El Asesino de Pampita y Nicole Neumann, en el Reich distópico nazi




En los Relatos Quesones, tanto Nicole Neumann como Carolina Ardohain (“Pampita”) han sido asesinadas por Carlos “Charlie” Reich a balazos.  Las historias de ambos crímenes se convirtieron en grandes clásicos de los Relatos Quesones (1).
Sin embargo, dejemos por un lado esos relatos oficiales, y entremos en otra dimensión alternativa, donde tanto Nicole como Pampita aún viven, un mundo donde Alemania ganó la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, y el III Reich ha impuesto su modelo de vida a nivel mundial.
En ese mundo, el 20 de abril, las familias suelen reunirse a festejar el natalicio de Adolf Hitler, una suerte de navidad nazi, donde el mundo entero lo festeja comiendo salchichas y bebiendo cerveza, a la usanza de esas fiestas populares tan comunes en Alemania, principalmente Baviera.
Además de la comida la gente se hacía regalos y cantaba canciones nazis en las calles, la más popular, el Horst Wessel Lied. Se hacían peregrinaciones masivas para visitar la tumba de Hitler, muerto en 1971 en este mundo alternativo, a la edad de 82 años. Un gigantesco mausoleo ubicado en Berlín, donde en nuestro mundo esta Alexanderplatz, era un lugar de culto para todos. Los líderes de todas las naciones amigas de Alemania, los regímenes fascistas y nacionalistas que se expandían por el mundo, concurrían a la tumba a visitarla y dejar sus ofrendas.


En ese contexto, Astrid Breitner, una dama de la alta sociedad, alta dignataria de las SS, preparo una gran cena para festejar la Natividad Hitleriana, y una de las invitadas era Nicole Neumann, de sangre germana, pues su padre es de origen austriaco, obviamente, en esta realidad alternativa Austria y Alemania son la misma cosa, parte del III Reich, que se extendía desde el este de París al Volga.
Nicole entro con una chica a la fiesta y la presentó:
- Es Carolina, mi criada, la mucamita, le decimos “Pampita” porque nació en La Pampa.
- Muy bien Nicole, los de sangre aria a festejar el natalicio de nuestro Führer, los criados que se ocupen de la servidumbre – dijo Astrid.
Pampita se agachó y limpió los zapatos de Nicole, mientras agarraba la ropa y la llevó al guardarropa. Escenas similares se repitieron con los demás invitados. Los sirvientes, siempre humillados, pero acostumbrados a eso, 
- Algunos tienen esclavos africanos, de raza negra, les da un toque más exótico – dijo Fraulein Rummenigge, íntima amiga de Breitner.
- El lugar de los negros es el Africa, que se queden ahí esos caníbales – agregó Fraulein Schumacher, otra de las amigas.


Sonaron los valses vieneses en homenaje a Nicole, antes de comenzar la cena de la natividad hitleriana, todos los invitados, de raza aria, bailaron. Uno de ellos, que además tenía como apellido Reich, como el III Reich, fue al baño. Al hacerlo se dio cuenta que la mucamita, Pampita, estaba limpiando los inodoros.
- Disculpe, señor.
- Señor Reich, así me llamó, Carlos Reich, aunque me dicen Charlie, je, je.
Charlie miró a Pampita y no pudo evitar lanzarle miradas de carácter provocativo. Por ley, si un amo (o ama) deseaba tener sexo con una criada (o criado), esta no podía negarse. Así eran las cosas en este mundo distópico del dominio nazi. Pampita agachó la cabeza y le dijo a Charlie:
- Si desea tener sexo, soy toda tuya.
- Vamos a un lugar discreto, la mansión de Astrid tiene decenas de habitaciones en los pisos superiores, encontraremos un buen lugar 
Allí fueron. Pampita, acostumbrada a esas escenas, se tiró a la cama, y Charlie puso sus pies encima, el olor de esos pies era muy alto, Pampita le sacó los zapatos, y empezó a chuparle, lamer, besar y oler los calcetines de Charlie, de un alto olor a Queso, después les sacó las medias, y empezó a chuparlas, le hizo caricias a los pies, y despues de esto, Charlie se tiró encima y cogieron de una manera muy intensa. Pampita estaba acostumbrada a eso, la vida de las criadas es así en el Reich, una sumisión permanente.
- Muy bien, ha sido algo magnífico – dijo Charlie Reich - ¿Cómo te llamas? ¡Ja, ja! Hemos cogido y no se tu nombre, ¿De quien eres la criada?
- Me llaman Pampita, soy la criada de Nicole Neumann.
- ¿Nicole Neumann? – dijo Charlie - ¡Oh, qué interesante!
- ¿Por qué interesante?
- Porqué Astrid me contrató para asesinar a esa perra. Soy un asesino serial, soy un Quesón, ya sabes que en este Reich alemán, ser Quesón es algo legal, como ser médico o ser abogado.
- ¿Pero porque Nicole?
- No lo sé, si Astrid lo ordena, yo obedezco, lo siento Pampita, pero sí asesinó a tu ama, también asesinó a su criada, o sea, que tengo que asesinarte.
- ¡Noooooooooooooo! – exclamó aterrorizada Pampita.
La mucamita observó que Charlie, muy bien vestido con los guantes negros, le apuntaba con un revolver con silenciador.


- Queso – dijo Charlie, al efectuar el primer disparo, que impactó en la pierna izquierda de Nicole.
- Queso – dijo Charlie mientras hacía el segundo disparo, que impactó en la teta derecha de la modelo.
-       Queso – dijo Charlie por tercera vez mientras el balazo impactaba en la pierna derecha de Carolina, que agonizaba por las heridas.
-          Queso – dijo Charlie por cuarta vez mientras el balazo impactaba en la vagina de Pampita.
-          Queso – dijo Charlie por quinta vez mientras el balazo impactaba en la teta izquierda de Pampita.
-          Queso – dijo Charlie por sexta vez mientras el balazo impactaba en el estomago de Pampita.
-          Queso – dijo Charlie por séptima vez mientras el balazo impactaba en el cuello de Pampita.
-          Queso – dijo Charlie por octava vez mientras el balazo impactaba en la frente de Pampita.
El asesino dio por finalizada la tarea al tirar un Queso sobre el cadáver de Pampita. Después salió de la habitación y se disponía a bajar la escalera, pero justo en ese momento, se cruzó con Nicole Neumann.
- ¿Vos sos Charlie? Astrid me dijo que viniera a hablar con vos. Le hice una promesa a la memoria de nuestro Führer, tener sexo la noche de su natalicio. Te ví en la fiesta hace un rato y pensé que eras el indicado.
- Gracias – dijo Charlie.
- Hace rato que no veo a mi criada, ¿Acaso estuvo con vos?
- Puede ser – dijo Charlie – pero ahora es la hora de estar con vos, Nicole.
Entraron a otra habitación, ubicada al lado de donde estaba el cadáver de Pampita. 
Charlie se tiró en un sofa y puso sus pies sobre la punta, Nicole se arrodilló y empezó a oler las medias. Primero las olió, después las besó y las chupó. Una y otra vez.
-         ¡Qué olor a Queso que tenes Carlos! – Nicole parecía disfrutar con ese Queso tan intenso y apestoso.
-         Sácame las medias, y ole los pies – dijo Carlos. Nicole hizo eso, le sacó las medias, y los pies quedaron descalzos, arrodillada, los besó, lamió, chupó y olió una y otra vez. Eran pies muy grandes, Charlie calzaba cuarenta y cinco.
-         ¡Qué olor a Queso que tenes Carlos! – dijo otra vez Nicole que parecía drogada por ese olor a Queso tan intenso y apestoso.
-         Soy un Queson – dijo Charlie – y espero que disfrutes de este Queso, Nicole.


La chica entonces se arrodilló una vez más y continuó lamiendo, chupando, besando y oliendo los pies de Charlie. De los pies se sumergieron a un sexo intenso y salvaje, se arrastraron por el piso, se agarraron de las cortinas, cogieron primero sobre la cama, después sobre la alfombra, Nicole estaba extasiada, el sexo era total. Quedó rendida en el piso, totalmente exhausta. Charlie, se volvió a vestir, y se puso los guantes negros.
Fue en ese momento cuando Charlie sacó como salido de la nada un enorme revolver calibre 45 con silenciador, le dijo a la top model:
-         ¡Nicole!
La chica elevó entonces su vista a donde estaba Charlie y para su sorpresa el joven la estaba apuntando con un revolver. 
Le puso el gatillo sobre la cabeza, Nicole quedó horrorizada.
- ¿Me vas a asesinar Charlie?
- Lo siento, Nicole – fue la respuesta de Charlie – son ordenes de Astrid.
- ¡Sabía que esa sucia puta me iba a traicionar! ¡Jamás me perdonó esa noche en que me manoseo, me chupó el culo, las tetas, y yo le rompí una botella de champagne en la cabeza!
En ese momento, Charlie, la miró con una mirada que solo puede tener un asesino y dijo en voz alta:
-         Queso.
Entonces Charlie disparó. El balazo fue preciso, atravesó el cuello de la chica. El asesino dijo otra vez en voz alta:
-         Queso.
Un segundo disparo efectuó en ese momento que impactó en las tetas de Nicole.


Hubo seis balazos más, todos efectuados mientras Charlie decía en voz alta la palabra “¡Queso!”, cuatro más en las tetas, uno más en el cuello, y el octavo, en la frente.
No hicieron faltan más disparos, Charlie dejó el revolver sobre la mesa, tomó el Queso y dijo en voz alta:
-         Queso.
Charlie tiró entonces el Queso sobre su víctima. Abandonó la habitación, y escuchó que en la fiesta cantaban el himno nazi “Horst Wessel Lied” en homenaje al Führer, mientras en una pantalla pasaban el histórico discurso que Hitler dio en el Congreso del Partido en Nüremberg, en 1934, inmortalizado por Leni Riefensthal en “El Triunfo de la Voluntad”.
Charlie se acercó a Astrid y le dijo:
- Misión cumplida, mein Fraulein.
- Merecían eso, una vez estuvieron acá las dos, la ama y la criada, yo les sugerí una diversión a mi manera, las toquetee, les chupé el culo, las tetas, pero ellas me pegaron, me agredieron, me rompieron una botella en la cabeza, y se fueron, después simulé una reconciliación, y las invite, solo para vengarme. 
- No le pido intimar con usted mein Fraulein porque se que a usted le gustan las chicas.
- Y así es, mein Charlie, pero eso lo podemos pensar otro día, hoy es el Día del Führer!, Sieg Heil – y Astrid grito en voz alta – Sieg Heil – y cada vez más alto – Sieg Heil.
Y todos los invitados gritaron:
- ¡Sieg Heil!
Una versión indica que los cadáveres de Nicole y de Pampita podrían haber sido llevados a un centro de experimentación, quizás con el objetivo de clonarlos. Aunque con solo una muestra de sangre de cada una bastaba para eso. Así lo explica un científico en Jurassic Park con los dinosaurios. Y con las técnicas avanzadas de Mengele en este Mundo Nazi distópico todo puede ser perfecto.
Y así finaliza nuestro relato ambientado en esa dimensión donde el nazismo lo domina todo, una realidad sin duda horrible, que sigue buscando el mito de la raza superior. Donde ser Quesón es algo “legal”. ¿Qué significara eso? 

Comentarios

  1. Bien por el regreso de los relatos.

    Y bien esta idea del mundo distópico, en que Astrid tiene tanto poder.
    Y a pesar de eso sigue siendo rechazada, esta vez por Nicole y Pampitua.

    Morbo lo de Pampita siendo sumisa, obligada a obedecer a quien pida tener sexo con ella. Aunque parece que lo hizo con gusto.
    Un detalle curioso es que sigue siendo modelo. Supongo que modelo de bondage, sumisa, siendo atada. Y seguramente dominada por Nicole.

    Lo curioso es que se preocupó por Nicole, antes de saber que la iban a asesinar.

    Podrían haber más retos distópicos.

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  2. excelente este relato, si apoyo lo que dice el Fauno, más relatos distópicos, a Carlos Quesón lo salvamos de buscar nuevas víctimas, porque puede repetir asesinatos en otros contextos, como una historia de samurais donde Carlos Delfino le corte la cabeza a Valeria Mazza y a las otras, por ejemplo

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  3. la idea de un mundo alternativo donde ser quesón es legal, debería ser aprovechada en una nueva catarata de relatos

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