El Asesino de Kika Silva
Exactamente un mes después de haber asesinado y quesoneado a Flor Regidor, el futbolista
chileno Carlos Palacios, a través de un espléndido Quesazo, convirtió el gol de la victoria de Boca
Juniors ante Huracán por 2-1, en la tercera fecha del megatorneo de trescientos mil equipos del
fútbol argentino de Chiqui Tapia.
Carlos Palacios se convirtió en el héroe de la jornada para los hinchas xeneixes, y muchos hinchas entendidos en el tema, publicaron sus tuits celebrando el “gol del Quesón” (sic).
El Quesón chileno
realizó un vivo en TikTok que fue furor total esa misma noche.
“Que ganas de quesonear a una mina” dijo Carlos al finalizar el vivo y empezó a repetir como un
mantra “Queso, Queso, Queso, Queso” sin parar y como un disco rayado, de las cada vez más
viejas épocas de los discos de vinilo.
Guiado por un instinto criminal, propio y exclusivo de un Quesón, Carlos notó que sus pies
crecieron de tamaño y emanaban un olor a Queso apestante y sofocante, sentía que calzaba
cincuenta como Carlos Bossio o Carlos Delfino, sus zapatillas se rompieron, y tuvo que ponerse un
par de enormes botines, similares a los que alguna vez usó Carlos Izquierdoz, por ejemplo.
Se puso los guantes negros y agarró un enorme puñal, y un gigantesco Queso Gruyere, y así,
como un cazador sale en busca de una presa, el Quesón chileno salió a Quesonear a alguna mina
por ahí.
“Tengo que ser respetuoso con los argentinos, me han recibido muy bien, en especial con los
hinchas de Boca, no mejor con todos, los de River también ídolos chilenos, como Marcelo Salas o
Paulo Díaz, aunque no tengan la gracia de ser Quesones como yo” pensó Carlos Palacios “lo ideal
sería quesonear a una chilena, aca mismo, en Buenos Aires, a ver si encuentro algo”.
Casi por arte de magia y en ese mismo instante, Carlos recibió un mensaje por WhatsApp en el
grupo “Quesones”…
El mensaje era claro y contundente
“Kika Silva en Buenos Aires, en el Dumitrescu Six Star #QUESO”
“Kika Silva” dijo Carlos Palacios y rápidamente contesto el mensaje “QUESO” asegurándose
quesonear a esa mina, o como dicen en Chile, a esa polola, por apenas diez segundos le ganó a
Carlos Izquierdoz, por quince a Carlos Pirovano y por diecisiete a Carlos Buemo…
“QUESO, el QUESO es para Carlos Palacios, Chi Chi Chi Le Le le, Viva Chile” dijo el administrador
del grupo adjudicándole el Queso al chileno, ¿Quién sería el administrador? ¿Carlos Bossio, Carlos
Delfino padre, Carlos Fernández Lobbe o tal vez el mismísimo Carlos Quesón? No lo sabemos ni los
propios Quesones lo sabían, en el grupo se presentaba simplemente como un “Master Quesón”.
Carlos Palacios fue entonces por Kika Silva (María Francisca Silva Sánchez, modelo y conductora de
televisión chilena, en 2017 fue Reina del Festival de Viña del Mar, y esposa del actor Gonzalo
Valenzuela).
Palacios ya conocía el Dumitrescu Six Star, ahí había quesoneado a Flor Regidor, o sea que no tuvo
problemas en acceder a la misma suite donde había cometido aquel asesinato y había tirado ese
Queso, la Suite Imperial Carlomagno.
Carlos entró y dejo el enorme Queso sobre una mesa, igual en la suite había una heladera
camuflada en un armario con seis hormas de Queso Gruyere, o sea que no hubiera tenido
problema para abastecerse, miró y la cama estaba vacía, pero escuchó ruidos en el baño, como si
alguien se terminará de duchar, y de ahí, salió Kika Silva.
No salió como si nada, salió bailando al son de unos buenos ritmos caribeños, y fue haciendo un
streap tease al estilo “Nueve semanas y media”, hasta quedar totalmente desnuda.
“Hola Carlos” dijo Kika con voz sensual “Que bueno este encuentro de chilenos aca en Argentina, y
que bueno que hoy hayas hecho un gol, yo simpatizo mas con River, por Marcelo Salas, pero no
importa, hoy Chi Chi Chi Le Le Le, Viva Chile, después vemos”.
“Que bueno, voy a cogerme a la mujer de Gonzalo Valenzuela, eso de lo debo a Boca Juniors,
estando en Colo Colo, no se si hubiera podido, ja, ja”
“Nos vamos a divertir mucho” dijo Kika “estoy de paso aca, mañana parto rumbo a Europa, solo
una breve escala, para que me quesonees, Carlos” dijo Kika, pensando que “quesonear” hacía
referencia al sexo con Queso, sin imaginar que también eso implicaba un asesinato, el suyo.
“Es raro que Gonzalo Valenzuela o Benjamín Vicuña no hayan sido víctimas de alguna Quesona
Asesina, los dos están para recibir algún Queso” dijo Carlos Palacios.
“Yo creo que en algún multiverso eso ya ocurrió, alguna asesina profesional tipo sicaria, que le tire
unos balazos con guantes negros y silenciador, quizás Carla Conte, a alguna equivalente chilena o
peruana, esta la actriz chilena Carla Jara o la astrofísica Carla Arce, podrían ser algunas buenas
Quesonas, cualquiera de las dos tras coger con Valenzuela o Vicuña, bang, bang, bang, en silencio
y chau, QUESO, que no lo hayan contado no significa que no haya ocurrido, ja, ja, ja, quizás sea la viuda de Gonzalo Valenzuela, y no su esposa, estimado Carlitos” dijo Kika en forma misteriosa,
como si supiera algo del Mundo Quesón, aunque no sospechaba ni imaginaba que pudiera ser
víctima de un asesinato.
“Decime de vuelta CARLOS, CARLITOS, así, con esa voz” dijo Carlos Palacios.
“CARLOS, CARLITOS” dijo Kika y repitió “CARLOS, CARLITOS” así una y otra vez.
El pene de Palacios se eyectó de manera espectacular mientras Kika repetía eso, y sus pies
parecían haber alcanzado un talle sesenta, quizás por su aspecto bastante primatoide, parecía un
gorila en celo, una verdadera máquina sexual imposible de parar…
Kika se tiró en la cama, y Carlos le tiró los gigantescos y olorosos pies encima, ella empezó a
chuparlos, lamerlos, besarlos y olerlos con gran intensidad y fogosidad, la excitación de los pies
duró largo tiempo, después le chupó los genitales, y ahí, Carlos ya no pudo más y la penetró,
obviamente fue una relación consentida, pero por el salvajismo y fogosidad, un testigo hubiera
pensado que era una violación, y no la violación de una mujer por un hombre, sino por un gorila
macho en celo, una bestia salvaje salida de lo más profundo de la selva, una suerte de King Kong.
Kika quedó estasiada y eufórica, disfrutando de aquello como si se tratara de un placer máximo…
“Y a Gonzalo le decían manguera, por favor, era un cachorro de mono tití comparado con vos,
Carlos, Carlitos”, decía, mientras estaba en la cama, descansando y reponiendo fuerzas.
Carlos entonces ahí, con sus guantes negros, agarró el puñal, y como en el gol que le marcó a
Huracán, se tiró con todo sobre Kika…
Carlos levantó el puñal, y su brazo se tensó como un delantero a punto de marcar un gol, en un
instante, el puñal descendió, penetrando profundamente en el pecho de Kika, clavándoselo
directamente en el corazón, un único y profundo cuchillazo, una sola herida, no hay gritos, solo un
jadeo silencioso de Kika, un leve temblor que recorre su cuerpo antes de quedar inmóvil, la sangre
sale brotando, manchando la sabana blanca. Carlos sintió una euforia total, similar a la del gol.
Contemplando con desprecio y desdén a la mujer a la que acababa de asesinar, Carlos, el asesino,
con sus guantes negros, agarró el enorme y gigantesco Queso Gruyere, y lo tiró sobre el cadáver
ensangrentado de su víctima, con un quesazo perfecto, como el gol que le había hecho al “Globo”.
“Queso” dijo Carlos Palacios en voz muy alta, casi como si gritara un gol, al tirar el Queso.
Con total impunidad y muy alegre por el Queso que había tirado, Carlos Palacios se fue pensando
“una mina y ya voy a estar en el grupo de los Quesones Premium, con Carlos Izquierdoz, gran
Quesón que estuvo en Boca Juniors”.
Una damas misteriosas conocidas como las Santillanas, se encargarían de limpiar la escena del
crimen y vaya a saber que destino le darían a la quesoneada, desde tirarlo a los chanchos hasta
hacer algún clón, ya sea perfecto o deforme, pero eso no es materia del post actual.
“En Chile era un Quesón Top, pero aca en Argentina el nivel de exigencia es muy alto, deberé
quesonear muchas minas (como llaman aca a las pololas) para llegar al nivel de Quesón Premium,
por ahora soy Quesón Standard, llegar a Top, con Quesones como Carlos Bossio, Carlos Delfino,
Carlos Fernández Lobbe o Carlos Matías Sandes, es casi imposible, aunque si quesoneo una mina
por semana, no se, podría competir con el gran Carlos Lampe, el Quesón de los cholas, el arquero
de Bolivia, y gran referente de los Quesones sudamericanos, no argentinos” pensó Carlos Palacios,
estableciéndose nuevos desafíos y objetivos.
Por ahora hemos finalizado esta historia, ya veremos si Carlos Palacios esta o no para esos
grandes desafíos, por ahora pinta bien, y continua la tradición de Quesones que Boca Juniors
parece tener y continuar, con referentes como Carlos Navarro Montoya, Carlos Tapia, Carlos
Lampe, Carlos Tevez, Carlos Izquierdoz, Carlos Zambrano, en el fútbol, o Carlos Matías Sandes,
Carlos Leonel Schattmann y hasta el mismísimo Carlos Delfino (1) en el básquet, por citar solo
algunos, la lista podría incluir más Carlos (2).
O sea que por ahora, esto es todo amigos, #QUESO.
(1) De fugaz paso por Boca Juniors en el primer semestre de 2017 compitiendo en la Liga Nacional
de Basquet.
(2) La lista omite a Carlos Bianchi, que por decisión del autor del blog, no forma parte de los
Quesones
este Carlos Palacios está para súper queson se viene con todo
ResponderBorrarcomo es la cosa? a principios de cada mes habrá un relato este año? está bueno, porque este chileno apunta a ser un gran queson, parece que va a matar a muchas minas, está para grandes cosas el asesino
ResponderBorrarlas imágenes están muy buenas, el relato la verdad no es gran cosa, debería
ResponderBorrarhaber habido más historia en el encuentro, la mina apareció por arte de magia, podría haber sido mejor, lo hiciste con IA?
Valenzuela está para ser quesoneado, ahora que está viudo más todavía, la verdad que podría haber sido mejor como dice otro comentario, muy forzada la aparición, pero el mundo queson es así
ResponderBorrarespectacular la chilena, quizás estaba para un Sandes o un Delfino, pero Carlos Palacios lo hizo muy bien
ResponderBorrarmenos mal que apareció este chileno en Boca así teníamos un Carlos y un queson nuevo
ResponderBorrarmuchos quesones bosterix
ResponderBorrarun equipo muy identificado con el queso
hay quesones que hayan jugado en River?
una auténtica máquina de gozar sexo y de matar Carlitos Palacios que grande
ResponderBorrarojalá haga muchos goles así con cada gol tiene un relato queson
ResponderBorrarquien será la próxima?
Qué?
ResponderBorrarreleyendo el relato lo del WattsApp ofreciendo minas para quesonear es un gran hallazgo, muy bueno
ResponderBorrarno habían pedido que asesinaran a esta mina? el gol de ayer fue fuente de inspiracion, es un relato de estos tiempos, donde parece que el Dumitrescu Six Star es esencial para las actividades de los quesones
ResponderBorrarMe gusta que sigan los relatto, incluso con fanservices. Creo que vamos a ser temidos, por estas sugerencia, casi tanto como los quesones.
ResponderBorrarCasi es obvio que el administrado es Carloss Delfino padre, Gran Quesón por ser El asesino de Catherine Fulop.
Da la impresión que la aparición de la modelo no fue forzada. Que Kika Silva sabía de los quesones, sus métodos y deseaba ser quesoneada. Según algún relato perdido, es la fantasía de algunas mujers. Por eso, no se sorprendió, no le dio miedo, estaba claro que se había preparado para esta cita mortal.
Si hasta sugirió que una quesona vaya por Valenzuela, sugiriendo incluso las posibles quesones. Carla Arce podría ser, una quesona astrofísica sería algo innovador.
¿Quiénes sería el ganador del Quesone de Oro 2024? ¿Y quienes de la Mención de Honor? Es un premio más serio que los Oscars.
ResponderBorrar¿Qué les parece mejor?
ResponderBorrar¿Una famosa que suplique no ser quesoneada, sufra, intente resistirse, o una que se entregue, que desee serlo? Miren la cara de felicidad de Kika Silva al recibir el cuchillazo mortal.
me gustan las dos cosas, Carlos Quesón debería hacer un relato donde un quesón va a matar a dos minas y una se entrega y otra súplica, me encanta la idea, total, siempre termina con “Queso” ja ja ja
Borraryo creo que a los Quesones mayores (Bossio, Lobbe, Delfino, Sandes) les encanta hacer sufrir a sus víctimas y qué estás pidan piedad, lo otro es demasiado fácil
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