos la matastes en la vida real, debes haber escondido el cadaver despues de tirarle un Queso, y pisotearla con tus sucias patas

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  12. La Niña de Embajadores16 de febrero de 2021, 4:41 a.m.

    una descripción perfecta de la realidad española

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