La asesina del Ova Sabatini
Esto que voy a contaros ocurrió la misma tarde en que Carlos “el Lancha” Delfino quesoneaba a Oriana Sabatini, y Carlos “el Toro” Delfino, asesinaba a Catherine Fulop (1).
Parecía ser una tarde como cualquier otra en la rutinaria vida de Osvaldo, el Ova Sabatini. Dicen que todos los jueves a la tarde, iba a un albergue transitorio, que era uno distinto cada vez, y se encontraba con alguna amiga ocasional que encontraba por ahí.
Dicen que tras acompañar una vez a Catherine Fulop a un programa de TV, la vio a la famosa conductora y modelo Carla Conte, y quedó prendado de ella. Conte se dio cuenta y le dijo, sin que Fulop, lo advirtiera.
- ¿Te gusto, no?
- No… yo no dije nada… no insinué nada…
- Quedate tranquilo Ova, hoy no, pero la próxima semana, en el famoso Hotel Albergue Transitorio “La Humedad” allá en Panamericana, cerca de Escobar, ahí nos veremos. Cinco de la tarde, te espero ahí. Si queres.
Sabatini no contestó, pero acudió a la cita sin problemas. Estaba acostado, totalmente desnudo. Ya estaba impaciente, y creyó que todo era una broma de mal gusto de Carla Conte. La chica le había dicho que iba a estar a las cinco de la tarde. Eran las cinco y cuarto, y no había aparecido. Las cinco y media, y Carla Conte seguía sin aparecer.
- Todo fue un timo – dijo el Ova – una broma de esta chica – murmuró Sabatini en voz alta cuando el reloj marcaba las seis menos cuarto.
- Ninguna broma – dijo Carla Conte – Aca estoy.
- ¡Carla!
- ¿Te gusta mi nombre?
- Me encanta, ja, ja, sabes que alla por 1994, cuando quería ser actor, y era un Queso, hice un papelito en una obra, me llamaba Carlos, era un estafador, un vividor, mi personaje duraba poco porque Verónica Varano, que hacía de Carla, ¡de Carla como vos! Me asesinaba a balazos, ja, ja, y tiraba mi cadáver al río, cerca del Tigre (2).
- Ja, ja, ja – decía Carla - ¿Eras asesinado por Carla, ja, ja? ¡Y te llamabas Carlos!
- Sí, siempre me encanto ese nombre, el mío, es una cagada, ojala me hubiesen puesto Carlos.
- Hubieras sido un gran Carlos – dijo Carla Conte.
Carla Conte sacó de una valija un enorme Queso Gruyere, Sabatini quedó asombrado al ver el Queso y dijo:
- ¿Qué es esto?
- Soy una Quesona y te voy a tirar un Queso, ja, ja.
Carla Conte le tiró el Queso a Sabatini. Rapidamente se tiró encima de Sabatini y puso sus pies encima. El Ova se los empezó a lamer, besar, chupar y oler. Los pies de Carla, como todo su cuerpo, olía a perfume, un perfume francés. Sabatini quedó prendado.
- Ahora tus pies, Ova.
Sabatini puso sus pies encima de Carla. Tenían un cierto olor, pero no gran cosa. Para otra mujer quizás hubiera sido mucho pero para Carla, que había olido los pies de Carlos Lampe, esto no era nada. Nada.
- Con razón no te pusieron Carlos – dijo Carla.
- ¿Qué? – dijo Sabatini.
- Nada, nada, nada – dijo Carla.
Sabatini comenzó a acariciar a Carla, muy suavemente, a Conte le encantó. Le tocó las tetas, el culo, la concha, las piernas, placer total para Carla.
- No me acaricies solamente, chúpame toda.
Sabatini obedeció a Carla. La chupó toda. Despues ella hizo lo mismo con el. Jugaron un rato largo con la pija del Ova. Sabatini le pegó un par de patadas a Carla. Despues la penetró por el culo, por la vagina. El Hotel Alojamiento pareció temblar.
Cuando terminaron, Carla parecía querer más y más, le dijo al Ova:
- Vamos a ducharnos Ova.
Y juntos se metieron en la ducha, el Ova le tiró la manguera encima a Carla, despues Carla hizo lo mismo con él, y otra vez le chupó la pija, bajo la ducha.
- Quiero oler tus pies, otra vez – le dijo el Ova.
- Lo haremos Ova – dijo Carla – jugaremos de nuevo.
Sabatini se acostó y desnudó esperó a Carla. Esta le puso la almohada encima al Ova, que sorprendido preguntó:
- ¿Qué significa esto?
- Otro juego, Ova.
- ¿Otro juego? ¡Ya jugamos mucho esta tarde! ¡Quiero olerte tus pies!
- Jugaremos un poco más – sentenció Carla.
- Perfecto, Carla, dale, poneme la almohada sobre mi cabeza, je, je.
- Aca tenes Ova.
Carla puso entonces la almohada sobre la cabeza del Ova. Este cerró los ojos. No vio que Carla se puso los guantes negros, y tomó un revolver de gran tamaño Magnum calibre 50 y le puso un silenciador. Puso el revolver sobre la cama. Carla también tomó un puñal, un gran puñal.
- ¿Y Carla? ¡Te estoy esperando!
- Ya voy, Ova – dijo Carla, que se fue acercando al Ova, puñal en la mano.
- ¡Carla, que día pasamos! – dijo el Ova que seguía con los ojos cerrados y no veía que Carla tenía un puñal y un revolver con silenciador.
- ¡Te asesinaré, Sabatini! – gritó Carla, con el puñal en la mano.
Puñal en mano, Carla se puso encima del Ova, y le clavó el puñal en el corazón….
- Ajjjjjjjjjjjjjj – fue el grito de dolor de Sabatini mientras era apuñalado.
Carla tomó al el revolver sobre la almohada, justo donde estaba la frente de Sabatini, sin decir palabra alguna, disparó.
¡Bang!
Un solo y preciso disparo, que nadie escuchó, entre el silenciador y la almohada.
Carla retiró la almohada y vio el rostro ensangrentado de Sabatini, con el puñal clavado en el corazón y un tiro en la frente, muerto.
Carla tomó entonces el enorme Queso con el que había empezado el juego sexual con Sabatini.
- #Queso. Osvaldo Sabatini – dijo Carla Conte, mientras le tiraba el Queso al cadáver del hombre asesinado.
Con Sabatini asesinado, y con la frialdad habitual que solo una asesina como Carla Conte puede tener, la asesina agarró el teléfono del Alojamiento y dijo:
- Por favor, quiero un champagne.
Unos minutos despues, dos mozos jóvenes, uno llamado David y el otro, Gonzalo, entraron a la habitación y le trajeron la botella de champagne a Carla Conte. Los dos jóvenes entraron muy contentos, con una carretilla, y la bandeja. Pero quedaron asombrados al ver el cadáver de Sabatini, con un puñal clavado en el corazón y el tiro en la frente.
- Acabo de asesinarlo, ja, ja – dijo Carla Conte – les pagaré muy bien si me ayudan a envolver el cadáver de este quesoneado con las sabanas, ja, ja. Con esta tarea ganarán lo mismo que en un mes.
Los dos jóvenes no respondieron. Estaban aterrorizados, al ver a Carla Conte, con el puñal y el revolver en su cintura, bebiendo el champagne. Como zombies, agarraron las sabanas y envolvieron el cadáver de Sabatini.
- Pongan el Queso dentro del envoltorio, por favor. Y el cadáver del quesoneado, envuelto en sabanas, en la carretilla, ja, ja.
La orden fue obedecida. Cuando terminaron, David, muy tímidamente, le dijo a Carla, que tenía el revolver en su mano derecha:
- ¿Podemos irnos?
- ¿No quieren la paga? ¡Han hecho un buen trabajo!
- ¡Sí queremos la paga! – dijo Gonzalo.
- Vengan al baño, jóvenes.
Los dos jóvenes entraron al baño…
- Aca tienen la paga – Carla sacó el revolver y….
¡Bang! El balazo impacto en la frente de David, que cayó muerto.
¡Bang! Un segundo balazo impacto en la frente de Gonzalo, que cayó muerto.
Carla sacó un par de Quesos Mini Fymbo, y los tiró sobre los cadáveres de los dos jóvenes a los que acababa de asesinar.
- ¡Queso! ¡Queso!
Abrió la canilla del baño, y cerró la puerta. El agua fluía sin parar, Carla tomó el cadáver de Sabatini y salió con el mismo, con la carretilla, fue hasta el estacionamiento del alojamiento y metió el cadáver de Sabatini, envuelto en sabanas, con el Queso incluído, en la parte de atrás del auto.
Un oficial de seguridad se acercó y le dijo:
- ¿Ocurre algo señora?
- ¡Bang! ¡Bang! – fue la respuesta de Carla.
El oficial recibió un balazo en la frente y otro en el cuello, cayendo muerto.
- Queso – dijo Carla Conte mientras le tiraba el Queso Mini Fymbo.
Guardado el cadáver de Sabatini en la parte posterior del auto, Carla fue entonces a la conserjería del hotel alojamiento. Solo estaba el conserje, el señor Formi.
- ¿Ocurre algo señora Conte?
- ¡Bang! – fue la respuesta de Carla Conte. El Conserje recibió un balazo en la frente y cayó muerto-
- Queso – dijo Carla mientras tiraba otro Mini Fymbo sobre el cadáver del conserje.
- Ya no hay testigos – dijo Carla Conte - ¡Ja, ja, je, je, ji, ji, jo, jo, ju, ju!
La asesina abandonó el Alojamiento, mientras se iba, tiró el cadáver de Sabatini en un riacho de Tigre, como había hecho el personaje de Carla en aquella novela recordada por el quesoneado (2).
Mientras contemplaba como el río se llevaba al cadáver de Sabatini, Carla Conte dijo:
(1) https://cuentossangrientos.blogspot.com/2018/12/el-asesino-de-catherine-fulop.html
(2) Hace referencia a la novela “El Día que me quieras” (1994) cuyos protagonistas eran Osvaldo Laport y Grecia Colmenares, donde Verónica Varano, interpretaba a Carla, una cruel y sanguinaria asesina, una de sus víctimas era Carlos (Osvaldo Sabatini)
si sos un chabón y te agarra Carla Conte no tenes escapatoria bang bang y fuistes
ResponderBorrardónde Carla Conte pone el ojo pone la bala y el queso! x más cuentos de quesonas
ResponderBorrarEste relato quedó muy bien, con la letal e irresistible Carla Conte.
ResponderBorrarOva no sabía del protocolo, por eso no entendió la referencia a su falta de olor en los pies, que no puede ser Carlos. Y de haberlo sabido, hubiera sido lo mismo. ¿Quién se abstendría de semejante experiencia? Que desgracia es víctima colateral de Carla, encontrarse con una de las mujeres más deseadas y no tener nada de ella, sólo morir.
Recuerdo esa producción, Carla Conte como enfermera. Impresionante.
pobre Emiliano Rella... Carla Conte va por el... como lo asesinará? algo simple a balazos
ResponderBorrargenio como siempreee
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