Los Asesinos de Catherine Fulop y Oriana Sabatini





Catherine Fulop salió de su casa en un auto con su chofer para ir a un programa de televisión donde iba a ser una de las panelistas. El auto apenas avanzó unos treinta metros cuando tuvo que detenerse por una anciana que cruzaba la calle.
- La puta madre Ruperto – dijo Fulop al chofer – hay que detenerse por esta vieja.
- ¿Puta Madre? – dijo la anciana que escuchó lo que decía Fulop, se puso delante del vidrio polarizado del auto y siguió hablando - ¿Esa es la educación chévere que te han dado en Venezuela?
Fulop se sintió provocada por la anciana y bajó el vidrio polarizado. La anciana parecía salida de la edad media y levantó el bastón para decirle a Fulop:
- Eres una mal nacida. Pagaras esta afrenta.
- Usted es una vieja de mierda.
- Soy Lady Dumitrescu. La maldición de los Quesones caerá sobre ti hija de la gran flauta.
- Sigamos Ruperto – ordenó Fulop.
El auto arrancó y ya no se detuvo hasta llegar al Canal. Fulop dijo:
- Qué vieja hija de puta.
- No debió haberla insultado. Era una pobre anciana y…
- Callese Ruperto. Esta despedido. Luego hablaremos de la indemnización.
Llegaron al canal. Ruperto ya se sabía despedido. Fulop entró al canal con cierta furia, se llevó por delante a una empleada de limpieza, y grande fue la sorpresa de Catherine al ver que la cara de la empleada de limpieza era igual a la anciana del incidente.
- Otra vez usted – dijo Fulop, ahora con cierto temor.
- Pagaras esto Fulop ja ja ja ja ja – la empleada de limpieza lanzo una carcajada.


La venezolana esperó entonces su participación en el programa. En un segmento anterior estaban los dos Carlos Delfino, padre e hijo. Dos basquetbolistas, muy altos. Uno, el padre, un ignoto jugador de la Liga Nacional, un basquetbolista muy rústico, con sus 1,98 metros de altura y un calzado número 48. Su hijo, un triunfador del deporte, el gran Carlos Delfino, figura de la selección nacional y de la NBA, con sus dos metros de altura y su calzado número 50. En el corte, Fulop tuvo un breve dialogo con los Delfino.
- ¿Así que se llaman todos Carlos?
- Todos Carlos. Yo soy la cuarta generación de Carlos en mi familia y Carlitos, es el quinto – aclaro Carlos Delfino padre.
- Por eso en una época en mi twitter me hacía llamar Carlos V ja ja ja – dijo Carlos Delfino hijo.
- Qué pies grandes que tienen ¡Es impresionante! – dijo Fulop.
- Yo calzo 48 y Carlitos calza 50 – dijo Carlos padre.
- Imaginate – señaló Carlos hijo – una vez le tiré una zapatilla, era como tirarle una lancha. Bueno, por eso me dicen el Lancha ja ja ja.
- Deben oler muy fuerte.
- Muy fuerte. Son Quesos, no son mis pies.
- Por eso somos Quesones – dijo Carlos Delfino hijo.
- Siempre me imaginó que los patones como ustedes deben ser una bomba sexual.
- Bueno, a mí me dicen el Toro – dijo Carlos padre.
- ¿El Toro? Ayyy, ¿No les gustaría tener sexo conmigo? Sueño con hacerlo a la vez con los dos Carlos.
- ¿Nos estas hablando en serio? – dijo Carlos padre.
- Yo quesonee a Valeria Mazza, Brenda Gandini, Zaira Nara, Connie Ansaldi, Tini Stoessel y otras, mira si no voy a dudar en quesonearte Catherine – dijo Carlos hijo.
- Los espero, les doy mi dirección, Calle del Sorgo Forrajero casa n° 14, os espero niños… ja ja…
- ¿Y el Ova Sabattini?
- Más cornudo que cien ciervos machos todos juntos – dijo Fulop - ¡Ja, ja, ja, ja! Te espero Toro.


Los dos Carlos Delfino quedaron solos hablando entre ellos.
- La cosa es con vos viejo, es increíble. El Quesón soy yo, pero quiere tener sexo con vos.
- Para, yo también soy Quesón che, ja, ja, vos habrás tirado más del mil Quesos, si es verdad, sos un Quesón de Quesones, ja, ja, pero yo también tengo mis Quesos, bueno, ja, ja.
Fulop participó del programa donde debatió sobre temas muy relevantes para la sociedad, en medio de una opinión pública todavía conmocionada por el asesinato de Tini Stoessel, ocurrido un par de semanas antes en Nueva York. La sociedad estaba también conmocionada ante el mito urbano de que la conductora y modelo Carla Conte era una cruel e implacable asesina de hombres.
Cuando Fulop terminó su participación en el programa, salió del canal y le dijo a Ruperto, su chofer:
- Ultimo viaje Ruperto. Ya sabe que esta despedido.
- Por favor señora Fulop…
- La decisión no tiene marcha atrás.
Cuando estaban llegando a la casa, otra vez la anciana se cruzó en el camino. El auto se detuvo mientras la anciana pasaba por un costado. 
- ¿Porqué para Ruperto?
- Estoy despedido. Me chupa todo un huevo.
- Le pagaré la mitad de la indemnización.
- Recurriré al sindicato.


La anciana agarró el bastón y rompió el vidrio del auto. Fulop quedo horrorizada. La anciana dijo:
- Ja, ja, ja, la maldición de los clanes de los Dumitrescu, los Hagi y los Răducioiu caerá sobre ti. Ja, ja, Fulop.
Catherine, presa de odio y furia, se bajó del auto y le dijo a Ruperto:
- Me voy Ruperto. Regresaré caminando a mi residencia. Denunciaré que me robó el auto. No le alcanzarán los días de su vida para pagarme la indemnización. 
- Soy un pobre trabajador. Estoy en Pampa y en la vía.
- Quédese tranquilo Ruperto. Ja, ja, ja – dijo la anciana.
Fulop iba a regresar caminando a su casa. Pero justo por ahí pasaban los dos Carlos Delfino. Manejaba el padre y le dijo a Fulop:
- Ibamos a su residencia señora Catherine. Aceptamos su invitación.
- Perfecto – dijo Fulop – me han robado el auto. Es cerca de aca, vamos rápido. Quiero disfrutar tus Quesos, Carlos.
Llegaron a la residencia. El agente de seguridad y las dos mucamas de Fulop estaban en la puerta.
- Estamos en estado de asamblea. No trabajaremos hasta que reincorpore al Chofer Ruperto.
- ¿Con planteos gremiales a mí? – dijo Fulop - ¿Se creen que son la CGT? Váyanse al carajo, están todos despedidos. Vuelven a sus chozas en la villa muertos de hambre.
Los laburantes se fueron indignados por Fulop pero Lady Dumitrescu los encontró mientras se iban y les dijo: "Ja, ja, ja, ganaremos".



Pasado el incidente, los dos basquetbolistas bajaron dos enormes Quesos. Muy grandes. Imaginemos dos hormas gigantescas de Emmenthal. 
- Jugaremos al Queso – le dijo Carlos Delfino padre a Fulop.
- Quiero jugar a ese juego – dijo Fulop.
- ¿Y yo? – dijo Carlos Delfino, el Lancha – Quesonee a cientos de minas, que digo cientos, yo creo que ya superé las mil.
- Tranquilo Carlitos – dijo Fulop – ya esta Oriana en la casa.
Se refería a Oriana Sabattini, la hija de Fulop con Osvaldo Sabattini, el hermano de la gran Gabriela, heroína del tenis argentino.
Cuando entraron a la casa, Fulop le dijo al Lancha:
- Ve por allí Carlitos, allá esta el cuarto de Oriana.
Al Lancha no le agradó mucho el trato que Fulop le dio, pensó:
- Por menos de esto, corté muchos cuellos y tiré muchos Quesos, que le vamos a hacer…


El basquetbolista entró a la habitación, Queso y cuchillo en mano, parecía que Oriana lo estaba lo esperando. Efectivamente la hija de Fulop le dijo:
- ¿Vos sos Carlos Delfino, no? Un gran basquetbolista…
- Así dicen, bueno, gané un par de medallas en el básquet, una de oro en 2004 y una de bronce en 2008.
- Mi tía también ganó una, creo que de plata, en Seúl 88.
- Sí, Steffi Graff y Martina Navratilova la tenían de hija. No le ganaba nunca.
- Y bueno, Carlos, hablas como si fueras el Manu Ginóbili, el sí ganó anillos de la NBA, vos jugabas en Milwaukee…
- Tenes pies muy grandes nena, ví que te hicieron bullying por eso…
- Sí, pies muy grandes. Ja, ja, no como los tuyos Carlitos.
- Los míos son más que grandes, son gigantescos.


- Sos pie grande, Carlos, sos el Lancha, ja, ja…
- Así dicen…
- Hubiera sido una buena Quesona con estos pies. Pero bueno parece que venís a quesonearme…
- Te quesonearé si mereces ser quesoneada.
- Tenes olor a Queso. No solo en los pies. En todo cuerpo. Sos muy Quesón.
- Muy Quesón. Quesonee a muchas minas. 
- ¿Valeria Mazza, Zaira Nara, Leticia Bredice, Silvina Luna, no?
- Así es…
- ¿Le cortaste la cabeza, no?
- Sí.
- ¿A mí también me la vas a cortar?
- No creo. Primero olé mi Queso.


Los pies de Carlos Delfino eran muy grandes. Calzaba 50, pero cuando quesoneaba parecía calzar todavía más, un 55 o un 56. Las lanchas de Shaquille O’Neal quedaban chicas al ver los pies de Carlos en estos trances. Oriana empezó a olerlos, primero el izquierdo, luego el derecho, los chupó, olió, besó y lamió. Luego tuvo sexo con el basquetbolista. Disfrutaron los dos mucho. Oriana quedó como extasiada. 


Carlos agarró el cuchillo y dijo en voz alta:
- Seré más práctico. No te cortaré la cabeza. No tengo la katana. No la traje. Te degollaré con el cuchillo.
- Haz lo que quieras Carlos – dijo Oriana que estaba como ida fuera del mundo esperando su suerte con resignación y alegría a su vez – quesoneame como hiciste con Tini Stoessel hace unos días.
- ¿Cómo sabes que fui yo? Igual no lo hice solo. Me acompañó Carlos Matías Sandes.
- ¿Necesitabas ayuda Carlitos?
- No, no hacía falta, yo solo la quesoneaba sin problemas, pero lo queríamos hacer juntos. Bueno, basta Oriana, te asesinaré.


Carlos entonces le corto el cuello con el cuchillo. Un feroz corte de izquierda a derecha, otro de derecha a izquierda, y otra puñalada brutal en la cabeza. Al terminar, Carlos Delfino, el Lancha, agarró el Queso y lo tiró sobre el cadáver de Oriana diciendo en voz alta:
- Queso.

Mientras tanto, Catherine Fulop llevó a Carlos Delfino padre a su habitación. El veterano ex jugador de básquet, con sus cincuenta largos, estaba plácido de poder tener sexo con Fulop, que era cinco años menor que el.
- Dale Carlos, así que te dicen el Toro – dijo Fulop.
- Ahora vas a ver porque me dicen el Toro. Pero también porque soy un Quesón.
Primero jugaron a los pies, la práctica tan habitual de los Quesones. 


Luego se chuparon la concha, la pija y los culos. Después tuvieron sexo en forma loca y desenfrenada. Cuando terminaron, Fulop le dijo:
- ¿Y ahora Carlos? Nunca nadie me hizo sentir mejor.
- ¿Ni siquiera el Ova Sabatini?
- ¿Ni siquiera él? Seguro que hubieras querido que el Comandante Chavez también te la hizo buena.
- Nooo… siempre fui anti bolivariana…
- Ja, ja, no hablemos mejor de la política. Ya sabes porque me dicen Toro y porque soy un Quesón. Ahora viene lo mejor.
- ¿Y qué es lo mejor?
- Asesinarte.


Carlos Delfino padre tomó el cuchillo y se tiró sobre Fulop, apuñalándola salvajemente. Le dio como cien cuchillazos, uno tras otro. Cuando terminó, tomó el Queso y lo tiró sobre su víctima diciendo en voz alta:
- Queso.
Así fueron asesinadas Catherine Fulop y Oriana Sabatini. Una por Carlos “el Toro” Delfino, la otra por Carlos “el Lancha” Delfino.
Al finalizar los dos Quesones estaban satisfechos por este nuevo asesinato que sumaron a su largo historial. Para su sorpresa, una anciana los estaba esperando… era Lady Dumitrescu.
- Ja, ja, ja – río Dumitrescu – gracias Quesones. Gracias Carlos Delfino padre. Gracias Carlos Delfino hijo. Ja, ja, ja, con esta sangre rejuveneceré nuevamente.
Ruperto, el guardia de seguridad y las dos mucamas regresaron a la casa. Dumitrescu les daría toda clase de regalos, joyas y dinero. Mucho dinero. Miles de dólares y euros para cada uno. Una de las mucamas dijo:
- Fulop y Oriana se merecían esto pero pobre el señor Osvaldo cuando se enteré…
Dumitrescu contestó:
- ¡No se enterará jamás! ¡Quizás a esta hora Carla Conte lo este quesoneando! ¡O quizás sufra de un ataque de amnesia y ya nada recordará! ¡Ja, ja, ja!
Los Quesones contentos se fueron mientras Lady Dumitrescu, una vez más, regresó a su plenitud.



Comentarios

  1. ja ja ja locura total

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  2. queremos más de Lady Dumitrescu y de los pies de Oriana Sabattini (Carlitos la amasijó pero ella previamente quizás fue una Quesona)

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    1. Me gustó el relato.
      Me gustó que Catherine haya sido quesoneada por ofender a Lady Dumistrescu, a quien no conviene enojar. Y por haber despedido a quienes podrían haberla protegido. O intentado.
      Y que Oriana haya querido ser quesoneada como Tini Stoesel, cuya clonación no evitó que se supiera de su asesinato.

      Me sumo al pedido de más relatos con Lady Dumitrescu, quien se mostró generosa con el personal. Y se ve bien rejuvenecida.

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  3. Ya prolongó su existencia, ya obtuvo poder y ahora regresó a su plenitud, que le queda muy bien.
    El próximo objetivo de Lady Dumitrescu podría ser tener personal para su castillo. Podría vampirizar famosas, luego de que sean quesoneadas, para convertirlas en mucamas, alguna ama de llaves para que les de ordenes, alguna secretaria.

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  4. que Quesón que resultó ser el Señor Carlos Delfino... con razón que el pibe salió tan Quesón... ahora se entiende todo

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  5. otro cuento con Carlos Delfino (padre) en el rol estelar de Quesón Asesino

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  6. hagan "la asesina del Ova Sabbatini" con Carla Conte como Quesona

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  7. Muy bueno en general. La primer parte excelente, de lo mejor de los relatos. Fulop es presentada como una villana perfecta: pervesa (maltrato a los empleados), cínica (comentario sobre los cuernos del marido) y muy arrogante, de manera que nadie sienta empatía y alguna conmiseración por su muerte (como dice la empleada "Fulop y Oriana merecían esto". El descenlace es más flojo. Una perra malvada como la describe el principio debía sufrir psicológica y/o físicamente más al momento de ser quesoneada. Se me vienen a la memoria la historia con A. Ghidone donde hay toda una secuencia de horror psíquico que pasa de la sorpresa, al miedo y a la desesperación o la de la Alfano con las ratas comiendo el cadáver, como finales más adecuado al relato inicial.

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    1. Buena observación. Podría agregarse a las mucamas vampirizadas, las de esos nombres raros, que devore a Catherine Fulop para alimentarse. Incluso que vea como devoran a Oriana, que no puede hacer nada para evitarlo. Y que ella será la siguiente.

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    2. Estaría muy bueno, aún cuando Oriana en el relato toma una actitud más digna y hasta resignada ante su destino. Creo que los vampiros no comen cadáveres pero bien podrían unas alimañas comer el de Oriana y cuando Catherine Fulop ve horrorizada lo que pasa con los restos de su hija, Lady Dumitrescu dicta la sentencia "Tu eres mucho peor y también lo será tu muerte, lo sufrirás en carne viva" entregándola a las mucamas-vampiro.

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    3. Parece que hay variedades de vampiros más salvajes, que comen cadáveres. Podría ser el caso de las mucamas-vampiros, que serían de menos jerarquía. Así que la rumana se alimentaría de la sangre de Oriana, dejando un poco de sangre y el cuerpo, para las mucamas. Y sí, podría ser un castigo extra para Catehrine Fulop.
      Luego la rumana se tomaría un aperitivo, antes de que Delfina padre complete su trabajo.
      Y luego masacre del cuerpo.
      Las cabezas de Catherine y Oriana podrían ser lo único que quede.

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  8. De acuerdo. Incluso las cabezas (o al menos la de Catherine, claramente la villana principal) podría se un trofeo de la colección de Lady Dumitrescu.

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  9. una maravillosa obra de arte de los relatos quesones, eso sí que carlitos delfino asesine a la hermana de Oriana

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    1. Sería un buen, morboso relato. Tiziana Sabatini no está mal
      Podría usar una réplica de la Tizona, una de las espadas del Cid como arma mortal, facilitada por la Lady rusa. Sería por venganza, para lo cual no le faltan motivos.
      Y para fastidio de Lady Karla Karlota, fracasar. Y está claro lo que pasa con las famosas que fallan al vengarse.

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