El Asesino de Melina Petriella
Torino Sangriento. Así denominaron los periodistas italianos al tiempo en que la ciudad de Torino, capital del Piamonte, en diciembre de 2018 y enero de 2019, fue asolada por un asesino serial de mujeres. Unas cinco mujeres, todas bellas y jóvenes, fueron degolladas, y sobre su cadáver le tiraron un Queso (“Un formaggio” en la lengua italiana).
El tiempo de los crímenes coincidió con la permanencia de Carlos Delfino en el equipo de básquet del Fiat Torino. Cuando echaron a Carlos por un acto de indisciplina, los hinchas armaron el hashtag #IoStoConDelfino en las redes sociales. Carlos propuso que el hashtag fuese #IoStoConElQuesonDelfino.
Como en un giallo de Darío Argento, El Quesón estaba más que satisfecho, contratado ahora por el Fortitudo Bologna, extendió sus asesinatos por toda Italia, al norte de Firenze. Bologna, Padova, Verona, Parma, Bergamo, Ravena, Pavia, Treviso, y por supuesto, la infaltable Venecia, asistieron a sus degollamientos y sus Quesos.
Pero Italia, todavía conmocionada por su ausencia en el Mundial de Rusia 2018, asistió un tanto indiferente a aquella colección de cuellos sangrantes que Carlitos iba dejando por ahí, siempre acompañados de un Queso.
En aquellos días, que son estos días, a Carlos Delfino lo acusaron de lavar dinero en su Santa Fe natal. La Justicia lo investiga por el traspaso de una casa a un presunto narco, a través de una firma off shore.
- Asesiné a casi mil mujeres desde mayo de 2000 hasta aca, a todas les tiré un Queso, he cortado cuellos, he decapitado a minas como Valeria Mazza, Julieta Prandi, Silvina Luna, Zaira Nara, y todas las que ustedes ya saben, y me acusan de una burda operación de dinero – dice Carlos Delfino – ya que debo trasladarme a Argentina a declarar ante un juez, no me queda otra que tener un paso relámpago por el país, tiempo suficiente para quesonear a alguna famosa, ja, ja, la víctima la elegiré al azar.
Así ocurrió que Carlos Delfino tuvo un paso relámpago por Santa Fe, declaró ante el juez, y se aprestaba a regresar a Italia, pero se iba a quedar un par de días en Buenos Aires. Alojado en un hotel céntrico, Carlos estaba descansando sobre una mesa, con sus dos enormes pies talle cincuenta apoyados sobre la mesa, comiendo unos cubos de Queso, uno detrás de otro, y viendo el celular, buscando una víctima a la que quesonear.
Vio un video de una novela de 2005 “Amor en custodia”.
- ¡Cuantos años han pasado! – pensó Carlos – recién acabábamos de ganar la medalla de oro en Atenas; era la época en que llene de sangre al Estado de Michigan. ¡Cuantos Quesos tiré! ¡Todavía no había asesinado a Valeria Mazza!
En ese video vio a una actriz… Melina Petriella. Mientras miraba el video, iba comiendo Queso, más Queso, más Queso…
- ¡Maldita sea! – exclamó Carlos Delfino como en una traducción hollywoodesca - ¿Cómo no asesiné a esta mina? ¡Le veo cierta compatibilidad con Julieta Prandi o Soledad Fandiño, a las que le corte la cabeza! ¡Sí asesiné a Tini Stoessel, como se me paso esta mina! ¡La quesonearé! ¡Mi instinto Quesón me llevará donde esta mina y raaaaaajjj perderá su cabeza!
El basquetbolista se vistió con ropa de basquetbolista, se puso guantes negros en sus manos, guardó un cuchillo muy largo y filoso, y por supuesto la katana, además de un par de enormes Quesos, Quesos gigantescos, muy grandes.
- Con un Queso debería alcanzar, pero mi instinto Quesón, me dice que debo llevar dos.
Carlos salió de la habitación y salió literalmente a asesinar. Bajó hasta el palier del hotel, y de repente se vio rodeado de un montón de pibes, todos jugadores de las ligas infantiles del Basquet.
- ¡Miren ahí esta Carlos Delfino, campeón olímpico! – dijo el entrenador.
Los pibes rodearon a Carlos Delfino, aunque muchos huyeron aterrorizados por el olor a Queso que despedía el basquetbolista, que de todas formas, llegó a firmar algunos autógrafos.
- ¡La pucha que lo tiró! – dijo Carlos - ¡Estos pibes me van a retrasar!
- No, Carlitos – le dijo con acento rumano una sugestiva anciana que pasaban por ahí – hoy será un gran día.
- ¡Usted! – exclamó Carlos - ¡Creo haberla visto en otras ocasiones! ¡No solo aca, también en Italia y en los Estados Unidos, y en Atenas, a usted la ví en Atenas, en el 2004!
- Por supuesto, ya nos conocemos Carlitos, ja, ja, Atenas, una de mis ciudades preferidas, desde la época de Pericles, yo estuve ahí – río la anciana con sarcasmo – escúchame bien Carlitos, a Mellina Petriella la vas a encontrar en América TV, anda por allá, pero no ahora, a la noche, haceme caso, después de las diez, no esta participando de ninguna novela, pero irá a hacer un piloto, una nueva versión de “Rosa de lejos”, adaptada a estos tiempos, ja, ja, ja. Comete un Queso, uno entero, haceme caso, Carlitos.
El basquetbolista obedeció a la anciana. Permaneció en el hotel. Y se comió no una, sino dos hormas gigantescas de Queso, primero de Queso Gruyere, despues de Parmesano, el Parmiggiano, el Queso tan popular de Italia. A las diez de la noche, Carlitos le hizo caso a la anciana y se fue al canal America TV. Paró un taxi, pero no un taxi cualquiera, un taxi adaptado para alguien que mide dos metros y calza cincuenta.
Un taxista igual a Alfred Hitchcock lo dejó en el auto, pero como Carlos no sabe nada de cine, no reconoció el extraordinario parecido del conductor con el famoso director inglés. Este le fue hablando en el camino de películas como “Rebeca una mujer inolvidable”, “Psicosis” o “Los Pájaros”.
- La verdad – le dijo Hitchcock a Carlos – solo yo puedo soportar el olor a Queso que usted tiene.
- Todos dicen que es impresionante, y bueno que se la banquen, soy un Quesón, calzo cincuenta, cincuenta y dos.
- Una vez en hacer una película donde un basquetbolista decapitará con una espada samurái a una top model, ambientada en Monaco o algún lugar de la Riviera Francesa o la Costa Italiana, en algún lugar así, el papel de la top model se lo iba a dar a Grace Kelly, pero justo se casó con el Príncipe Rainiero, para el rol del asesino había pensado en Charles “Chuck” Cooper, pero me dijeron que si ponía un negro asesinando a una rubia iba a ser racista y estigmatizante, por eso preferí dejar de lado el proyecto. Despues me dediqué a otras películas. También pensé que a Kim Novak la podrían decapitar en “Vértigo” pero bueno… al final las cosas fueron diferentes.
- Hubiera sido muy interesante – le dijo Carlos – yo decapité a varias minas, a muchas, todos recuerdan el asesinato de Valeria Mazza, para muchos mi mejor asesinato, pero también decapité a Yanina Latorre por ejemplo, asesiné a tantas minas que por ejemplo a Calu Rivero no recuerdo si la decapité o simplemente le corté el cuello.
El auto llego al Canal América. Carlos Delfino ingresó sin problemas. Ser medallista olímpico le daba una especie de salvoconducto en todos lados. Alejandro Fantino lo reconoció:
- ¡Carlos! ¿Qué haces aca? ¡Escuche que te acusaron de un tema de lavado de dinero!
- No pasa nada, Alejandro, no pasa nada…
- ¿Queres estar en Animales Sueltos? En un rato empezamos.
- ¿Para qué? Ahí van políticos, economistas… lo mío es el basquet.
- Tenes razón Carlos. Hoy viene el Fiscal Carlos Gonella. Bueno, un gusto, a ver cuando nos vemos.
Carlos siguió su camino, entró a un camarín, y dejó ahí un par de enormes Quesos sobre una mesa. Escucho pasos, Carlos se escondió detrás de una puerta…
- ¡Melina! ¿Estas acá? ¡Soy Prudencia, la maquilladora!
La maquilladora entró al camarín, pero Carlos no le dio tiempo de nada, simplemente pusó el cuchillo sobre el cuello de Prudencia y… ¡Raaaaaaajjjjjjjjjj! La degolló, al terminar, tiró un Queso sobre el cadáver de la maquilladora.
- Queso – dijo Carlos Delfino.
El cadáver de la maquilladora quedó ahí tendido sobre el piso, con el cuello cortado, la sangre fluyendo en todos lados. En ese momento, ingresó Melina Petriella para hacer el piloto.
Melina contempló el cadáver de la maquilladora degollada y gritó:
- ¡Ayyyyyyyyyyyyyyy! ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Asesinaron a Prudencia! ¡Le tiraron un Queso!
- Prudencia es lo que te falta a vos – le dijo Carlos.
Melina, a continuación, tenía el frío filo de la katana sobre su cuello.
- ¿Quién sos?
- Carlos Delfino, el basquetbolista asesino.
- ¡Ayyy, nooooooo! – le dijo Melina - ¡Por favor, no me asesines!
- Te asesinaré pero no ahora, jugaremos un rato – le dijo Carlos, y sacó el típico pañuelo de los Quesones, durmiendo a Melina Petriella.
Esta permaneció dormida apenas unos diez o quince minutos, el tiempo suficiente para que Carlos la atara de pies y manos a un diván, como los que se usan en las consultas de los psicólogos.
Al despertar, Melina, le dijo:
- No podrás escapar, Carlos, te atraparán.
- Mejor olé mi Queso, nena.
Rapidamente, Carlos puso sus enormes pies sobre el rostro de Melina, los pies olían espantosamente a Queso, un olor penetrante, Melina creyó no poder resistirlo, creyó que iba a morir, pero fue entrando en una especie de trance, y chupó, lamió, besó y olió los pies de Carlos Delfino.
El basquetbolista despues le chupó las tetas y la concha a Melina, solo despues de esto, cogieron, la actriz reaccionó con gozo y satisfacción, le encantó coger con Carlos, fue un acto sublime, le encantó.
Justo en ese momento, el programa Animales Sueltos se estaba transmitiendo, y había un momento de gran tensión, Romina Manguel estaba acusando al Fiscal Carlos Gonella, de encubrir los asesinatos Quesones.
- ¡Usted señor Carlos Gonella, encubre los asesinatos Quesones, porque es un Quesón!
- ¿Yo, un Quesón? – dijo Carlos Gonella – la acusaré por infamia, señora Manguel, me estigmatiza por ser un Carlos. ¿Esta acusando a un Fiscal de la Nación, de ser un asesino?
- ¡Usted es un Quesón! ¡Lo voy a probar! – dijo Romina Manguel.
En ese momento, empezó a temblar todo, todo… justo cuando Carlos Delfino y Melina Petriella estaban cogiendo en otro sector del canal.
- ¡Un temblor! ¡Un temblor! - dijo Alejandro Fantino – como diría Soda Stereo “Cuando pase el temblor”.
El programa “Animales sueltos” fue levantado del aire y tuvieron que poner un programa salido de YouTube con el recordando Iván De Pineda, el famoso modelo asesinado por la Quesona Asesina, en uno de sus viajes.
La discusión entre Carlos Gonella y Romina Manguel no se detuvo.
- ¡No te va a salir gratis esto de decir que soy un Quesón!
- ¡Usted es un Quesón!
- Haya calma – dijo Alejandro Fantino – casi nos morimos por este temblor y ustedes preocupados por trivialidades.
- No tengo otra alternativa – pensó Carlos Gonella – debo asesinar a Romina Manguel, la quesonearé esta misma noche. No saldrá viva del canal.
¿Qué había pasado mientras tanto con Carlos Delfino y Melina Petriella? Tras la espectacular cogida, que hizo temblar a Palermo y Colegiales, el basquetbolista agarró la katana y le dijo a Melina:
- Lo siento piba, fue espectacular coger con vos, pero tu suerte esa echada, tu destino, es el destino de Brenda Gandini, Valeria Mazza, Julieta Prandi, Silvina Luna, Zaira Nara, esa mina como era… la Bredice o algo así, bueno el de Yanina Latorre, la Magliatti, la Fandiño, Connie Ansaldi, y las demás… Laura Fidalgo, Tini Stoessel, serás quesoneada como ellas.
- ¡Nooooooooooooooooooooooo! – gritó Melina Petriella.
La katana cayó sobre su cuello, un gritó de horror se escuchó en el canal, la cabeza de Melina Petriella quedó rodando en el piso.
- Queso – dijo Carlos Delfino mientras tiraba el Queso sobre la decapitada actriz.
las caras de Delfino son espectaculares ja ja ja
ResponderBorrarsanguinario como siempre Carlos Delfino
ResponderBorrarlo peor (o lo mejor) depende del cristal con que se vea es que el verdadero Carlos Delfino sabe que estos cuentos existen y le encantan, se los aseguro, lo se de buena fuente
ResponderBorrarhttps://www.lanacion.com.ar/deportes/basquetbol/carlos-delfinoquiero-volver-a-ser-un-asesino-en-la-cancha-nid1683025
Borrarque grande el cabezón
ResponderBorrarAlgo importante se ha sabido de la admirada Lady, es más antigua de lo que se ha insinuado. Es anterior Vlad Tepes, el conde Orlok, Carmilla. Sería una contemporánea de las empusas, de las strigis, y de faunos.
ResponderBorrarEs cierto, Melina Petriella era el tipo de víctima, como Soledad Fandiño, Julieta Prandi, quien a su vez tiene algo de Brenda Gandini.
Muy astuto este Carlos, letal. Con estas actrices eliminadas, no van tener más remedio que contratar a las talentosas, como Julieta Díaz, Mónica Antonopulos, Ana Celentanto, que espero que no sean quesoneadas, para roles protagónicos.
Julieta Díaz es el tipo de víctima que le gusta a Carlos Eisler ja ja ja como ya quesoneo a Siciliani
BorrarGRANDE LANCHAAAA
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